Barrio Cabal (Vecinal Sarmiento)
Lo dicho, en muchas ocasiones, por extraños designios o decisiones resultado de pujas políticas domésticas del momento, muchos barrios que tienen un nombre distintivo no tienen ese nombre en su vecinal. Así es el caso de Barrio Cabal, que lleva en su entidad barrial el nombre de “Sarmiento”. Pero más allá de lo que determine la ordenanza, el Barrio Cabal tiene su propia identidad, su nombre y su desarrollo, ligado a tres coordenadas básicas que lo ubican en un punto especial: El “Camino Viejo a Esperanza”, el “Camino y Puente Iriondo”, el “Camino Aguirre (camino al Matadero)”. Sobre estos tres ejes, como una puerta de ingreso al pasado, se puede comenzar a desandar el surgimiento de esta barriada.
Sobre el punto es dable recuperar aquella premisa de la conquista Española de establecer fundaciones de ciudades (pueblos) en dos tipos de puntos: de “Encrucijada” y de “Contacto”. Esta modalidad se enfocaba en dos aspectos, por un lado las posibilidades de comunicación de ese poblado con el resto del territorio, por otro, en ubicar la presencia de la corona en sitios desde los cuales se pudiera ejercer una presencia dominadora sobre el territorio. Las de contacto eran esos espacios del llano a la montaña, del río con un estuario a tierra. Las de encrucijada eran las que correspondían a ubicaciones en cruces o puntos de confluencia de caminos. En algunas ocasiones, encrucijada y contacto coincidían, o se superponían, lo que daban más de una razón para fundar un poblado a los ibéricos conquistadores. Como casos del territorio argentino se pueden citar a Córdoba, al pie de las sierras y ubicada en el camino al Alto Perú. Santa Fe en el punto medio entre Buenos Aires y Asunción, con acceso al Camino Real hacia Córdoba.
En una traslación semántica, pero también desde el punto de vista de ubicación respecto de caminos, se puede decir que Cabal se ubica en una zona de “encrucijada”. Este cruce de caminos corresponde entonces los tres mencionados, Camino Aguirre, primero y luego Camino al Matadero; Camino al Puente Iriondo (para cruzar el Salado hacia el oeste); Camino Viejo a Esperanza (camino hacia las Colonias por el Paso de la Estancia de Mihura, y su “Puente Mihura”).
En cuanto a los propietarios de la zona, vale decir que en los planos de catastro de 1870 figura que la mayor parte de los terrenos ocupados por Cabal, y también por Las Lomitas, estaban a nombre de Tomás Puig. Este propietario tenía un predio que se extendía entre el Camino Viejo a Esperanza (hoy Gobernador Manuel Menchaca) hasta Blas Parera, desde Estado de Israel, aproximadamente hasta Azcuénaga.
Para 1910 ya comienzan las primeras subdivisiones de ese sector de la ciudad y al norte de lo que en unos años más ocuparía el hipódromo Las Flores, el terreno más importante correspondía a la viuda de Gadino, y es el que figura en un plano de catastro de ese año. Barrio Cabal confina más sus actuales límites para 1930, cuando si bien comienza la ocupación del espacio, y algunos loteos, la gran propiedad de Gadino se divide en varias parcelas, de varias manzanas cada una.
Al este, desde Blas Parera hasta calle Sarmiento Oeste (y un corredor de terrenos en diagonal sureste/noroeste), desde Estado de Israel hasta aproximadamente Vieytes, se ubicaban primero un predio a nombre de Ariel Giudice (atravesado en diagonal por el ferrocarril) y al oeste de ese otro a nombre la viuda de Galiano. En el espacio siguiente desde Sarmiento Oeste hasta el viejo Camino a Esperanza (Menchaca), estaban los terrenos ubicados con sentido este/oeste, y desde el sur hacia arriba, desde Estado de Israel a lo que sería la proyección de Vieytes/Alberti. En orden ascendente pertenecían a Kilgelmann, Constanzo, Legui y Conti. Más al norte empezaba el espacio de Scarafía. A finales de la década del ’20, en 1928 por ejemplo, aparecen publicaciones sobre la venta de parcelas en la zona de Barrio Cabal. (Santa Fe – 2/9/1928)
Para 1935 aparecen en un plano de la ciudad con un damero de manzanas los terrenos, como loteados, de Kilgelmann y Constanzo, aspecto que aparentemente conservaba hasta mediados de los ’40, dado que así figura en un plano de 1946. El resto aparece como lo que era, campo, chilcas, algunos hornos de ladrillo, no ocupados.
