Historia de Pompeya, Nueva y Oeste

Historia del barrio Pompeya

Como en otros espacios de la ciudad, un mismo barrio, con un origen y hasta un nombre común, se divide en vecinales diferentes, aunque relacionadas en su historia y desarrollo, por su territorio, por su zona de pertenencia, por su idiosincrasia.

Este es el caso de varios espacios barriales en Santa Fe, y Pompeya, o Pompeya Oeste y Nueva Pompeya, no escapan a esta condición que el devenir de su desarrollo, y decisiones para establecer las jurisdicciones de vecinales, hicieron que estén divididas, por la antigua vía, pero unidas en cuanto a su crecimiento, y en especial, a su origen desde el loteo de todo el sector, por estar en manos del mismo propietario, rematador, y dueño de una de las inmobiliarias más grandes de Santa Fe en la mitad del siglo pasado: Francisco Bobbio.

AVISO VENTA TERRENOS POMPEYA - EL LITORAL 27-10-1951

Así las cosas, Pompeya, relacionada a la parroquia sobre el viejo “Camino Nogueras”, ubica el nombre del barrio, y su distribución y desarrollo, a lo largo de la venta de lotes dentro de casi en su totalidad una sola operadora de negocios inmobiliarios.

Con esta premisa desde Santa Fe mi Barrio se trabajará la historia y las relaciones del crecimiento de la barriada, como así también de sus instituciones más representativas.

Desde el punto de vista del encuadre por calles dentro de la ciudad se puede decir que Nueva Pompeya tiene por límites al norte con F. Fernández (desde FF.CC. Belgrano a Dr. Zavalla) y Gorriti (desde Dr. Zavalla a Facundo Zuviría); al sur Regimiento 12 de Infantería (desde vías del FF.CC Belgrano a Facundo Zuviría); al este Zuviría (desde 12 de Infantería a Gorriti) y Dr. Zavalla (desde Gorriti a F. Fernández); al oeste vías del FF.CC Belgrano (desde 12 de Infantería a F.Fernández). 

Esta intrincada configuración muestra una particular delimitación y geografía urbana con recortes de dos trapecios flanqueados por varios barrios, entre ellos al oeste, Pompeya Oeste.

Para esta otra vecinal su fisonomía sobre el plano adquiere una forma de triángulo esquinado hacia el noroeste. Sus límites son al norte la esquina de F. Fernández con la prolongación de las vías del FF.CC. Belgrano hasta la encrucijada con la prolongación de Peñaloza. Al oeste todo el antiguo “Camino Nogueras”, luego Vicente Peñaloza, y al sur Regimiento 12 de Infantería, desde Peñaloza hasta las vías del mencionado ferrocarril.

De este modo, entre ambas vecinales de Pompeya, suman unas 75 manzanas, con diferentes dimensiones por los pasajes, cortadas y la vía en diagonal por su centro, y al norte de Gorriti con amplios espacios sin urbanizar, en especial con parte de lo que era en un tiempo no tan lejano al inicio del Tercer Milenio, una de las cavas de la ciudad, sin resolver completamente.

El espacio de Pompeya y sus antiguos propietarios

En la reconstrucción histórica de los territorios urbanos se destacan los antiguos planos de la ciudad como una fuente de información para determinar la evolución de la tenencia de la tierra en espacios que otrora solo estaban atravesados por los “caminos” de ingreso a la ciudad, mucho más al sur, o las vías férreas.

PLANO 1899

Cuando todo era campo y chilcales, lejos incluso del desarrollo de quintas en esos espacios, la zona comprendida, a grandes rasgos para evaluar a Pompeya entre el “Camino Nogueras”, o “Camino a los campos de Nogueras”, luego Avenida Peñaloza, y el “Camino del Medio”, luego Simón de Iriondo y más cerca en el tiempo Facundo Zuviría, se pueden establecer, desde la zona de Regimiento 12 de Infantería al sur hasta la zona de calle Florencio Fernández, al norte, un gran espacio para analizar.

