La Parroquia Pompeya
La parroquia “Nuestra Señora del Rosario de Nueva Pompeya” se emplaza en Avenida Ángel V. Peñaloza al 8200, entre French y Berutti. De acuerdo con el diario UNO, la parroquia nació a partir de una donación de terrenos por parte del entonces intendente de la ciudad, Francisco Bobbio. En el lugar donde se construyó la iglesia se ubicaba “La primera vivienda del barrio Pompeya Oeste se encontraba en Peñaloza y French y fue construida por los hermanos Luis y José Zamarro en 1906”. En 1912 los hermanos vendieron esos terrenos a la empresa del ferrocarril que extendió las vías férreas por la zona del barrio Pompeya. (UNO Santa Fe – 8/12/2013)
El mismo medio comentaba que “Según una breve reseña histórica elaborada por colaboradores de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Nueva Pompeya…”, recién en 1941 el intendente Bobbio compró estos terrenos.
En 1959 fueron donados al Obispado de Santa Fe para la construcción de la parroquia en honor a la Virgen de Pompeya, de la cual su madre era devota.
El 1° de mayo de 1960 la parroquia de Nueva Pompeya fue inaugurada y cedida al mando de los sacerdotes del Verbo Divino de la ciudad de Esperanza. Vale mencionar que este grupo sacerdotal continuaba para el 2023 con la dirección de la iglesia.
Estos sacerdotes verbitas se desempeñaban como misioneros, por lo que rotaban por diferentes partes del mundo y sin permanecer en un mismo lugar un tiempo demasiado prolongado.
En diálogo con UNO, Carmen Floriani, vecina de barrio y colaboradora de la parroquia, comentaba que en los primeros años de vida de la institución “mi papá buscaba en sulky a los sacerdotes en Esperanza, los dos primeros que fueron Federico Mayer y Antonio Wagner, para traerlos a dar misa o venían en colectivo hasta Blas Parera y ahí se iba alguien a buscarlos con una chata tirada por caballos”.
En esos tiempos, el uso de los animales como transporte se debía a que “Gorriti era un zanjón gigante y al lado había una calzada toda de barro. Salíamos arremangados hasta la rodilla hasta Estanislao Zeballos, donde pasaba la Línea 1 para ir al centro. Teníamos que lavarnos los pies antes de subir al colectivo”, relataba Carmen al medio local.
Para diciembre de 2013 se encontraban tres sacerdotes verbinos en la Parroquia de Pompeya: “Julián Mujur (de Indonesia), Akuila Taliaulí (de Tonga) y Wieslaw Wisniewski (de Polonia)”. (UNO Santa Fe – 8/12/2013)
De la Parroquia “Nuestra Señora del Rosario de Nueva Pompeya” dependían para el año 2020 tres capillas: la Capilla “Jesús Misericordioso” en Regimiento 12 de Infantería y Europa en barrio Las Flores II, la Capilla “María Reina de los Ángeles” en Matheu 4750 y la Capilla de “San Gabriel” en Altos de Noguera, que fue construida esta última en el año 2013.
En 2018 la parroquia fue víctima de un incendio y de actos de vandalismo. En la madrugada del 17 de marzo “autores ignorados ingresaron a la parroquia Nuestra Señora del Rosario donde robaron algunos objetos y provocaron un incendio”, como comentaba El Litoral. Los propios vecinos advirtieron las llamas y dieron aviso al párroco Julían Mujur, quien vivía al lado de la parroquia, y a los bomberos. Una dotación de Bomberos Zapadores logró apagar el incendio “tras una ardua labor”. (El Litoral – 17/03/2018)
El suceso dejó una serie de daños considerables sobre todo en el sector de la sacristía y en el salón de los monaguillos. Wieslaw Wisniewski, colaborador del padre Julián y también sacerdote verbino, le comentaba a El Litoral en aquella infausta ocasión que “No entendemos el porqué de semejante hecho. La sacristía quedó totalmente destruida como así la sala de los monaguillos. Han quemado los libros de misa, las casullas, las albas, en fin… todo esto provoca mucho dolor”.
En ese contexto, el “polaco” Wieslaw destacaba la labor de la parroquia en el barrio: “Estamos en una zona donde luchamos mucho por dar asistencia a la gente que más lo necesita. Brindamos comida y también capacitación laboral. Pero bueno… la inseguridad llega a todos lados y esta vez nos tocó a nosotros”. Con todo, la comunidad de la parroquia no se quedó en la resignación y la mañana siguiente al incendio “gran cantidad de hombres, mujeres y algunos niños, se acercaron para colaborar”. (El Litoral, 17/03/2018)
Días después del siniestro los vecinos y los colaboradores de la parroquia se organizaron para comenzar con la reconstrucción. El 30 de junio de 2018 se volvió a celebrar la misa en la parroquia, gracias a las tareas de reparación. El padre Julián destacaba en ese acontecimiento por la radio Aire de Santa Fe “la generosidad que caracteriza a los santafesinos”. (AIRE Digital – 30/06/2018)
Además de los servicios religiosos propios de una parroquia, “Nuestra Señora de Pompeya” ha ofrecido durante años un comedor para niños y niñas, catequesis, talleres, entre otras acciones de integración y ayuda para la comunidad. Para el año 2018 asistían todos los sábados más de doscientos niños y niñas al comedor de la parroquia.
