Barrio Maria Selva – Historia

Historia de María Selva

Villa María Selva se ubica al norte del barrio Sargento Cabral, entre las arterias principales de Aristóbulo del Valle y General Paz. El espacio ocupado por el barrio se condice con los distritos de las vecinales “Unión y Trabajo” y “J. B. Alberdi”.

Los límites de Villa María Selva son la avenida Galicia por el norte, las vías del Ferrocarril Central Argentino y la avenida General Paz por el este, las vías del ramal del F. C. C. Mitre por el sur y la avenida Aristóbulo del Valle por el oeste. Estos límites han variado a lo largo del tiempo. Para la década del ‘20, el límite este de Villa María Selva era impreciso debido a la presencia de quintas, como sostiene Dalla Fontana. El autor comenta también, en su libro “Villa María Selva”, que hasta los años ‘50 el barrio se extendía hasta la costa de la laguna Setúbal pero, con la aparición de dos vecinales -Club Social y Deportivo “El Aromo” y Vecinal “Presidente Juan Domingo Perón”- en lo que luego se conocerá como “Villa Setúbal” llevó al traslado del límite desde el naciente de María Selva a la Avenida General Paz (Dalla Fontana – “Villa María Selva” – 2006). 

BIBLIOTECA VECINAL UNION Y PROGRESO - EL ORDEN 2-4-1929

La cuestión del nombre del barrio ha despertado diferentes debates dentro de la tradición popular. Algunos vecinos sostienen que el nombre del barrio se debe a la hija de Salvador Caputto, otros creen que se debe a una mujer, amante del señor Rodolfo Freyre. Sin embargo, Dalla Fontana cuenta en su libro que, a partir de su trabajo de investigación, el nombre de María Selva se relaciona, de acuerdo con la tradición oral de los vecinos, con una mujer que se vinculó con Luciano Leiva, gobernador de Santa Fe entre 1894 y 1898 y primer vendedor de las tierras en parcelamientos más pequeños.

El nombre del barrio es un tema con algunas versiones no concordantes. Como toda tradición popular, oral en este caso, la idea de por qué se nombró a la zona como Villa María Selva tiene la aceptación mayoritaria de los vecinos de la vieja creencia por la que el barrio “lleva el nombre de la hija de Salvador Caputto, propietario de una fracción de las tierras”, dice Dalla Fontana, “Pero rastreando los antecedentes familiares descubrimos que la única hija del Sr. Caputto fue bautizada como Lidia Libertad”

Sin embargo, agrega el autor, la otra acepción del nombre deviene de otra historia: “Pero en este trabajo de investigación descubrimos que el nombre de Ma. Selva se debe, según la tradición oral, a una ‘dama’ que se vinculó con Luciano Leiva (gobernador entre 1894/98), primer vendedor de estas tierras”.

La ocupación del barrio

En sus orígenes, el espacio estaba ocupado por quintas, montes y cavas. Esta zona, que originalmente formaba parte del distrito Guadalupe, se distinguía por la existencia de una casa de descanso al norte de las vías del ferrocarril Belgrano, sobre Aristóbulo del Valle. Las transformaciones a lo largo del tiempo son abordadas por Miguel Ángel Dalla Fontana en su trabajo “Villa María Selva”: “Después de más de 85 años de su surgimiento, el barrio no tiene siquiera la apariencia de la pequeña Villa rodeada de quintas, algunos chalés y las primeras viviendas económicas que surgían en un amplio espacio que se perdía hacia el norte y oeste con la iglesia de Guadalupe y la laguna Setúbal. Solo ha quedado como testigo del tiempo el Puente Negro, pórtico e hito principal del barrio, y la avenida Aristóbulo del Valle convertida en uno de los más pujantes centros comerciales, y el más preferido de la población “norte” de la ciudad”.

Para 1903, en el plano elaborado por Chaperougue, la zona circunscripta hoy por lo que se conoce como María Selva tenía pocos dueños. De sur a norte, y desde el Camino Guadalupe (General Paz) y Camino a Ascochingas (Aristóbulo del Valle), los propietarios eran José Gálvez, Martínez, José Ferreira y finalmente con lo que después sería Avenida Galicia dividiéndolo al medio, un gran terreno perteneciente a Desiderio Lacuevas.