Para fines del siglo XIX el espacio de Pompeya, con sus dos vecinales, estaban atravesados por las vías del Ferrocarril a Reconquista. En ese lugar los propietarios que figuran en un plano de 1899 era, al suroeste, sobre Camino Nogueras, desde aproximadamente Javier de la Rosa hasta Larrea, y por el este con eje sobre la extensión de Zavalla, un gran predio a nombre de Carlos Borré.

Al este de las vías se encontraban dos extensos lotes, desde Zavalla hasta el Camino del Medio (Zuviría), el más grande de Francisco Erpen.

Luego, hacia el norte de lo que luego fue calle Larrea, y hasta Gorriti, una serie de grandes lotes ubicados con sentido norte-sur. 

La lista, a saber desde el oeste sobre Camino Nogueras hacia el este sobre el Camino del Medio se cuentan los propietarios: Hermanos Pautasso, Llambi Campbell, Barbieri, E. Ucedo y A. Belín. Más arriba, al norte de la luego Avenida Gorriti, dos parcelas más, de A. Pautasso y Hermanos Toretta.

El próximo registro gráfico el lugar se ubica en el año 1903, con el detallado plano de Chapeaurouge, la cantidad de parcelas se reducen pero se mantienen algunos nombres. Tanto el terreno de Borré (que figura como Barre) y el de Francisco Erpen se conservan. Por otro lado, las parcelas anteriores se concentran en menos manos, por un lado Llambi Campbell amplía su propiedad y lo mismo hace F. Barberis. Más en el extremo norte, continúa el predio de Pautasso, en el ángulo del triángulo formado por las vías y la extensión del Camino Nogueras.

Un dato que este plano suma ubica a parte de los terrenos del luego barrio San José dentro de la zona de Pompeya, en este caso en su zona sur, se superpone con lo que fue luego calle Regimiento 12 de Infantería la parte norte de las parcelas de Vicentini y de Perazzo.

PLANO 1903
PLANO 1930

El próximo estadio de planos para ver la distribución de la tierra en la barriada bajo estudio se define en 1930, sin los nombres de los propietarios pero con las mismas definiciones trazadas sobre el papel, lo que daría cuenta de que en ese período no cambió sustancialmente la propiedad de las tierras de Pompeya. Vale aclarar que en este lapso de casi 30 años hubo otros planos de la ciudad, pero como la parte urbanizada quedaba mucho más al sur, incluso más al sur de Estanislao Zeballos, no aparecen en esos planos la zona de Pompeya.

Dicho esto, el siguiente plano corresponde a 1935. En este punto de la historia del lugar se avizora el interés por la zona de la empresa de tierras del Ferrocarril Santa Fe, que en ese sector tenía dos ubicaciones sobre la línea férrea, el Km 5 (en zona de barrio San José) y el Km 7, justo en el cruce de los rieles con la extensión del Camino Nogueras. De este modo, la mayor parte de los terrenos antes de Vicentini, el predio de Perazzo, y los de Borré y Erpen, es decir desde Peñaloza hasta Zuviría, y desde Gorriti hasta más allá de Regimiento 12 de Infantería, eran del Ferrocarril Santa Fe, de capitales franceses.

Esta empresa ferroviaria tenía sus unidades de negocios paralelas, como la compañía de tierras, que con las extraordinarias, y leoninas, ganancias acumuladas, compraron grandes extensiones de tierras en todo el centro norte de la provincia y en la misma ciudad de Santa Fe. 

Con miras a un negocio inmobiliario, el negocio del transporte de cargas, unido a las empresas relacionadas a la producción, acopio y venta de productos agropecuarios, junto con la producción maderera del quebracho, dieron esa posibilidad de crecimiento económico exponencial.

En la zona sur de Pompeya, entre las vías y el Camino del Medio (Facundo Zuviría), quedaban unas parcelas más pequeñas a nombre de “G. Giraudon y otros” y de Josefa viuda de Olmedo. En el sector norte, es decir más allá de Gorriti, el predio que estaba en manos de Llambi Campbell y gran parte del de Barberis quedaba a nombre de la Municipalidad de Santa Fe. 

