El Brigadier como vecino

El monumento al Patriarca de la Federación

Estanislao López llevó el apellido de su madre, igual que su hermana melliza, Catalina, junto a quien nació el 22 de noviembre de 1786 en una humilde casa de la colonial ciudad de Santa Fe. Fue hijo extramatrimonial del capitán de las milicias del rey Juan Manuel Roldán

Acaso por su origen, sin apellido de alcurnia, sin bienes ni linajes, pero en especial por su gravitante figura política y militar en la construcción de la Nación Federal Constitucional, todos estos motivos juntos seguramente fueron las razones por las cuales la historiografía nacional, la académica, la cultura histórica nacional, lo tiene velado, oculto, invisibilizado, negado.

Algunos autores, en especial revisionistas, y otros santafesinos, han escrito documentadamente su vida, no sólo como hombre, sino como protagonista de su tiempo y hacedor del país Federal, de la autonomía provincial, por encima de las pretensiones porteñas de dominar Santa Fe. Autores que lo han rescatado de las tinieblas de la negación de la “Historia Oficial” que le quita su verdadero protagonismo como artífice  de la Constitución Nacional, gracias a los pactos preexistentes citados en el preámbulo de la carta magna dictada en la ciudad que lo cobijó hasta tu fallecimiento en el 15 de junio de 1838, en la casa que construyó en el solar comprado por su suegro, el protomédico Rodríguez del Fresno.

Más allá de errores y aciertos, de miradas inquisidoras desde la lejanía de los contextos y los hechos, pero aún más lejos de las batallas en las cuales combatió junto a sus blandengues “siririseros” (por la carga silbando como el pato sirirí para influir temor al enemigo), más allá de los análisis historiográficos, Estanislao López se ganó con creces el lugar de su monumento en el extremo sur de la avenida Siete Jefes. Como se ganó el lugar que la historia nacional le debe todavía.

MONUMENTO BRIGADIER EN LOS 80
MONUMENTO EL DIA PREVIO A SU INAUGURACION - EL LITORAL 21-11-1942

La obra que corona el pedestal fue una escultura realizada por el artista Juan Carlos Oliva Navarro. Según cuenta la historia, el emplazamiento original previsto era la Plaza 25 de Mayo, en el sur de la ciudad, pero por la opinión del intendente Agustín Zapata Gollán en 1932 se determinó ese lugar para el monumento, espacio ratificado por el Poder Ejecutivo Provincial mediante un decreto firmado el 26 de diciembre de 1932. A partir de allí se avanzó con el encargo de la obra al escultor Oliva Navarro, que diez años después la emplazó en el pedestal, para ser inaugurada el 22 de noviembre de 1942.

Según recordaba El Litoral en una publicación de 1971 “Fue un brillante acto que congregó a numeroso público y que contó con el representante de la República, el ministro de Guerra, general Pedro Pablo Ramírez y la participación de las escuelas de la ciudad”. (El Litoral 14/6/1971)

Pero la historia del monumento al Brigadier empieza mucho antes de ese 1942. A iniciativa de los diputados Mariano Comas y Manuel Coll la Cámara de Representantes de Santa Fe dictaba en 1857 la ley que establecía la construcción de un momento al brigadier y en la plaza principal y que “la figura se erigiera en una columna de mármol, sobre la una base de cuatro cubos, donde en cada uno debía grabarse la ley de erección una leyenda que dijera: ‘El pueblo santafesino al promotor de su independencia local’, el texto del artículo 4° del tratado del litoral del 4 de enero de 1831, y la fecha de su nacimiento y muerte”. (El Litoral 14/6/1971)

Pero como dice el citado artículo, el monumento no se realizó, y para 1884 volvió a discutirse aquella ley de 1857, con una nueva ley que promulgó el gobernador Zavalla. Los avatares de la vida política y económica de la provincia dilataron la iniciativa, pasando por “…la crisis de 1890, la revolución radical de 1893, los gobiernos de Leiva, Iturraspe, Freyre, el de Crespo intervenido y la llegada del radicalismo con sus primeros gobernadores Menchaca y Lehmann, no fueron épocas propicias para el monumento”.