VIDEO 60 AÑOS PARROQUIA POMPEYA
La escuela de la comunidad parroquial de Pompeya
La Parroquia Nuestra Señora de Pompeya además germinó, en su propio espacio, en una entidad educativa que nació y creció al calor de la necesidad de educarse de los niños del barrio. Desde el nivel inicial, al primario, y luego al medio.
Así tres instituciones educativas conviven como parte de la misma comunidad relacionada a la parroquia. En este caso, se aborda la historia de la Escuela Secundaria Orientada Particular Incorporada Nº 3160 “San Arnoldo Janssen”.
Así lo atestigua la entidad en su sitio en Internet donde describen a la institución. Mencionan que “… es una institución pública de gestión privada, de tercera categoría a los efectos estadísticos y presupuestarios. En la actualidad, cuenta con cinco secciones, correspondientes a los ciclos Básico y Orientado, Orientación ‘Economía y Administración, y una matrícula de 150 alumnos. El personal de la institución está conformado por una Apoderada Legal, una Directora, una Secretaria, una Preceptora, una Portera y un plantel de 27 profesores. En cuanto a la población escolar, la Institución recibe a jóvenes provenientes, en su mayoría, de hogares empobrecidos, y cuyos jefes/as de familia carecen de empleos estables o realizan trabajos informales”.
El establecimiento se ubica en el mismo predio de la parroquia, sobre Peñaloza al 8200, sobre su lado noroeste, y desde la comunidad educativa recuperan su historia.
“En el año 1990, un grupo de padres y madres de la Guardería Nueva Pompeya, ubicada en el barrio Nueva Pompeya, manifiesta al personal docente la pretensión de dar continuidad a la formación de sus hijos en una escuela católica, en el barrio. Las maestras comunican la inquietud de las familias al Rv. Agustín Nap, Servidor del Verbo Divino y párroco de la capilla de Pompeya, quien los alienta a iniciar el proyecto de creación de una escuela, sugiriendo el nombre del Padre Fundador de la Congregación para la futura institución.
Considerando que la Congregación no tenía en sus planes pastorales la fundación de un centro educativo, pero atento a la necesidad de la comunidad, el por entonces Arzobispo de Santa Fe, asume la responsabilidad de su creación. Así, en el año 1991 comienzan a funcionar, en terrenos aledaños a la Parroquia, dos salas de 3 y 4 años (Nivel Inicial), como aulas radiales de la Escuela Part. Inc. Nº 1341 Santa Rita de Casia. La nueva escuela recibe el nombre Beato Arnoldo Janssen, en consideración a la vida y la obra del fundador de la Congregación de los Misioneros del Verbo Divino.
En 1992 se abre la sala de 5 años, y el 15 de septiembre del 94 nace la Escuela Particular Incorporada Nº 1414 Beato Arnoldo Janssen. La escuela obtiene finalmente su independización y se crea el cargo de dirección. En el mes de octubre de ese mismo año, se incorpora un cargo de Educación Física y el primer cargo de Portero.
Conforme a la necesidad de extender la obligatoriedad de la enseñanza a nueve años, según lo establecido por la Ley Federal de Educación (Ley 24195), en el año 2000, la escuela crea una sección de octavo año de la EGB e incorpora a su plantel a 10 nuevos profesores para el dictado de las asignaturas correspondientes. El tercer ciclo de la EGB comenzaría a funcionar, junto a una sección de sexto año, en el turno de la tarde.
Cuando en octubre de 2003, el Papa Juan Pablo II canoniza al Beato Arnoldo, el Arzobispo de Santa Fe dispone que la Escuela Particular Incorporada Nº 1414 adopte en adelante el nombre San Arnoldo Janssen, como tributo al nuevo santo de la iglesia católica.
En el año 2008, se incorpora al personal de la Escuela San Francisco, la cual renunciaba a sus dos secciones de 8vo y 9no años.
De esta manera, la institución consigue abrir un tercer año de modalidad “Economía y Gestión de las Organizaciones”, con vistas a la creación de un Nivel Secundario completo.
En el mes de junio de 2009, por un Decreto del Gobernador, se crea la Escuela de Educación Secundaria Orientada Particular Incorporada Nº 3160 San Arnoldo Janssen, con cinco secciones de Nivel Medio, un cargo de Directora y otro de Secretaria”.
(www.sanarnoldojanssen.edu.ar)
Asociación Civil Hogar Puertas Abiertas María Auxiliadora y
Casa de los Niños Miguel Magone
El Hogar Puertas Abiertas “María Auxiliadora” y la Casa de los Niños “Miguel Magone” brinda servicios de copa de leche, comedor, catequesis, talleres de oficios, cursos y recreación en Javier de la Rosa 3568. Marcelo Olivares, el director y referente de la institución por más de veinte años, le comentaba a El Litoral en 2020, que “Quienes trabajamos con gente humilde vemos la capacidad de resiliencia que tiene y esa fuerza de voluntad nos motiva a no quedarnos de brazos cruzados”.