PLANO 1935

Sin embargo, sobre Zavalla, Juan Bautista Barberis conservaba un terreno, lindante a su vez con lo que se conocía en ese momento como “Camino a Guadalupe”, o así se lo señala en el plano y que luego se transformó en la Avenida Gorriti.

PLANO 1946

El último plano significativo de la serie analizada introduce en la historia de Pompeya al protagonista de su loteo mayoritario, y que a su vez gravitó indirectamente en el nombre del propio barrio. 

Todos los terrenos del Ferrocarril Santa Fe fueron adquiridos por Francisco Bobbio, rematador, operador inmobiliario, que junto con un socio conformó una gran fortuna a partir de la venta de parcelas y urbanizaciones en el norte y noroeste de la ciudad de Santa Fe. Bobbio, como fue tratado en Santa Fe mi Barrio en el apartado de barrio Escalante, llegó a ser una de las personas prominentes de la capital provincial, que escaló no solo en el ámbito económico y social, con apariciones en las páginas de “Sociales” de los diarios, sino además en la política, hasta llegar a ser intendente.

Fue justamente la inmobiliaria de Bobbio la que llevó adelante la venta de los terrenos en toda la zona mayoritaria de Pompeya. De hecho, la empresa de Bobbio publicitaba en los diarios a inicios de los años ’50 la comercialización de lo que denominaba como eslogan “NUEVA POMPEYA, una ciudad dentro de la ciudad misma”

El aviso publicado en el diario El Litoral la tarde del sábado 27 de octubre de 1951 convocaba además a todas las “personas activas”, de localidades de Santa Fe, Entre Ríos y Chaco, a los que se les decía que era “Una interesante y muy conveniente oportunidad para aumenta sus ingresos participando en la venta de un nuevo y moderno barrio en el punto de más posibilidades y más seguro porvenir de la ciudad de Santa Fe, con un plan de ventas al alcance de todos por su precio y por sus facilidades de pago que se conceden en 120 mensualidades”. (El Litoral 27/10/1951)

Además, el aviso insistía con sus argumentos comerciales de prosperidad para los propietarios: “Para los compradores será una excelente inversión, tanto como forma de ahorro, o para vivir, por las favorables perspectivas que el nuevo barrio ofrece, por su trazado con amplias avenidas, su extenso parque y sus lotes de medidas ideales. Este nuevo barrio, por el privilegiado lugar de su ubicación al incorporarse al ámbito de la ciudad capital de la provincia, señala su pujanza progresista y marca una vez más el rumbo de su permanente dinamismo”.

La Inmobiliaria de Francisco Bobbio SRL se ubicaba en el centro de la ciudad, en San Martín 2999, esquina Gobernado Crespo, con su declamación: “Cerca de medio siglo contribuyendo al progreso urbano de Santa Fe”.

De esa presencia de Francisco Bobbio, pero en particular de la devoción por la fe católica cristiana de su madre, deviene el nombre del barrio, Pompeya, o Nueva Pompeya, como se refería el loteo. Y esta apelación al nombre de la localidad en la península itálica tiene su origen justamente en la historia de la virgen aparecida en la ciudad arrasada por el volcán Vesubio.

La parroquia, la virgen y el Camino Nogueras

NTRA SRA POMPEYA VI - FB PARROQUIA

Cuenta la historia sobre la zona del Barrio Pompeya, rescatada por el programa radial “Alma de Barrio” de LT10 AM 1020 que los barrios, Pompeya Oeste y Nueva Pompeya “…tienen el mismo origen en su nombre y este origen está relacionado con la parroquia Nuestra Señora de Pompeya. Como decíamos, Bobbio era el dueño de la mayor parte de las tierras y cuando comenzó la venta de lotes, a principios de los años 60´, reservó una manzana en la esquina del viejo camino de Nogueras, hoy Avenida Peñaloza, y French para establecer una parroquia en la vieja casa que ya existía en el lugar”. (“Alma de Barrio” – LT 10 AM 1020 – 17/07/2004)

Y continuaban en la emisora universitaria allá por 2004: “Según cuenta la historia no escrita, parece que la madre de Bobbio era devota de la Virgen de Pompeya y por esa razón, la capilla que se estableció y dio nombre al barrio en 1960 se llamó Nuestra Señora de Pompeya. La casa donde se inició la parroquia era muy humilde y mientras una parte servía de capilla otra quedaba para vivienda del sacerdote. El primer cura fue un miembro de la Congregación del ‘Verbo Divino’ y se llama Juan Huber. El día de celebración desde entonces para los fieles del barrio Pompeya es el 7 de octubre, día de la virgen del mismo nombre”.

