Barrio Santo Domingo – El universo

 El universo es un cuenco de barro

Desde hace mucho tiempo, es cierto, algunos grandes enamorados de las estrellas, algunos entusiastas de la noche y el sueño, nos habrían dado la nostalgia; ese universo del Impenetrable donde existe y siempre ha existido Shotaina’. No de otra manera vive en nosotros Shotaina’ más que transportando sus fugitivas claridades al río del sueño, ese dominio donde el criollo no llega tan siquiera por costumbre.

Porque es allí donde se desliza el Impenetrable, en el sueño, ese río caudaloso de nuestra vida, de nuestra existencia. Universo líquido y sensible donde ‘al soñador el sueño le dice algo’ aunque Laat (el viento) baile y se meza en la copa de los árboles. Es ese otro universo, esa otra flecha, donde observamos el cuerpo conjunto de nuestras fugaces sombras… tan pesadas a veces, aunque coloreadas y mudas, y contrastadas con aquellas solitarias historias de la Comunidad Toba.

Vivencia y amistad por la tierra fluyen como el canto de los búhos en la noche y el Qom sueña y despierta la timidez en los árboles y el cielo: los enlaza y vuelve la cúpula celeste en un cuenco de barro. Y, de a poco, nos sumerge en ese universo: rio-cuenco-fuente. Ese cuenco-universo que hace a veces de fuente, otras de cuna, del sueño de todos los sueños de los tobas.

Las páginas se deslizan y se cubren las voces con los cantos de los pájaros y nuestros sentidos se dilatan y las corrientes de pensamiento se convierten en piedra cuando ‘a punto están de abrirse las flores’. Ya casi se apaga el último canto, y la suave canción de la naturaleza nos consuela y hamaca, en lo hondo nos arropa, y detrás se enciende el alma del joven Qom que se pregunta por los débiles latidos de un gran árbol. Ya es la hora del sueño y en el amplio cielo en que va a amanecer, Lalla’qte[1] nos mira. El valiente corazón de la tierra continuará latiendo… aún cuando las flores no se hubieran abierto todavía.

 

prefacio escrito por André Cettour para el libro Shotainá

 [1] Primer estrella del amanecer

Barrio Santo Domingo – El universo

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