En los primeros años del siglo XX, esta zona de quintas funcionaba como una especie de cinturón verde en el norte de la ciudad, que estaba destinado a la explotación de huertas junto con Monte Vera y Ángel Gallardo. Al poco tiempo del comienzo del siglo pasado, como cuenta Dalla Fontana, un grupo de quintas comenzó a subdividirse, las que estaban ubicadas en la zona que comprende desde Ricardo Aldao hasta la calle 30 s/nombre (luego Avenida Galicia) y desde Sarmiento hasta la Avenida General Paz, y pertenecían a Grigolato, Mazzola, Meneghetti, Cortiñas, Buratti y Rocco.

Un segundo grupo de quintas se encontraba en el espacio de Gorostiaga hasta el Puente Negro y pertenecían a Mastronardi, Nappa, Brambilla y Armelini. (Dalla Fontana – “Villa María Selva” – 2006) La primera urbanización hacia los años ‘20, aunque transformó el espacio a partir de diferentes loteos, no modificó la característica particular de María Selva: una zona de quintas. 

La última quinta que se loteó fue la propiedad de Grigolato, nombrada anteriormente, hacia la década del ‘50 y, hasta ese momento, marcó una ruptura entre los dos espacios urbanizados del barrio por encontrarse en el corazón de la Villa.

El proceso de urbanización de Villa María Selva, hacia los años ‘20 y ‘30, significó la partición de las principales propiedades de Luciano Leiva, Rodolfo Freyre, Benito Freyre, Alejandro Freyre, Salvador Caputto y Antonio Ferrais. De hecho, la gran propiedad de Freyre llevó a que el barrio se lo denominara, en sus comienzos, como “barrio Freyre”.

Venta Terrenos en 1933 - El Litoral 1-1-1933
ARISTOBULO DEL VALLE 2022
AVENIDA GALICIA 2022

El puntapié inicial para la urbanización del barrio fue la subdivisión de la propiedad que pertenecía a Luciano Leiva, gobernador de la provincia de Santa Fe entre 1894 y 1898, entre las calles Hernandarias hasta Ángel Cassanello y entre Avenida Aristóbulo del Valle hasta calle Sarmiento. Como comenta Dalla Fontana, esta subdivisión de más de veinte manzanas fue convalidada por la Municipalidad en mayo de 1920.

La segunda gran urbanización comprendió la propiedad de Rodolfo Freyre, en octubre del mismo año. Luego, hacia 1922, se subdividió la propiedad de Benito Freyre. Dalla Fontana sostiene que este espacio “desde Cassanello hasta Gorostiaga y desde Aristóbulo del Valle hasta Las Heras” se identificaba “en el plano levantado por el Instituto Geográfico Militar (1924/26) y se configura como barrio Freyre, más tarde, absorbido por barrio María Selva”.

Tal vez uno de los aspectos que más llaman la atención acerca de la fisonomía del barrio es la ausencia de espacios verdes. Aunque durante el proceso de urbanización se habían dejado espacios para su utilización como plazas o pulmones verdes, el incumplimiento de las legislaciones municipales y el avance del negocio inmobiliario desembocaron en la falta de lugares de pulmón verde para el barrio.

PASEO EX VIAS FFCC LIMITE SUR VILLA MARIA SELVA 2022
CASA DE VILLA MARIA SELVA 2022

Un dato, repetido en otros barrios del centro norte de la ciudad, es que los primeros vecinos que se asentaban en los terrenos que se loteaban en la zona de Villa María Selva recibían alrededor de diez mil ladrillos para comenzar la construcción de sus viviendas. La empresa que mayoritariamente se encargó de vender en cuotas los lotes fue la inmobiliaria de Bobbio. Las casas, típicas de los “italianos”, tenían esa fisonomía que les permitía posteriores ampliaciones, a lo largo de una galería que penetraba hasta el patio, en la que casi siempre, para ayudar en la economía familiar, había una huerta y un gallinero para el autoconsumo.

Originalmente antes del loteo generalizado, en la Villa se destacaba un grupo de chalés o viviendas de “fin de semana” de familias con un buen pasar socioeconómico, familias que tenían sus casas en el centro y sur de la ciudad. Sin embargo, estos chalés convivieron con las casas de los trabajadores que adquirían pequeños lotes, en cuotas sin interés y, como se dijo antes, se incluían materiales de construcción para comenzar con la edificación de las viviendas.

Como sostiene Dalla Fontana, en sus comienzos, el fenómeno de la Villa se correspondía con grupos sociales acomodados que buscaban mostrar su “estatus” a través de la construcción de una casa de veraneo o fin de semana. Pero junto a estos “8 o 10 chales que sobresalían” se encontraban las primeras viviendas humildes y las quintas que los rodeaban.