La misma parroquia rescató la historia del barrio al recuperar su propio pasado. En una nota publicada por el diario Uno Santa Fe se daba cuenta de esa producción de la feligresía de Pompeya.

Decía el medio que “La primera vivienda del barrio Pompeya Oeste se encontraba en Peñaloza y French y fue construida por los hermanos Luis y José Zamarro en 1906. Seis años después ambos decidieron vender esos campos a quienes extendieron las vías del ferrocarril en esa zona. Según una breve reseña histórica elaborada por colaboradores de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Nueva Pompeya; en 1941, el entonces intendente de Santa Fe, Francisco Bobbio, adquirió estas tierras; y su madre insistió en identificarlas con el nombre de la Virgen de la cual era devota”. (Uno Santa Fe – 8/12/2013)

El barrio Pompeya tuvo como eje de su desarrollo al Camino Nogueras, o “Camino a lo de Nogueras”, uno de los cinco caminos principales de vinculación hacia el norte de la ciudad colonial y postcolonial, a saber, de este a oeste: Camino a Guadalupe (Candioti-General Paz), Camino de Ascochingas (Aristóbulo del Valle), Camino del Medio (Facundo Zuviría), Camino Nogueras (Vicente Peñaloza), Camino Aguirre y al Matadero (Blas Parera).

Va de suyo que los “caminos” se referían hacia dónde iban en la zona cercana a la ciudad, es decir, lo de Nogueras, era la “estancia” o “campo” de Nogueras, más allá de los límites de la ciudad y de los pagos de Arriba y de Abajo, al este o el oeste del Camino del Medio y que los comienzos actuaron como una suerte de “chacras”. Uno de esos campos extramuros era el de Nogueras, y por el camino que lo vinculaba antes de la Revolución de Mayo, es que fue quedando en la memoria popular el sendero trazado, hacia esa zona al norte que también era llamada como “El monte de Nogueras”.

Otra historia del Camino Nogueras lo relaciona con un personaje más cercano en el tiempo, un vecino de la zona de Pompeya y de Las Flores, que seguramente habrá tenido otro apellido pero que en los recuerdos de los primeros pobladores lo ubicaban como “Don Nogueras”, acaso por vivir en la zona y por su ir y venir con su carro y caballo por el sendero que luego fue Vicente Peñaloza.

Dice esa “tradición oral”, también rescatada por el programa radial “Alma de Barrio”, que “Entre las quintas había un vecino que en su carro tirado por caballos iba y venía a la zona céntrica de la ciudad como chatarrero. ‘Don Nogueras’ fue por esa picada antigua, esa senda, que con su ir y venir desde el sur hasta el Callejón El Colorado, hoy Ricardo Aldao y Peñaloza, fue reconocido con ese mote. Dicen que en ese punto del antiguo Camino Nogueras y el Callejón El Colorado había una chatarrería y ‘Don Nogueras’ traía y llevaba cosas en su carro…”. (“Alma de Barrio” – LT 10 AM 1020 – 17/07/2004)

Del loteo de Bobbio al Barrio Pompeya

La apetencia comercial inmobiliaria hizo del centro norte del ejido urbano su principal accionar. De este modo, desde la Quinta Iriondo y la Quinta Escalante hacia el norte, enhebrados por aquellos caminos de antaño, el crecimiento de las barriadas vino de la mano de los loteos, como se hizo también en Villa María Selva. De este modo, muchos de los barrios en los sectores con menos desarrollo de infraestructura arrastraron a lo largo de su historia y crecimiento aquellos atrasos por ser loteos baratos y de conveniente financiación, pero carentes en su mayoría, de los servicios y mejoras necesarias. La zona de Pompeya no fue la excepción, en tanto luego de adentrado el Tercer Milenio, tenía todavía atrasos en su desarrollo, con calles sin pavimentar, zanjones, y faltante de mejoras urbanas.

