Vecinal Altos del Valle
La entidad del barrio fue fundada el 8 de octubre de 1987 y se encuentra ubicada sobre calle Los Pinos 2492. En cuanto a la vecinal, la entidad civil más importante del barrio, en el programa “Alma de Barrio” de LT10 AM 1020, se destacaba en el año 2003 que en “…octubre de 1987 cuando se conformó la Asociación Vecinal Altos del Valle, se ubicó en el único espacio verde del barrio que les cedieron a los vecinalistas, en un pequeño terreno junto al tanque de agua. Después, en el año 2001, la municipalidad de Santa Fe donó un lote más grande en el mismo lugar, donde planean construir un salón más grande”. (“Alma de Barrio” – LT10 AM 1020 – 8/11/2003)
Años después de su creación, ya para el 2005, con una vecinal con pocos avances, fue el padre de la capilla, Marcelo Mateo, instó a los vecinos a asumir los destinos de la entidad con una impronta de mayor pertenencia al barrio. Así lo recordaba Jorge Maya en el referido programa radial, y que con Jorge Perino tomaron el compromiso junto un grupo de socios de mejorar la barriada a partir de la vecinal. Al año 2021 la vecinal contaba con uno 120 socios.
“En la jurisdicción de nuestro barrio tenemos dos establecimientos educativos. Por un lado, se encuentra la escuela privada que pertenece al Arzobispado, la primaria y de nivel inicial 1413 Alfonso Durán, ubicada en Los Nogales al 2400. También se encuentra la escuela secundaria 3159 Alfonso Durán”, menciona Jorge al espacio radial “Alma de Barrio” en 2021.
Con respecto al crecimiento del barrio con el paso del tiempo Jorge Alberto contaba que al comienzo había pocas casas, en cambio para el 2021 casi todos los terrenos estaban edificados y que quedaban unos pocos libres en esa parte central de la barriada.
En términos de los núcleos poblacionales de Altos del Valle se pueden reconocer tres espacios diferenciados. Por un lado, el loteo original denominado “Altos del Valle Central” (entre la altura del 10.200 al 10.500); el barrio Universitario (sobre Callejón Roca), y finalmente, en la misma zona, el grupo de viviendas “29 de Abril III”.
En total, para el 2021 se contaban unos 12.000 habitantes, cuando a comienzos del presente siglo la población orillaba algo más de 3.000, lo que evidencia el crecimiento demográfico de estas barriadas del norte de la ciudad.
Consultado por la audición de los barrios sobre qué pensaba como aspecto más atractivo de su lugar en el mundo, Jorge Maya, presidente de la vecinal, señalaba: “Es un barrio muy particular con gente muy trabajadora, hay muchos quinteros y profesionales. Es un lugar para descansar, rodeado de quintas hacia el norte, este y sur. Además, tenemos una gran cantidad de árboles, por lo que defendemos mucho la forestación”. (“Alma de Barrio” – LT 10 AM 1020 – 28/8/2021)
Esa condición de casas y quintas, por ejemplo, podía verse desde la propia puerta de la vecinal, lindante con calle Los Pinos, extendida de este a oeste, una gran plantación de verduras y hortalizas, como signo distintivo de un barrio enmarcado en el norte de la ciudad de Santa Fe.
Capilla María al Pie de la Cruz
La presencia católica en Altos del Valle se remonta al comienzo del barrio, cuando los primeros vecinos, en la Navidad de 1980, querían contar con una misa en su vecindad. En ese 25 de diciembre los habitantes lograron que el padre Elvio Alberga se acercara para realizar esa celebración en un galpón. Gracias a la fe expresada por los vecinos y sus deseos de contar con un templo propio, el Arzobispado tramitó la donación de un terreno para llevar a cabo la construcción de la capilla.
En una nota del diario El Litoral de 2006, se menciona que el 14 de enero de 1981, el Padre Julio Lauer, de la congregación Verbo Divino, y Don Cifre, llegaron al barrio para comenzar su accionar misionero. Eran tiempos del arzobispo Zazpe. Esa misión pastoral la desarrollaron con varios adolescentes que recorrieron la zona de quintas y las primeras casas del lugar.