En cuanto a la primera parte urbanizada de Cabal, se puede superponer el plano de 1935/1946 con las calles actuales, y se puede inferir que la parte urbanizada formaba una especie de “L” invertida, en la cual se encontraban marcadas las calles Estado de Israel, Hernandarias, Castelli y hasta Zeballos. De norte a sur las calles que figuran como abiertas en esas pocas manzanas son Mariano Cabal (que quedó en realidad trunca como cortada entre Hernandarias y Castelli), Rodolfo Lhemann, Crespo, Servando Bayo, hasta Sarmiento Oeste.
Va de suyo que un barrio pequeño en superficie, con unas 20 manzanas incluidas, la vinculación con Scarafía al norte, y Las Lomitas al oeste, establece límites difusos en cuanto a su desarrollo y ocupación del terreno. Para el caso de Cabal, las fronteras urbanísticas sólidas se imponen por el sur, con el Hipódromo Las Flores, y por el este con las vías del ferrocarril y en especial con Blas Parera. Dicho esto, vale puntualizar los límites de la Vecinal Sarmiento, barrio Cabal, que son Blas Parera, Vieytes, Estado de Israel y Camino Viejo a Esperanza (Dr. Manuel Menchaca).
Como lo recordaba la audición radial de LT10 “Alma de Barrio”, en una recorrida por el lugar de la conversación con viejos vecinos, “los terrenos del lugar eran trabajados como quintas por medieros, entre esas familias de quinteros estaban los Miglieta, Conti, Galeano, Fiorenza, y Basail. En la memoria de otros vecinos, como Rosa por ejemplo, aparecen los apellidos de Bosao, Naduliti, Lobato, Ringa, Menchaca y el gringo Menegazzo. Después, a partir de los años 1948 y 1950, esas tierras trabajadas como quintas se comenzaron a lotear”. (“Alma de Barrio” – LT10 AM 1020 – 7/8/2004)
Otrora espacio de los extramuros de la ciudad, parte de los predios era ocupado para otros fines, así lo destacaba el espacio de la radio universitaria, “En el lugar ya funcionaba desde principios del siglo pasado una ladrillería que dejó varias cavas en el barrio. Esas cavas, después fueron tapadas por la municipalidad con basura, pero también, con el viejo hormigón de Blas Parera cuando esta avenida era angosta y circulaba el tranvía Nº5”.
Vida de Barrio
Cabal, como la mayoría de los barrios del noroeste, tienen un desarrollo en función de los loteos y la ocupación del espacio con vecinos que levantaron, con mucho esfuerzo, sus casas. Este crecimiento, no planificado en muchos casos, generó a su vez que los servicios y la calidad de vida para los vecinos fuera siempre una materia pendiente, en ámbitos urbanos a los cuales la acción del Estado, en sus distintos niveles, arribó después que la necesidad estuvo instalada.
Por otro lado, tiempo atrás, antes de la profundización de problemas sociales y económicos, y de seguridad, como resultado de políticas de corte neoliberal, las barriadas tenían sus problemas de infraestructura y falta de servicios, pero en general, compartían una vida de barrio con cierta fisonomía rural, relacionada al entorno. Así recuerdan viejos vecinos que, a caballo o en bicicleta, seguían el camino paralelo al hipódromo, que iba hasta el Puente Iriondo (Estado de Israel) y que conectaba con el viejo Camino a Esperanza. De allí, llegar al Salado era un trámite cuando estaba encauzado, y entonces pescar en sus orillas tenía una diversión para los pibes, y no tan pibes, de Cabal.