CALLES DE POMPEYA - FACE VECINAL

Según el citado artículo del diario Uno sobre la historia rescatada por la Parroquia Pompeya, en los comienzos de la barriada, se comenzó a poblar con los primeros ranchitos dispersos, allá por 1948 y 1950. “Conocedores de la tierra fértil –decía el medio–, a esa zona llegaron muchos inmigrantes latinoamericanos y europeos, como también argentinos provenientes de otras provincias, tales como Chaco y Corrientes. Allí se multiplicaron las quintas, la mayoría de ellas para el autoabastecimiento familiar; y hornos de ladrillos”. En ese trabajo de la iglesia se menciona que “En 1959, la casa que fuera de los hermanos Zamarro y el terreno que la cercaba, fue donado al Obispado de Santa Fe por María y Francisco Bobbio”. En 1960 la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Nueva Pompeya fue reconocida como tal. (Uno Santa Fe – 8/12/2013)

En cuanto a los vecinos, el programa radial de los barrios de LT10 mencionaba, luego de una de sus recorridas por Pompeya, que “Uno de los tres primeros vecinos en llegar fue don Antonio Chalita…”, que desde los años sesenta, “…vivía en la misma casa de calle Pavón en barrio Pompeya Oeste”. Al principio no había ni calles abiertas y la luz llegó recién a mediados de los ‘70, los vecinos debían entrar y salir del barrio para el lado de camino Nogueras por Regimiento 12 de Infantería, que por muchos años fue la única calle pavimentada del barrio.

“Con Don Chalita –decían en “Alma de Barrio”– llegaron como primeros vecinos Don Castillo y Don Almirón, y también estaba un tal López, que era tapicero. Don López todavía vive (por el 2004) en el barrio, y algunos recuerdan cómo cuando en el año 78 llovió mucho, durante tres meses, Don López, el tapicero, buscaba a los pibes y la gente de sus casas con una canoa y los llevaba hasta el terraplén del ferrocarril para salir del barrio”. (“Alma de Barrio” – LT 10 AM 1020 – 17/07/2004)

ZONA EX VIAS - REP DOMINICANA Y AYACUCHO

También los primeros pobladores recordaban a Don Retamoso, un empleado municipal que aparte de trabajar en el municipio, tenía unas lecheras en los baldíos del barrio y vendía la leche a las vecinas, casa por casa, con el clásico tacho de aluminio y el jarrón.

El Barrio Pompeya Oeste tiene como límite a las vías del FFCC Belgrano al este. Justamente, las vías del tren eran el lugar de comunicación más rápido con el centro más poblado de la ciudad, en tanto no estaba pavimentada Peñaloza, a gatas un hasta el final de López y Planes en la zona de Ciudadela.  Por ello, era recordado por los primeros vecinos que el tren era la forma de llegar hasta las zonas más pobladas de la ciudad. Por ejemplo, muchas veces, allá en la década del ’50, incluso los sesentas, cuando llovía mucho y desbordaba la laguna y el zanjón, los pobladores se llegaban hasta el terraplén del ferrocarril y caminado por las vías se iban hasta poder alcanzar un colectivo en la zona más poblada, cerca de Don Bosco, o directamente se trepaban a las formaciones que transitaban a baja velocidad.

GORRITI Y ZONA VIAS

En la memoria de los antiguos vecinos sobrevivía el paisaje casi de campo de Pompeya apenas cuando comenzaba la segunda mitad del siglo pasado. Así lo contaba para el diario Uno la señora Carmen Floriani, vinculada a la parroquia Pompeya desde fines de los ’80, vecina incluso del templo, que decía sobre los comienzos de la iglesia en el inicio de la década de 1960: “En esa época, mi papá buscaba en sulky a los sacerdotes en Esperanza, los dos primeros que fueron Federico Mayer y Antonio Wagner, para traerlos a dar misa o venían en colectivo hasta Blas Parera y ahí se iba alguien a buscarlos con una chata tirada por caballos”. (Uno Santa Fe – 8/12/2013)

