De Transporte a la Bombonera

El campeón del barrio

Uno de los pibes de Transporte que brilló en el fútbol nacional, y que extrañamente no pasó por el club Pucará del barrio, es Sebastián Battaglia. Ubicado para el 2022 como el jugador más ganador de la historia xeneize con 17 títulos logrados, sus inicios fueron cerca de la barriada que lo vio nacer en Santa Fe el 8 de noviembre de 1980.

Juan Chena, su entrenador de pibe, contaba para el diario deportivo de Clarín que “Fuimos dos o tres veces a Newell’s, me decían un día que sí y otro que no, daban muchas vueltas. También a Central, pero decían que no había lugar en la pensión. Y después a San Lorenzo, donde ya había quedado cuando me llamó Regenhardt y me convenció de llevarlo a Boca. Dios existe, pero atiende en Buenos Aires”.

En sus inicios Battaglia comenzó jugando en las categorías inferiores del equipo del Sindicato de Luz y Fuerza, para luego recalar en la cancha del “Lagunero” santafesino, Ciclón Racing, en la liga. 

Recuerda Olé en el citado artículo que “En Boca, a Battaglia lo vieron en una prueba organizada en Santa Fe, sin dudar Griffa se lo llevó para Buenos Aires a la semana siguiente y apenas dos años después debutó en Primera sobre el final del torneo Clausura 98, en un interinato de Carlos García Cambón, quien lo conocía de la Reserva y le dio la oportunidad frente a Gimnasia y Tiro de Salta”.

Vale decir que pese a ser un confeso hincha sabalero Sebastián no tuvo la oportunidad ni la alternativa de jugar en Colón de Santa Fe.

La carrera de Sebastián fue trascendente, casi totalmente vinculada a Boca Juniors. Convocado para defender la celeste y blanca jugó diez partidos con la Selección Argentina entre 2003 y 2009. 

Luego de un paso por el Villarreal de España regresó al club del barrio La Boca y en 2013, debido a una lesión que había sufrido dos años antes y luego de un año de inactividad, se retiró como jugador a los 32 años de edad.

 

SEBASTIAN BATTAGLIA DE NIÑO - DIARIO OLE

En su etapa como entrenador sus primeros pasos fueron en Almagro de la ciudad de Buenos Aires, que juagaba en la Primera B Nacional. Luego trabajó como asistente técnico de Julio César Falcioni en Banfield. Ya con esa experiencia se incorporó nuevamente a la vida del club xeneize pero como director técnico de la Reserva de Boca Juniors. Finalmente, asumió como entrenador del equipo mayor, con el que logró ganar dos copas nacionales.

Las estadísticas finales de su paso como técnico del equipo porteño, para 2022, dejaban que luego de 50 partidos Battaglia obtuvo 27 triunfos, 15 empates, 8 derrotas, con 70 goles a favor y 34 en contra.

La foto de un Battaglia de 15 años alentando es prueba fiel de esa simpatía. "Salimos los dos de Ciclón y nos fuimos juntos a Boca en enero de 1996. Primero estuvimos en la pensión de La Candela y después en Parque Sarmiento. Estábamos todo el día juntos. Y siempre que había un fin de semana libre nos veníamos para Santa Fe y seguíamos juntos. Justo se dio que jugaba Colón y mi viejo nos llevó a la cancha", cuenta Marcovecchio a Olé desde Santa Fe. (OLE - 24/09/2021)

De Transporte a la Bombonera

En una nota de la revista “El Gráfico” de 2003, antes del partido de la final Intercontinental contra el Milan, Sebastián Battaglia repasaba los recuerdos santafesinos de su barrio y de sus comienzos.

De la infancia sencilla en el barrio Transporte, donde papá Ricardo dividía el esfuerzo entre un taller metalúrgico y un reparto de diarios, viene su irrenunciable vocación de mediocampista. “No sé por qué agarré para ese lado, fue una cosa natural. Arranqué como volante en el baby y siempre me mantuve ahí, corriendo en el medio”, dice Sebas, a quien sus compañeros de entonces apodaban Bocón por razones que eran obvias.

Cuando el técnico y los jugadores pasaron de Luz y Fuerza a Ciclón Racing –“Fue raro, nos llevaron a todos”–, al Bocón le empezaron a decir Enano, ya que en los partidos oficiales de la Liga Santafesina enfrentaba a jugadores varios años mayores que él, verdaderos mastodontes comparados con su físico de junco. Enfundado en una camiseta celeste y blanca –“pero con un diseño parecido a la de Vélez”–, Battaglia sorprendía por su despliegue incansable. “Era un grupo muy lindo. Estaba con varios amigos –recuerda el muchacho nacido el 8 de noviembre de 1980– y también con un primo mío. Teníamos un lindo equipito. Incluso fuimos a un torneo en Chile y perdimos la final contra Argentinos Juniors, que en esa categoría siempre tenía robo. En la Liga enfrentábamos a Colón y a Unión, pero ni siquiera aspirábamos a jugar ahí. Veíamos la vida de otra manera, sin volar demasiado”. (Revista El Gráfico – 2003)

Franco Marcovechio en la despedida de Battaglia - OLE
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