La historia de esta institución comenzó el 12 de julio de 1996, en una casa humilde ubicada en Gobernador Freyre al 7000. Como sostiene el proyecto presentado por el Concejal Leandro González, con el objetivo de declarar de interés el 21° aniversario de la institución en 2017, “En el año 1997 se consiguen los terrenos en los que hoy se encuentra situado el hogar, en calle Javier de la Rosa 3568. Gracias a años de sacrificio de la gente que conformaba el hogar, junto con aportes de particulares e instituciones se constituye la nueva sede; lo cual trajo una mejora de las condiciones en la que se atendían a los niños. En este lugar se construyeron nuevas salas para las distintas actividades: un amplio comedor, canchas de futbol, refugio, cocina, baños, etc.” (Proyecto “Beneplácito por el 21° Aniversario de la Asociación Civil Hogar de Puertas Abiertas María Auxiliadora” – 03/08/2017)
Como comentaba su principal referente, el propósito del Hogar se basó desde sus comienzos en “contener a los humildes a través de espacios de capacitación y de una radio, pero también a través de un plato de comida caliente, una copa de leche y catequesis”. Esta institución ha prestado sus servicios a las personas vulnerables de barrio Pompeya, Belgrano, San José, entre otros.
El Hogar Puertas Abiertas se ha dedicado a la capacitación laboral de las personas que encuentran refugio en él. Olivares comentaba que “pensamos que cualquier persona tiene en su haber un montón de saberes. Lo que no tiene son espacios donde demostrarlos”. Los espacios en los cuales se brindaba capacitación para el año 2020 eran la radio, como un lugar en el cual se podía “poner en palabras las cosas que nos van pasando en la vida cotidiana”, la panadería y el taller de electricidad, “como una posibilidad de descubrir un oficio que le dé sustentabilidad a la vida de cada joven que viene al hogar”. La radio “El Refugio” del Hogar y Casa de Niños se puede escuchar en la estación 89.90 Mhz de Frecuencia Modulada.
En el sitio oficial de la radio, en la sección “Quienes Somos”, se aclara que “En esta casa se realizan: Prestación alimentaria para 300 personas, copa de leche para 100 niños, las actividades de escuelita de fútbol, catequesis, recreación, talleres de oficio, sala y cursos de computación y dentro de todo este espacio, desde hace cuatro años funciona, la Radio El Refugio. Bienvenidos sean a compartir este sueño realizado, que nos invita a meternos y sentirnos parte de este refugio, un lugar de encuentro, de celebración para compartir la vida”.
En el mismo sitio web, Olivares comentaba en una entrevista la necesidad permanente de recursos, “sino no se puede lograr un trabajo profundo, sino la institución se transforma en un simple comedero, en asistencialismo. Te damos una zapatilla, un pañal, un plato de comer pero de ahí no pasa más nada”.
En cuanto al hogar de niños y niñas, el proyecto institucional se ha orientado en el acompañamiento de “los pibes y pibas, respetando sus derechos, poniendo la mirada en aquellos que a temprana edad, tienen que salir a «changuear», vendiendo estampas, cuidando autos, etc”. Miguel Magone, el personaje que da su nombre al hogar, fue un niño aprendiz de Don Bosco, conocido como el “pandillero de Dios”, que abandonó las calles para buscar una nueva oportunidad en la vida.
La institución ha buscado sostener “la idea de que los niños sólo deben dedicarse a ir a la escuela, a jugar y a descansar”. En ese sentido, el hogar se ha construido como un espacio para descansar, para “guiar a los niños a encontrar cómo descomprimir la violencia, la presión social y el hambre”. Las herramientas de la institución se han basado en la comunicación, la introspección, el compartir y el contacto con la naturaleza.
En tiempos de pandemia, el hogar debió enfrentar diversos obstáculos y desafíos impuestos por la coyuntura de la cuarentena. Con todo, Olivares le comentaba a El Litoral que, “Con esto del Covid-19 es todo un desafío el que se nos planteó. Quienes trabajamos con gente humilde vemos esa capacidad de resiliencia que tiene y esa fuerza de voluntad nos motiva a no quedarnos de brazos cruzados”. La cuarentena significó “mucho sufrimiento en el día a día. Esto de estar encerrado en una casa de dos ambientes, por ejemplo, se transforma en angustia. Encima no tienen ingreso a instituciones como éstas, porque aún tenemos que estar con las puertas cerradas” (El Litoral, 20/07/2020).
Lamentablemente, y como tantas otras instituciones de la ciudad, el hogar a puertas abiertas fue víctima demasiadas veces de la inseguridad. Los robos y los hechos de vandalismo han coartado la actividad de la institución, ya que la mercadería que se destina para el comedor y la copa de leche ha sido robada en numerosas ocasiones. Cuando el hogar fue víctima de un robo en 2014, Anita, la encargada, le comentó al diario UNO que “Tenemos sereno pero por suerte estaba durmiendo en otra casa porque no se si no le hubieran hecho algo”. Además, la institución contaba con un sistema de alarmas para prevenir estos hechos de inseguridad pero que para ese momento “era un costo muy caro para afrontar por lo que se decidió dejar el servicio”. (Diario UNO – 06/05/2014)
El 12 de Julio de 1996, fue fundado el Hogar Puertas Abiertas María Auxiliadora.
