Historia Barrio Jardín Mayoraz

Historia del barrio jardín

Muchos barrios de la ciudad llevan el nombre de la parroquia, algún prócer, la calle o avenida principal, y en otras ocasiones, de la escuela o una plaza. Pocos son aquellos que tienen en su nombre el apellido del propietario mayoritario de las tierras que dieron origen al loteo que formó la vecindad. Se destacan en este último aspecto el emblemático barrio Candioti, o Scarafía, Oser de antaño donde hoy es 9 de Julio, y uno en particular, Barrio Jardín Mayoraz.

En el caso de este barrio se distingue además por su característica particular de diseño urbanístico que rompe el damero cuadrangular del manzanero, casi orientado a los puntos cardinales de la rosa de los vientos. Además, por su universo urbano acotado, circunscripto y marcado por diagonales, pasajes, cortadas y callejuelas de anchos de vereda y calzada distintivos, Jardín Mayoraz es un espacio complicado de transitar para vecinos poco conocedores de su geografía.

Émulo de aquella “manzana misteriosa de Parque Chas”, de las historias del “Ángel Gris” del porteño Alejandro Dolina, Mayoraz impone con su diseño urbanístico un mojón a la monotonía de cuadrículas parcelarias entre manzanas, esquinas y calles, acaso en Santa Fe solo perturbado por las cicatrices en el territorio de las vías numerosas férreas.

Así las cosas, hasta la llegada de Mayoraz a la propiedad de estas tierras se puede abrevar en los planos antiguos de la ciudad que denotan los dueños de esta zona ubicada a la vera del viejo Camino a Ascochingas, hoy Aristóbulo del Valle, un poco al norte de la estación Km 2 del Ferrocarril a las Colonias, y frente al incipiente vecindario de Villa María Selva.

 

PROYECTO BARRIO MAYORAZ

En los primeros años del siglo XX la zona de Mayoraz comprendía dos grandes terrenos, el mayo a nombre de la familia Loza, al norte en el límite con lo que luego fue Estanislao Zeballos un predio a nombre de Villaggi, y hacia el sur del corazón de luego barrio jardín, los terrenos de Alsina y contra la Quinta Escalante el gran espacio de Calcagno, que también loteó en su momento este propietario y que por unos años se conoció como “Villa Calcagno”.

A los años, es decir luego de la primera década del siglo pasado de cuando se tienen estos datos de catastro de 1905 y 1913, la zona permanecía con la misma fisonomía de campo, atravesado por el lado oeste por las vías del FFCC Francés, y al este por Aristóbulo del Valle, pero sin desarrollo interno.

Entre los “mitos” urbanos de la ciudad el correspondiente a Jardín Mayoraz menciona que el diseño de sus calles y disposición correspondía a dos posibles motivos. Uno, quizás el más extravagante, indica que el barrio se diagramó a imagen de los Campos Elíseos de París. Y el otro, menos probable todavía, es que cuando era todo campo, las pocas casas que había estaban distribuidas de manera un tanto anárquica. 

Entonces, cuando hubo que trazar las calles no quedó otra que esquivar las casas que ya existían, y que así se habría formado ese manojo de diagonales que es el barrio Jardín Mayoraz. Ambos preceptos son solo mitos, en tanto que la historia sustentada en documentos e investigaciones denota otro origen para el intrincado barrio.

En verdad, el desarrollo del lugar cambia radicalmente con la aparición de don Juan Francisco Mayoraz que adquiere en entre junio y julio de 1927 adquirió la quinta a los Loza.

 A partir de esta operación inmobiliaria, Mayoraz encara un proyecto de conformación de un barrio tipo “jardín”, el que no respondía a la fisonomía del resto de la ciudad, pero que a la par de encontrar una solución habitacional diferente en costos de los terrenos, y en tipología de vivienda que también se brindaba como opción para construir con la disponibilidad de planos normalizados, buscaba optimizar la inversión inmobiliaria, en tanto aprovechaba mejor el espacio con menos “perdida” por el trazado de calles, ochavas y veredas.