La inmigración, en el marco de la guerra en Europa, trajo a la Villa María Selva un gran número de vecinos italianos que compraron los terrenos más extensos y, rápidamente, comenzaron a desarrollar diferentes actividades económicas y de autosustento. A partir de este numeroso grupo de italianos que se instalaron en este espacio al norte de la ciudad fue que este barrio también se lo conociera popularmente como “La Italia Chica”.

Pero en verdad no fueron sólo inmigrantes italianos quienes poblaron el lugar. Además, hubo un importante grupo de españoles que se asentó en el barrio. Como comenta Dalla Fontana, la cercanía a los talleres de la Estación de Santa Fe Cambios, en barrio Sargento Cabral, proporcionó una fuente de trabajo para algunos polacos, alemanes, checoslovacos y belgas que se radicaban en María Selva. La localización del barrio entre dos centros económicos -Sargento Cabral y Villa Guadalupe- actuó como un factor dinamizador, sobre todo por la presencia del Ferrocarril Francés en esa zona tan cercana a María Selva.

Lo dicho, las primeras viviendas del vecindario contaban con una galería ventilada y fresca y los malvones, glicinas y jazmines completaban el paisaje de un barrio en crecimiento. Como motor del desarrollo de la zona era el ferrocarril, y los talleres de la Compañía Francesa o “La Redonda”, la capacidad manual y conocimiento de muchos de origen italiano, español, polaco, hizo que prontamente trabajaran en la reparación y mantenimiento de las locomotoras y vagones en las instalaciones de Salvador del Carril. Los trabajos más rústicos, en las vías, en movimiento de leña, carbón o materiales, de rieles, reparaciones de puentes, eran asumidos por la población criolla.

La conectividad con la “ciudad”

A este punto de su desarrollo, el historiador Miguel Ángel Dalla Fontana describe a la Villa como un “paisaje suburbano”, ya que “Cuando se hablaba de una casa en Villa Ma. Selva, se decía que estaba ‘apartada de la ciudad’. En realidad era una ‘sensación de lejanía’, porque el trecho para llegar al barrio, cruzando el bulevar Gálvez y 25 de mayo, era de dos kilómetros por camino de tierra hasta encontrar el Puente Negro”.

Por el sur quedó como una barrera física impuesta por las vías que cruzaron hacia la Estación del Ferrocarril Central Norte (Estación Belgrano hoy) y el puerto de Ultramar, que actuaron como enlace del Ferrocarril Central Argentino hacia el sur de Santa Fe, en el puente del Ferrocarril Mitre, que comenzó a compartirse y ser multitrocha. Cabe señalar que este ramal además generó los cruces a distinto nivel con las vías existentes que salían hacia el noroeste y norte. Estos cruces se transformaron en los “puentes negros” de la ciudad. El clásico y conocido con ese nombre de “Puente Negro”, en María Selva (Aristóbulo del Valle), el poco conocido de barrio Barranquitas Este (en Saavedra y Luciano Torrent) y el del ingreso al barrio Villa del Parque (en Naciones Unidas y Salvador Caputto).

En Villa María Selva esas vías del ramal del Central Argentino dieron un límite que propició la conectividad del barrio hacia el sur por las dos avenidas que lo flanquean y que fueron antes dos de los cinco antiguos “caminos” hacia el norte de la ciudad. 

Por ello la puerta de ingreso a María Selva fue, y continúa siendo en gran medida, la avenida que cruza debajo del Puente Negro, y que a su vez es el símbolo del portal del barrio

RICARDO ALDO Y A DEL VALLE - EL LITORAL 24-1-1978
ARISTOBULO DEL VALLE 2022

Esta estructura de hierro funciona como una referencia orientadora para arribar al barrio y como se mencionó antes es uno de los tres puentes ferroviarios que se encuentran dentro de la ciudad de Santa Fe. De acuerdo con Andrés Alejandro Andreis, en su trabajo sobre el ferrocarril en Santa Fe, el Puente Negro pertenecía al antes Ferrocarril Central Argentino, luego Ferrocarril Mitre, y conectaba la línea que se dirigía a Vera y Resistencia.