El 1° de febrero del mismo año se celebró una misa, en la que se bautizaron a niños de la zona. Luego se llevó adelante la catequesis de primera comunión y la Misión con la Virgen.
Toda esta presencia religiosa requería un espacio propio. Recordaban desde la comunidad para el vespertino que ante la falta de esa capilla el primer pesebre viviente se realizó en la calle. Al comienzo las misas se celebraron en casas particulares, y a mediados de 1982, la familia Pongolini cedía el garaje de su vivienda. Ese mismo año llegó el Padre Max Chua y se celebraron las primeras comuniones.
El 11 de octubre de 1982 partió desde Aristóbulo del Valle y Los Nogales una procesión presidida por Monseñor Zazpe y seguida por una multitud de feligreses, tanto de Altos del Valle como de barrios vecinos. El punto de llegada fue el lugar donde luego se construyó la capilla, en Los Nogales 2400. En ese sermón de 1982 Zazpe anunció el nombre de la capilla: «María al pie de la Cruz».
En la continuidad de la historia rescatada por El Litoral cuando la capilla cumplió sus 25 años de existencia se mencionaba que a comienzos de 1984 el padre Macario fue acompañado por el padre Leo Boser, pero que luego llegó al barrio el cura Reynaldo Sbrüm, quien en 1985 comenzó con la construcción de la capilla y catequesis familiar.
Por aquel entonces, mientras se levantaban las paredes del templo, las misas se celebraban en una casilla prefabricada ubicada en Las Rosas al 10.400, cedida por un vecino de nombre Manolo. En ese lugar se celebraron las primeras confirmaciones.
En el año 1986, se continuó la construcción del edificio de la mano del P. Reynaldo Sbrüm y ya para 1987 se pudo techar la capilla.
Otros sacerdotes que llegaron al barrio fueron Omar Cortesi, Alejandro Bovero, Marcelo Mateo y Diego Gatti. A su vez, en 1984, llegaron las Hermanas Eucarísticas de Nazaret, quienes llamaban a los vecinos con una campana para que participaran de la misa. Por otro lado, las catequesis se daban casas, galpones e incluso en las veredas, por la carencia de mayor espacio. Entre 1981 y 1991 oficiaron las misas los sacerdotes del Verbo Divino, pero desde 1991, se hicieron cargo los sacerdotes del Arzobispado.
También pasaron otros religiosos por el templo, como el austríaco Bernardo Hauswirth, el argentino Agustín Naab y el polaco Wieslaw José Krzyzanowski. En octubre de 1990 llegó el padre Bernardo Blanchou, primer cura del clero diocesano. Los vecinos también se acercaban para colaborar en los distintos grupos de la capilla.
En el año 1991 comenzó a funcionar Cáritas dentro de la capilla. Paralelamente, como un desprendimiento de esa fe, daba sus primeros pasos la escuela primaria Monseñor Alfonso Durán, estrechamente vinculada con la institución religiosa, ya que los padres de los chicos que iban a catequesis vieron la necesidad de que hubiera también una institución educativa católica para sus hijos.
A lo largo de la historia de la capilla funcionaron allí “grupos de catequesis (bautismo, comunión, confirmación, familiar, prematrimonial, de adultos), casamientos, manzaneras, misioneras; noches de espiritualidad, cursos bíblicos, retiros espirituales, grupo juvenil, infancia misionera, Legión de María, Cáritas, coros de adultos y de niños, ministros de la eucaristía y consejo económico”. (El Litoral – 24/09/2006)
Escuela N° 1.413 Monseñor Alfonso Durán
Para la segunda década del siglo XXI la entidad educativa del Barrio Altos del Valle era un complejo educativo ubicado sobre calle Los Nogales 2451, pero años antes se originó como un proyecto de los vecinos, luego de construirse la capilla María al Pie de la Cruz. Con el ansiado templo finalizado los padres de los niños que asistían a esta capilla le pidieron al Arzobispado que construya una escuela. Es así como abrió sus puertas, en el año 1992, con salones en casillas prefabricadas y como aulas de la escuela N° 1.180 “Nuestra Señora de Fátima”.
