Barrio Schneider – Instituciones

Parroquia Nuestra Señora de Lourdes

Una historia que se repite en muchos barrios es la presencia de algún sacerdote que empezó a trabajar con la gente y a conformar la parroquia del vecindario. Así se puede encontrar al Padre Günter en barrio San Roque y La Lona, al padre Catena en Villa del Parque o el cura Gasparotto en barrio Alfonso y Santa Lucía.

En la zona de Barranquitas Oeste, San Pantaleón y Schneider el cura que caminó esas barriadas por las calles de tierra, más allá de las avenidas, fue el Padre Luis Dusso. Llegó al lugar destinado a la capilla del Cementerio Municipal, como capellán, única presencia religiosa por esa parte de la ciudad allá por 1944.

En el blog de una de las escuelas promovidas por Dusso se repasa su historia en una breve reseña. Dicen desde la Escuela N° 8224 que “Nació en Helvecia, provincia de Santa Fe, el 23 de marzo de 1917, en el seno de una familia numerosa -18 hermanos-. Hijo de don Juan Dusso y Amábile Di Bin. Desde muy pequeño experimentó la vocación sacerdotal. Ingresó al seminario cuando contaba con once años. Fue ordenado Presbítero por Mons. Nicolás Fassolino el 17 de diciembre de 1939”.

Vale decir que Luis Victoriano Dusso, luego de ordenarse a los 22 años, el 20 de enero de 1940 fue trasladado a la ciudad de San Justo, como vicario de la Parroquia “Nuestra Señora de la Merced de San Justo”. A los dos años, en 1942 fue destinado con igual responsabilidad pastoral la iglesia del Carmen de la ciudad de Santa Fe. En 1943 regresó al barrio de Guadalupe, donde se había ordenado en el seminario, pero esta vez a la Basílica.

Debe haber llegado en el tranvía 5, ese que luego pasaría tantas veces frente a la primera pequeña capilla que construyó con sus propias manos, y con los vecinos del barrio, hasta llegar a tener el gran templo que hoy se levanta en Fray Cayetano Rodríguez. Era el 19 de noviembre de 1944 cuando el Padre Dusso colocó la piedra fundamental y así se inició la construcción de “Nuestra Señora de Lourdes”.

En la memoria de los antiguos vecinos del lugar permaneció la presencia del Padre Luis en los comienzos de la parroquia. En el año 2004, para el programa radial Alma de Barrio de LT10, la vecina Libertad Barraza –Doña Coca–  contaba que “El Padre Dusso fue el prototipo del cura gaucho, porque él atendía a todo el barrio, visitaba casa por casa. Trató de atraer gente a la iglesia, y los medios que tuvo fue primero atrayendo a los chicos, porque tenía en los terrenos en que se iba a construir la iglesia canchas de fútbol, y lo primero que él empezó a querer construir era un lugar donde los chicos fueran a estudiar, es así como construyó primero las escuelas y después la iglesia”. Dicen que para los más grandes hasta tenía una cancha de bochas, donde ahora está el templo de Lourdes, y así los convocaba más cerca de la fe.

Doña Coca, recordaba sobre el templo que “De Lourdes se colocó la piedra fundamental y todo pero lo primero que se construyó él fue su casa, y después la donó al obispado”. Y así fue, porque a los dos años de aquel comienzo, el 9 de junio de 1946, el pequeño e humilde templo dio origen al reconocimiento canónico de la parroquia “Nuestra Señora de Lourdes”. En esa fecha, ya como párroco de la flamante parroquia, Dusso ofició la primera ceremonia. “Ese mismo día comenzamos la actividad parroquial, con el Bautismo de los quince primeros niños…”, rescataba sus palabras una nota de El Litoral, publicada en 2006 a los seis años de su fallecimiento, bajo la redacción de César Miño, como egresado y docente de la Escuela Lourdes.

En el libro publicado por la comunidad en 1996, a los 50 años de vida de la parroquia, se menciona sobre aquellos inicios en 1946, y los primeros pasos hasta llegar a la primera pequeña capilla, hoy integrada al templo, en realidad los primeros bautismos y actividades, luego del 9 de junio de 1946, se realizaron en un pequeño espacio que hoy forma parte de la secretaría y comedor del templo. Según la referida publicación, “tenía entre diez y doce bancos, el armario estaba delante del baño”, y donde además “se ubicaba el coro y el bautisterio, donde hoy se encuentra el escritorio”.

Lo cierto es que la convocatoria y prédica del padre iba creciendo, por lo que esa pequeña capillita inicial, quedaba cada vez más chica, “con gente afuera en las celebraciones de las misas”, y por ello deciden construir la segunda capilla, un poco más grande pero mucho más chica que el templo de hoy que fue inaugurado 20 años después de esos comienzos en 1946.  

En realidad para llegar al actual edificio de la iglesia pasarían muchos años más. Es que Dusso, como otros tantos curas de barrios humildes, tenían otra prioridad antes que un templo fastuoso, pero sin feligreses, o lejos de las necesidades de su gente. Doña Coca, desde su casa en calle Brasil a metros de Fray Cayetano Rodríguez, recordaba bien esa premisa de Dusso con la educación: “Él siempre dijo que no quería tener una iglesia siempre vacía, sino llena. Así que mucha gente del barrio que no podía ir al centro a estudiar, lo primero que empezó fue con la escuela de arte y oficios, y después la primera, secundaria, comercial…”.