ACTO INAUGURACION MONUMENTO - EL LITORAL 22-11-1942

Así para 1922 se despierta en la legislatura provincial el recuerdo de la ley incumplida para erigir el monumento al Brigadier. Como lo señala, profusamente cargado de datos, el artículo del vespertino, en la sesión del 10 de junio de 1922 el diputado Benjamín Recamán “puso de relieve que desde 1886 estaba la pierda fundamenta bajo un arriate de nuestra plaza principal”, por lo que este diputado reclamaba que se levantara el mausoleo en la Plaza 25 de Mayo.

Más allá de acordar el aporte dinerario para iniciar la construcción el monumento para 1926 ni siquiera había sido contratado. Para 1932 una comisión pro monumento, presidida por el Dr. Julio Busaniche, propuso que la estatua se emplazara en el Parque Oroño, pero consultado Agustín Zapata Gollán, “…dictaminó que ‘el suscripto estima como lugar más adecuado para su colocación, en avenida Siete Jefes, entre Castellanos y Maipú…’ Este criterio fue aprobado por el gobierno dejándose sin efecto el decreto de 1927 que dispuso se elevara ‘en el triángulo situado en la propiedad de terreno fiscal frente al Club Regatas”. (El Litoral 14/6/1971)

Entre las idas y vueltas sobre su emplazamiento se arribó al momento en el que la Comisión abonó la primera parte del trabajo al escultor Oliva Navarro, en 1932, ya con el lugar de ubicación. Sin embargo, varios años después la estatua y resto de los bajo relieves no estaban instalados.

UBICACION MONUMENTO - EL LITORAL 6-9-1932

Nuevamente El Litoral se hacía eco de esas dilaciones, y reproducía una carta enviada por la Comisión al interventor del Ministerio de Obras Públicas de la Nación, en la que en su final puntualizaban que más allá de los requerimientos del artista en cuanto a aprobaciones del organismo de monumentos de la Nación para su emplazamiento. Los santafesinos entonces concluían en la misiva al interventor que “…pongo el hecho en conocimiento de Ud. Para que por Ud. O por quien corresponda, se tomen las medias del caso a fin de que el escultor Oliva Navarro haga entrega del monumento terminado en todas sus partes dentro de breve plazo, teniendo en cuenta que la obra del basamento está concluida desde hace ya varios años (así lo atestiguan fotos del inicio de la avenida Siete Jefes del pedestal sin el monumento) y varios años y según todos los informes están terminadas en Buenos Aires las grandes figuras de bronce y los bajo relieves”. (El Litoral 18-6-1941)

Es decir, el monumento costeado en parte y contratado por la Nación, estaba terminado pero, al parecer, por cuestiones burocráticas, pese a estar terminado, no estaba montado en Santa Fe.

Finalmente llegó el domingo 22 de noviembre en el que durante un multitudinario acto se dejó inaugurado el monumento al Patriarca de la Federación.

CONSTRUCCION MONUMENTO - ECOS CULTURALES (GENTILEZA Nilda Donati)
CONSTRUCCION MONUMENTO - ECOS CULTURALES (GENTILEZA Nilda Donati)

En una publicación realizad por Julio Monsi en su página de Facebook “Ecos Culturales”, destaca sobre la morfología y simbolismo del conjunto: “del conjunto sobresale la maciza estatua de una mujer, a las espaldas de López, ciñendo la sólida construcción de mármol, paneles fundidos muestran diferentes aspectos de la acción gubernamental del caudillo, en la guerra y la paz. Los bajorrelieves que complementan la obra recuerdan las montoneras y sus aguerridos gauchos; el trabajo simbolizado por una junta de bueyes; la presencia aborigen y la educación a través de la figura de una mujer y un grupo de educandos. En el bloque de piedra que une ambos relieves está grabado el escudo de la provincia, circundado por el trigo y el maíz como símbolo de la riqueza agropecuaria. Al mismo tiempo este paño de piedra sirve de fondo a la figura que representa la primera Constitución Provincial”.

“¡Basta de sangre!”

La particularidad de la estatua ecuestre del Brigadier la distingue de otras, en cuanto a la postura y actitud de la figura de López montado en su recordado corcel de guerra, el bayo cabos negros, que –dicen– lo acompañó no solo en las batallas sino hasta en el cortejo fúnebre por la calle de la Matriz, secundando el féretro del jinete que lo llevó a las victorias que hicieron de Santa Fe la “Provincia Invencible”.