Como zona cuasi rural en ese entonces, con las dificultades de acceso y comunicación, salvo por las vías del tren, esta vecina justificaba el por qué muchos de los primeros habitantes de Pompeya tenían caballos: “En esa época, cuando yo era chica, Gorriti era un zanjón gigante y al lado había una calzada toda de barro. Salíamos arremangados hasta la rodilla hasta Estanislao Zeballos, donde pasaba la Línea 1 para ir al centro. Teníamos que lavarnos los pies antes de subir al colectivo”, a lo que sumaba como postal de la época y las dificultades de no contar con calles pavimentadas ni accesos: “Muchas se llevaban una botella de agua limpia para lavarse los pies, pero si no, los vecinos siempre te prestaban para limpiarte. El barro te llegaba casi a las rodillas”.

Lo dicho, el transporte público se podía alcanzar en la zona de Don Bosco, y más o menos por fines de los ’70 hubo unos precarios coches que cubrían ese recorrido desde el barrio hasta Don Bosco y que se denominaban “Pompeya”, para cambiar a colectivos de la Línea 1 en Facundo Zuviría y Estanislao Zeballos, y de ese modo por Zuviría ir hacia el centro.

 Estas condiciones recordadas por la vecina memoriosa formaban parte de los reclamos de los vecinos de fines de los ’70, y así trascendían en las páginas de vespertino local. Por ejemplo, en el año del Golpe Cívico-Militar de 1976 las necesidades eran las mismas de antaño para Pompeya, pero acrecentadas por el crecimiento poblacional del barrio. Así lo mencionaba El Litoral, cuando decía que “Paralelamente con ese progreso se van acumulando las necesidades, propias de toda comunidad en evolución; red sanitaria, agua corriente, vigilancia, alumbrado público y pavimento. Justamente, éste es uno de los problemas acuciantes para los varios miles de pobladores de Nueva Pompeya”. (El Litoral 16/12/1976)

En tal sentido ironizaba sobre el mal estado del “afirmado” de las calles por donde circulaba el colectivo bautizado como “la calesita” y que acercaba a los vecinos hasta el pavimento en Don Bosco. “Ninguna unidad –graficaba el medio– salvo que se trate de aquellas que cobraron nombradía en la II Guerra Mundial integrando las ‘panzer’ de ‘Guanderián’ a los efectivos del Gral. Patto, podrían andar indefinidamente por las calles llenas de pozos donde a veces hay un colchón de tierra y en otras ocasiones el barrio sace (el error de tipeo es del original) casi imposible el paso”

RECLAMO POR PAVIMENTO POMPEYA - EL LITORAL 16-12-1976

Asimismo, para comprender a la distancia lo que representaba en aquellos años ’70 vivir en Pompeya, el vespertino aseguraba que “La zona está densamente poblada por gente de trabajo, que en días de lluvia debe acceder a la calle Estanislao Zeballos caminando diez o doce cuadras en medio del barro”. Al parecer, más allá de algunos avances, por la situación de falta de pavimento de la mayoría de las calles de Pompeya, Nueva y Oeste, para la segunda década del Tercer Milenio parecía repetirse la misma escena de los setenta para llegar hasta Peñaloza, Gorriti o Zuviría desde el interior del barrio.

Dos años después, en plena Dictadura, los vecinos de Pompeya reiteraban el reclamo por sus postergaciones, y declaraban en una carta enviada a El Litoral: “existimos, pensamos y sufrimos”. Por un lado, la manzana que estaba destinada a la construcción de una escuela pública, para mudarla del inadecuado inmueble donde funcionaba, más el proyecto de poseer una comisaría en el mismo espacio, estaba truncado por la usurpación de esos terrenos. En realidad, se trataba de “…viviendas precarias ubicándose a personas desplazadas de lugares anegados, hace algunos años”. En ese tiempo los vecinos peticionaban una calle pavimentada de penetración al barrio, que los conectara con Estanislao Zeballos, la calle con pavimento más cercana. La vinculación mediante el mencionado colectivo interno “la calesita”, tampoco era del todo efectivo, tanto por la irregularidad de su servicio como por finalizar su recorrido a las 21. 

