Barrio Pompeya – Historia

INVESTIGACION EN DESARROLLO-02

Historia Barrio Pompeya Oeste

La historia del barrio Pompeya comienza allá por los años 60 cuando el propietario de la mayor parte de las tierras, Bobbio, comenzó con el loteo de lo que hasta entonces eran solo quintas y pequeñas chacras.

En realidad hay dos vecinales Pompeya, una Nueva Pompeya y otra Pompeya Oeste. Pero los dos barrios tienen el mismo origen en su nombre y este origen está relacionado con la parroquia Nuestra Señora de Pompeya. Bobbio era el dueño de la mayor parte de las tierras y cuando comenzó la venta de lotes, a principios de los años 60´, reservó una manzana en la esquina del viejo camino Nogueras, hoy Avenida Peñaloza, y French para establecer una parroquia en una vieja casona de campo que ya existía en el lugar.

Según cuenta la historia no escrita, parece que la madre de Bobbio era devota de la Virgen de Pompeya, y por esa razón, la capilla que se estableció y dio nombre al barrio en 1960 se llamó Nuestra Señora de Pompeya. La casa donde se inició la parroquia era muy humilde y mientras una parte servía de capilla otra quedaba para vivienda del sacerdote. El primer cura fue un miembro de la Congregación del “Verbo Divino” y se llamaba Juan Huber. El día de celebración desde entonces para los fieles del barrio Pompeya es el 7 de octubre, día de la virgen del mismo nombre.

El barrio Pompeya Oeste tiene como límites las calles Gorriti, Peñaloza, Regimiento 12 de Infantería y las vías del FFCC Belgrano al este. Justamente, las vías del tren eran el lugar de comunicación más rápido con el centro más poblado de la ciudad. Tanto es así, que muchas veces, allá en la década del ‘60 y ‘70 cuando llegaron los primeros vecinos, cuando llovía mucho desbordaba la laguna y el zanjón, los pobladores se llegaban hasta el terraplén del ferrocarril y caminado por las vías se iban hasta poder alcanzar un colectivo en la zona más poblada, cerca de Don Bosco.

Cuando en los primeros años de la década del ‘60 se estableció la parroquia, y comenzaron los loteos de la zona, uno de los tres primeros vecinos en llegar fue don Antonio Chalita, que vivió siempre en la misma casa de calle Pavón en barrio Pompeya Oeste.

Dicen los vecinos que al principio no había ni calles abiertas, y que el servicio de luz eléctrica llegó recién a mediados de los ’70. Por ese entonces los vecinos debían entrar y salir del barrio para el lado de camino Nogueras por calle Regimiento 12 de Infantería, por mucho tiempo única calle pavimentada del barrio.

Según recordaba para el programa “Alma de Barrio” de LT10 Don Chalita, llegaron como primeros vecinos Don Castillo y Don Almirón, y también estaba un tal López, que era tapicero. Don López pasó su vida en el barrio. Algunos recuerdan cómo cuando en el año 1978 llovió mucho, durante tres meses, el barrio se inundó como siempre, entonces Don López, el tapicero, buscaba a los pibes y la gente de sus casas con una canoa y los llevaba hasta el terraplén del ferrocarril para salir del barrio.

También los primeros pobladores recordaban a Don Retamoso, un empleado municipal que aparte de trabajar en el municipio tenía unas lecheras en los baldíos del barrio y vendía la leche a las vecinas, casa por casa, con el clásico tacho de aluminio y el jarrón…

Antes que llegaran el Fonavi de Las Flores I y II, los almacenes que estaban sobre Peñaloza eran los de Carughi, entre Pavón y Ayacucho, y el de Chiche Morete, en Santiago de Chile casi Larrea, donde se podía comprar de todo. Y eran entonces los almacenes con despacho de bebidas, como de campo.

En Pompeya Oeste no hubo ningún club, pero los muchachos del barrio se juntaban a jugar al fútbol en varios potreros. El más grande, y más concurrido, era el que estaba en Pavón y San José, conocido como la “cancha de Los Juárez”.

Así Pompeya Oeste participaba en los campeonatos interbarriales. El clásico “caliente” de la época era Pompeya contra Santa Rosa de Lima. Según recordaba para el espacio radial Don Guillermo Gigena, en un partido que jugaron los de Pompeya contra Santa Rosa de Lima en 1985 en la cancha de Instituto en calle Blas Parera, le cobraron un penal en contra del equipo de Santa Rosa y se armó una gran trifulca. En medio de las corridas un policía tiró un disparo medio al aire cuando lo agredieron, pero no tan al aire porque fue a dar en la nuca de uno de los simpatizantes de Pompeya conocido como “Pelé”. Bueno, contrario a lo que se podría imaginar sobre la suerte del simpatizante de Pompeya, el tal Pelé se salvó de milagro de ese clásico entre barrios, del que los vecinos memoriosos no recordaban bien el resultado deportivo, pero sí el policial.

Poco a poco el barrio Pompeya se fue poblando, creciendo cada vez más, a la par del gran impulso que a la zona le dio en los años ‘80s la construcción de los complejos habitacionales Las Flores I, primero, y Las Flores II, después más cerca de Peñaloza. Después en 1990 se creó la vecinal para luchar por las mejoras que siempre necesitó el barrio, en especial por los anegamientos por lluvias. Un barrio poblado por muchas necesidades, que de las vías solo conserva el terraplén porque los rieles y los durmientes desaparecieron al poco tiempo que lo hicieron los trenes y vagones con su paso por el lugar. Un barrio de muchas calles de tierra, zanjas, pero con vecinos que aman y tratan de trabajar en su lugar, de los cuales muchos son albañiles y peones de construcción, levantando edificios o casas más cerca del centro, pero con sus propias casas a medio terminar, con paredes que mezclan ladrillos y bloques de cemento sin revocar.

FUENTE: Alma de Barrio – LT10 AM 1020 – 17/07/04

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