En esos años de los ‘40 había quintas, campo, algunos hornos de ladrillos, y las consabidas cavas que dejaban. En ese marco, los vecinos de Cabal eran en su gran mayoría personas relacionadas laboralmente el mundo de los caballos de carrera. En Cabal había, y hay todavía, varios studs donde se cuidan los “pura sangre”. De este modo no era, y no es, extraño ver cómo los “cadeneros” llevan a los pingos al vareo matutino, cuando no a “medirlos” para la carrera del domingo. Justamente, sobre calle Estado de Israel, y con un “puente” que cruza sobre el profundo canal de desagüe, había un ingreso para los yeguarizos y personas, con boxes incluso instalados entre el paredón del hipódromo y el zanjón.
La escuelita del barrio, antes de la Ballerini que llegó a calle Vieytes en 1973, era la llamada “Escuela Iriondo”, cerca del puente sobre el Salado, y que se ubicaba a la altura del viejo Camino a Esperanza, de dónde surgió la actual entidad educativa de Cabal y Scarafía.
Por el lado de los clubes, hubo dos en Cabal, de los cuales permanece la entidad que lleva el nombre del barrio. Este club, ubicado en calle Servando Bayo al 6700, tuvo a don Santiago Álvarez como impulsor, vecino del barrio que fue uno de sus dirigentes. Pero hubo otro club en Cabal, se trataba del Club “25 de Mayo”, que según recuerdan empezó a funcionar en Estanislao Zeballos al 5100, contra la vía que cruza en diagonal a Cabal, pero que luego, con los años, desapareció.
Y el Club Cabal nació en un comercio recordado del barrio. Como se mencionara en la audición radial “Alma de Barrio” por LT10, “En barrio Cabal estaba el Almacén de Don Luis Difilipo. “El almacén de Don Luis”, comenzó a funcionar en 1938 y estaba en la esquina de Castelli y Camino Viejo a Esperanza. Dicen que era un típico almacén de ramos generales con despacho de bebidas, cancha de bochas. En el local del almacén de Don Luis, por iniciativa de Defilipo, de Conti y de Motura nació el Club Cabal en julio de 1941”. (“Alma de Barrio” – LT10 AM 1020 – 7/8/2004)
Surgen además de aquellos comercios los lugares de esparcimiento para los primeros vecinos de Cabal. Va de suyo que la preponderancia comercial y de movimiento que imponía Blas Parera acarreaba que algunos de esos lugares convocantes se situaran sobre lo que era el Camino al Matadero Municipal, y más allá, Camino a San Justo (actual Ruta Nacional N° 11). No es extraño entonces, que al igual que los vecinos del loteo Scarafía, los primeros habitantes de Cabal también fueran a bailar a la pista de Bagnaroli, que se ubicaba en Vieytes y Blas Parera.
En una nota sobre los problemas de anegamiento para Cabal por el mal estado del desagüe paralelo del Camino Viejo a Esperanza, que recibía aguas de barrio Pompeya por el nuevo desagüe de calle Risso, se describía la fisonomía de la barriada para 1979. El periodista destaca que en el barrio conocido como Sarmiento por el nombre de su vecinal, “Poco a poco se van asentando densos núcleos de viviendas en esa zona. Ella es amplia –decía– tiene su gran vía de comunicación a la transitada avenida Blas Parera por el este (…) al Salado por el oeste y a la calle Vieytes por el norte”. También mencionaba que había una zona, cerca de la avenida, “donde la edificación de viviendas de mampostería avanza día a día, donde moran centenares de familias. Y hay otra parte, donde el campo deshabitado se bate en retirada frente al avance urbano”. Sin embargo, detallaba el aspecto semi rural de la zona cercana al Salado, porque decía, “Quedan esas viejas quintas (entre las que estaba la de Menchaca en lo que hoy es “Las Lomitas”), algunos montes de espinillos como los que orlan los bañados del río que baja desde tan lejos, donde surgen viviendas aisladas o agrupadas, como si extrañas plantas brotaran de la tierra”. Describe invariablemente los primeros loteos del oeste de Cabal y Scarafía, como las ocupaciones informales de otros terrenos, a lo que concluía el cronista con un giro particular: “El atávico anhelo del hombre, de tener su refugio, sea casa, sea rancho, sea palacio, aflora a cada paso”.
