Vecina y Madre de Plaza de Mayo

Celina Zeigner de Kofman (Queca)

Doña Celina fue vecina de Barrio Candioti Norte. Más conocida como “Queca”, el destino, y la Dictadura Cívico/Militar iniciada en 1976 cambió su apacible vida de vecina, al dejarle la Represión un hijo desaparecido. Desde ese dolor, como las otras Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, construyó su propio camino de militancia por verdad, justicia y memoria. Un camino en el que, como las madres dicen, fueron “paridas” por sus hijos.

En una entrevista realizada a Celina Zeigner de Kofman en el programa “Alma de Barrio”  de LT10, Queca recordaba: “El golpe militar, cívico y eclesiástico produjo uno de los peores genocidios de la historia de la humanidad, sólo comparable con el genocidio nazi. Las Madres nacimos a partir de la desaparición de nuestros hijos. Éramos mujeres comunes, madres de hogar, de hijos y algunas ejercíamos también alguna profesión. Dada la casualidad que con la excepción de Azucena Villaflor, que era sindicalista, las demás estábamos en la vida familiar o profesional. Nos organizábamos en cada ciudad y pueblo, porque nos conocían. tuvimos mucho apoyo, especialmente el de Alicia Moreau que nos enviaba desde Buenos Aires un clavel para cada madre. Yo tuve el honor de ser distinguido con una mención de Alicia Moreau de Justo y como ella muchas personas importantes nos apoyaron. Al principio, cuando nos empezamos a reunir en Bs. As. estábamos aterrorizadas y como había estado de sitio sólo nos podíamos reunir hasta tres madres, por ejemplo en Plaza de mayo”.

Queca fue fundadora de “Madres de Plaza de Mayo” en Santa Fe, por ser mamá de Jorge Oscar Kofman, desaparecido el 8 de junio de 1975. Celina vivió sus últimas décadas en República de Siria 4100, en barrio Candioti Norte, hasta el 3 de agosto de 2020 cuando falleció a los 96 años.

Celina Zeigner de Kofman nació en 1924, en la localidad de Villa Domínguez de la provincia de Entre Ríos. Su padre era maestro rural y ella siguió el mismo camino, a los 18 años ya trabajaba como docente. Luego, formó una familia, en la que tuvo tres hijos.

Queca en una de las manifestaciones por la Verdad, la Memoria y la Justicia

Jorge, era el menor de los hermanos y cursaba sus estudios en la carrera de filosofía.»Queca» trazó la huella de su búsqueda desde el 8 de junio de 1975, cuando el Ejército Argentino secuestró a Jorge, de 23 años, al bajarlo de un colectivo en una ruta de Tucumán. A partir de ese hecho, Celina fue fundadora de Madres de Plaza de Mayo, primero en Concordia y luego en Santa Fe. Celina comentaba en la entrevista con Alma de Barrio que “Empezó la lucha en la búsqueda de nuestros hijos militantes que desaparecerían y eran secuestrados. Ellos eran ideólogos, tenían sueños y un proyecto de un mundo y un país para todos, por eso digo que se los llevaron porque eran lo más maravillosos y los más lúcidos de esa generación. Ellos sabían del peligro que corrían hasta dar la vida, porque sabemos que fueron 30.000 o más porque no todos denunciaron la desaparición”.

Algo característico del discurso de Queca es que no sólo llama hijo a su hijo desaparecido, sino que llama hijos a todos los desaparecidos. “Nuestros hijos fueron especiales, ellos abrazaban desde jóvenes un deseo de justicia en el pueblo, ellos veían algo que quizás al resto no le intereso, como la pobreza, la carencia de tanta gente, niños trabajando en vez de estar en la escuela, hogares muy humildes y no estoy hablando de mi hijo estoy hablando de los 30.000, todos eran iguales”, desgranaba por los micrófonos de AM 1020 en 2016.

Jorge Oscar Kofman, hijo de Queca

Jorge Kofman, el hijo desaparecido de Queca, primero fue detenido durante la dictadura de Agustín Lanusse y luego liberado el 25 de mayo de 1973, cuando asumió Héctor Cámpora como presidente. En 1975, luego de ser secuestrado, habría sido llevado a la Escuelita de Famaillá, el primer centro clandestino de detención del país, ubicado en la provincia de Tucumán, en el que Jorge fue alojado con otros detenidos e interrogado bajo tortura. Entre agosto y septiembre habría sido trasladado a la cárcel de Villa Urquiza y confinado en un pabellón que en aquel momento se destinaba a los presos políticos. Queca contaba: “El operativo Independencia fue uno de los peores, mi hijo desapareció en Tucumán en el 75’ y después el golpe de estado de 1976, cuando desalojaron un poder constitucional por la fuerza y tomaron el poder por siete años terribles, en los que nuestros hijos desaparecían como moscas. Los militares no nos recibían y la iglesia como institución tampoco y tiene sus propias víctimas como Monseñor Angelelli, el Padre Mujica y su gente, pero la iglesia también tuvo eclesiásticos que colaboraron con la dictadura. Luego, ya en democracia, el presidente Alfonsín fue el que hizo el juicio las juntas militares y nos convocó a todos los familiares para hacer la denuncia formal, habíamos hecho 20.000 habeas corpus ante la justicia pidiendo que informe acerca del paradero de cada uno de los desaparecidos y salió la Ley de Obediencia de Vida y Punto Final. Cuando nos enteramos, las madres lloramos en la calle, se nos habían cerrado todas las puertas de la justicia. Años después nos comunicamos con el juez Baltazar Garzón, quien nos pidió que volviéramos a presentar toda la documentación, pero en España. No era lo que queríamos nosotras, queríamos justicia en nuestro país. Pasaron varios años hasta que llegó el gobierno de Néstor Kirchner, que derogó la Ley de Obediencia Debida y Punto Final y se nos abren las ventanas, para que se hiciera justicia definitivamente y para saber dónde estaban realmente nuestros hijos”.   

Queca fue una referente importante de la lucha por los derechos humanos del país. Es así como se sumaba a cada movilización que se realizaba por alguna causa justa. En la ciudad, por ejemplo, siempre apoyó y acompañó las manifestaciones por el reclamo de justicia, tras la trágica inundación evitable del Río Salado en el año 2003. En las últimas palabras de la entrevista en “Alma de Barrio” Queca decía: “Se regó de sangre argentina nuestra tierra y no queremos más sangre, queremos jóvenes que vivan en libertad, que vivan con dignidad, que no haya viejitos ni niños viviendo en las calles. Por algo de llenan nuestras plazas y actos de jóvenes. Creen que mataron a nuestros hijos, los mataron físicamente, pero están más vivos que nunca, marcando el camino, con sus sueños y proyectos de país”

Vecina y Madre de Plaza de Mayo

2 comentarios en «Vecina y Madre de Plaza de Mayo»

  1. Estimados hay un error en cuanto a la «Ley de Obediencia de Vida » es «Ley de Obediencia Debida» que fue dictada por Alfonsín el 4 de junio de 1987, y estableció que los delitos cometidos por los miembros de las Fuerzas Armadas no eran punibles, por haber actuado en virtud de la denominada «obediencia debida» -concepto militar según el cual los subordinados se limitan a obedecer las órdenes emanadas de sus superiores.

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