En la publicación “Atlas Histórico de la Ciudad de Santa Fe 1887 – 1945”, realizado por Adriana Collado, María Laura Bertuzzi y María Elena Del Barco, se contextualiza este desarrollo inmobiliario: “Es notable la expansión del área urbanizada hacia el norte, con una importante cantidad de manzanas que se incorporaron a la ciudad, aunque en forma fragmentada y discontinua, producto de los numerosos predios intermedios que conservaban todavía su conformación original con grandes superficies, constituyendo en algunos casos tierras productivas (quintas o chacras) y en otros, meras extensiones de tierra vacante. En el plano oficial de la Municipalidad de este año (por 1935), aparece por primera vez el trazado del Barrio Mayoraz, de 1928, con su configuración diferenciada respecto del resto del manzanero”.

 

PLANO CHAPEROUGE 1905
PLANO 1913
PLANO 1935

Por su parte, el Museo de la Ciudad en la colección de historia de los barrios dedicó a Jardín Mayoraz uno de sus fascículos. En esta tarea de reconstrucción histórica colaboró el arquitecto Carlos María Reinante, que destacaba sobre la barriada: “Si bien no sabemos las razones que llevaron a Mayoraz a elegir el estudio del arquitecto Fermín H. Bereterbide en Buenos Aires, lo cierto es que en los hechos resultó un emprendimiento urbanístico –que aunque incompleto- significó para nuestra ciudad un ejemplo sin precedentes por su atipicidad y trascendencia”.

Sobre este punto del concepto de “barrio jardín” vale abrevar en otro trabajo, doctoral, de la arquitecta Adriana Collado, que bajo el título “Modernización urbana en ciudades provincianas de la Argentina. Teorías, modelos y prácticas, 1887-1944”, aborda en un capítulo a Jardín Mayoraz y menciona que “dos kilómetros al norte de lo que entonces alcanzaba la planta urbana consolidada” se conformaba esta nueva área “compuesta la fracción en la que llevaría a cabo el proyecto de barrio-jardín, con una superficie aproximada de quince hectáreas”. La búsqueda del arquitecto Bereterbide fue intencionada por parte de Mayoraz, en tanto este profesional de Buenos Aires se vinculaba con un ideal socialista y se especializado en viviendas para el acceso popular.

PLAZOLETA VERNA - LIBRO MSF
CASAS FRENTE A PLAZOLETA - LIBRO MSF

Justamente, Collado profundiza sobre las características profesionales de Bereterbide que tenía “…un conocimiento del modelo urbano de la ‘ciudad-jardín’ en el nivel de profundidad que trascendía la mera cuestión morfológica, ya que entre sus antecedentes previos al proyecto de Mayoraz, puede contarse el haber sido miembro de la Asociación Amigos de la Ciudad (de Buenos Aires) y debe considerarse su proximidad a los emprendimientos del Museo Social Argentino, su participación en la Comisión de Casas Baratas de los congresos panamericanos…”.

En fin, las gestiones, e inversiones de recursos familiares, de Mayoraz dieron por resultado un proyecto urbanístico que rompía con los estándares de ventas de terrenos en la ciudad hasta el momento y con el trazado heredado de la colonización española trasladado al nuevo emplazamiento de la ciudad desde “Santa Fe la vieja”.

Por el lado de la venta de lotes, en la misma operación en cuotas, se asignaban materiales para el inicio de la vivienda, pero además se facilitaban planos tipo de viviendas de diferentes dimensiones, con un pensamiento de simplicidad y economía propuestos por Bereterbide en donde el concepto de eliminar “lo superfluo” daba como resultado una ecuación de habitabilidad con el máximo aprovechamiento de los recursos de los propietarios.

