American Club
El primer club de la jurisdicción de Los Hornos se ubicó en el sector conocido como Barrio Calcagno. Fue en 1929, el 29 de enero de ese año, cuando el “American Club” nacía como un espacio para los primeros vecinos de lugar.
Ubicado en calle 9 de Julio 5562, el American Club se inició como un club de neto corte social, con actividades para sus socios y los moradores del barrio, entre los que se destacaron en la década de 1930 y 1940 los bailes organizados por la entidad.
Con el tiempo se enfocó en ofrecer a socios y no socios su salón para encuentros y fiestas, además de la cancha de fútbol 5 en su predio.
Sin embargo, su historia, como en muchos clubes de barrio, se relaciona con las bochas.
En el diario El Orden de 1945 se publicaba una amplia nota sobre el American Club de Barrio Calcagno. Se destacaba entonces que las bochas era el deporte practicado, y en cuanto a su nacimiento el medio decía: “De las reuniones nocturnas, que un núcleo de jóvenes deportistas de Barrio Calcagno, solían efectuar en la esquina de Presidente Roca y San Jerónimo, se tejió el proyecto de constitución de una entidad que bregando por el engrandecimiento de su barrio, hiciera prácticas deportivas. Pedro Baraggia, el más entusiasta el más encarnizado para que se cristalizaran esos proyectos, fue quien presidió la reunión que el 30 de enero de 1929 se llevó a cabo en la casa del Sr. Francisco Minella. De esta memorable asamblea surgió una entidad de carácter Social y Deportivo a la que se le dió el nombre de ‘American Club’”. (El Orden 1/2/1945)
Así Baraggia fue el primer presidente de la entidad que en ese 1945 cumplía 16 años de vida. Continuaba la nota con los momentos iniciales del club, en el que “Las primeras manifestaciones sociales fueron reuniones danzantes, las que se llevaron a cabo en la casa del socio y gran colaborador de la institución Sr. Francisco Minella consiguiendo las mismas el éxito previsto”, reuniones en las que la comisión de damas encabezada por la señorita Lucía López tenía un papel gravitante.
Pero en el inicio del American Club no era solo bailes lo que movilizaba a los integrantes, en especial los varones. La rivalidad entre los barrios cercanos, en especial con el equipo de fútbol “El Deslumbre” de Barrio Los Hornos, proponía a los muchachos de Calcalgno el contrincante para defender la identidad del vecindario. Ese “clásico” con “El Deslumbre” fue motivo de un encuentro con premio y todo, una copa donada por el vecino Ingaramo, y agenciada para la contienda por Von Der Tusen. Esa copa se ganaría cuando barrial alguno de los dos clubes obtuviera tres triunfos consecutivos o cinco alternados”.
Relata el cronista de El Orden que “El entusiasmo reinante de ambas barriadas, era algo indescriptible. Cada partido congregaba un público que llenaba los cuatros costados del field y… lo que era dable presenciar, lo dejamos que el lector se lo imagine. Los partidos se iniciaban con ‘cambio de flores’ continuaba con una reñida disputa en la que cada team se prodigaba integro en procura de la ansiada victoria.
El “score” fue altamente disputado, el primero empataron, el segundo gano Los Hornos, el tercero fue para Calcagno, pero pese al intercambio de ramos de flores… la cosa no fue tan amigable y con ese cuatro, “sin que se armara consabido lío”, por lo cual “La incidencia se hizo presente en el segundo tiempo de ese cuatro partido y con ella, el fin de las trascendentales disputas entre American y El Deslumbre”. Lo que no detalla el periodista es en manos de quién terminó la copa, en una rivalidad que fue más allá de lo deportivo, según se intuye.
El American Club se afilió en 1931 a la Federación Santafesina de Fútbol, solamente en la cuarta división, dada la modestia de la naciente entidad, que pese a ello se ubicó segunda en el torneo de ese año.
