El pionero

Don Juan Bautista y su barrio Calcagno

Sobre la “Villa Calcagno”, primigenio loteo de la zona, el diario El Orden en 1924 realizaba una de sus habituales recorridas por los barrios para llegar hasta este lugar de cavas y las primeras casas. Decía que “El barrio Calcagno, es un bello caserío situado más delante de kilómetro 2 (luego La Redonda o Santa Fe Cambios). Un vecindario bastante crecido le da vida amenidad con sus diarias actividades”. (El Orden 26/2/1924)

EL SR CALCAGNO - EL ORDEN 21-7-1928

Pero más allá de la intención descriptiva, el mismo cronista detallaba el pésimo estado de las calles al publicar que “A cada cuadra encontramos charcos de agua en descomposición. Si presencia se nos denuncia, más que nada, por los olores desagradables que nos envuelven en una atmósfera enfermiza. Las mismas calles están con frecuencia cortadas por alambrados que obstruyen el tráfico…”. Fustigando al intendente Gómez Cello, el diario recalcaba sobre la falta de luz en las calles, que hacían fácil el accionar de los amigos de lo ajeno, en especial de gallinas y otros animales de granja. Y por supuesto, la consabida “…gran laguna, buena para que se bañen y ande los patos, pero cuta presencia es contraria a la higiene…”. (El Orden 26/2/1924)

Para 1928 el mismo diario El Orden decía sobre el naciente lugar que “Constituye el denominador ‘Barrio Calcagno”, conjuntamente con los de Belgrano, Los Hornos, Sartor, y Otros, la etapa más adelantada del progreso de la ciudad por el lado norte”, para luego recordar en 1928 que antes, por 1884, la zona era conocida como el Camino a Ascochingas, al estar recostado sobre lo que luego fue Aristóbulo del Valle. “En pequeño –ahondaba el medio– están representando en él los elementos más destacados del adelanto moderno: Luz eléctrica, teléfono, y medios de transporte. Solo algunas que otras necesidades no suplidas convenientemente, representan por hoy, las aspiraciones legítimas del denso vecindario”. (El Orden – 21/7/1928)

CAVA EN VILLA CALCAGNO - EL ORDEN 21-7-1928

Sobre las cavas del lugar El Orden publicaba: “En una hondonada artificial, cuya profundidad varía entre cuatro y seis metros, aparece un laguito cuyas barrosas y tranquilas aguas, sirven de recreo a los innumerables patos de la vecindad, que en una caravana pintoresca ponen una nota interesante en medio de la uniforme placidez de sus aguas”. En esa laguna, que tenía en su centro una saliente a modo de “isla”, las lavanderas del barrio hacían sus quehaceres con las prendas.

PLANO 1935 CALCAGNO

En la Villa Calcagno se destacan dos escuelas, una de ellas la 455 conocida entonces con el mismo nombre del barrio, con 114 alumnos y un precario establecimiento.  Además, los vecinos ya necesitaban un puesto sanitario, un dispensario, una sala de primeros auxilios. Por otro lado, en el que las comunicaciones dependían básicamente del correo postal, contar con una estafeta de correo en el barrio era un requerimiento muy valorado por los vecinos que solicitaban para contar en el lugar.

También hubo una biblioteca en Calcagno, la “José Ingenieros”, que pese a las deudas en su sostenimiento por parte del Estado Nacional y Provincial, con un atraso de más de un año en 1928, se mantenía con sus puertas abiertas, luego de haber sido fundada en 1927 con su primer presidente Daniel von der Thusen, y que según el diario “…el barrio Calcagno es el único entre sus similares que cuenta con una biblioteca pública…”.

Entre aquellos primeros comerciantes de Calcagno se encontraban “José y Marcos Oriolli, Juan Planels Elías González, Olivier Hnos., Pasquier y otras de no menor importancia”.

La riqueza de esta nota de El Orden de 1928 se ubica además en la charla del cronista con Juan B. Calcagno, “dueño del barrio”, por haber sido “…uno, sino el primero, de sus fundadores”. Decía el periodista de entonces sobre la morada de Calcagno: “Un chalecito coquetón, con aire pueblerino, y de una arquitectura sin mayores pretensiones, en el que la mano de un rudimentario jardinero ha delineado ‘a son gout’ los minúsculos canteros que adornan la entrada, nos dice de las modalidades de su dueño y señor”.

Y sobre el morador, “Hombre metódico, sencillo e impasible, con esa impasibilidad de los que no tienen graves problemas que resolver, pensamos. Entramos. El señor Calcagno en persona nos recibe. Muy sencillamente vestido, casi con pobreza, nada diría del hombre que goza de una posición envidiable, al decir de los vecinos”. Calcagno era un anciano en aquellos años, la pieza gráfica del diario así lo atestigua, de aquel italiano venido de la Liguria.

