Barrio Scarafía

El tropero de Scarafía

            La presencia en la zona de Piquete del viejo Matadero Municipal, un poco más al norte de la Estación Las Flores del Ferrocarril a Las Colonias, hacía que en el lugar muchas veces llegaran las tropas de vacunos para ser faenados. Esos troperos traían los animales desde los campos al norte de toda la colonia, es decir, de “La Pelada” hacia más arriba, hasta San Cristóbal.

            Muchas veces la hacienda venía en el ferrocarril, y los bajaban en la estación a corrales, pero en otras ocasiones, las tropas eran conducidas por paisanos de a caballo, por montes, anegadizos y cañadas, hasta vadear el Salado, cerca del matadero, y también en la zona de Scarafía.

            Los piquetes, de improvisados corrales, algunos seguro “de palo a pique”, eran para que los carniceros del centro llegaran hasta el noroeste de la ciudad a elegir qué animal querían faenar, acordar el precio a pagar y luego al matadero, para después tomar el tranvía 5 especial que llegaba al lugar, aquel que no tenía cerramiento lateral, y que contaba con grandes ganchos en su alero para colgar las medias reses hasta los mercados del centro, el de Abasto, el Central, el Norte.

Tropero - Juan Arancio

             Por ello, muchos vecinos camperos se asentaron en la zona cercana al viejo Matadero Municipal, también por la zona de Scarafía, tal vez cruzando hacienda por el Puente Iriondo más al sur, o por el Mihura, o por el paso de “Las Crucecitas”, azotando el Salado para estribar en la barranca del este luego del largo camino desde las estancias del norte.

               En el programa “Alma de Barrio”, producido y conducido por Fernando Pais en LT10 AM 1020, se rescataba de la memoria urbana allá por 2003 el recuerdo de uno de esos vecinos gauchos, troperos, de barrio Scarafía. Uno de esos paisanos cuyo único capital era la sabiduría y fortaleza de su estirpe gaucha, su caballo, sus pilchas, y tal vez un rancho de barro y paja que lo esperaba el regreso de la cabalgata tropera a San Cristóbal.

            Así, por esas picadas del recuerdo, “Alma de Barrio”, remontaba la tropa del tiempo en barrio Scarafía, y seguía el sendero de balidos para encontrar en la onda AM de la Radio Universitaria aquella historia de Marcial Cejas.

           “En calle Vieytes al 5200 estaba el boliche de Don Juan Nuñez donde servían una bebida muy especial. Según cuentan, había un preparado de bebida blanca llamado Chirimbiqui que incluía caña, bermout y otras cosas. Y dentro de los parroquianos que se acercaban a pedir un Chirimbiqui para cargarlo en su caramañola y salir al tranco con su caballo, era Marcial Cejas. Y aquí encontramos otra historia en el ‘Alma del Barrio’ Scarafía.

           Don Marcial Cejas vivió hasta los 105 años, era un paisano alto, robusto, y según él mismo decía, era hijo de un cacique. María Luisa, su nieta, lo recuerda de bombachas y botas coloradas, y montado en su petiso a pesar de tener más de cien años. Don Cejas era tropero y traía vacas desde San Cristóbal, o Rafaela, hasta el matadero municipal de Santa Fe. Hasta la década del ’50 Don Marcial azotaba en el Río Salado para cruzar las reses que iban del otro lado del río a un piquete o rodeo en la zona de lo que es hoy más o menos barrio Yapeyú. Ahí apartaba con perros los animales que elegían los carniceros y se llevaban al viejo frigorífico municipal en Las Flores.

            Don Marcial era un criollo, fue siempre peón, dueño de su caballo, de sus perros y su rancho. Y si bien Don Cejas era tropero, porque llevaba reces en el llano, y el tema de Atahualpa Yupanqui habla de un arriero, porque lleva vacas entre los cerros, podemos dedicar a la memoria de Don Marcial Cejas, vecino de barrio Scarafía, ‘El Arriero’, porque al igual que la canción las penas eran de él, y las vaquitas ajenas… igual que hoy”.

 

Fernando Pais

“Alma de Barrio” – AM 1020 – 29/11/2003

 

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