Genoveva, una de las docentes de la escuela, comentaba al programa radial “Alma de Barrio” de LT10 en 2021: “Tenemos un vínculo muy estrecho entre la capilla y la escuela. Por eso las misas que se ofician allí son también para los alumnos de todos los niveles del colegio”. (“Alma de Barrio” – LT10 AM 1020 – 28/8/2021).
En sus inicios la escuelita parroquial sólo contaba con salitas de cinco años y de primer grado. Al año 2021 el complejo educativo tenía los tres niveles básicos, inicial, primario y secundario, en ambos turnos, mañana y tarde. La escuela secundaria N° 3159 Monseñor Alfonso Durán se creó en el año 2009. “El crecimiento se debió a la gran colaboración de los padres y docentes, porque había muchas carencias económicas y muchos sueños. Los padres hicieron posible a través de beneficios, asados con cuero. Los docentes no sólo trabajábamos de lunes a viernes, dando clases, sino también los fines de semana para levantar el resto de las aulas”, contó Genoveva a “Alma de Barrio”, como maestra vinculada a la entidad desde 1995.
La escuela contaba en 2022 con 560 alumnos pertenecientes no sólo al barrio en el que se encuentra, Altos del Valle, sino también a los barrios 29 de abril, Esmeralda, y hasta de Monte Vera y Ángel Gallardo. El edificio de la escuela poseía un salón de usos múltiples, donde se realizaban diversas actividades recreativas y talleres, también un aula para cada grado, desde primero a séptimo, una biblioteca, una cocina y baños.
Con respecto a la enseñanza, la maestra Genoveva contó que todos los docentes estaban abocados a la educación como un servicio para toda la comunidad y que era una escuela privada católica, por lo que tenían a Cristo como eje y a María al pie de la Cruz. “Tenemos mucha fe en seguir creciendo y en poder seguir brindándole esta educación a los hijos de todas las familias que nos confían a sus hijos para ayudarlos a mejorar, crecer y avanzar”, finalizaba la docente.
Escuela Secundaria N° 3159 Alfonso Durán
La escuela comparte el edificio con su promotora de nivel primario, sobre calle Los Nogales 2451, en la misma manzana donde se encuentran la capilla “María al pie de la Cruz”, la vecinal, el centro de salud y el playón. Fue creada en el año 2009. Como toda escuela parroquial, de gestión privada, pero un barrio de la lejanía del centro, su primera promoción de quinto año tuvo 16 alumnos. Para el 2022 la terminalidad que ofrecía como Bachiller en Ciencias Sociales, para ambos turnos de la escuela.
Ante el gran aumento de la matrícula, la escuela debió gestionar el surgimiento de nuevas divisiones. “En el año 2012 comenzamos a tramitar a nivel ministerial la apertura de la segunda división de primer año ante un pedido expreso de las familias que necesitaban que sus hijos continuaran estudiando en el barrio y evitar trasladarse hasta el centro de la ciudad para poder cursar la escuela secundaria”, contaba Raquel Vara, directora de la escuela secundaria Alfonso Durán a “Alma de Barrio” en 2021. (“Alma de Barrio” – LT10 AM 1020 – 2/10/2021)
Así, en el año 2013 se creó la segunda división de primer año y en el año 2014 la segunda división de segundo año. Hasta ese momento la escuela funcionaba sólo en el turno mañana. En el año 2015 la escuela abrió el turno tarde y se creó la segunda división del tercer año. Al año siguiente se logró conformar la segunda división del cuarto año y finalmente en el año 2017 se creó la segunda división del quinto año, para completar todos los niveles con dos cursos por año.