Luego, la nota de 1979 mencionaba a la vecinal Sarmiento, que tenía como presidenta a la “doctora María del Carmen Miglietta”. Se destacaban las actividades por ese tiempo de la entidad, como “…la realización de conferencias, una de ellas orientada a la preservación de la fauna…” y además se destacaba la colaboración “…con las escuelas del barrio, especialmente con la N° 56, donde la Asociación Vecinal realiza sus reuniones”. Se decía que la vecinal “fundada hace doce años el 12 de agosto de 1967, cuenta con un local, pero debe hacerse mucho en el mismo para que pueda cumplir con las finalidades ideales para estos casos”. Trascartón se hablaba de la contaminación del agua y la necesidad de rellenar una profunda cava en calle Castelli, porque “La gente del barrio tiene mucho por hacer para que el mismo sea parte perfectamente integrada de la ciudad”. (El Litoral 2/8/1979)
La presencia de la iglesia católica en el barrio se evidencia por la parroquia “San Joaquín y Santa Ana”, de calle Hernandarias 5436, que depende de la Iglesia del Tránsito cercana, y que en su nombre recuerda a los santos patronos de los abuelos, por ser ellos los abuelos del Nazareno. En esta humilde parroquia, surgida el 26 de julio de 1995, las actividades van más allá de la fe. Es una institución clave del barrio ya que en ella no sólo se celebran misas y se hacen catequesis, sino que también es un lugar de encuentro de los vecinos que concurren allí para llegar a consensos sobre problemáticas del barrio como así también para adquirir diferentes saberes. En esta capilla se enseñan clases de educación primaria para adultos y cuenta con una escuela de alfabetización. Asimismo, se dictan talleres y cursos de corte y confección. Además en este pequeño y humilde templo se venden garrafas sociales para los vecinos/as de Cabal y campañas de vacunación.
También los adultos mayores tienen un espacio propio para congregarse. Se trata del Centro de Jubilados Mariano Cabal, ubicado a pocos metros de Blas Parera, en Pasaje Peña 4880, un angosto callejón sin pavimentar que termina contra los terrenos ferroviarios. Esta institución mantiene actividades de recreativas, como por ejemplo el encuentro anual “Encuentro con amigas”, en el que se realiza una exposición de tejidos y manualidades confeccionados por las abuelas en un taller de la entidad. También participan como sede de acciones encaradas por el PAMI o el ANSES, como la vacunación gratuita para adultos mayores contra la gripe. El centro posee dependencias administrativas, un espacio para la atención de enfermería, y un amplio salón de usos múltiples para otras actividades y reuniones.
La vecinal con otro nombre
Resulta inquietante la diferencia del nombre de la vecinal respecto del barrio. En Cabal, amén de la calle de ese nombre, no existe otra calle, institución, club o indicio de Domingo Faustino Sarmiento que relacione el nombre de la vecinal con el lugar. Dicen algunos vecinos que el nombre vino de la idea de Rogelio Godoy, un morador del lugar, que propuso ese nombre para la entidad surgida el 20 de agosto de 1967, y reconocida por ordenanza municipal. De todas formas no parece ser muy seguro el origen del nombre de Vecinal Sarmiento, podría decirse que para ese momento ninguna vecinal de la ciudad llevaba el nombre del educador, escritor y presidente argentino, y que tal vez fue ese el motivo de la designación oficial. Como fuese, el barrio Cabal no perdió su identidad ni su voluntad de trabajo vecinal más allá de la denominación formal de la entidad.
