La vecinal como eje central del barrio
La Asociación Vecinal Barrio Chalet es una organización barrial constituida formalmente el 20 de junio de 1986. Se trata de una asociación enmarcada como asociación civil sin fines de lucro.
Estuvo en una primera instancia conformada por los pobladores más antiguos del barrio. Estas comisiones tuvieron un signo distintivo, el de abocarse en forma casi exclusiva al logro de mejoras en la infraestructura barrial, de esta manera, apuntar a mejorar a través de algunas obras las condiciones de vida de la población.
Con el correr de los años, y con el agravamiento de las circunstancias de vida de la comunidad, una nueva comisión directiva se constituyó en el año 1997. Ésta se conformó con el objetivo de trabajar con los vecinos, en especial con aquellas familias más necesitadas a través de acciones asistenciales, preventivas y promocionales.
Como primera actividad, este nuevo grupo llevó a cabo el relevamiento de todas las familias que habitaban el radio vecinal. A partir de estos datos, la urgencia de las problemáticas -y la viabilidad de cada una- se fueron organizando las primeras acciones.
De esta manera, se emprendió, en primer lugar, el apoyo escolar para niños de 6 a 12 años de edad y se constituyó la escuela deportiva. Una vez consolidado este espacio se gestó el servicio de merienda a partir de las demandas que planteaban las familias.
Estas primeras actividades se desarrollaron en una casa propiedad de un vecino del barrio, la que fue cedida a la organización. De esta manera, con el incremento de las acciones y la participación de los vecinos se fue gestando el proyecto de contar con un espacio propio. Así, en el año 1999, se hizo realidad el sueño de la casa propia, la que contó con un espacio recreativo y deportivo, lo que permitió comenzar a trabajar con la población adolescente.
En el año 2000 la Vecinal de Barrio Chalet accedió al programa PROAME, a través del cual se fortalecieron y se sumaron otras actividades dirigidas a niños, adolescentes y grupos familiares vulnerabilizados.
Durante el año 2002 se comenzaron a desarrollar acciones comunicacionales mediante convenios con radios privadas. Llegó así el comienzo del año 2003, cuando se creó una radio comunitaria propia, la FM Chalet.
Pero llegaría el 29 de abril del 2003. La organización barrial, junto a un tercio de la ciudad de Santa Fe, fue afectada profundamente por la evitable catástrofe hídrica del río Salado. Las casas y la comunidad de Chalet fueron cubiertas por el agua, durante aproximadamente 15 días, en algunas zonas con hasta 4 metros de altura. Esto provocó profundos cambios en la estructura organizacional de la vecinal por la pérdida total del equipamiento, ruptura de lazos, desorganización interna.
Sin embargo, con esfuerzo y apoyo de la comunidad se reorganizaron nuevamente la totalidad de las actividades anteriores a la catástrofe. Al respecto, la presidente de la comisión en 2013, Isidora Lassaga, expresaba que desde la entidad buscaban “tener el barrio bien, los chicos bien, no tener chicos delincuentes, que tengan que delinquir por hambre y frío, tener las familias bien constituidas dentro de las posibilidades”. Si bien generalmente el surgimiento de las asociaciones barriales fue obtener mejoras de servicios y obras para los vecindarios, la complejidad de las problemáticas sociales de los años ’90 en adelante ha llevado, como el caso de Chalet, a que las vecinales asuman tareas de asistencia y promoción social, con los jóvenes y niños en el centro de su accionar. En este sentido, la FM Chalet se presenta como uno de los proyectos comunicacionales comunitarios pioneros en la ciudad.
Por ello, la Asociación Vecinal Chalet continúa con el apoyo escolar para los niños, adolescentes y adultos; la capacitación laboral en operador integral de radio, talleres de comunicación en radio y audiovisual; centro de alfabetización; servicio de cena para familias en riesgo nutricional; talleres de cuentos, juegos, artesanías; promoción de la salud; escuela de deportes: práctica de fútbol, vóley, básquet, gimnasia deportiva; taller de murga y circo; colonia de vacaciones. Justamente, uno de los primeros Playones Deportivos construidos por el Municipio en 2008 fue en el barrio, como parte de las instalaciones de la vecinal.
Por otro lado, en la misma sede social se encuentra el Centro de salud Vecinal Chalet, que en la actualidad depende del Hospital Provincial José María Cullen. Pero que, sin embargo, nació a partir de la voluntad de los vecinos y comenzó con una sala de primeros auxilios para luego dedicarse a la atención y seguimiento de niños y adolescentes que concurrían a las actividades de la organización. En tanto, en el año 2003 obtuvo el reconocimiento ministerial, luego de la catástrofe hídrica sufrida en la ciudad de Santa Fe.