Pero el crecimiento exponencial del alumnado no sólo se vio reflejado en el surgimiento de nuevas divisiones y del turno tarde, sino que “nos vimos en la necesidad de crecer aún más en la cuestión edilicia”, contaba Raquel al programa radial. En el año 2012 se construyeron dos aulas para poder recibir a los nuevos alumnos de las divisiones que se habían creado. Al pasar el tiempo, y con mucho esfuerzo de toda la comunidad tanto educativa como de padres, se pudo avanzar en la construcción de nuevas dependencias y obras, como la sala de profesores, el tapial que hace de perímetro en la parte este de la escuela, el salón de usos múltiples donde se realizan reuniones de docentes, padres y alumnos (lugar que antes estaba compuesto por casillas y que luego de ser refaccionadas se transformaron en un SUM).
Al año 2022 la escuela continuaba con la construcción de infraestructura, como un sector administrativo, que funcionaba en una casilla. “El crecimiento de nuestra institución se debe en gran parte al apoyo incondicional que recibimos siempre de las familias, de los padres de los alumnos que en su mayoría son ex alumnos nuestros”, contaba la directora de la escuela secundaria a “Alma de Barrio”.
Al finalizar la nota, Raque Vara decía emocionada sobre la escuela parroquial de Altos del Valle: “La relación con la comunidad es excelente, especialmente con los padres que han elegido a nuestra escuela y han confiado en nosotros para enviar a sus hijos. Diariamente le agradezco a Dios que me haya puesto en este lugar, porque no sólo me siento feliz de poder acompañar a nuestros adolescentes, sino que también me siento acompañada y respaldada por el gran plantel docente que tenemos en la institución y de toda la comunidad de Altos del Valle, a quienes debo decirles gracias por confiar en todo lo que hacemos”. (“Alma de Barrio” – LT10 AM 1020 – 2/10/2021)
El Jardín del barrio 29 de Abril III
En marzo de 2012 fue inaugurado el Jardín Municipal Roca, incorporado al Sistema Municipal de Educación Inicial, en Callejón Roca y Rivadavia. La crónica recuerda que al año siguiente se habilitó su sala de tres años, con lo que se pudo dejar terminado el proyecto arquitectónico del jardín en su totalidad.
El establecimiento se ubicó en la parte sur del predio del Centro de Integración Comunitaria CIC del mismo nombre, sito en Callejón Roca y República de Siria, en las puertas del barrio 29 de Abril III.
La iniciativa de este jardín municipal, de índole maternal por la edad de los niños, era posibilitar que algunas madres pudieran dejar sus hijos al resguardo de una entidad para poder trabajar o realizar otras actividades, mujeres sin posibilidades económicas de abonar un jardín privado.
En la oportunidad de su habilitación, el 26 de marzo de 2012 con la presencia le intendente José Corral, la comunicación oficial del municipio detallaba aspectos de la construcción del edificio: “…se adaptó la estructura existente en el ala sur del CIC Roca y, como parte de una primera etapa, se construyeron dos salas con capacidad para 10 alumnos cada una, las cuales cuentan con sus correspondientes áreas de apoyo: sala de cambiado de pañales, sala de preparado de mamaderas y sanitario adaptado. Su arquitectura se completa con un hall de acceso y área circulatoria, una oficina administrativa y un sanitario para público y personal, que es también apto para uso de personas con movilidad reducida”. (Uno Santa Fe – 25/10/2012)
En abril de 2013 el municipio realizaba una nueva inversión en la infraestructura del Jardín Roca, que daba una nueva aula para recibir a niños de tres años, con lo que con el doble turno se incrementaba a 80 niños y niñas la matrícula del establecimiento. Para el 2022 la matrícula orillaba los cien alumnos de entre 1 y 3 años en los turnos mañana y tarde.
El CIC del callejón Roca
En la parte sur de la jurisdicción de Altos del Valle se ubica el barrio 29 de Abril III, entre los callejones Roca y El Sable. En la primera calle mencionada, con su zanjón paralelo, se construyó el Centro de Integración Comunitaria Roca, destinado a cubrir las necesidades del grupo de viviendas asignadas a damnificados por la Inundación evitable de 2003.
El sentido, lógico, de este espacio para la acción social en comunidad, se fundamentó en la lejanía del barrio 29 de Abril de este tipo de servicios y lugares, como así también en el virtual “aislamiento” en el que se encontraba el vecindario.