En 1935 fue arrendado el terreno donde se ubicó finalmente el club, que se entiende que inicialmente abarcó “el campo principal de las prácticas deportivas y sociales”, según El Orden de 1945, lugar en el que luego “Gracias a las donaciones que iban recibiendo y con el esfuerzo desinteresado de la gran muchachada, se hizo la hermosa pista que fuera luego escenario de las reuniones danzantes. En la misma forma se construyeron canchas de bochas y la casilla para buffet”. (El Orden 1/2/1945)
Las bochas al American Club llegaron de la mano de Jerónimo Bueno y de su amistad con bochófilos del Club Unión, a través de los cuales trazó el comienzo de esta práctica en Calcagno.
Fueron los integrantes del primer trío representativo del club Bueno, Pasquier y Wisson en un partido disputado en las canchas de bochas de Unión desde el cual se desprendió el inicio del “arrime al chico” y el “chanta cuatro” en el American. Recién para el 27 de abril de 1942 el club logró afiliarse a la Federación Santafesina de Bochas.
A la par, las canchas del club se construyeron con el trabajo y aporte de los propios socios, todo hecho por ellos. Así los representantes bochófilos del American disputaron, y ganaron, torneos entre otros lugares en el Club de Obras Sanitarias, en Rivadavia, y hasta en el “Chanta Cuatro de Esperanza”.
Mientras tanto, el fútbol creció, tanto así que para 1939 ya tenía dos divisiones en la Federación Santafesina. De esa “cantera” de barrio Calcagno, relataba El Orden, actuaron jugadores “…que llegaron a consagrarse en nuestro medio futbolístico tales como Marino López, Segundo Días –hoy (por 1945) en River Plate– R. Molinolo –actualmente jugando en forma destacada en Tucumán– Rogelio Rodríguez, los hermanos Pineda, Rafanielo y otros más que escapan a nuestra memoria”.
Así el club que para el 2022 conserva de aquel pasado futbolero una cancha de fútbol cinco, y su salón de encuentros sociales, continúa como el club del barrio que lo vio nacer hace casi un siglo.
El Club Granaderos
En el extremo noroeste de la amplia jurisdicción de Los Hornos, sobre Gobernador Freyre al 6251 se encuentra el humilde Club Granaderos. Fundado en 1940, originalmente como club de fútbol que participó en la Federación Santafesina, “Su escudo se compone de un campo rojo atravesado por una banda diagonal blanca”, menciona el fascículo editado por el Museo de la Ciudad sobre el Barrio Los Hornos en noviembre de 1998.
También la publicación menciona que “Luego de disuelta la federación, su actividad se centró en el juego de bochas donde se constituyó en uno de los referentes de este deporte”.
En una nota del diario Uno Santa Fe se mencionaba que el surgimiento del club “…se trató de la iniciativa de un grupo de amigos que jugaban al fútbol en una canchita que estaba ubicada en calle Estanislao Zeballos y San Juan…”.
Luego refería la publicación que “Conforme a la importancia que se fue generando y el gran número de adeptos que tenía, se buscó la posibilidad de afiliarse a la Liga Santafesina. Después de charlas y de interiorizarse bien sobre el tema, esto no pudo ser posible, habida cuenta de que no contaba con los requerimientos necesarios para albergar un encuentro oficial. Lógicamente esto hizo que se perdiera un poco en el tiempo. Hasta que en noviembre de 1956 se logra adquirir unos terrenos ubicados en calle Gobernador Freyre al 6200, lugar que los cobijara de ahí en más”. (Uno Santa Fe – 13/3/2016)
Según contaron viejos vecinos al medio, “Solo se contaba con una casilla donde se podía disfrutar de un refresco o algún que otro popular vermú. Así fue como se levantó una cancha de bochas para expandir la opción. De esta manera se conformó la primera Comisión Directiva con apellidos populares en el lugar: Pérez, Meret, Benítez padre e hijo, Gatti, Fussón, Pagniuto, Mastromei y Raimundo”.