La Poderosa lucha en Barrio Chalet
En la historia de los barrios, en especial los más postergados, se inmiscuye siempre la historia de las luchas por la mejora de la calidad de vida de los vecinos a través de las instituciones. En algunas ocasiones esas peleas se canalizan por la vecinal, por mejoras en infraestructura, en servicios, pero en otras se cristalizan en entidades que buscan accionar sobre otros aspectos de la comunidad barrial, y sobre la individualidad.
Estas entidades adoptan, por definición de su mirada, un posicionamiento ideológico, fuerte, con claridad política, no partidaria, sino política en el sentido de la construcción de la sociedad civil democrática.
Este podría ser, en breve síntesis, una descripción muy elemental de la presencia de la Asamblea Poderosa de Barrio Chalet, relacionada a “La Poderosa” de la ciudad de Buenos Aires, pero con una fuerte impronta propia por la particular vivencia del barrio, en especial en su relación con la Tragedia Evitable de 2003.
Por ello su referente es María Claudia Albornoz, militante barrial y política, relacionada a la lucha por justicia por la Inundación del Salado y la impunidad trazada en la justicia santafesina.
“La Poderosa” como organización social surge en 2004, como respuesta y movilización a la salida de la crisis del 2001 y de la profunda situación social producto del final de la Convertibilidad y la debacle económica que acarreó.
El nombre de la organización no es antojadizo, nace del nombre de la moto que le dieron Ernesto Che Guevara y Alberto Granado a su vehículo para el recordado viaje que hicieron por Latinoamérica. La entidad comenzó con su primera asamblea en el barrio de Zabaleta de CABA.
Pero “La Poderosa” es más que una organización con presencia en Buenos Aires y en Santa Fe, y con la reconocida revista “La garganta poderosa”. En realidad, la entidad adopta el modelo de asambleas barriales para su trabajo en el territorio, con unas 110 asambleas vecinales, ubicadas en villas y asentamientos en todo el país. Pero también la organización tiene asambleas en barrios como México, Colombia, Ecuador, Perú, Uruguay, Cuba y Brasil.
El sentido de esta ONG es promover el bienestar comunitario con la participación de los vecinos y vecinas, con talleres de educación popular y cooperativas de trabajo. Igualmente, por su compromiso político, “La Poderosa” entiende que el debate y la movilización en las calles, es la manera genuina y de base para la transformación de los barrios. Se trata entonces de conformar barriadas, ciudades, una sociedad, más igualitaria, en todos los términos de la palabra, con más oportunidades y mejora en la vida de los y las vecinas.
Y un dato no menor en cuanto a la conformación de “La Poderosa” en los barrios como asamblea: en su mayoría están integradas y encabezadas por mujeres.
En Barrio Chalet “La Poderosa” inicia su asamblea en 2017, cuando movilizados por la impulsora y referente del vecindario María Claudia Albornoz, comienzan las actividades.
Sus acciones comunitarias, con el trabajo cooperativo, la educación con apoyo en talleres, la cultura con centro cultural incluido, forman parte de una manera particular de entender la transformación social, desde el barrio, con participación popular, con generación de proyectos propios, sin perder la identidad ni el sentido de pertenencia.
A lo largo del tiempo en Chalet la organización barrial fue creciendo, hasta con trabajo comunitario en la huerta y el gallinero que posee para el autoconsumo.
También crearon y gestionaron de manera comunitaria y autónoma el “Centro Cultural y Social de La Poderosa2, por donde pasan “pibas y pibes en apoyo escolar, juventudes”, menciona en su Facebook María Claudia, “La Negra” Albornoz, como se la conoce en Santa Fe. Asimismo, existen en La Poderosa de Chalet cooperativas, la “Cocina Poderosa”, el lavadero de autos y motos “Rápido y Poderoso” y la cuadrilla de limpieza barrial de la entidad.
En los inicios de la segunda década del nuevo milenio en Chalet “La Poderosa” continuó con su crecimiento y avance, más allá de las cooperativas y talleres.
Por un lado, en 2019 se creó el “Centro cultural Marielle Franco”, ubicado en J. J. Paso 3971, donde funciona la entidad, y con el nombre de la concejala de Río de Janeiro, Marielle Franco, asesinada en 2018 por sus posiciones feministas y como opositora a las políticas de Bolsonaro.
En una nota de Bautista Veaute publicada en el periódico santafesino, y sitio Web, “Pausa”, el periodista refería sobre la denominación elegida: “El nombre viene a representar algo que en La Poderosa dejan bien en claro: ser villero o favelero es un orgullo, es parte de una identidad colectiva que se quiere invisibilizar, borrar, porque incomoda. El asesinato de Marielle es la muestra clara de esto: el Estado asesinando a la favela y a la villa, cuando canta verdades”.
