Barrio Scarafía – Historia

Historia Barrio Scarafía

            Algunos barrios de la ciudad de Santa Fe adquieren el nombre de la parroquia del lugar, de un plan de vivienda, de una avenida, hasta de un vecino destacado, y varios toman el nombre del propietario original que inició el loteo de los terrenos. Ese es el caso de Barrio Scarafía, que corresponde a este inmigrante italiano Mateo Scarafía, que también gravitó en el surgimiento del barrio El Tránsito, pero allí, la devoción por la Virgen del Tránsito que él y su familia promovieron hicieron que llevara ese nombre la barriada recostada sobre Blas Parera.

            Pero al otro lado de la vía, entrando por calle Vieytes, está la pequeña barriada y vecinal Scarafía. Las viejas vías del Ferrocarril a Las Colonias al este, Vieytes al sur, Javier de la Rosa al norte y al oeste el Camino Viejo a Esperanza (Avenida Manuel Menchaca). Todavía con aspecto de campo en parte de su pequeña jurisdicción, con un gran terreno ocupado por una finca sin subdivisiones.

Calle Vieytes y Avenida Blas Parera, por donde se ingresa a Barrio Scarafía

            En un plano de 1899 aparece la zona con tres grandes propietarios. Va de suyo que Mateo “Scaraffía” (como aparece nombrado en el mapa), tiene el terreno entre las vías del FFCC y al este el “Camino Aguirre”, así mencionado. Del otro lado de los rieles figura al norte un gran terreno a nombre de “A. Scaraffía” y otro al sur contra confinado por el Camino a Esperanza y Vieytes a nombre de “B. Conte”. De estos registros surgen algunos datos contradictorios en tanto en un plano de Chaperouge de 1903 todo el predio de lo que hoy es Barrio Scarafía, y la parte sur de barrio Tránsito, está a nombre Scarafía Hnos.

            Para la década de 1930 los terrenos de Scarafía al este de las vías lindantes con el Camino al Matadero (Blas Parera) se habían subdividido entre descendientes de Mateo, el inmigrante. Al oeste era de las vías, hasta el Camino Viejo a Esperanza, había dos grandes terrenos. Junto al ferrocarril, desde Vieytes hasta aproximadamente Risso, uno a nombre de “Vda. de Scarafía”, y luego para 1946 de “Bernardo Scarafía”. El resto del gran predio, con divisoria aparentemente en lo que luego fue calle Lehmann e Ignacio Crespo, aunque en diagonal, perteneció a “José Scarafía”. De este último gran espacio queda todavía la mencionada finca de aproximadamente unas siete manzanas.

          Queda claro entonces el sentido de pertenencia desde el origen para el nombre del barrio, más allá de los parcelamientos posteriores que fueron subdividiendo en forma parcial el damero de manzanas. También aparece desde el origen como un fuerte límite el trazado de las vías de Ferrocarril a Las Colonias. Los pocos cruces formales del ramal produjeron que el eje articular de comunicación del barrio se diera por el sur, por calle Vieytes, que además, fue la primera en consolidarse con pavimento paulatinamente, desde Blas Parera hacia el oeste.

Banderas en la plaza de Barrio Scarafía

Del descampado a las quintas y las casas

            Scarafía tenía en su inicio una ocupación del territorio en relación con el trabajo de las tierras. Se trata de quintas y pequeñas fincas en las que los terrenos eran trabajados como por medieros, es decir, que no eran propietarios de las tierras, sino que las alquilaban con el pago monetario. Cuando se empezó a lotear el barrio para su urbanización, entre los años 1948 y 1950, recuerdan antiguos vecinos que señor de apellido Arigoni era uno de los quinteros más grandes que trabajaba la tierra.

         En otros registros de los ’40 se establecen varios lotes de poco frente y muy extensos en sentido este/oeste, desde la línea de calle Ignacio Crespo hasta el Camino Viejo a Esperanza en la mayor parte del espacio.

            En el programa “Alma de Barrio”, emitido por LT10 Radio Universidad, en alguna oportunidad se mencionaba que “En el lugar ya funcionaba desde principios del siglo XX una ladrillería que dejó varias cavas en barrio Scarafía. Esas cavas, después fueron tapadas por la municipalidad con basura, pero también, con el viejo asfalto de Blas Parera cuando esta avenida era angosta y circulaba el tranvía Nº5”. (“Alma de Barrio” – LT 10 AM 1020 – 29/11/2003)

            Para el tiempo de los loteos el propietario mayoritario del espacio era Santiago Scarafía. Poco a poco los terrenos fueron vendidos, en parcelas más o menos grandes, y de este modo comenzaron a afincarse los nuevos habitantes del barrio. Entre las primeras familias los memoriosos del barrio Scarafía recuerdan a los Vasega, Ríos, Olmos y Lazut. También llegaron al barrio -que no tenía ni siquiera calles abiertas en los primeros años- las familias Nesterovich, Casco y Careaga.