ESCUELA 455 CALCAGNO - EL ORDEN 21-7-1928

Describe al personaje que dio nombre a una parte de Los Hornos, y razón a la denominación colectiva por la producción de ladrillos: “Vino a Santa Fe, hace aproximadamente cincuenta y cuatro años (para 1928 la fecha era 1874), en épocas en que se echaban los cimientos del Ferrocarril Santa Fe, que por cuenta de una compañía inglesa se construía. A los dos años siguientes, compró el primer pedazo de tierra en el que asentó su casa, en el mismo lugar que hoy ocupa. Luego, trabajando siempre, poco a poco fue adquiriendo nuevas extensiones, las que sumadas lo hicieron aparecer, tiempo después dueño de una extensión de diez hectáreas, casi todo lo que hoy forma el área del barrio. Posteriormente, en el año 1908, en que dispuso la división en lotes de esas tierras, intervino el Escribano señor Mariano Puig, el barrio que ya había adquirido características de tal se denominó ‘Calcagno’, en homenaje, supongo nos dice nuestro reporteado, a la obra por mi realizada, o tal vez por el hecho de ser yo el mayor poseedor de las tierras que la componen…”. (El Orden – 21/7/1928)

CALLES DE CALCAGNO - EL ORDEN 3-5-1934
BARRIO CALCAGNO - EL ORDEN 26-2-1924
BARRIO CALCAGNO - EL ORDEN 3-5-1934
CALLES DE CALCAGNO - EL ORDEN 3-5-1934

El cronista repasa además que al momento de levantar su casa, allá a mediados de los 1870, “…solo existían cuatro o cinco, de pertenencia de algunos pocos colonos y chacareros, recordando entre ellos a José Donatti, Benito Peña, José Lazuri y Amadeo Boterón”. En 1928, en contraste con el viejo Camino a Ascochingas de antaño, Don Calcagno rememoraba que en los primeros tiempos, “…la paz de sus contornos apenas si era turbada por alguno que otro carro, de viaje hacia el norte…”.

Austero en extremo, de vida sencilla y casi humilde pese a su condición económica real, Calcagno se describía percibido por sus vecinos con el sentido de “…ese espíritu de ahorro, y a mi vida sencilla y casi ignorada, atribuyo mi relativo bienestar, al que la credulidad popular le ha atribuido proporciones grandiosas…”.

Consultado por el periodista sobre la alternativa de contar con la donación de un espacio de su propiedad, todavía no vendido, para levantar el edificio que la escuela del barrio necesitaba, Calcagno respondió que ya no era posible, “pues había dispuesto de todos los lotes esperando realizar unos cuantos que le quedaban para emprender el viaje a Italia…”.

En registros de actas de matrimonio de la parroquia Nuestra Señora del Carmen de la ciudad de Santa Fe aparece el casamiento del hijo de don Juan Bautista Calcagno, en 1915, en el que se desprende que de Italia no llegó solo en 1874, sino que lo hizo con su esposa, Emilia Caprioli. Igual documento eclesiástico, pero de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, nombra a los conyugues italianos Emilia y Juan Bautista, en el matrimonio de otro hijo.

LAGUNA Y CASAS DE CALCAGNO - EL ORDEN 3-5-1934

En 1934 otra vez El Orden recorría el barrio y profusamente ilustraba a toda página las calles, la laguna, el estado del lugar. En esa nota se refería ya a la importancia medular de calle, o diagonal, Presidente Roca, sobre la que establecían “chalecitos”. En ese tiempo todavía no tenían continuidad las calles con sentido norte/sur, las que estaban cortadas por terrenos extensos sin terminar de lotear y urbanizar, en especial al norte de Presidente Roca. Todavía existía la “Cava Peligrosa”, y la nota puntualizaba sobre su ubicación al decir que “Lo peor está situado en la manzana comprendida entre calles 9 de Julio, San Jerónimo, 21 y 22 Sin Nombre. Es una enorme cava eternamente llena de agua, que posee un hermoso aspecto como lago, pero que constituye un verdadero peligro para el vecindario”. (El Orden 3/5/1934)

En el apartado se destacaba la muerte de cuatro personas, una de ellas un mejor de 9 años, ahogados en esa cava. Un espejo de agua, producto de las excavaciones de los hornos de ladrillos de Calcagno, en los que muchachones “se bañan desnudos a la vista de todo el vecindario”, en las épocas estivales.

Para 1935 en un plano de la ciudad el Barrio Calcagno aparece delimitado al sur por la prolongación de Salvador del Carril, más allá del Puente Negro, donde era otrora la Quinta Escalante. Al este Aristóbulo del Valle, al norte Lavaisse y al oeste Facundo Zuviría, lo que constituye un amplio espacio que con el tiempo trocó campos por terrenos, y cavas por lotes, hasta el total relleno de la “Laguna Calcagno”.

LOTEO B CALCAGNO - BANCO FLORIAN PAUCKE

Así, los loteos del Barrio Calcagno continuaron, más allá de la existencia del propio Juan Bautista y su descendencia. Lo atestigua, por ejemplo, la reproducción de un plano de mesura y loteo de “Barrio Los Hornos – Calcagno”, en el banco de imágenes Florián Paucke, en la que puede leerse a la “Asociación Civil Colegio de la Inmaculada Concepción Santa Fe”, como la poseedora y vendedora en agosto de 1946 de 108 lotes lindantes con calle Fray Mamerto Esquiú, entre Facundo Zuviría, Urquiza, 4 de Enero y el pasaje Calcagno.

Memoria urbana del primer poblador, sus cavas y hornos de ladrillo, y sus loteos, en el barrio que pese a estar en una vecinal más grande como Los Hornos, a tener al sur Escalante, al norte Mayoraz, al este María Selva y al oeste Ciudadela, conserva en el decir de los antiguos vecinos que son, simplemente, de “Barrio Calcagno”.

El pionero

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll hacia arriba