Vale aclarar, como lo hace Reinante, que esta alternativa de uniformar las viviendas en cierta tipología común, que a su vez reforzara la identidad urbana del barrio, no se cumplió por elección de los compradores de los terrenos que prefirieron construir casas a su propio gusto y diseño, y posibilidades.

Así se arribó a la aprobación de parte del municipio para el emprendimiento, vía concejo municipal, y se pudo comenzar el remate de los lotes. Así lo refiere Reinantes en el escrito del Museo de la Ciudad sobre Jardín Mayoraz: “Efectivamente, luego de los trámites correspondientes iniciados el año anterior, se anuncia para las 9 horas del día 2 de setiembre (de 1928) el inicio del remate de los 520 lotes distribuidos en 30 nuevas manzanas del flamante barrio. A los 100 primeros interesados se les ofrecía la posibilidad de adquirir gratis los ‘planos más aconsejados’ dentro de 12 tipos de casas diferentes previstos en el proyecto urbanístico”. Los rematadores elegidos por Mayoraz fueron Bobbio y Mantovani, con plazo de pago hasta en 120 cuotas, y el acceso al título de propiedad con cinco cuotas pagas para favorecer la construcción de casas, y con ello, el poblamiento del barrio, que atraería más compradores de lotes.

Si bien para la época la promoción en medios y volanteadas para vender lotes era una práctica común, Mayoraz encaró este aspecto con particular ahínco. Collado aborda este aspecto al mencionar que existía un catálogo que se iniciaba mostrando las promisorias características del terreno elegido y se mencionaban: la línea de tranvías que circulaba por el camino principal, una reciente ordenanza que garantizaba la inminente pavimentación de dicho camino principal que sería la avenida de llegada al barrio, la ubicación del barrio a 26 cuadras del Puerto de Ultramar y el posible traslado de la estación de la Compañía Francesa de Ferrocarriles de Santa Fe al enclave ferroviario cercano, que acababa de aparecer como parte de las obras previstas en el Plan de 1927; cuestiones de buena accesibilidad y una dinámica económica promisoria parecían garantizar el éxito de la operación”.

VENTA LOTES MAYORAZ - EL ORDEN 1-9-1928
CALLES DE JARDIN MAYORAZ 2022
COLEGIO VERNA - LIBRO MSF
COLEGIO VERNA 2022

A título de cierre de esta primera parte de la historia en la que se distingue la iniciativa de Mayoraz y su particular loteo/barrio bien se puede recalar nuevamente en las palabras de Reinante, que al trasluz del tiempo, dice sobre el barrio jardín: “Digamos que en el caso concreto del Barrio Jardín Mayoraz, se conjuga en las presencias de ciertas estructuras físicas -casi laberínticas- en cierto modo inexplicables, pero que también remiten a un imaginario ausente que hoy la historia puede recomponer. A calles en diagonal que abrazan una plaza-centro,     y pasajes de variada regularidad formando un tejido poroso, lotes que se brindan protegidos al tránsito, buenas orientaciones. Pero donde también hoy se pueden advertir e inscribir las marcas de lo que se pretendía incorporar: una arquitectura paisajística con lotes ajardinados, un ajustado espacio público, un abundante y racional arbolado…”.

El devenir del barrio/jardín

Como vecinal Jardín Mayoraz tiene límites establecidos en función de sus principales accidentes urbanos cercanos. Las vías de ferrocarril Belgrano al oeste, su contraparte por el poniente con Aristóbulo del Valle, Hernandarias al norte, y al sur, como un triángulo parado sobre su vértice, la confluencia de las vías y Aristóbulo, es decir, en el mismo Puente Negro.

En el nacimiento del barrio también tuvo gran importancia el colegio Antonia María Verna. Por eso también se lo conoce como “el barrio del Verna”.  Este colegio se instaló en el año 1949. Por aquel entonces se recuerda que había zanjas donde se cazaban ranas y el único farol de Jardín Mayoraz estaba donde hoy está la plazoleta. Pero antes, al mismo inicio del barrio, en 1929, se creó la Escuela Fiscal “Balbina Domínguez”, que a la postre sería la escuela pública del lugar.