En esta casa se realizan: Prestación alimentaria para 300 personas, copa de leche para 100 niños, las actividades de escuelita de fútbol, catequesis, recreación, talleres de oficio, sala y cursos de computación y dentro de todo este espacio, desde hace cuatro años funciona, la Radio El Refugio.
Bienvenidos sean a compartir este sueño realizado, que nos invita a meternos y sentirnos parte de este refugio, un lugar de encuentro, de celebración para compartir la vida. Gracias. Vídeo filmado en 2007 con parte de la historia:
Centro de Salud Nueva Pompeya
El Centro de Salud N° 9 de barrio Nueva Pompeya se ubica en Av. José Gorriti al 4100 y fue inaugurado el 29 de octubre de 2018. La construcción del CAPS respondió a la necesidad de cubrir la demanda en prestaciones de salud por parte de los vecinos y vecinas del noroeste de la ciudad.
La obra fue licitada el 22 de febrero de 2017, momento en el cual en la Escuela N° 1341 de Nueva Pompeya se abrieron los sobres de las empresas dispuestas a llevar adelante el proyecto. El presupuesto oficial fue de más de once millones de pesos para el año 2016, de acuerdo con el Ministerio de Infraestructura, Servicios Públicos y Hábitat. De acuerdo con el pliego licitatorio, el plazo total estimado de la obra era de trescientos sesenta días.
Con todo, la obra fue adjudicada en mayo de 2017 a la empresa Auge S.R.L. con un presupuesto oficial de más de trece millones de pesos. El proyecto contempló la construcción de una superficie cubierta de cuatrocientos cincuenta metros cuadrados, en la que se proyectó una sala de enfermería, cinco consultorios, sala de observaciones y consultorio de odontología.
Según El Litoral, el presupuesto final de la obra fue de más de quince millones de pesos, según fuentes oficiales. Al momento de la inauguración, la Ministra de Salud provincial Andrea Uboldi destacó al CAPS de Nueva Pompeya como el “más grande de todos los que hay en la provincia, y un orgullo para la capital provincial”.
Además, la funcionaria “Remarcó en que la diferencia entre el nuevo centro con otros CAPS es que “éste tiene un área de observación que va a permitir estabilizar a los pacientes, para luego planificar una derivación” (El Litoral, 29/10/2018).
El Centro de Atención Primaria de la Salud de Barrio Nueva Pompeya funcionaba de lunes a viernes de 7 de la mañana a 6 de la tarde, con servicios de enfermería y consultorio médico. Su objetivo reside en responder a las necesidades inmediatas de los vecinos y vecinas de la zona.
Sin embargo, si la situación a tratar excede la complejidad para la cual el centro está preparado, desde la misma entidad se derivaba al o la paciente al CEMAFE ubicado en Mendoza y 27 de febrero. Las prestaciones que ofrece el CAPS eran medicina general, ginecología, odontología, psicología, clínica médica y pediatría.
ESCUELA ESPECIAL N° 2026 “JARDÍN DE LA ESPERANZA”
La Escuela Especial N° 2026 “Jardín de la Esperanza” se ubica en Av. Ángel V. Peñaloza en 8420 y fue inaugurada el 26 de octubre de 1967. Pertenece a la educación pública provincial y ofrece jardín de infantes y nivel primario en modalidad especial. Para el año 2020 asistían alrededor de ciento cincuenta alumnos y alumnas con discapacidad a los niveles inicial y primario.
un establecimiento que trata de recuperar al niño diferenciado”. En un comienzo, el establecimiento se denominaba “de Recuperación Psíquica” y “fue llamada en un principio ‘Escuela para niños oligofrénicos profundos”. Sin embargo, luego se modificó el nombre a “Jardín de la Esperanza” pues, como comentaba la directora Bertha Guzmán, a la institución concurrían “niños psíquicamente recuperables”. La admisión de los alumnos y alumnas en 1969 estaba a cargo del médico psiquiatra Vázquez y “el cuerpo directivo organiza los cursos, y se cuenta con maestras de grado, de actividades prácticas, música, educación física, maestro de taller, integrando además el cuerpo docente un masajista contratado por el Ministerio de Educación de la provincia”.
Para el año 1968 concurrían treinta y cinco alumnos y para el año siguiente se registró una inscripción de noventa. Tanto la directora Guzmán como la vicedirectora Beatriz Capitanelli le comentaban a El Litoral que “Los grupos se constituyen teniendo en cuenta niveles mentales aprovechables, y la edad cronológica”. La institución ofrecía una jornada escolar extendida, ya que los alumnos y alumnas recibían el desayuno, el almuerzo y la merienda, “retirándose a las 16.30”. Durante el turno mañana, se desarrollaban actividades de la “parte instructiva”, que incluía las disciplinas de aritmética, escritura y conocimientos generales. En el turno tarde se realizaban las actividades de taller, prácticas y recreación.
En lo que respecta al personal docente, la Escuela N° 2026 no contaba con maestras especializadas por lo que debía abordar también la formación de las docentes que eran asignadas por el Ministerio de Educación. Además, El Litoral destacaba que “Esta escuela tiene carácter de experimental, siendo la única de su tipo en toda la provincia”.