En esa oportunidad el cronista dialogaba con la Negra Albornoz, en una charla que trascendía el hecho de inaugurar un centro cultural desde una organización barrial, cosa no menor:
En medio de los festejos, Pausa conversó con María Claudia «la Negra» Albornoz, vecina del barrio y militante de La Poderosa.
—¿Por qué nace este centro cultural y con este nombre?
—El centro cultural nace con la necesidad de encontrar un lugar y espacio para la cultura villera. Donde podamos reproducir aquellas representaciones del barrio empobrecido que nos hacen bien. Le pusimos Marielle Franco porque es una mujer que representa la posibilidad de haber llegado a disputar política, ella que era una favelada, una empobrecida, y que obviamente fue truncada por la derecha latinoamericana asquerosa, que está creciendo enormemente en la Patria Grande.
—¿Cuáles son estas representaciones que quieren reflejar desde acá?
—Nuestras representaciones tienen que ver con esta cultura, que no es la cultura hegemónica que por ahí sí se ve en el centro, o en los grandes centros culturales que tiene la Provincia y la Municipalidad de Santa Fe, donde muchas veces el oeste no tiene lugar. Nosotras creemos que cultura se hace en todos los lugares y que la cultura de las barriadas es muy necesaria, sobre todo para las pibas y los pibes empobrecidos que no tienen lugar para poder expresarse, para poder cantar, bailar, tocar cumbia o murga; esas expresiones que para nosotras son tan cotidianas, inclusive tomarte un bondi, tener que vestirte diferente para salir del barrio, que te miren distinto. Nosotras queremos reivindicar esto de que los pibitos se tengan que sacar la gorra porque sino parece que por portación de cara ya los empiezan a mirar mal.
—Tiene mucho que ver con la identidad, con cierto orgullo, que por ahí algunes quieren borrar o invisibilizar, callar.
—Exactamente. No queremos lo impuesto, queremos lo nuestro. Queremos hacer lo que nos gusta de la manera que nos gusta, sin que nos guíen en ese hacer. Porque hay centros culturales que son hermosos en Santa Fe y a veces vos entrás y hasta te da miedo tocar cosas, porque parecen museos. Y nosotras queremos habitar los espacios de otra manera. Acá pintamos nuestros murales, elaboramos nuestras consignas, esas que tienen que ver con la inundación, con la reivindicación de la memoria y la justicia o con la misma Marielle, representando a una mujer villera, afavelada, latina. Estas cosas que por ahí no encontramos en esa hegemonía son las que queremos representar y por eso lo hacemos a nuestra manera.
—¿Por qué creés que no hay lugar en las instituciones tradicionales para las representaciones villeras?
—La reproducción de la cultura tiene mucho que ver con el poder. El poder impone cierta manera de entender la música, el baile, y en esta lógica, lo villero está mal visto, pareciera que vale menos. Y tiene que ver obviamente con un sistema capitalista donde quedan expulsadas muchas personas, que supuestamente no producimos, que somos vagues. Esas representaciones no están puestas en algunos lugares de la ciudad de Santa Fe, sobre todo donde se intenta «concentrar y fabricar» cultura. Por eso necesitamos estos espacios en las barriadas, en función de poder encontrarnos de otra manera.
—Si tuvieras que nombrar alguna percepción de cultura que tenga La Poderosa ¿qué dirías?
—La Pode es siempre desde abajo. Es esta construcción del barrio empobrecido, entender que lo que hacemos es cultura, apoderarnos de esta idea. La Poderosa rima siempre, porque rima la cumbia, rima el rap, y son cuestiones con las que nos identificamos. Nosotras rimando podemos decir mucho, y es más, rimando y jugando con las palabras es que podemos romper con ciertas ideas. Entonces el objetivo es que este centro cultural se llene de palabras, sobre todo de rimas de pibes y pibas que no tienen acceso a la cultura hegemónica.
—¿Se trata de jugar un poco en este contexto de crisis, tratar de encontrar un poco de alegría?
—Sí. Lo pensamos así. Nosotras arrancamos en el salón que está al lado del Centro Cultural con un comedor para 140 personas de la familia poderosa. Nos gustaría poder darle de comer a todo el barrio, no podemos. Pero ahora pudimos cocinar sábado y domingo, y que esos días que está la escuela cerrada, los pibes y las pibitas puedan comer. Y después entendimos también que necesitamos de la alegría, que la tenemos, aunque la macrisis nos destroce, aunque nos caguen a palos, aunque nos metan en cana. Tenemos la alegría porque sino no podríamos salir adelante y no podríamos planificar.