En verdad, en la barriada sólo hay una cortada que lleva el nombre de Mariano Cabal, y se encuentra en el oeste del barrio, paralela al Camino Viejo a Esperanza, entre Castelli y Hernandarias. Cabal fue un empresario naviero con una activa participación política que lo llevó a la gobernación de la provincia entre 1868 y 1871. Hasta llegó a tener un banco en la ciudad de Rosario, y es recordado también en Santa Fe por gravitar como propietario e impulsor del surgimiento de varias localidades en la provincia con un espíritu de creación de colonias alrededor de sus propiedades. Así, además de la localidad que lleva su nombre en el departamento San Justo, en tierras de las que era propietario, Cabal reconocido como el fundador de San Justo y de otras localidades como “Saladero Mariano Cabal” y Emilia, que responde al nombre de quien era su esposa.
Mariano Cabal falleció en Buenos Aires, a los 55 años, en 1885, pero en la historia de la ciudad es recordado también por la excéntrica construcción de Barrio Sur que fue su morada, “La Chinesca”, una mansión ya demolida pero que obtuvo por su singular fisonomía arquitectónica ese mote entre los santafesinos.
De regreso a la vecinal, los inicios se remontan a un espacio que ocupó la entidad en calle Vieytes y Castañaduy. Como muchas instituciones barriales, en especial ubicadas en lugares con pocos vecinos y muchas necesidades, la Vecinal Sarmiento pasó por algunos períodos de acefalía e inactividad. Sin embargo, las postergaciones del barrio hicieron que varios vecinos se reagruparan en 1993 para reflotar la vecinal. Para esta etapa obtuvieron (5047) un predio en calle Vieytes (lindante con las vías del ferrocarril Belgrano. Vale decir que el espacio era un terreno que había sido donado al municipio por la señora Kilgelmann originalmente para establecer allí una plazoleta, pero de igual manera terminó con un fin público y comunitario al quedar en manos de la vecinal.
En el tiempo más reciente, con la inundación del Salado de 2003, la vecinal fue utilizada como centro de operaciones para Defensa Civil en la evacuación de los vecinos del norte de la ciudad, hasta que llegó el 29 de abril y al sur del hipódromo se produjo la tragedia evitable ya conocida por una defensa inconclusa a la altura de calle Gorostiaga. No obstante, en un tiempo en el que no existía la actual Circunvalación Oeste en su tercer tramo hasta Ruta 70 en Recreo, la ciudad carecía en esa altura de defensa contra las crecidas del Salado. De este modo, las noticias en los días previos al último fin de semana de abril de 2003 pasaba por la crítica situación de anegamiento de calles y algunas viviendas en la zona norte del hipódromo, y entre esos barrios del noroeste, Cabal sufría las consecuencias de la crecida, aunque sin la virulencia con que la entrada de agua a la ciudad de manifestó para los barrios al sur de la cancha de carreras de caballos.
Justamente, los vecinos de Cabal fueron unos de los primeros que se inundaron, cuando ya el domingo 27 de abril de las elecciones presidenciales el agua comenzó a entrar desde el Camino Viejo a Esperanza, y por el zanjón de Estado de Israel. Recordaban los vecinos que en aquellos días, como lo recupera el libro “Agua de Nadie” que los vehículos de Promoción Comunitaria y los camiones de la Municipalidad estaban ocupados en llevar a la gente a votar ciertos candidatos, mientras los pobladores más pobres, contra el Camino Viejo a Esperanza, tuvieron que salir solos o con la ayuda de otros vecinos solidarios. (“Agua de Nadie”, Fernando Pais, Ediciones UNL, 2008)
Con algunas calles pavimentadas, Cabal tiene por Estado de Israel, Vieytes, Hernandarias, Estanislao Zeballos, es decir las que se ubican en sentido este/oeste, las principales arterias. A modo de cicatriz urbana posee un espacio importante ocupado por los terrenos del ferrocarril ya sin rieles, ni trenes del Belgrano. De todos modos, Cabal tiene casi una ocupación plena de sus 20 manzanas urbanizadas. Siempre con necesidades de mejoras y adelantos de infraestructura urbana, para 2016 la Municipalidad de Santa Fe propició por un lado la concreción de una obra largamente reclamada por los vecinos, como lo era el entubado del zanjón de calle Estado de Israel. Esa obra, sumada a una etapa de extensión de la red de gas natural para un sector importante de Cabal, marcó algunas mejoras para el progreso del barrio.