Las necesidades que la institución tenía en 1969 se basaban, sobre todo, en la cuestión del personal especializado. Se requería de “un fonoaudiólogo y un psicólogo, y personal especializado en gabinete psicopedagógico ya que estos cargos cubrirían una parte fundamental en la recuperación de los alumnos”. En cuanto a las necesidades edilicias, el establecimiento no contaba con espacio suficiente para el desarrollo de actividades como jardinería, granja y otros talleres.
Además, en 1969 “Jardín de la Esperanza” tenía en carpeta la creación de una “escuela para padres, a fin de lograr una educación más completa para que la comunidad tome conciencia de este problema que afecta a hogares de todos los sectores”. Este “problema” hacía referencia a la “recuperación a la sociedad de seres marginados por distintas anomalías”, lo cual era “la función específica de este establecimiento”, comentaba la vicedirectora Capitanelli (El Litoral, 12/01/1969).
El 31 de diciembre de 1971 la Escuela N° 2026 fue desalojada de su edificio. El Litoral relataba el suceso y aclaraba que “Una ley nacional dispuso la devolución de sus bienes a los partidos políticos y los jueces sólo hicieron lo que la magistratura les impone como deber, que es cumplir las leyes y, en definitiva, una escuela, que muchas veces anduvo ambulando de un local a otro, es desalojada de un edificio, que debe ser reintegrado a sus propietarios” (El Litoral, 31/12/1971). El establecimiento en cuestión pertenecía a la Unión Cívica Radical y se encontraba sobre la calle 25 de mayo. Aunque las autoridades de la escuela anunciaron en ese momento que ya se había llamado a licitación la construcción de un nuevo edificio propio, este proceso demoraría un tiempo y “Jardín de la Esperanza” continuaría rotando entre distintos edificios por meses. Tal es así que en febrero de 1972 la institución aún no contaba con un edificio propio, ya que no se había conseguido el terreno para comenzar la obra ya licitada y el plazo de la obra de la misma superaba los ciento cincuenta días. De este modo, al momento del comienzo del ciclo lectivo, la institución no poseía un lugar donde dictar las clases: “Lamentablemente sería que debieran hacerlo en condiciones precarias, compartiendo algún otro establecimiento escolar, que a no dudar que no es de ninguna manera la solución satisfactoria” (El Litoral, 01/02/1972).
En agosto de 1974 “Jardín de la Esperanza” desarrollaba sus actividades en la intersección de las calles Gorriti y Juan Díaz de Solís, en barrio Nueva Pompeya. Como publicaba El Litoral, “Se aprovecharon 6 has. que la Municipalidad donó al Club de Leones el que a su vez los cedió para la escuela, en previsión de una futura granja y hogar”. Con todo, las autoridades de la institución y las asociaciones vecinales de la zona denunciaban la “situación de incomunicación” que sufría el establecimiento. “Manifestaron que el asfalto más cercano se halla a unas 20 cuadras, lo que ocasiona grandes problemas para el acceso al lugar, especialmente en los días de lluvia”. El reclamo también se hacía extensivo a la escuela primaria, la iglesia, el dispensario y la guardería infantil que además funcionaban en el lugar. Las dificultades en el acceso se agravaban ante la falta de líneas de colectivo: “El único servicio de transporte con que cuentan es un colectivo que pasa cada 40 minutos, los días que no llueve”. Así, los vecinos y vecinas solicitaban, ante todo, mayor cantidad de horarios del ferrocarril Belgrano, en coincidencia con los horarios de la escuela, y el asfaltado de las calles del barrio (El Litoral, 12/08/1974). Finalmente, la Escuela “Jardín de la Esperanza” obtuvo su edificio propio en Av. Peñaloza a metros de Gorriti.
En 2020 la directora, Andrea Salvatore, mencionaba al diario El Litoral: “Ser directora de una institución para niños con capacidades diferentes es una responsabilidad muy grande, también porque se trata de una institución que se encuentra territorializada dentro de lo que es un barrio vulnerable, así que a las discapacidades de los chicos se suman muchas carencias a nivel económico y afectivo, que conllevan una gran responsabilidad y sensibilidad a la hora de tomar decisiones”. (El Litoral, 11/09/2017)
En esta escuela que siembra esperanza las docentes trabajan de manera más individualizada con cada niño, con la suma de esa particularidad en beneficio del grupo. Se los acompaña para que sean independientes y desarrollen su personalidad. En la escuela funciona un ropero escolar creado por los docentes. Los maestros se ocupan de recibir las donaciones, ponerlas en condiciones y distribuirlas entre los chicos con necesidades de vestimenta o calzado.
Jardín, Primaria y Secundaria en Complejo Educativo
Como es habitual en muchos establecimientos educativos, en especial en los barrios más alejados del centro, los complejos educativos se establecen con varios niveles en el mismo predio, a veces hasta en el mismo edificio.
El complejo educativo establecido en Avenida Gorriti al 3900, en un predio contiguo al Jardín Botánico, dentro de los terrenos propiedad de la Municipalidad de Santa Fe, responde a esta premisa.