En los recuerdos recuperados por el Museo de la Ciudad se menciona que “Para fines de 1932, más del 90 % de los terrenos estaban vendidos y una treintena de casas comenzó a construirse. Durante la década de 1930 el crecimiento del barrio fue pausado. A pesar de ellos, se destaca la instalación de una feria franca (1931) como así también las primeras luces de alumbrado público. Con el despegue económico de la década de 1940 se acelera el proceso de edificación con la oferta de créditos hipotecarios beneficia el poblamiento definitivo del barrio. 

PLANOS VIVIENDAS J MAYORAZ - HISTORIA BARRIOS MSF 2007
VIEJA CASA JARDIN MAYORAZ 2022

A fines de los ’60 llega el pavimento de las diagonales Aguirre y Martínez respectivamente y de calle 9 de Julio, eje único sur-norte en línea recta. Paulatinamente el barrio hará honor a su nombre por el esmero con que sus vecinos se abocan al cuidado y embellecimiento de frentes y jardines”. (Colección «Historia de los Barrios» II – Jardín Mayoraz– Museo de la Ciudad – Municipalidad de Santa Fe – 2007)

CALLES DE JARDIN MAYORAZ 2022
LIMITE VIAS FFCC BARRIO MAYORAZ 2022

Pasaron muchos años sin que el barrio tuviera mayores progresos en cuanto a los servicios y las mejoras. Por ejemplo, en 1971, una comisión de vecinos denominada “Pro Mejoras Barrio Mayoraz”, surgida el año anterior y liderada por Humberto Cardozo Gómez, secundado por Carlos Garcés, Tomás Montenegro, Luis Ángel Britos, Roberto López y Rogelio Bortuluzzi, expresaban el anhelo de unos 200 socios de mejorar las condiciones del barrio. En ese tiempo, a poco más de 40 años del nacimiento del loteo, los reclamos eran por iluminación, pavimentación de calles, construcción de veredas, control de los numerosos baldíos y hasta el saneamiento de una profunda y peligrosa cava, casi lindante con el colegio Verna. Con el objetivo de que ese grupo constituyera luego la base de la vecinal los moradores movilizados expresaban sus reclamos ante el vespertino local. En ese momento el barrio contaba con unos 15.000 vecinos, relevados por la entidad, donde la necesidad de pavimentación de las calles, y de su inclusión en el programa en marcha por aquellos años, se les presentaba como una favorable oportunidad. Sin embargo, la empresa contratista de las tareas del hormigonado de las calles alegaba que los pasajes dificultaban las obras, y las encarecían. Diagonal Martínez era una de las pocas pavimentadas, pero se cortaba con las vías, por lo que la necesidad de abrir pasos a nivel para favorecer la conectividad era otra de las demandas. (El Litoral 28/2/1971)

Al año siguiente, reunidos en el club Villa María Selva, del barrio vecino, los habitantes avanzaban con la idea de organizarse como vecinal, a la par de sostener las mismas peticiones de mejoras para el barrio. Lo distintivo fue la presencia de representantes del ejecutivo municipal en ese encuentro. Puntualmente, y para reconstruir la fisonomía de ese tiempo, es dable citar algunas de esas solicitudes: “establecimiento de dársenas para el estacionamiento de automotores, en Aristóbulo del Valle, desde el puente negro hasta Estanislao Zeballos; reparación y habilitación de desagües de la avenida del Valle; ensanche de la misma en su vereda oeste, desde Castelli hasta E. Zeballos; instalación de cabinas públicas; aserrar los troncos depositados en la escuela B. Domínguez para construir bancos, pizarrones…”. La referencia de los troncos se debe a la tala que si hizo de enormes eucaliptos en la zona de la entidad educativa. (El Litoral 5/3/1972)