El Puente Negro, junto con el Puente Suipacha y el Puente Barranquitas, “Fueron montados en la primera década del siglo XX coincidente con la inauguración del Puerto de Santa Fe (1910)”. Estas estructuras de hierro dejaron de funcionar hacia finales de la década de 1980, cuando este ramal del ferrocarril Mitre perdió su gravitación (A. A. Andreis, 2003).

PUENTE NEGRO - BANCO IMAGENES FLORIAN PAUCKE
TRANVIA 4 POR ARISTOBULO - MARTIN ROSENBERG - EL LITORAL

Las principales avenidas que encierran al barrio, Aristóbulo del Valle y General Paz, funcionan como vías de comunicación de Villa María Selva con el resto de la ciudad. En la década del ‘20, la prolongación de la calle 25 de mayo era un camino angosto de tierra y, como comenta Dalla Fontana, por él circulaba un antiguo tráfico de chatas, carros y coches.

 Sobre este camino se combinaba el pequeño comercio y algunos pocos chalés y casas de familia. Con el paso de las décadas, la Avenida Aristóbulo del Valle se perfiló como un polo comercial en el norte de la ciudad.

Por otro lado, sobre la Avenida Aristóbulo del Valle, circulaba el tranvía de la línea 4, que conectaba la ciudad con el sur y con la Villa Guadalupe. Luego, el recorrido continuaba por Avenida Galicia, por un terraplén sobre la laguna conocida como “La Lagunita”, ubicada entre las calles Mitre, Hernandarias, Pasaje Parpal y Lavalle.

Esta laguna, también conocida como “Los Sauces”, de acuerdo con Dalla Fontana, se formaba a partir del declive del suelo que daba lugar a un terreno bajo en el que se acumulaban las aguas pluviales. Muy cerca de esta laguna se encontraba un lugar para maniobras, donde el tranvía que venía desde el sur cedía el paso a aquel que venía desde Guadalupe hacia el centro. Cabe mencionar que la vía era una sola para ambas direcciones por lo que muchas veces el tranvía que llegaba primero al cruce debía esperar al otro para no encontrarse de frente en el recorrido sin alternativas de paso.

Otro medio de transporte, como comenta Dalla Fontana en su libro sobre Villa María Selva, era la línea de colectivos “G” que había comenzado a funcionar en la ciudad en 1933 de la mano de un grupo de empresarios de Rosario.

Crecimiento y servicios

El proceso de urbanización del barrio fue lento y la apertura y el pavimentado de calles fue irregular. Hacia el año 1954 se pavimentó la primera calle del barrio: Ricardo Aldao o, como se la conocía antes, “N°25 sin nombre”. Esta calle era la única conexión de la zona con la Avenida General Paz, importante arteria de comunicación que conectaba el barrio con la zona de Guadalupe. La calle Aldao funcionaba como el eje de penetración del barrio ya que lo cruzaba de lado a lado y estaba cubierta de arena. Esta vía de comunicación se caracterizaba por una gran arboleda que fue talada durante los trabajos de pavimentación.

PAVIMENTO ARISTOBULO DEL VALLE - EL LITORAL 4-12-1930

Por otro lado, la calle “26 s/nombre”, luego Cassanello, estaba adoquinada en los cruces de las calles de Rivadavia, República de Siria, Belgrano y Las Heras, en un trabajo realizado por Ángel Cassanello para mejorar el ingreso a su quinta, como cuenta Dalla Fontana.

La pavimentación del barrio aparece, por ejemplo, dentro de un plan de obras del municipio de 1930, en donde lejos de pensar en el afirmado de las calles interiores, las primeras abiertas, el pedido era por el viejo camino a Ascochingas, Avenida Aristóbulo del Valle, en la que según el vespertino local los vecinos de “…Villa María Selva, barrios Calcagno y Belgrano, deseaban hace mucho tiempo que se construyese el concreto asfáltico, sobre base de hormigón, en el camino Aristóbulo del Valle, desde el Puente Negro hasta la ‘Curva del tranvía’ (luego Avenida Galicia), y ahora que van a librarse al servicio público las primeras cuadras de ese pavimento, cerda de la ‘Curva’, han dispuesto celebrar el acontecimiento con un almuerzo…”. En ese tiempo también se habla de la pavimentación de calle Derqui, para unir Aristóbulo y Facundo Zuviría. (El Litoral 4/12/1930)

AVENIDA GALICIA 2022

El proceso de pavimentación culminó hacia finales de la década del ‘70, cuando el resto de las calles interiores de Villa María Selva fueron consolidadas con pavimento de hormigón.