Vecinos “Autoconvocados Barrio Cabal”
En algunos barrios, por distintos motivos, la acción vecinalista no congrega a todas las voluntades de participación. Ante otras necesidades de representación y de acción surgen espacios no institucionalizados de vecinos que nucleados con algunos objetivos puntuales, también aportan a su lugar. Esa voluntad de progreso se transforma en voluntad de trabajo y en movilización comunitaria en pos de un objetivo.
Así, “Vecinos Autoconvocados Barrio Cabal” surgió en el año 2012 con el objetivo de mejorar el barrio de las actuales y futuras generaciones. Mónica Parente, era una de los miembros reconocido de este grupo de moradores de la zona.
En Cabal ello se ha demostrado con la recuperación de algunos espacios que otrora tenían el paso de los trenes. Estos espacios, que en Cabal dividen al barrio en una diagonal con sentido noroeste, proponen un lugar que sin presencia del Estado para su cuidado, sin un destino de uso público, muchas veces son intrusados o trocados en volcaderos de residuos producto del cirujeo de otros vecinos que viven en la orilla de la indigencia.
Ante esta situación, y en un barrio que no posee plaza propia, en 2019 los vecinos autoconvocados sumaron esfuerzos para comenzar por su cuenta con la limpieza, al menos, de la zona del ex ferrocarril en el cruce con Castelli. El proyecto de reacondicionamiento se inició ante la preocupación por la inseguridad que se generaba como una consecuencia del abandono del predio. Es así como se propusieron mejorar el espacio verde.
La iniciativa era reflejada por el diario El Litoral, cuando recuperaba la palabra de Mónica, una vecina que refería sobre ese espacio recuperado que hasta hace poco era un basura que habían limpiado, “Ahora queremos un poco más: ahora queremos ya darle algún uso, uso en el sentido de poder tomarlo, de que sea nuestro, de poder disfrutarlo así como los niños disfrutan el juego, los papás y abuelos podemos estar de este otro lado quizás tomando mate en una mesita, esa es la idea”. (El Litoral 11/7/2019)
El lugar recuperado, emplazado precisamente entre las calles Castelli y Pasaje Santa Fe, se inauguró el 13 de diciembre de 2019. Este logro fue posible gracias al gran esfuerzo de los vecinos y vecinas que hicieron canteros y labores de jardinería, como así también pintaron un mural donde dan la bienvenida a quienes visitan el barrio.
Es que como en otros barrios de una Santa Fe enhebrada de manzanas y calles entre vías férreas, Cabal tiene una división con los terrenos ferroviarios que obturan calles en el sentido este/oeste. La apertura para el paso vehicular, como así también la utilización pública de esos espacios vacantes al desaparecer los trenes primero y las vías después, es reclamada por muchos vecinos, no solo en Cabal
En Cabal, por iniciativa y trabajo popular, un terreno que antes algunos habitantes de la zona usaban para desechar la basura se transformó en un espacio usado por niños y adultos como plaza y lugar de recreación. En este predio, todos los domingos, por el año 2020 se realiza una Feria de Emprendedores Artesanales donde se colocan stands de los mismos vecinos con sus creaciones artísticas, plantas, y otras creaciones que comercializan.
Asimismo, los vecinos “Autoconvocados Barrio Cabal”, con la ayuda del Municipio de algunas autoridades políticas, realizan en forma colaborativa tareas de poda de árboles y plantas, corte de pasto y mantenimiento de la plaza del barrio y de otros espacios verdes. Con ello, a la par de mejorar las condiciones de vida de su lugar se genera en los vecinos una mayor conciencia del cuidado del espacio público, de la limpieza.