En el lugar funcionan tres instituciones educativas, con historias compartidas en cuanto a la necesidad de ampliar la oferta educativa desde el ámbito de lo público para los niños y niñas del barrio Pompeya. Se trata del Jardín de Infantes Nº 317 “María Elena Walsh”, la Escuela Primaria N° 1341 “Esperanza Solidaria” y la Escuela Secundaria Nº 597. En total la comunidad educativa sumaba por el 2020 unos 1.200 alumnos. De ellos unos 200 niños, de 4 y 5 años, formaban parte por 2023 de la matrícula del Nivel Inicial, otros 600 pertenecían al Nivel Primario y 400 aproximadamente al Nivel Medio en once divisiones.
En particular, por su ubicación contigua y en parte del extenso predio del Jardín Botánico, los patios y el entorno del complejo educativo están rodeados de una arboleda y vegetación privilegiada.
La Secundaria 597 comenzó con un anexo de la Escuela Echeverría, pero en 2016 se conformó como una unidad académica independiente, con institucionalidad propia, aunque con el mismo plantel docente, pese a la creciente matrícula, lo que por el 2022 era un pedido de la comunidad educativa de sumar personal.
La Esperanza Solidaria que educa
La Escuela N° 1341 “Esperanza Solidaria”, nació en 1992, uno de los protagonistas de su creación y primeros pasos, Gabriel Martínez, publicaba en su perfil de Facebook algunas fotos y los recuerdos que lo llevaban a esos inicios, en ocasión de cumplir sus 25 años de vida.
Gabriel Martínez, Santa Fe, 2 de marzo de 2017
Esperanza solidaria, 25 años.
1992, hambre de verdad. Cargamos una cocina, la llevamos a una casita de chapa al lado de la vía, era tu cocina ¿José Testoni? Con «Layoli, labeatriz, lanancy» (así de corrido era el nombre) arranco el comedor comunitario. Ya con los pibes, el Negro Salami, Lili, Ani Somali (la bibliotecaria de siete años) Matilde Salami, Victoria, Sandra, Atilio, junto a padres, madres y compañeros, hace 25 años, hoy empezaban las clases en la escuela.
Tres aulas, tres.
Un solo inodoro. Uno.
Se iban los alumnos, y éramos albañiles, revocando, haciendo paredes, construyendo solidaridad.
El comedor vino a la escuela, las mamás, papás, maestras, cocinaban.
Sábados y domingos nos encontraban ahí, cargando arena, Atilio haciendo asados con soplete porque no había tiempo.
Luciana, Patricia, María José Marano, Mónica, Alejandra, José, Inés, Betiana, compañeros, pusieron de pie el edificio, anduvieron en la escuela democrática, sonrieron las primeras letras de los alumnos, lloraron las piedras en el camino, y las saltaron.
Hoy es la Escuela N° 1341 «Esperanza Solidaria». El sueño de militantes sigue vivo, tan vivo como cada protagonista nombrado, que sigue defendiendo la escuela pública, luchando, coherentes, generosos, que seguimos construyendo.
Hoy.
Hoy seguimos.
La escuela 1341 “Esperanza Solidaria” estrenó en diciembre de 2017 sus producciones realizadas en el marco del taller de Alfabetización Audiovisual, propuesto por el gobierno de la provincia de Santa Fe. “La proyección incluyó 5 historias realizadas por los niños y niñas de manera integral, desde la construcción de los guiones, la producción, actuación y rodaje de los cortos, grabados íntegramente en la escuela y en el Jardín Botánico lindero, junto a los docentes y la coordinación de nuestro equipo”, destacaban desde el sitio del Campus Educativo.
Toto, el caracol – Escuela N° 1341 – Esperanza Solidaria, Santa Fe
Toto es un caracol que debe atravesar una distancia inmensa para llevar la comida a su familia. Tiene miedo de cruzar sobre el agua, cree que no podrá. Unos chicos exploradores lo observan como parte de su juego, lo alientan y lo ayudan a cruzar. Cuando recupera la confianza en sí mismo, se anima. Al llegar a la orilla, Toto descubrirá que era sólo un charquito.
Las vecinales de Pompeya
El barrio Pompeya tiene dos vecinales, Nueva Pompeya, hacia el este limitando con Facundo Zuviría; y Progreso Pompeya Oeste, hacia el poniente recostada sobre Peñaloza. El desarrollo original de ambas entidades, que se desdoblaron en su momento, tiene una génesis común, allá por la década de 1970, en la que Pompeya era una sola y comenzaba con la movilización de los vecinos por mejoras para su barrio.
En el rastreo de la historia de la participación vecinal en la barriada de Pompeya se puede abrevar en las publicaciones de los años ’70. La primera referencia a movimiento de vecinos surge en 1971 en una visita al lugar del entonces intendente de facto Conrado José Puccio, que con su comitiva debió sobrellevar el airado reclamo de un grupo de habitantes ya identificados y agrupados como vecinalistas de Nueva Pompeya, “en el que no hubo ningún acuerdo”. (El Litoral 26/4/1971)
Como resultado de la discusión el lord mayor de la ciudad, impuesto en ese cargo por el gobierno militar, se comprometía a recibirlos en su despacho.