Y ampliaba la carta citada por el medio: “Además los taxis no llegan, ya que según afirman los firmantes de la nota, ‘sin más las veces que nos conocen leyendo la página policial’, y agregan: ‘Queremos que sepan que, un ochenta por ciento somos propietarios y con sentimientos cristianos, si hasta ahora callamos fue por modestia y no por cobardía, soportamos en días de lluvia el fangal, viajando a pie hasta cuatro veces, sin una queja para ganar el sustento diario o asistir a escuelas secundarias, pero las autoridades no nos ven, tenemos buena parte de lo pintoresco que pertenece a la ciudad, pero no brilla por la falta de un camino mejorado que nos una con la calle Estanislao Zeballos”. (El Litoral 29/9/1978)

RECLAMOS Y ESCUELA POMPEYA - EL LITORAL 29-9-1978

Contrariando esas postergaciones, los vecinos decían en la misiva: “El edificio de la iglesia es hermoso, futurista, nada común, el Jardín Botánico pintoresco, señorial, el colegio Jardín de la Esperanza, con un edificio moderno, pero rodeado de calles de tierra, de imposible tránsito cuando hay barro”.

Los chicos que iban a la escuela pública que funcionaba en una casa debían hacerlo, por la cantidad y la falta de espacio, en cuatro turnos. El último de esos turnos comenzaba en la tarde y terminaba por la noche. 

Para imaginar esas dificultades, los vecinos mencionaban que los alumnos para entrar a las “aulas” debían formarse en la vereda, fuera de la casa, con las consabidas complicaciones en momentos de frío o lluvias, sin especificar la ubicación del inmueble. (El Litoral 29/9/1978)

Un tema repetitivo para toda Pompeya ha sido el problema de los anegamientos por lluvias. Con las vías del ferrocarril escindiendo el escurrimiento, pero en especial con la apertura de calles y nuevas construcciones sin las adecuadas cotas para los desagües, Pompeya ha tenido a lo largo de su historia, incluso hasta ocasiones más recientes dentro del nuevo siglo, graves anegamientos. Por otro lado, las pavimentaciones de Facundo Zuviría y de Ángel Peñaloza profundizaron el problema al obturar la evacuación de las aguas pluviales, dado que se hicieron las obras sin los desagües necesarios.

En el nuevo milenio se han desarrollado obras de entubado de canales, en especial en de cordón cuneta y desagües en varias calles, lo que junto con el avance del plan integral de desagües para la zona norte de la ciudad han mejorado la situación. Sin embargo, para 2023, pese a lo hecho, la combinación de canales a cielo abierto, calles sin pavimento, y la necesidad de desagües troncales, ante copiosas lluvias el agua seguía siendo un problema para los vecinos de las dos Pompeyas.

CALLES DE POMPEYA EN LOS 70 - EL LITORAL - 27-8-1974

Dos vecinales Pompeya

GORRITI Y ZUVIRIA

Como se mencionó antes, las jurisdicciones vecinales determinaron que existieran dos barrios Pompeya, pero en realidad, su vinculación con la parroquia que le dio nombre, y con el loteo de Bobbio que los originó, traza un mismo camino al remontar el pasado.

Desde ese lugar, pensando en una barriada atravesada en diagonal desde su nacimiento por las vías, encuadrado entre dos avenidas, la memoria de sus moradores repasa ese tiempo del poblamiento del lugar. Justamente, el ocasional cronista del Uno Santa Fe apelaba en sus preguntas a los recuerdos de Carmen Floriani que relataba:

“Hasta Gorriti eran todos campos y en el medio había callecitas finitas. Teníamos la avenida Peñaloza, pero en ese entonces tenía un zanjón muy profundo en el medio y era toda de barro”, contó Carmen.

—¿Cuándo llegó el mayor crecimiento poblacional?

—Primero había ranchitos. Después se empezó a poblar cerca de Peñaloza. Había muchos ranchitos y alguna casita. De a poco llegó alguna panadería. La gente era muy amable, todos se ayudaban entre sí. Había gente de muchos lugares, muchos inmigrantes de Italia, por ejemplo.