Para el 2022 continuaba con la práctica de las bochas y las actividades sociales en su misma sede de antaño, con peñas de amigos y encuentros.
El club con el nombre del barrio
El Club Los Hornos, deportivo, recreativo y cultural, nació el 20 de febrero de 1946. Se ubicó en calle Huergo 3246. La publicación del municipio de 1996 realizada por el Museo de la Ciudad menciona que “Durante un tiempo se lo llamó ’24 de Febrero’, conmemorando el primer triunfo electoral peronista. Con una moderna sede social, su actividad más importante está centrada en la práctica bochófila. Ha sido sede de importantes torneos de esta disciplina”.
Como dato de la historia se puede rescatar que hubo otro “Club Los Hornos”, que por 1937 tenía su “campo recreativo” en Facundo Zuviría 5765, es decir entre Huergo y Godoy, en el que se desarrollaba allá por el 23 de enero la tercera reunión danzante, “la que a no mediar ningún inconveniente atmosférico promete resultar fiel remedo de las celebradas del mes pasado”, según el diario El Orden, en la que actuaría la orquesta del señor Maglianesi. Se puede inferir que se trataba de un predio al aire libre por los dichos del diario. (El Orden 21/1/1397)
Para 1941 los bailes de carnaval en el primigenio Club Los Hornos eran noticia y foto en una publicación de El Litoral, incluso con los niños y sus disfraces, cuando se decía que la entidad se ubicaba en el “camino Simón de Iriondo, entre las calles 24 y 25 Sin Nombre”, camino que luego tomó el nombre de Facundo Zuviría y las calles Godoy y Huergo. (El Litoral 24/2/1941)
Mencionado como “Club Atlético Los Hornos” por 1943 se destacaba en los medios su solicitud de afiliación a la Asociación Santafesina de Basket Ball, lo que demuestra que en ese predio, en el que luego se edificaron casas y comercios, hubo otras actividades además de encuentros danzantes. (El Litoral 29/7/1943)
Va de suyo que se trata de dos entidades diferentes, el antiguo Club Atlético Los Hornos, del cual se pierde en el tiempo su destino, y el Club Los Hornos, deportivo, recreativo y cultural en el que las bochas, para el 2023, continuaban como la práctica deportiva y su salón para las actividades sociales y culturales.
Una entidad, que por ejemplo, en el diario Uno Santa Fe, se recordaba que en su predio cedido por vecinos sobre calle Huergo al 3200, “Inicialmente se levantó un edificio donde se puso un barcito para que los lugareños disfrutaran de un refrigerio y dialogaran sobre los temas del momento. Con el paso del tiempo le fue quedando chico a punto tal de pensar en más cosas. Es así como se reunieron los fondos a través de diversas iniciativas y se construyeron las dos canchas de bochas que, a la postre, terminaron siendo el emblema del club. Con ello vinieron la entrada, el patio de reuniones y el salón vip, que hoy es uno de los mayores orgullos por las cosas que se realizan”. (Uno Santa Fe 17/4/2016)
El club pasó por momentos difíciles, en especial con la crisis económica de los años 2.000 y que tuvieron su correlato en problemas para sostener las comisiones directivas, la participación y las instalaciones. A partir de 2016 nuevos dirigentes lograron retomar el sendero del club y ponerlo de pie nuevamente, con las bochas como deporte, y con una integración con el barrio que según detalla el diario Uno en su nota “Asimismo y para expandirse todavía más, se le abrió las puertas a gente con ganas de formarse y aprender un oficio. Es así como se dictan clases de electricidad, refrigeración y plomería, para citar a algunos de ellos. Una forma de demostrar el compromiso que se tiene para con la comunidad, impulsando proyectos de bien y con fines nobles y más que interesantes”.
Con todo, el club con el nombre del barrio seguía abierto en 2023 a su comunidad cercana con el mismo espíritu fundacional de 1946, deportivo, recreativo y cultural.