Lo distintivo, y que refleja el sentido político de la acción militar de López, lejos de la barbarie con que se lo ha impregnado generalizándolo con la denostada y construida figura de los caudillos provincianos, es que no blande un sable, una lanza.

Estanislao tiene un gesto con su mano como diciendo: “alto, paren, hasta acá”. Un alto que es en realidad un “¡basta de sangre!”, que le vino a brotar luego de la sangrienta batalla del Gamonal, al recorrer el campo de la contienda, sembrado de cuerpos de porteños, bonaerenses y santafesinos, de heridos, mientras a lo lejos flameaba la camisa blanca mancha de rojo de Dorrego en su retirada al ser vencido.

Un “¡basta de sangre!” que demuestra en el rostro adusto, sin alarde de soberbia ni vanidad, el sentido propio de la lucha Federal, Republicana, de búsqueda de constitucionalidad que tuvo el Brigadier Estanislao López.

Una constitución forjada por santafesinos en la lucha por su autonomía, que al decir de Leoncio Gianello en su capítulo “Semblanza del Brigadier”, de su libro “Historia de Santa Fe”, donde menciona que “en el cuadro de Alice (*) no están todos los constituyentes del 53; falta, grande entre todos, envuelto en su capa de muerte, contemplando la realidad de su sueño, la figura del Brigadier”.

(*) El cuadro de Alice es el que está todavía en el Congreso Nacional, en el Salón de los Pasos Perdidos, pero que fue hecho por el artista para Santa Fe, para ser emplazado en la legislatura provincial y que nunca fue cedido a los santafesinos.

Los vecinos y el Brigadier

En 1987 se propuso desde el gobierno de la provincia llevar a la Plaza de Mayo el monumento. Y fueron los vecinos de Siete Jefes los que impidieron ese traslado, cuando ya algunos operarios habían comenzado a quitar las placas empotradas. Entre ellos estaba un recordado vecino del barrio, muy humilde más allá de su ilustre apellido, don Martín Molinas.

En una publicación de Gonzalo Zentner en El Litoral se recordaba aquel acontecimiento del 5 de noviembre que bien podría ser un motivo de reconocimiento al sentir santafesino de los vecinos de la ciudad cada año, con una valoración de esos vecinos anónimos de cada barriada de Santa Fe que trabajan por el prójimo y su lugar.

Decía el artículo luego del subtítulo “Resistencia”

Pasó el tiempo y para fines de la década de 1980 la idea de trasladar el monumento al Brigadier volvió a la agenda política. En noviembre del ‘87, un grupo de ciudadanos montó una resistencia pacífica ante la iniciativa del gobierno provincial de mover la obra que recuerda al caudillo santafesino.  

Ante esa situación El Litoral puso en tapa la movida de los vecinos. “La reacción popular ante la reubicación del Monumento al Brigadier Estanislao López de la avenida Costanera dispuesta por el gobierno provincial justicialista – alcanzó esta mañana su pico de máxima expresión, cuando un numeroso grupo de vecinos de la zona impidió que los obreros de la empresa contratista continuaran con las tareas de desmantelamiento del conjunto escultórico”, remarcó este diario el 3 de noviembre del nombrado año. 

VECINOS IMPIDEN TRASLADO - EL LITORAL 3-11-1987

“Los vecinos – que se oponen enérgicamente al traslado – virtualmente cercaron el lugar, alrededor de las 6.30, y con su presencia imposibilitaron que prosigan los trabajos tendientes a emplazar el monumento en la Plaza de Mayo. A la protesta se fueron sumando durante toda la mañana otros santafesinos preocupados por la iniciativa gubernamental, en tanto que numerosos automovilistas que circulaban por el área hacían sonar las bocinas de sus vehículos”, contó El Litoral junto con la foto que ilustraba el hecho. (El Litoral – 8/2/2021)

Resistieron los vecinos de Siete Jefes, hasta que el 5 de noviembre el gobernador rosarino José María Vernet dejó sin efecto el traslado y los operarios finalmente se retiraron del lugar.

Así, defendido por los vecinos, el Brigadier de bronce quedó en el extremo de la avenida de los Siete Jefes revolucionarios de Santa Fe la Vieja, en la puerta este de la ciudad, cerca del Puente Colgante.

Particular tríada de símbolos santafesinos, a orillas de la Setúbal.

El Brigadier como vecino

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