Otro servicio que arribó al barrio, en 1928, fue el suministro eléctrico, con funcionamiento durante todo el día y no sólo por horas, tanto para el barrio como para la Avenida Aristóbulo del Valle.  El fluido energético arribó a través de la Compañía Argentina de Tranvías Eléctricos, que a la par de extender sus vías y servicio de transporte de pasajeros, lleva el cableado necesario para dar electricidad a los barrios con la densidad necesaria de conexiones.

Así, el servicio eléctrico para la totalidad del barrio, como cuenta Dalla Fontana en su trabajo, llegó en 1942 cuando se extendió la electrificación desde Marcial Candioti hasta Sarmiento y desde Aristóbulo del Valle hasta Galicia a cargo de la Compañía Argentina.

En cuanto a otros servicios para la comunidad, Miguel Ángel Dalla Fontana cuenta también que, hacia 1929, se construyó la primera Estación Sanitaria y la primera comisaría en Aristóbulo del Valle. Además, “La primera central telefónica funciona en la vivienda de Luis Torielli, en Belgrano, entre J. P. López y Hernandarias (uno de los primeros comerciantes del barrio)”.

Otro servicio fundamental para el barrio fue la instalación hacia 1937 del agua corriente, en un principio, sólo en un sector del vecindario, y luego, en 1951 la red se extendió hasta la Avenida Galicia.

En todos estos avances para María Selva las entidades de la sociedad civil, clubes, escuelas y vecinales, fueron claves en el progreso del barrio. Con sus reclamos, sus gestiones, y su permanente accionar por el bien común del vecino, colaboraron para que la barriada progresara a la par de su plena ocupación.

Al respecto vale mencionar la particular gravitación de las entidades vecinales. De hecho, la primera fue la “Sociedad Unión y Progreso de Villa María Selva”, creada en noviembre de 1922. Al tiempo se sumó la Asociación Vecinal “Unión y Trabajo de Villa María Selva”, surgida en 1933. Más cerca en el tiempo, como una subdivisión de la única jurisdicción vecinal existente entonces correspondiente a “Unión y Trabajo”, en 1998 se creó la Asociación Vecinal “Juan Bautista Alberdi”.

VECINAL UNION Y PROGRESO - EL LITORAL 11-11-1959

La Sociedad Unión y Progreso

En Villa María Selva se puede encontrar una entidad donde los chicos y chicas del barrio recurren para realizar actividades deportivas, sociales y culturales, el club “Unión y Progreso de Villa María Selva”. Pero originalmente, el club nació con la Sociedad “Unión y Progreso de Villa María Selva y barrios circunvecinos”, que fue la primera asociación del barrio, creada el 11 de noviembre de 1922 con el propósito de responder a las necesidades y reclamos de un barrio en formación. 

Más que una vecinal, esta asociación de vecinos se propuso, desde sus inicios, emprender acciones educativas por lo que, pocos años después de su fundación, se creó en el local vecinal, ubicado en Ángel Cassanello 2249, la primera “pro-escuela” n° 139, más tarde la escuela “Jorge Stephenson”, como sostiene Dalla Fontana.

De hecho, en el año 1926 el Diario Santa Fe destacaba el progreso del barrio y la iniciativa de los vecinos por la materialización de mejoras. El vespertino comentaba, en diciembre de ese año, que “Entre los diversos barrios surgidos en los últimos años como consecuencia del notable adelanto de nuestra ciudad” se resaltaba el barrio de Villa María Selva y que “A pesar de su corta existencia posee ya un número de población muy importante”. El Diario apuntaba que en los vecinos del barrio se notaba “un ferviente anhelo de contribuir al adelanto del barrio” y que estos “Para tener mayor eficacia en sus gestiones han constituido una sociedad vecinal, fundada en 1922, la que cuenta actualmente con más de 150 adherentes, y desde tan corto tiempo han logrado construir dos edificios”. En uno de esos inmuebles funcionaba la escuela, y en el otro se construyó más tarde una biblioteca (Diario Santa Fe, 21/12/1926).