El enojo de los vecinos era porque previamente el mismo Puccio, en una acción reiterada de su gestión con las organizaciones sociales y civiles de los barrios más pobres, se había encontrado primero con vecinos que no pertenecían a la vecinal y carecían de representación, y que no tenían los mismos ímpetus para reclamar por mejoras.
Más luego, en el diario El Litoral, aparece una nota sobre la situación del barrio y la movilización organizada de los vecinos. En 1974 el vespertino iniciaba la nota al mencionar que “Las calles de barrio y tener el asfalto más próximo a unas veinte cuadras (Estanislao Zeballos), no es motivo que amilane a los habitantes de lo que se desea sea el campo de acción de la Asociación Vecinal Nueva Pompeya Oeste”.
Y aclaraba el cronista, “Decimos que sea, porque a pesar de que hace tiempo que un grupo de vecinos se han organizado, han reunido como primer impulso los trámites de más de 200 socios, tienen comisión provisional y han realizado todos los trámites ante las autoridades municipales competentes y la Federación Santafesina de Vecinales, todavía no han logrado que la institución haya sido reconocida como tal”. (El Litoral 27/8/1974)
Formaban parte de esa “comisión” en gestión de lograr el reconocimiento de la vecinal Vicenta de Salva, Elena Saucedo, Ignacia de Peralta, Francisco Saucedo, entre otros vecinos.
Los pedidos eran numerosos por esos años, en los que todo el barrio no tenía ni calles pavimentadas, ni agua potable de red, y casi nula iluminación pública. Eran los mediados de los setenta, cuando avanzaba el proyecto de Vialidad Nacional de construir una avenida circunvalación de la ciudad, que completara el anillo desde el sur por la Mar Argentino (luego Avenida Constitución Nacional), hacia el norte luego de pasar por el oeste hasta conectar con Blas Parera y Gorriti, para cerrar el anillo hasta cercanías de la laguna Setúbal.
En ese derrotero el organismo nacional compró algunos terrenos ubicados sobre la traza, lo cual generaba en muchos casos la necesidad de reubicación de los moradores, que en estas zonas como Pompeya en proceso de urbanización, tenía muchos vecinos asentados en terrenos usurpados, o sin la titularidad necesaria de los lotes, por la compra en cuotas que habían pactado.
Así las cosas, uno de los temas de la vecinal era el pedido de un plan de viviendas, “…especialmente para los vecinos que habitan en ‘La Villa’, y que serán afectados por la Avda. de Circunvalación”. El plan prometido por el municipio era de cien casitas, pero no se había ni siquiera iniciado.
Había una línea de colectivos que ingresaba para ir y venir hasta Zeballos, mencionada en el apartado de la historia, pero era de tierra, ni siquiera de mejorado. Y un dato significativo de las dimensiones poblacionales del barrio surge del relevamiento de la vecinal, que mencionaba que vivían en Pompeya “…más de 5.800 habitantes”.
Organizados y movilizados, los vecinos habían conformado un Centro Cultural y Deportivo, del que no se menciona la ubicación en la nota, en el que se realizaban “…animados torneos deportivos, reuniones culturales y cuenta con una biblioteca, donde se dan también clases de educación del adulto”. (El Litoral 27/8/1974)
La parroquia, y su templo nuevo para este momento, eran la entidad convocante y proponía el espacio para la comunidad, más allá de la iniciativa de contar con la vecinal. En las dependencias de la parroquia se proponía tener un dispensario, “donde pueda contarse con médico pediatra y otro para adultos, dos enfermeras, una asistente social y portera. Se espera –anhelaban los vecinalistas– conseguir mayor aporte oficial para medicamentos y pago al personal”. En ese mismo espacio que se pensaba para el efector de salud funcionaba un costurero y un taller de dactilografía.
Pero lo otro destacable impulsado por la incipiente vecinal de Pompeya era la guardería infantil, que se había instalado en el salón de la antigua capilla, donde con la ayuda y apoyo en las gestiones del Padre Antonio Braun y algunos vecinos, se habían designado el personal para el cuidado de los hijos de las mujeres de Pompeya que podían así trabajar, en su mayoría, como empleadas domésticas en casas del centro.
Para fines de 1974 la municipalidad de Santa Fe, por intermedio de su área de vecinales y el mismo Concejo Deliberante, no habían dado todavía reconocimiento a la Vecinal Nueva Pompeya Oeste.
En realidad, al parecer, la zona correspondía a una vecinal ya existente, pero que no cubría las necesidades de los vecinos. Expresaban los reclamantes que la nueva comisión y su asamblea habían sido reconocidos por la Federación Santafesina de Entidades Vecinales, pero no había obtenido la misma declaración del municipio. (El Litoral 22/12/1974)
En la pesquisa de diarios que trataran la situación de la vecinal de Pompeya aparece en 1977 otro artículo de El Litoral en el que presidente de la vecinal, Reyes Gaitán. La nota incrementaba a 6.000 los vecinos del lugar, y detallaba respecto de las calles que “Si se transita por las calles que utiliza el ómnibus ‘calesita’ (que los comunicaba con Don Bosco), se puede decir que se marcha por la buena senda. Hay nivelación y compactación, hay riego. Mas no puede pedirse de una calle de tierra. Pero en cambo está dada la contrapartida, la otra cara de la moneda, por arterias que están en mal estado. Tanto que aún muchos días después de las lluvias, solamente es posible andar en carros o volantas”. (El Litoral 2/6/1977)
Un aspecto de la tenencia y ocupación de los terrenos se desprende de la nota. Muchas personas compraron los terrenos como ahorro o inversión especulativa, no con miras a vivir en el barrio, sino a revenderlos una vez que las mejoras llegaran.