             En aquella década del ‘50 los vecinos debían caminar hasta Blas Parera para tomar el tranvía Nº5. Como los asentamientos de viviendas se habían hecho en la zona norte del barrio, más allá de las ubicadas en la vera de Vieytes, muchos vecinos tomaban senderos campo traviesa, atravesando un chilcal entre la vía del ferrocarril y la parte de atrás de la Iglesia del Tránsito.

          El citado espacio radial, habitué de recorrer los barrios y hablar con los vecinos, rescataba para los micrófonos de la Radio Universitaria el testimonio de una vecina del lugar: “María Luisa Aznariz de Vasega recuerda que era un barrio tranquilo, donde se podía salir de noche, donde todo estaba rodeado de campo y quintas. Los vecinos del loteo Scarafía iban a bailar a la pista de Bagnaroli, en Vieytes y Blas Parera. También se juntaban para bailar en el viejo predio de la vecinal Piquete Las Flores, al lado de la Iglesia del Tránsito. María Luisa también recordaba que en la década del ‘50 se hicieron unos lindos corsos en el barrio, donde además se jugaba al carnaval con agua, como antes”.

        La escuela del barrio es lógicamente la Escuela “Cáceres de Ballarini”, sobre calle Vieytes, en jurisdicción de la vecinal Sarmiento. Como escuela pública de Cabal y Scarafía, también los vecinos participaban en la cooperadora. Recordaban algunas mujeres cómo hacían beneficios con kermeses allá por los ’70, para recaudar fondos, pero también para divertir a chicos y grandes de las dos barriadas.

          Como en todos los barrios, los clubes de fútbol estaban a la orden del día. Por los años ’60, cuando crecía la barriada de Scarafía, los muchachos practicaban en un campito atrás de la Iglesia del Tránsito. Así, en combinados improvisados, los de Scarafía jugaban en las canchas del “Club Chamuyo”, que estaba para el lado de barrio Acería, o contra los muchachos de Juventud Unida y del Club 9 de Julio.

            “Alma de Barrio” recordaba en su recorrida por Scarafía los primeros comercios del lugar, o acaso los más recordados. Así lo mencionaba Fernando Pais en los micrófonos de LT10 cuando refería en 2003: “Siempre recordamos los primeros comercios de cada barrio. En Scarafía la primera panadería fue la de la familia Grisetti. También, en los ‘60 estaba el almacén de Teresa Tos, más conocido como ‘La Tere’, en Chiclana y Risso. En calle Vieytes al 5200 estaba el boliche de Don Juan Nuñez, donde servían una bebida muy especial. Según cuentan, había un preparado de bebida blanca llamado ‘Chirimbiqui’ que incluía caña, vermouth y ‘otras cosas’”.

             El barrio Scarafía tiene en su mayoría casas de material, humildes, como la condición social de sus pobladores, que son en muchos casos trabajadores que viven de changas, como peones de albañil, dentro de la economía informal que propone el mercado de trabajo del Tercer Milenio. Sin embargo, Scarafía tiene desde el inicio del nuevo silgo un asentamiento con viviendas precarias, en una franja paralela al zanjón Risso y a calle Alberti, al oeste de Ignacio Crespo, lugar que además era (y es) otro de los pasos obligados para quienes entran y salen del barrio Las Lomas y Santo Domingo, que está todavía más al oeste, contra la Circunvalación Oeste.

Autoconvocados y la plaza

            En el surgimiento de la Vecinal Scarafía, allá por los ’90, aparece la movilización de los vecinos de manera espontánea para tener una entidad que los represente y los ayude a mejorar su barrio, que incluido en una jurisdicción vecinal más grande y lejos de la sede, se sentían como dejados de lado. Aquella historia pereció repetirse en el tiempo que orilla lo contemporáneo cuando nuevamente, pero ya dentro del propio Scarafía, un grupo de vecinos movilizados decidieron tomar como eje de su acción civil barrial a un espacio verde para transformarlo en una verdadera, primera y única plaza. Se nombraron a sí mismos como “Scarafía Crece”, un grupo que empezó más por limpiar el barrio y la plaza terminó por llegar a la comisión directiva de la vecinal.

            En el loteo del barrio Scarafía, como está establecido en las normas, se dejó un predio para una plaza. Está ubicada en un espacio verde destinado para tal fin, flanqueado por las calles Chiclana, Padre Genesio, Servando Bayo y Luis Guanella (ex-Risso).

            En 2014 el grupo de autoconvocados “Scarafía Crece” presentó a la municipalidad la propuesta de transformar el potrero en una verdadera plaza. Pero lejos de quedar estancados en una idea, un reclamo, los vecinos pusieron manos a la obra y por su cuenta, y mediante beneficios, comenzaron por arreglar los pocos juegos infantes, por colocar y pintar postes, por hacer algo.