Para 1974 los reclamos y necesidades del barrio seguía por los mismos caminos, pavimento, desagües, iluminación, en este caso reflejada por El Litoral a partir de la reunión convocada por la ya existente vecinal en el club de bochas Mayoraz. (El Litoral 3/6/1974)

Incluso hasta fines de los ’70 Jardín Mayoraz mantenía malas condiciones y atrasos en sus servicios, también en la gran cantidad de baldíos. Por ese entonces la vecinal funcionaba en Pasaje Rawson 6199. (El Litoral 28-11-1977)

Finalmente, las calles de barrio se pavimentaron, pero recién de manera completa para la década de 1980. Antes, promediando los ’70, se extendió el agua corriente, mientras que las cloacas esperaron casi hasta fines del siglo pasado para ser una realidad. Finalmente, el barrio prácticamente sin terrenos libres, es decir completamente edificado, sumó en la primera década de este siglo el gas natural como servicio.

RECLAMO VECINAL - EL LITORAL 28-2-1971
VECINOS PROPICIANDO LA VECINAL - EL LITORAL 5-3-1972
RECLAMOS DE VECINOS - EL LITORAL 3-6-1974
RECLAMO POR BASURAS - EL LITORAL 28-11-1977
PASO FFCC EN DIAGONAL AGUIRRE - EL LITORAL 17-2-1976
CHALET DE MAYORAZ EN ARISTOBULO DEL VALLE 2022

Postales de Mayoraz

Los comercios, los lugares de reunión, fueron constitutivos de la identidad de Mayoraz. En los rescates de la historia se recordaba en la audición “Alma de Barrio” por LT10 que “Había muy pocos almacenes en el barrio. El de ‘Pandolfo’ era uno. Estaba en Pasaje Parpal al 2600. Y otro era el de ‘Magdalena’, en el cruce de Parpal y Pasaje Hudson y la leche se repartía en carro. La panadería del barrio era ‘La Valcánica’, que era de unos polacos…después fue cambiando de dueños y todavía está en el barrio, pero con el nombre de ‘La Monumental’. Otros comercios que se recuerda que estaban sobre Aristóbulo fueron el almacén la Perla, la comisaría novena, la tienda Rosa Blanca y el bazar de Rossi Hnos., entre otros”. (“Alma de Barrio” – LT10 AM 1020 Radio Universidad 26/9/2004)

Por su lado, la publicación del Museo de la Ciudad editada en 2007 refería sobre algunos comercios que “En el ámbito de las remembranzas ocupan un lugar destacado los comercios que alguna vez acompasaron el palpitar del barrio. El tradicional bar «La G» propiedad de los hermanos Gesualdo. El comercio contaba con doce mesas de billares, su nombre hacía referencia al colectivo Línea «G» (después 10) que tenía en Aristóbulo del Valle y Lavaisse (ubicación del bar) su punto de arribo.

CASONA PARPAL Y HUDSON 2022
ESCUELA BALBINA 2022
CICLOVIA LIMITE OESTE MAYORAZ
CALLES DE JARDIN MAYORAZ 2022
CLUB MAYORAZ 2022

La fábrica de aparatos lumínicos de Don Cándido Cid, cuya producción era distribuida a todo el país por vendedores oriundos del barrio. La empresa desarrolló sus actividades entre finales de la década de 1960 hasta 1980 aproximadamente, cambiando de rubro en varias oportunidades. Así, si bien sus inicios se vinculan a la confección de herrería artística, posteriormente se dedicó a la construcción de cajones de vino y sillas plegadizas, las cuales eran adquiridas por los circos que visitaban la ciudad.