Como lo refiere el historiador de los barrios, la asociación como entidad fue reconocida con su personería jurídica en 1927, aunque previamente tenía su reconocimiento como vecinal en 1924. Así, la actividad fomentista continuó con la inauguración de una biblioteca y hacia 1933 y 1935 se inauguraron “dos nuevos servicios para la comunidad: la Academia de Corte y Confección, que tenía al frente a la Sra. Profesora Esmeralda B. de Buglia; y el consultorio médico gratuito con la atención del primer clínico del barrio, don Marcos Monczor”. De este modo, el local de la asociación vecinal “Unión y Progreso” se transformó progresivamente en un “centro polifuncional donde primaban las actividades de toda índole, sin dejar de destacar las reuniones familiares, sociales y deportivas”, como cuenta Dalla Fontana.

El Diario Santa Fe también mencionaba en el mismo artículo del año 1926 que a partir del trabajo de la Asociación Vecinal “y la colaboración de varios vecinos caracterizados, se cuenta con calles bien delineadas y perfectamente arboladas; existe una estafeta postal, teléfono, comisaría de policía”. (Santa Fe – 21/12/1926)

VECINAL UNION Y TRABAJO - EL LITORAL 7-9-1959
ESTADO CALLES MARIA SELVA - EL LITORAL 19-7-1960

Por los años ’40 era necesaria la mejora de los servicios, sobre ello trabajaba las activas vecinales de María Selva, una la “Sociedad Unión y Progreso de Villa María Selva” desde 1922, y la otra, “Asociación Vecinal Unión y Trabajo de Villa María Selva”, de 1923. Al respecto refería el matutino que en ese momento el barrio ocupaba una jurisdicción de 300 manzanas, en las que pese a los impuestos tributados “…no son retribuidos por medio de la construcción de obras públicas y demás adelantos y mejoras que exigen el progreso y las necesidades públicas”. Entre esas necesidades se destacaban el alumbrado público que era deficiente y de poca cobertura de las calles, como también la red de electrificación domiciliaria, que tenía “interrupciones en el servicio”. Abundaba el medio al decir que “El barrio carece también de obras sanitarias y de instalación de aguas corrientes, y no se tienen noticias de que ello se haya incluido en el plan de ampliación de los cinco millones de pesos, que se piensa poner en ejecución próximamente”. (El Litoral 11/2/1949)

Por esos años no contaba María Selva con una “posta sanitaria”, por lo que debían trasladarse hasta General Paz y callejón Encina. Tampoco había una feria franca en el barrio y menos una plaza o parque de juegos, cuestión que extrañamente se perpetuó en el tiempo al no dejar dentro de los loteros realizados un espacio verde para la barriada. Era un tiempo en el que Villa María Selva incluía a lo que hoy es Villa Setúbal, por lo que se planteaban reclamos en relación con la playa a orillas de la laguna, en inmediaciones de la primitiva ubicación del Club Ferroviario. (El Litoral 11/2/1949)

La acción transformadora del barrio María Selva que tuvo en la “Sociedad Unión y Progreso” fue medular para el desarrollo de dos entidades fundantes: la escuela Stephenson y el club “Unión y Progreso”. Amén de otras actividades y acciones antes descriptas, como entidad del barrio llegaría un final con el legado de las dos instituciones mencionadas. Así lo refleja Miguel Ángel Dalla Fontana en su libro sobre el barrio cuando menciona en relación con la historia de la escuela en el inmueble de la sociedad: “Recién en la década del 1980, el Superior Gobierno de la Provincia adquiere el edificio de la escuela a la Sociedad ‘Unión y Progreso’ (hoy ocupado por la Escuela Media 262, República Argentina) y de la primitiva institución quedará el club Unión y Progreso”.

PEDRO DE VEGA Y ALVEAR 2022

Los Carnavales de María Selva

De acuerdo con la tradición oral del barrio, los primeros carnavales se llevaron a cabo en 1923, en las calles República de Siria, Belgrano, Ricardo Aldao y Cassanello. Ya para los años ‘40 se comenzaron a realizar con más frecuencia los festejos del “Rey Momo” sobre Aristóbulo del Valle. Estos carnavales reunían a las instituciones sociales, fomentistas, deportivas y culturales del barrio y sus alrededores. Como comenta Dalla Fontana, “El desfile de comparsas, murgas, centros criollos, conjuntos orquestales, máscaras sueltas y trajes de fantasía se hacía en Aristóbulo del Valle, ‘corazón del barrio’, desde Pedro de Vega hasta E. Zeballos”.