             Para 2015, la plaza Scarafía, denominada por los habitantes del lugar como “Ignacio Rucci”, seguía siendo un anhelo. El predio contaba con la normativa necesaria para resguardarlo para un uso público como espacio verde, carecía de aquello que define a una “plaza”, juegos, veredas, cestos, algo de iluminación, bancos. La promesa de la entonces gestión municipal, al cabo de un año, no se había concretado, y por ello, los vecinos continuaban con su prédica y acción civil.

           Las pretensiones no eran desmedidas. Se buscaba construir una vereda perimetral, incluir algunos espacios para practicar distintos deportes, como fútbol, vóley y bochas (para los vecinos mayores), junto a algunos juegos infantiles. A ello se buscaba tener un mástil central, para tener como ámbito público convocante la plaza, pero también una ermita para colocar una imagen de la Virgen del Tránsito, de la parroquia cercana. Como toda plaza se esperaba alguna forestación, más una iluminación que diera seguridad y la posibilidad de un uso nocturno del predio.

         En una nota del diario Uno Santa Fe, para 2015, se destacaba que pese a las acciones y gestiones, para ese momento los vecinos “…luego de haber esperado tanto tiempo, no son tan ambiciosos y se conforman con la construcción del sendero y la colocación de las luces”.

         La voz de los autoconvocados era por entonces Hernán Culasso, vecino de Scarafía. En la misma publicación se citaba a Hernán que decía respecto del proyecto elaborado por el municipio: “Le queremos dar un uso completo al predio, es decir que todo el sector sea disfrutado por los vecinos de las cuatro calles”. En ese momento, y recuperado por los vecinos, sólo había una parte del espacio con juegos y algo de equipamiento urbano, mientras que el centro del lugar lo ocupaba la canchita de fútbol.

             Para resaltar la importancia en la calidad de vida, precaria en los barrios del noroeste, vale rescatar el sentido de la oportunidad de contar con una plaza para la barriada. Culasso destacaba al respecto al cronista del Uno Santa Fe: “Este espacio cumpliría con una función social muy importante. Es lugar de paso de vecinos de El Tránsito, Juventud del Norte, Cabal y de nuestro barrio Scarafía, porque no hay otro espacio público en la zona con estas dimensiones. Sacaría también a muchos chicos de la calle que la usarían para practicar deporte; y por eso es una lástima tanto tiempo de gestión y que no se pueda concretar este espacio”.

        En el año 2016 la Municipalidad de Santa Fe presentó en el barrio un proyecto para construir la ansiada plaza de Scarafía. La iniciativa no llegó a concretarse completamente, tal cual estaba proyectada en base a los pedidos de los vecinos, aunque posee una vereda perimetral de hormigón, unas farolas, y unos juegos infantiles, algunos bancos y cestos de material, con unos arcos para jugar al fútbol, pero sin las canchas de bochas previstas, ni el playón como cancha de vóley y las veredas internas hacia el solar central. Por ello, para el 2020, la plaza sigue como un preciado anhelo.

         Mientras tanto, de 2013 en adelante, los vecinos de “Scarafía Crece”, organizan movidas para limpiar el lugar, pintar postes, arreglar los juegos, y por además, disfrutar con los más pequeños del barrio la Plaza Rucci de Barrio Scarafía.

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4 comentarios en «Barrio Scarafía – Historia»

  1. Estimados, vivo en Barrio Sacrafia hace más de 13 años y me emociono leer su historia. Muchas gracias por el trabajo realizado!!!

  2. Hermosa historia LA DE MI BARRIO .mis viejos DANIEL TOLEDO Y ALICIA MARTÍNEZ , DE ROSARIO PAPÁ Y MAMÁ DE RECONQUISTA .
    SE ENCONTRARON ACÁ EN SCARAFIA Y FORMARON LA FAMILIA HERMOSA CON 7 HIJOS. NO SOMOS LOS ÚNICOS TOLEDO DEL BARRIO ES CASUALIDAD? NO LO SÉ, PERO NO SOMOS PARIENTES ENTRE LAS FAMILIAS.
    FALTA EN EL RELATO LA HISTORIA DEL CLUB CASTELLI . SE UBICABA DONDE HICIERON LA PLAZA. Y SI NO FUERA XQ LA GENTE DEL MISMO BARRIO LE DABA LA ESPALDA AL CLUB .HOY TENDRIAMOS CLUB SOCIAL Y PLAZA PERO PARECÍA EN LOS 90 LOS INTERESES DE ALGUNOS NO CONTEMPLABAN LAS NECESIDADES DEPORTIVAS DEL BARRIO .

    1. Pablo que buenos recuerdos. Por favor envianos tu aporte sobre la historia del Club Castelli asi sumamos más contenidos a la tarea de reconstrucción de la historia de los barrios. Gracias!

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