Atención especial merece Don Antonio Calabrese, quién comenzó como repartidor de leche y hielo a domicilio (de la despensa La Perla), hasta convertirse en propietario de un moderno autoservicio ubicado en Av. Aristóbulo del Valle y Pedro de Vega. Por algún tiempo (a fines de los años 70) funcionó en una pintoresca vivienda de la calle Castelli y San Jerónimo el Cabaret ‘La Canoa’. La fábrica de galletitas ‘Botto’ en Av. Aristóbulo del Valle y J.P. López mantuvo su actividad entre 1925 hasta mediados de la década de 1960”.  El sastre del barrio fue don Alberto Dorigón, proveedor de los atuendos de los novios y padrinos de las bodas de Mayoraz.

Otros aspectos poblaban la geografía del barrio. Además de la mencionada cava cerca del colegio Verna, hubo otra, conocida como de “Calcagno”, por el loteo en el extremo sur del barrio, en la que las lluvias acumulaban agua y hasta desbordaban a veces, y donde junto a las vías los muchachos del barrio pescaban anguilas que terminaban fritadas en más de una sartén de Jardín Mayoraz. (Colección «Historia de los Barrios» II – Jardín Mayoraz– Museo de la Ciudad – Municipalidad de Santa Fe – 2007)

Otros de los recuerdos de vecinos memoriosos se relacionan con espacios de antaño, perdidos en el tiempo, como por ejemplo las hamacas que había sobre Aristóbulo, entre Ricardo Aldao y Ángel Cassanello, donde se había instalado un parquecito entre los eucaliptos. Ese era el lugar de los juegos infantiles.

Otro espacio recordado era la calesita que estaba donde después la Escuela Balbina Domínguez levantó su edificio propio y definitivo. En “Alma de Barrio” se mencionaba por los micrófonos de la radio de la UNL que “Donde se encuentra la escuela Balbina Domínguez antes había un terreno donde acampaban los gitanos y se instalaban los circos y la calesita. Cuentan que para ir al circo había que llevarse la silla. Y que la calesita giraba al son de dos tangos: ‘Muchacha’ y ‘El último café’”

También el espacio surgido en 2002 en LT10 contaba a dos años de comenzar sus emisiones que “También hubo un gran eucaliptus muy viejo, de unos 200 años y más o menos 3 metros de diámetro done los muchachos de Mayoraz y María Selva se juntaban a pasar el rato. Cuentan que cuando cortaron el eucaliptus todos se entristecieron. Y como era tan grande, y no existían las motosierras, para trozarlo tuvo que ir el ejército y dinamitarlo por partes”. (“Alma de Barrio” – LT10 AM 1020 Radio Universidad 26/9/2004)

Hacia principios de la década de 1940 existía en Santa Fe sólo un templo evangélico, ubicado en la zona céntrica. Las dificultades de comunicación, impedían cumplir con las oblígacio11es religiosas a la creciente feligresía del norte de la ciudad. Así, un grupo de cristianos evangélicos comnenzó a reunirse en casa de la familia Granges, en Pje. Hudson. Al mismo tiempo creció entre ellos el anhelo de un templo propio. En Octubre de 1945 se inauguró el templo en calle Angel Cassanello en el que, simbólicamente, cada miembro de la congregación colocó un ladrillo. Fue su primer pastor el Sr. Francisco García. La construcción tiene como característica la de ser el único edificio público en su estilo arquitectónico y ser la primera iglesia evangélica del norte de la ciudad. (Colección «Historia de los Barrios» II – Jardín Mayoraz– Museo de la Ciudad – Municipalidad de Santa Fe – 2007)
CASA ANTIGUA MAYORAZ 2022
IGLESIA APOSTOLICA 2022
CALLES DE JARDIN MAYORAZ 2022
PLAZOLETA VERNA 2022

Con los años Jardín Mayoraz adelantó su progreso, y acaso el sueño de su creador se haya hecho realidad en la ocupación completa del barrio jardín, con casas de santafesinos trabajadores, y con algunos mudos testigos en sus frentes del pasado de este vecindario surgido a fines de la década de 1920 y que rompió la monotonía cuadricular del manzanero santafesino con sus diagonales, cortadas, pasajes y esquinas anguladas, más las casitas con jardines al frente.

 

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