Sin embargo, y pese a esa necesidad barrial, el CIC Roca se dejó con su construcción abandonada. A los cinco años de paralizadas las obras El Litoral publicaba que “El edificio, a medio terminar, se puede recorrer de punta a punta. Desde su interior, puede observarse todo el barrio y hasta percibirse las condiciones climáticas porque no hay ninguna abertura. Concentrar en un mismo edificio sectores para la atención primaria de la salud y áreas para el desarrollo social eran los principales objetivos que se pretendían con su construcción, la cual comenzó en el segundo semestre de 2005, con fondos provenientes de la Nación, y se estipulaba estar finalizada a principios de 2006”. (El Litoral 22/7/2010)
En el lugar contiguo a la obra abandonada funciona entonces, por el 2010, de manera precaria el centro de salud del barrio, un efector público que había iniciado la atención primaria en 2004, a poco de llegar los primeros vecinos a las casitas de 29 de Abril III.
Uno de los médicos detallaba en 2010 al vespertino: “El centro fue habilitado en una casa que tiene sus años antes de que se empezara a construir el CIC. La intención era trasladar allí, una vez que estuviese terminado, todos los consultorios. El problema es que ello nunca ocurrió y este edificio se está cayendo a pedazos”.
En el diario Uno Santa Fe, en ocasión de la inauguración del Jardín Municipal Roca en el mismo predio, se daba cuenta que “El edificio del CIC Roca se desarrolla tipológicamente en L y cuenta con una superficie de 715 m². La construcción fue iniciada en el 2005, permaneciendo en estado de abandono y deterioro hasta iniciado 2009, momento en el cual se retomó su construcción, completando el proyecto con un Salón de Usos Múltiples, áreas de apoyo, sector deportivo y el mejoramiento del espacio público inmediato”. (Uno Santa Fe – 25/10/2012)
Lo cierto es que para 2015 el CIC Roca todavía estaba en obras, en una tercera etapa financiada con recursos nacionales, para lograr su terminación. (Uno Santa Fe – 27/7/2015)
Vale destacar que en el ala norte del edificio se refaccionó también el referido Centro de Atención Primaria de la Salud, que se denominó “29 de Abril” allá en 2004, gestionado de forma conjunta por los gobiernos municipal y provincial.
El CIC Roca brindaba a la comunidad de la barriada 29 de Abril III y del barrio Universitario cercano distintas actividades: capacitación de empleo, talleres de cultura, apoyo escolar y el Programa Huertas Urbanas.
En lo deportivo se desarrollaban clases de artes marciales, fútbol y hockey, en el predio contiguo.
El jardín de infantes del barrio
En Altos del Valle existe un espacio para la educación de Nivel Inicial dentro del ámbito de la gestión pública. Se trata del Jardín de Infantes Nº 174 “Olga Cossettini”, ubicado en calle Los Ceibos 10356.
Como en los barrios alejados, en los que la comunidad se moviliza para lograr servicios e instituciones en su propio lugar, el nacimiento del jardín de infantes fue generado por la propia gente de Altos del Valle, en 1986, cuando al inicio función entre casas o galpones alquilados para albergar a los niños y las docentes.
Luego de varios años, en 1991, la comunidad educativa y los vecinos lograron que se diera reconocimiento oficial a la naciente institución, ocasión en la que se impuso el nombre de la docente «Olga Cossettini». Pasó un año hasta que el jardín de Altos del Valle logró la entrega de un terreno por parte del Estado para levantar en ese espacio su edificio propio. Esa construcción quedó inaugurada el 5 de noviembre de 1999.
El establecimiento contaba en 2022 casi con 150 alumnos, distribuidos en salas de tres, cuatro y cinco años.
Olga y Leticia Cossettini
Olga Cossettini nació en San Jorge, el 18 de agosto de 1898 y falleció en Rosario, 23 de mayo de 1987, donde fue declarada ciudadana ilustre por su obra pedagógica. Su hermana, más pequeña, Leticia Cossettini, nació en la misma ciudad santafesina, el 19 de mayo de 1904, y como su hermana, y compañera docente, falleció en Rosario el 11 de diciembre de 2004.