Así las cosas, gran parte de los loteos estaban desocupados y abandonados, con maleza y una situación de insalubridad pública que hacía más compleja la vida de los vecinos que sí habían levantados sus modestas viviendas en el lugar. Por ello, el reclamo de emplazamiento a los dueños de los baldíos para su limpieza era uno de los pedidos de la vecinal.
Otra de las postales del barrio se ubica en el pedido de apertura, de continuidad, de calle Gobernador Freyre, “…entre Larrea y Risso, a fin de evitar innecesarios rodeos”. Entre los logros y reconocimientos a la comuna municipal era la instalación de varias luminarias en el barrio y la prestación del servicio de recolección de residuos domiciliarios.
No obstante, permanecía la necesidad de integrar y sacar del aislamiento a los “…vecinos radicados en la zona del Km. 8 del camino Nogueras”, se evidencia que por el mal estado de las calles y la falta de continuidad de las mismas.
La nota además precisa la jurisdicción de Nueva Pompeya que “…se extiende desde calle Regimiento 12 de Infantería en el sud, hasta el límite norte del Municipio (se presume la calle Quiroga donde para el 2023 se ubica la vecinal Nueva Santa Fe), y desde camino Nogueras a calle Iriondo (luego Facundo Zuviría). En su seno hay 20 a 25 quintas dedicadas a fruticultura; funcionan tres escuelas con un total de 600 alumnos; hay un dispensario, un templo, comercios y otros establecimientos”. (El Litoral 2/6/1977)
El cierre de la nota, donde se podía ver en la pieza gráfica al vecino presidente de la entidad, Reyes Gaitán, destacaba la labor y participación de los vecinalistas: “Para quienes integran la Asociación Vecinal N. Pompeya, esa militancia significa realizar muchas gestiones y trabajo arduo, pero no cejan en su accionar, en el anhelo de que el barrio alcance la categoría a que es merecedor. Tienen conciencia de que las entidades de este tiempo deben cumplir una misión ante las autoridades municipales, haciéndoles conocer la opinión y los anhelos de cada sector. En base a estas premisas desarrollaron siempre su labor”.
Nueva Pompeya
La Asociación Vecinal Nueva Pompeya se ubica en Av. French 3878, entre San José y calle República Dominicana. Tiene por límites una intricada configuración: al norte con F. Fernández (desde FF.CC. Belgrano a Dr. Zavalla) y Gorriti (desde Dr. Zavalla a Facundo Zuviría); al sur Regimiento 12 de Infantería (desde vías del FF.CC Belgrano a Facundo Zuviría); al este Zuviría (desde 12 de Infantería a Gorriti) y Dr. Zavalla (desde Gorriti a F. Fernández); al oeste vías del FF.CC Belgrano (desde 12 de Infantería a F.Fernández).
La vecinal, como tal con su local, se mantuvo cerrada por muchos años y luego de la intervención de Asuntos Vecinales de la municipalidad logró recuperar su institucionalidad en 2018 gracias a la participación de un nutrido grupo de vecinos solidarios y con vocación de servicio por su barrio.
El sitio web barrio “La Fogata” de barrio Transporte, recuperaba una entrevista con el vicepresidente de la entidad, en la que mencionaba que “Cerrada por muchos años, con una comisión directiva fantasma, el espacio volvió a abrir las puertas de la ‘casa de todos los vecinos’ a fines del 2018 gracias al empuje de Don Roberto Maciel, hoy presidente, y de la operatividad de quienes integraban el espacio de ‘Asuntos Vecinales’ de la municipalidad de Santa Fe en la anterior gestión de gobierno”. (https://lafogata.com.ar/2021/07/vecinal-nueva-pompeya/)
Así se recuperaron con actividades como cursos y talleres de cestería con mimbre, de peluquería, de inglés, ritmos latinos para adultos, entre otras ofertas para la vecindad. Además, sumaron gestiones de mejoras de calles y de limpieza en la zona, siempre en contacto con el municipio, pero también con la participación de los vecinalistas.
Más allá de las acciones, como la copa de leche y olla popular con el grupo “Amigos del Trapo”, pero también con Cáritas o CILSA.
Progreso Pompeya Oeste
La otra vecinal de Pompeya es la correspondiente a la zona oeste, denominada justamente, “Asociación Vecinal Progreso Pompeya Oeste”. Se ubica en calle San José 7756, en una casa reciclada como espacio de uso comunitario para los fines solidarios y participativos de la entidad.
La vecinal Progreso Pompeya Oeste tiene como jurisdicción: al norte la esquina de F. Fernández con la prolongación de las vías del FF.CC. Belgrano hasta la encrucijada con la prolongación de Peñaloza. Al oeste la avenida Vicente Peñaloza, y al sur Regimiento 12 de Infantería, desde Peñaloza hasta las vías del mencionado ferrocarril.