La felicidad que te da una cumbia, ponerte a bailar entre vecinas y vecinos, es algo increíble en el contexto en el que estamos, que las familias no tienen ni siquiera para pagar la olla. Por eso vemos que es tan necesario construir estos espacios, para generar esos momentos en los que nos encontramos y podemos sacar esa alegría y compartirla, para fortalecernos y seguir, porque sino sería muy difícil. https://www.pausa.com.ar/2019/04/la-poderosa-inauguro-el-centro-cultural-marielle-franco/
Para el 2022 nuevamente “La Poderosa” de Barrio Chalet dejaba abierto a la comunidad un nuevo espacio, su Casa de las Mujeres y Disidencias, la octava hasta ese momento en todo el país.
Nuevamente, un medio comunicacional que transita las agendas no hegemónicas o comerciales de la información masificada, se llegaba hasta Chalet para visibilizar la iniciativa.
En una nota de “Periódicas”, bajo la pluma de Priscila Pereyra, se destallaba que “La Poderosa es un gran movimiento, compuesto en su mayoría por mujeres de los barrios empobrecidos, empapadas de feminismo villero y de mucha resistencia, organizadas contra la violencia machista e institucional, violencias sociales y sistemáticas. Mujeres que sostienen ollas populares, que cuidan, que gestionan sus propios espacios productivos, de educación y cultura, y que generan una gran red en sus barrios, organizaron un gran dispositivo a nivel nacional para acompañar a otras mujeres que atraviesan situaciones de violencia, no solamente desde la acción inmediata, sino también desde la promulgación de derechos, el empoderamiento colectivo y el cooperativismo”.
Puestos en Chalet el nuevo espacio ubicado en Estrada 1121, en otra nota de Priscila en el mismo medio se contaba que “El local se identifica desde lejos por el color rojo que caracteriza todos los espacios de La Poderosa. Antes de entrar, se puede ver un mural con la cara de Natalia Acosta, desaparecida hace 10 años en la esquina de Rivadavia y Suipacha, y hasta hoy un emblema de la lucha contra la trata de personas en nuestra ciudad”.
En esa casita, por ejemplo, se educa a las mujeres sobre género, pero también se brinda un espacio para compartir experiencias y pensar estrategias colectivas “de mujeres del barrio que están en situación de vulnerabilidad por todo lo que implica la violencia machista”, con la asistencia de “vecinas de Chalet, San Lorenzo, Arenales, Centenario y Santa Rosa”, es decir de los barrios cercanos.
En el nombre de la Casita se expresa el fundamento de su creación y su objetivo. Decía la nota de Pereyra en “Periódicas” que Natalia Acosta, “como bandera”, estaba plasmada en un mural, que fue realizado en la jornada de inauguración. Mientras dibujaban a Natalia, la Negra Albornoz decía a la cronista: “Para nosotras, Natalia Acosta significa la violencia que sufren las mujeres, tanto heteropatriarcal como violencia institucional.
En estos 12 años de búsqueda de Natalia aprendimos cómo los organismos del Estado cajonean las causas. Quisieron borrarla, por eso nosotras la tomamos como bandera en nuestra casa. Significa todo ese derrotero que sufrió Natalia cuando estuvo en situación de prostitución y también todo lo que sufrió su familia buscándola, y cómo aquellos organismos del Estado que tendrían que haber respondido en esa búsqueda, lo que hicieron fue taponear la causa. Así murió Mari, su mamá; Ariel sigue luchando, al igual que Carmela y sus otros hermanos. Para nosotras, Nati significa todo ese dolor de una piba empobrecida y de su familia buscándola”.
Priscila Pereyra ahondaba más en la trágica historia de Natalia Acosta, que “desapareció del centro santafesino el 29 de mayo de 2009. Fue vista por última vez en la esquina de 25 de Mayo y Suipacha. En 2021 el fiscal federal N°2 de Santa Fe, Walter Rodríguez, pidió el cierre de la investigación sobre la desaparición”. Natalia permanecía para 2025 todavía desaparecida.
Con su presencia, con su compromiso, pero en especial con su trabajo comunitario, participativo, de base, la “Asamblea Barrial La Poderosa de Chalet” sostiene en alto la bandera de una sociedad mejor, más igualitaria, pero sin visiones desde escritorios burocráticos lejos del barrio, sino en Chalet, con la gente de Chalet, con las mismas vecinas y vecinos, y sus hijos, y sus viejos, y sus adolescentes, con todos y todas.