Como lo señala el sitio web
“ALTAR MUJERES Y LGTBI+ #VIDASENLUCHA”,
“Olga y Leticia Cossettini nacieron en San Jorge, provincia de Santa Fe, Argentina, a fines del siglo XIX. Fueron maestras y pedagogas argentinas que dedicaron su vida a transformar la escuela tradicional, la cual recurría al castigo como recurso pedagógico y era ajena a la realidad social. El proyecto se llamó ‘Escuela Serena’ y se implementó en un barrio Alberdi, de Rosario”.
El mismo sitio destaca sobre la obra pedagógica de las hermanas santafesinas:
¿Quiénes eran las hermanas Olga y Leticia Cossettini?
Ambas fueron maestras a principios de 1900, Olga nació en 1904 y a partir del ‘20 ocupó un lugar relevante en la educación en la provincia de Santa Fe. Eran mujeres con una formación muy profunda en pedagogía y en filosofía, incluso aprendiendo bastante por su cuenta. Estuvieron influenciadas por las corrientes de la época, la italiana particularmente y por las ideas de divulgación cultural infantil españolas.
¿Cuál era el enfoque pedagógico de las escuelas Cossettini?
Ellas eran parte del movimiento de la escuela activa, y su experiencia fue la más importante que tuvo nuestro país en la primera mitad del siglo XX. Esta postura significaba darle una centralidad al niño y a su subjetividad. La escuela debía pensarse como un espacio de expresión del alumno en todos los ámbitos posibles, ya fueran las ciencias, el arte o el desarrollo del lenguaje y la escritura.
¿Cuál debía ser, para ellas, el rol social de la escuela?
En principio para las hermanas la institución educativa tenía que estar abierta a la comunidad, en contacto con la gente. Pensaban que todo lo que el niño aprende en la escuela es por un lado un saber que se comparte en el ámbito familiar, pero al mismo tiempo es la base de un compromiso democrático y solidario con su entorno.
¿Qué experiencia de las Cossettini destacaría?
Creo que la Escuela Serena es la imagen más cabal de su historia. En el año 1935 Olga asumió la dirección de la escuela “Dr. Gabriel Carrasco” en el barrio Alberdi, de Rosario. Junto a su hermana y un grupo de maestros dieron sentido a esta “Escuela Serena”, que perduró hasta el año 1950. La experiencia pedagógica estaba centrada en de respeto por los niños, basado en la solidaridad, en el acercamiento del alumno a la naturaleza y a su mundo circundante, con la convicción de que sólo se aprende lo que se vive. Era una escuela de puertas abiertas, que dio libertad a los chicos para trabajar y a los maestros para desarrollarse.
¿Por qué se llamó Serena?
Olga Cossettini pensaba que la escuela debía ser un ámbito sereno que favorezca los procesos de desarrollo propios de los niños y que los maestros debían ofrecer un ambiente propicio para que el niño encuentre su expresión personal y única. Por ello la escuela, de manera sencilla, disponía de laboratorios de ciencias, de talleres de carpintería, de huerta, animales y de una nutrida biblioteca.
¿Qué particularidades tenía esta “escuela de puertas abiertas”?
La institución salía a la calle con funciones de teatro, títeres y danzas y con exposiciones de trabajos de ciencia, que llamaron Misiones Infantiles de Divulgación Cultural. También tuvo una revista, “La voz de la escuela”. Los alumnos de la primaria se organizaron en un Centro Estudiantil Cooperativo, en el que los niños elegían a sus propios representantes en elecciones abiertas y las mujeres votaban cuando no existía aún el voto femenino. Pero además muchas personalidades de la época, ligadas a vanguardias artísticas y culturales se acercaron y compartieron jornadas de trabajo con los niños, como por ejemplo Javier Villafañe, Gabriela Mistral, Margarita Xirgú, Ernesto Sábato y Juan Ramón Jiménez.
Documental Olga Cossettini
Entrevista a Leticia Cossettini