A su vez, este grupo de autoconvocados está adaptado a los nuevos tiempos por lo que cuenta con una página y un grupo de la red social Facebook donde los vecinos y vecinas de barrio Cabal hacen llegar sus inquietudes, preocupaciones y propuestas. Entre estas se encuentran, por ejemplo, la realización de canjes o trueques de ropa y alimentos, la publicidad de los comercios de la zona, publicaciones de emprendimientos caseros y particulares, como así también de campañas solidarias para comedores comunitarios, o para concientizar sobre epidemias como la del dengue. Además llevan a cabo un trabajo de coordinación con las otras instituciones del barrio como es la Capilla “San Joaquín y Santa Ana”, donde además de ofrecer misas se realizan talleres de oficios y venta de garrafas. También se mantienen en contacto con el Club Cabal, donde además de ser un lugar donde se realizan actividades culturales y deportivas, se concretan reuniones mensuales entre los vecinos del barrio para estar al tanto de lo que ocurre y tratar de llegar a consensos para materializar nuevas iniciativas.
El barrio también cuenta con un espacio público para la práctica deportiva. Se trata del “Playón Deportivo y Cultural de Barrio Cabal”, inaugurado el 8 de abril de 2009. Está ubicado en calle Servando Bayo al 6700, en su intersección con Castelli al 5500. Las reformas del lugar para establecer el playón por parte de la municipalidad comprendieron el pintado y demarcación de las canchas de fútbol, hándbol y vóley. Vale decir que por muchos años los vecinos de Cabal reclamaban al municipio contar con un predio de este tipo, similar al construido en otros barrios, pedido que además fue acompañado por varias entidades representativas. Como parte anexa al Club Cabal, el playón revitalizó la vida de la entidad, donde además funciona al año 2020 una escuela de Taekwondo, más clases de danzas árabes y aeróbicas.
El Centro de Salud de Barrio Cabal se encuentra ubicado en una cortada a metros de Juan José Castelli al 5100, entre Catañaduy y Sarmiento Oeste. Esta calle de ingreso por mucho tiempo estuvo en muy malas condiciones para ingresar, tanto así que los vecinos movilizados en una propuesta popular en 2018 consiguieron se pavimentara en 2019 al menos hasta Castelli, con un solo carril de circulación para ingresar y salir desde este efector de salud que además de Cabal cubre la asistencia del barrio lindero Las Lomitas.
En un vecino, muchos
En cada barrio aparecen en la memoria colectiva vecinos que son recordados por ese don de buen samaritano, de buena gente. Vecinos solidarios, colaboradores, muchas veces con acciones individuales no institucionalizadas. Seguramente en Cabal hubo, hay y habrá varios hombres y mujeres así. Sin embargo, del relato del pasado, surge un vecino en particular anclado a la evocación de sus conciudadanos.
Así lo rescataba hace años el citado programa radial “Alma de Barrio”, que en su recorrida por Cabal y en la charla con la gente, reconstruía la memoria sobre Don Aurelio Mazzolla. De este modo se lo mencionaba por la radio universitaria. “Este vecino de buen corazón, como lo recuerdan sus amigos del barrio, se dedicaba a organizar actividades entre los pibes y los pobladores del vecindario en las fiestas patrias. No era presidente de ningún club, no era dirigente vecinal, no era maestro, solo un vecino que armaba para el 25 de mayo, el 9 de Julio o el Día de la Bandera, kermeses, carreras de bicicletas, torneos de fútbol entre la muchachada, o carreras de embolsados”. Acaso el objetivo de Don Mazzolla era ese, darle a los chicos del barrio un momento de esparcimiento, en una barriada con tantas postergaciones, allá por mediados del siglo pasado. Dicen que lo hacía “de puro comedido” y de “buena gente”. Historias de buenos vecinos, que por su forma de ser, quedan en la memoria urbana de cada barrio. (“Alma de Barrio” – LT10 AM 1020 – 7/8/2004)
Super interesante el aporte!!!