En el año 1954 se pavimentó la primera calle de María Selva, Ricardo Aldao, o como se llamaba antes, la calle N°25, que era la única conexión con la Avenida General Paz. Por esos años, 1955, se hacían los Corsos de la Vecinal Unión y Trabajo sobre la calle 25. Don Saucedo recordaba para el programa Alma de Barrio que mucha gente, de todos los barrios, iban a los Corsos de María Selva. Eran corsos familiares, con algunas carrozas y algunas comparsas. También Saucedo mencionaba que una de las agrupaciones más aplaudidas a su paso por calle Ricardo Aldao era la “Murga de los Negros Santafesinos”, con el Negro Arigóz de bastonero.

PASAJE PARPAL Y SARMIENTO 2022

Los carnavales los organizaba la vecinal con el Club Central María Selva, o “Club Puchero” como se lo conocía por el servicio de comida del buffet del club que hacía unos pucheros para no olvidar. En los corsos se elegía la reina, y recordaba Don Sucedo por LT10 que después la representante de María Selva ganó como “Reina del Trabajo” en los carnavales de la Costanera 7 Jefes. Esa señorita se llamaba Irma Carnel.

Los corsos incluían las mascaritas sueltas. Dicen los vecinos de María Selva que en la década del ‘50 se disfrazaba y salía a asustar chicos y mujeres estaba un tal Fernández, conocido en el barrio como “Filipito”. Cada año sorprendía con un traje nuevo para que no lo descubrieran mientras hacía piruetas por la calle y tiraba agua. Otro tema era la batalla campal que se armaba para tratar de mojar al sexo opuesto. Las mujeres hacían acopio de agua en tachos de 200 litros frente a las casas, y munidas de baldes, a baldazo limpio, se enfrentaban con los muchachos que recorrían las calles agazapatos en las esquinas para mojarlas y salir secos. Eso ya fuera del corso nocturno, pero dentro cómo se vivía en el barrio aquel tiempo de los juegos de carnaval. (“Alma de Barrio” – LT10 AM 1020 – 24/1/2004)

EX VIAS FFCC Y LAS HERAS LIMITE SUR VILLA MARIA SELVA 2022

Barrio de clubes

La comunidad de María Selva también ha contado con otras instituciones sociales como los clubes de barrio. 

En el libro “Villa María Selva” de Miguel Ángel Dalla Fontana se expone que el primer club del barrio fue uno de vida efímera, llamado “Noreña”, en el que practicaban básquet en un predio ubicado en Belgrano y Castelli, “…pero su sede, luego de algunos años, se ubicó en Avda. Galicia 2260”.

Por ello, el Club Deportivo Central “Villa María Selva”, que se fundó en octubre del año ‘39 en Ricardo Aldao al 2000, es el club que perduró en el tiempo y es considerado como el primero. Miguel Ángel Dalla Fontana cuenta que en sus comienzos el Club contaba “con bochas, ciclismo y básquetbol” pero “Para 1942 el club desapareció y al año siguiente, Sánchez y Robles refundaron el club”. Esta institución se destacó por la organización de competencias y eventos de ciclismo y se mantiene en funcionamiento con su cancha de bochas.

Otro club de barrio fue el Club Atlético “Villa María Selva” que, como se dijo antes, se fusionó con la Asociación de Comerciantes, Industriales, Profesionales y Amigos de Avenida Aristóbulo del Valle en los años ‘80. Pero el club comenzó a funcionar en el barrio en enero de 1938 y “Según la tradición oral, el proyecto del club se inicia entre vecinos que concurrían a dos almacenes de ramos generales y despacho de bebidas”, como comenta Dalla Fontana. Esta institución ofreció diferentes prácticas deportivas, como básquet, voley, judo, pesas y diferentes eventos y entretenimientos sociales y culturales como bailes y fiestas.

En el apartado de los clubes, Santa Fe mi Barrio trata en particular estas entidades deportivas.

Vida cotidiana

En todos los barrios de la ciudad son recordados los primeros comercios y bares, como lugares claves de la vida social de los vecinos. En María Selva se mantiene en la memoria el almacén de ramos generales “La Margarita” de don Gregorio del Pino, ubicado en República de Siria, entre Pedro de Vega y Ricardo Aldao. El edificio aún se mantiene en pie y cuenta con un cartel despintado que recuerda la existencia del almacén con despacho de bebidas de los años 30’ y 40’.

Uno de los sitios originales del barrio era la “Tienda Eda”, que luego pasó a llamarse “Casa Papini”, con venta de ropas y telas. Este comercio sobrevive aún en la actualidad. En la memoria colectiva de los vecinos de María Selva se recuerda que, cuando llegó la televisión a Santa Fe, el dueño del comercio, don Papini, colocó en la vidriera su televisor, que era el primer aparato de este estilo del barrio. Así, los vecinos se juntaron frente al comercio para observar la novedad.