Como en Villa del Parque y el padre Catena, también en Lourdes primero fue la escuela antes que el templo. Así las cosas, recién para 1966 se terminaría la obra del actual edificio, siempre sobre calle Fray Cayetano Rodríguez. Con la celebración de las dos décadas del inicio de Lourdes, quedaba inaugurado el nuevo templo. El libro del cincuentenario menciona sobre el hecho que “Durante el gobierno del doctor Aldo Emilio Tessio, el 9 de junio de 1966, 20 años después de la erección de la parroquia, se lleva a cabo la inauguración del templo, aunque sin terminar ya que faltaban los revoques de las paredes, terminar el camarín de la virgen, colocar el piso y el cielo raso, y sólo se usaba en las celebraciones especiales”.

Hablar en Schneider y en Barranquitas Oeste de la iglesia Lourdes es hablar del padre Dusso. Desde el comienzo su acción pastoral lo acercó a los más humildes. La pequeña capilla, y el templo mayor después, estaban abiertos a los más necesitados. Doña Coca lo tenía muy presente en su memoria, con la larga sotana, esperando en la puerta de la iglesia a que llegaran sus visitantes diarios, “El Padre Dusso tenía veinticinco personas por los menos, de los que piden, que andan en la calle, si no eran más, y él le daba todo, a todos les daba”. Liberta Barraza habrá contemplado la escena luego en el interior de la casa de la fe en el barrio: “Adentro de la parroquia él se sentaba en un banco y los sentaba a todos y los hacía rezar. Y después desfilaban delante de él y le daba una monedita a cada uno”.

Dicen los vecinos también que el cura Dusso era a veces un poco díscolo, osco en su forma de ser, pero en otras ocasiones, la mayoría de las veces, Luis Victoriano era muy diferente. Recordaban cómo algunas veces el cura se enojaba por la actitud de algunos que se intercambiaban la ropa, o algún sombrero para hacer la cola, y volver a recibir la ayuda en la puerta de la iglesia. “El padre era un buey con el corazón grande –refería Doña Coca para Alma de Barrio–  porque por ahí vos lo encontrabas ‘chinchudo’ enojado con algún problema que le traían, y por ahí era capaz de sacarse hasta la sotana y regalarla”.

La calle en el lateral oeste de la manzana de la Iglesia Lourdes, y en la manzana que sigue hacia el norte donde están dos de las escuelas, llevaba el nombre de Santiago de Chile. Pero desde la comunidad, luego del fallecimiento del padre, impulsaron el cambio de nombre para reconocer al benefactor del barrio. Así lo reclamaba el tesorero de la “Asociación Ntra. Sra. de Lourdes. Ciudad” en una carta a EL Litoral en 2006 en la que recordaba la iniciativa del barrio que “El 6 de octubre de 2004, la parroquia de Lourdes a través de su párroco, la Asociación Nuestra Señora de Lourdes, la Asociación Mutual Lourdes y las cuatro escuelas de Lourdes, Jardín 1253, Primaria 1145 y las dos secundarias 8122 y 8224, presentaron una nota al Concejo Deliberante de la Municipalidad de la ciudad de Santa Fe de la Vera Cruz solicitando se denomine a la calle Santiago de Chile desde Fray Cayetano Rodríguez hacia el norte con el nombre de Pbro. Luis V. Dusso”.

Luego Ramón Martínez mencionaba que producto de esta iniciativa el Concejo Municipal en marzo de 2005 había aprobado el cambio de nombre de la calle, pero que a enero de 2006 no se había cambiado el nombre de la calle y reemplazo la cartelería correspondiente en las esquinas. Y proponía que en ese marzo, el 23 en celebración del natalicio de Dusso, se cambiara Santiago de Chile por la nueva denominación: Presbítero Luis Victoriano Dusso, cuestión que finalmente ocurrió.

Otro de los reconocimientos para el padre devino del artista plástico santafesino Roberto Favaretto Forner, que en su casa taller de barrio El Tránsito, conformó un busto de Luis Dusso, el que fue colocado en la Escuela Lourdes, de calle Pbro. Luis Dusso 5180, el 7 de diciembre de 2011, en recordación del once aniversario de la desaparición física del cura. En ese acto, junto a la comunidad de Lourdes participaron el Coro Arquidiocesano, el Coro de la Universidad Católica de Santa Fe y la Banda Sinfónica Policial de la provincia.

Luis Dusso, ya mayor seguía celebrando y consagrando, siempre en Lourdes. Decía Doña Coca en el final de la nota para LT10 AM 1020 que “Cuando se jubiló, pobrecito ya estaba viejito, pero todavía daba mis. Hasta varias veces se desmayó en el altar y sin embargo seguía dando la misa”.

Finalmente, el padre Luis Victoriano falleció el 7 de Diciembre de 2000. Sus restos mortales, como fue su voluntad, descansan en la Parroquia “Nuestra Señora de Lourdes”, en la que los vecinos del barrio siguen recordándolo por su presencia y sus obras. Es más, los más allegados a la parroquia conservan algunas pertenencias del padre, como su bastón, y otros elementos que utilizaba en su tarea evangelizadora, según lo refiere Noelia Gómez, comunicadora social y docente de la Escuela Lourdes, donde funciona una radio de frecuencia modulada, en relación con la Tecnicatura de Comunicación Multimedia. Esos elementos esperan la oportunidad de formar parte de un museo del cura Dusso, mientras esperan reunidos, y custodiados, en manos de una vecina.

Al año 2020 la parroquia de Lourdes cuenta con tres capillas bajo su dependencia, lo que extiende su acción pastoral: la San Pantaleón, sobre calle Lavaisse 4629, el Centro de Evangelización Santa Bernardita, en Fray Cayetano Rodríguez 4300 y la Pro Capilla Cura Brochero, en Gdor. Freyre y Ruperto Godoy.

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