CASTELLI Y SARMIENTO ANEGADA - EL LITORAL 21-12-1965

Otro de los boliches era el bar de “Ricomini”, un italiano donde se tomaba bebida blanca como “La Cubana” o caña y se jugaba al truco. También estaba por la década del ‘60 la carnicería de Napa, en Pedro de Vega y Las Heras. Allí se compraba la carne más tierna, y sobre todo, se compraba al fiado, con la clásica libretita.

Muchos otros comercios de Villa María Selva formaron parte de su historia, algunos de ellos sobrevivieron por años para forjar la característica de una vecindad en la que ya no era necesario “ir al centro”, para buscar todo lo necesario para la vida cotidiana.

INAUGURACION ESC TECNICA - EL LITORAL 20-4-1960
CENTRO DE SALUD - EL LITORAL - 7-2-1959

La memoria urbana

El programa radial “Alma de Barrio” nació en 2002 en la radio de la Universidad Nacional del Litoral. El espacio, conducido por Fernando Pais, para 2022 con 20 años de emisiones, recorrió los barrios de la ciudad. Entre una de sus emisiones, en los primeros años, por el 2004, se acercaba a las calles de María Selva y conversaba con los vecinos. Así, por el aire de LT 10 se describían los recuerdos de Don Saucedo. El conductor del espacio reproducía esos dichos: “En la zona de Avenida Galicia había un lugar para maniobras donde el tranvía que venía del centro dejaba pasar al que hacía el recorrido desde Guadalupe para el sur. Cabe recordar que la vía era una sola para ir y venir, por esta razón, muchas veces el tranvía que llegaba primero a Galicia debía esperar al otro para pasar y no encontrarse de frente. Y este lugar de cambio de los tranvías estaba muy cerca de una laguna ubicada entre las calles Mitre, Hernandarias, Pasaje Parpal y Lavalle. ‘La Lagunita’, como la conocían los pibes del barrio, era el lugar para travesuras, para pescar y zambullidas en las siestas de verano”. (“Alma de Barrio” – LT 10 AM 1020 – 24/1/2004)

MAL ESTADO CALLES - EL LITORAL 6-2-1976

Como en otros barrios, María Selva tuvo sus vendedores ambulantes que quedaron en la memoria. Don Saucedo recordaba para “Alma de Barrio” a vecino de apellido Ricomini, que no vendía caña en un boliche, sino que vendía leche pausterizada, en la recordada botella de vidrio con tapa. Así, Ricomini recorría las calles de tierra de María Selva con su carro tirado por caballos, carro que era un furgoncito construido con chapa.

Pero había una mujer más pintoresca que vendía leche, en este caso al pie de la vaca, según Don Saucedo. Doña María vivía en Las Heras al 6100, y como tenía un terreno grande, le daba para tener pastando dos vacas lecheras. En el barrio la bautizaron como “María La Vaca”, por la particular forma de ganarse la vida que tuvo Doña María.

También recorría María Selva un turronero, es decir un señor que vendía casa por casa turrones de maní. Llevaba una especie de castañuelas para anunciar su presencia y de a peso, vendía pedazos de turrón a los vecinos. Según recordaban para la radio universitaria, el turronero cortaba la preciada golosina casera con un martillito y una especie de cortafierros de albañil. Como lo decía Don Saucedo, “¡Duros los turrones de María Selva!”. (“Alma de Barrio” – LT 10 AM 1020 – 24/1/2004)

ENVIANOS TU HISTORIA-03
Barrio Maria Selva – Historia

6 comentarios en «Barrio Maria Selva – Historia»

  1. Hola…estoy rastreando datos para reconstruir árbol genealógico. Mi abuela fallecida, vivió en Villa María Selva con su hermana y padres. Su papá ( mi bisabuelo), Francisco Ghiano fue partícipe de la comunidad. Sólo tengo en número de documento de mi abuela… Cómo puedo obtener información de mi bisabuelo. Gracias por la orientación.

    1. Hola no poseemos información al respecto. Imaginamos que podrías acercarte al barrio a la vecinal para obtener alguna información. O tal vez en el registro civil para rastrear algún dato. Disculpas por no poder ayudarte en este tema.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll hacia arriba