—El barrio creció, cruzó la vía (que divide Pompeya Oeste de Nueva Pompeya) y se pobló, ¿ocurrió lo mismo con la infraestructura?

—En algunos servicios sí, en otros no. Tenemos agua potable y electricidad. Estamos peleando por el gas natural, que todavía está del otro lado de la avenida. Cloacas en el barrio no hay, sólo en la avenida. Los demás servicios, como el cable y la telefonía sí tenemos. Colectivos hay distintas líneas.

Si bien los reclamos existen, tanto Carmen como muchos otros vecinos volverían a elegir Pompeya como destino: “A mí me gusta mucho el barrio. Quisiera que tuviésemos una plaza, por ejemplo. Pero lo mejor es que hay mucha buena gente”. (Uno Santa Fe – 8/12/2013)

PEÑALOZA Y GORRITI

Va de suyo que antes que llegara el Fonavi de Las Flores I y II, los bares que estaban sobre Peñaloza eran los de Carughi, entre Pavón y Ayacucho, y el de Chiche Morete, en Santiago de Chile casi Larrea, donde se podía comprar de todo. Esos comercios formaron también parte de la historia de Pique y de Las Flores.

Un dato no menor es que en Pompeya no se formó ningún club, de manera formal institucionalizada. Sin embargo, los muchachos del barrio se juntaban a jugar al fútbol en varios potreros. El más grande y más concurrido era el que estaba en Pavón y San José, o la “cancha de Los Juárez”, como lo recordaba el programa radial “Alma de Barrio”.

De este modo, Pompeya Oeste participaba en los campeonatos interbarriales, y el clásico caliente de la época era Pompeya contra Santa Rosa de Lima. Según recordaba para el espacio radial Don Guillermo Gigena, “…en un partido que jugaron los de Pompeya contra Santa Rosa de Lima en 1985 en la cancha de Instituto, en calle Blas Parera, le cobraron un penal en contra del equipo de Santa Rosa y se armó una trifulca. En medio de las corridas un policía tiró un disparo medio al aire cuando lo agredieron, pero no tan al aire porque fue a dar en la nuca de uno de los simpatizantes de Pompeya conocido como “Pelé”. Bueno, contrario a lo que usted puede estar pensando, el tal Pelé se salvó de milagro de ese clásico entre barrios que no sabemos cómo termino en el resultado deportivo, pero sí el policial”. (“Alma de Barrio” – LT 10 AM 1020 – 17/07/2004)

Poco a poco el barrio Pompeya se fue poblando, creciendo cada vez más. Inicialmente con mucha gente venida desde otras provincias, así lo publicitaba Bobbio en su momento para que compraran en cuotas los lotes. Chaqueños, entrerrianos, correntinos, formoseños, y muchos santafesinos de la costa, se afincaron en Pompeya. Había además de la alternativa de una economía familiar de subsistencia, con la quinta en el patio, el gallinero, y hasta alguna lechera, como Don Retamoso, y otros que conseguían “conchabo”, en los hornos de ladrillo, en las quintas grandes cercanas, hasta en el vivero Municipal de Gorriti, que luego se transformó en el Jardín Botánico. Y muchos obreros de la construcción, muchos albañiles que construyeron casas ajenas, y que en su mayoría no lograron terminar la propia.

Con el tiempo llegó el gran impulso que a la zona le dio en los años ‘80 la construcción de los complejos habitacionales Las Flores I, primero, y Las Flores II, después más cerca de Peñaloza. Luego, en los ‘90 se creó la vecinal, pero luego de un largo tiempo de inactividad, volvió a resurgir más de una vez, como los propios vecinos de Pompeya que siempre están dispuestos a trabajar por su pago chico, por su barrio.

La plaza Pompeya

AEREA PLAZA POMPEYA AGOSTO 2022 - FB MUNICIPIO

La plaza se ubica en el corazón de Nueva Pompeya, entre las calles Matheu, Zavalla, Azcuénaga y San Juan. Otrora en muy mal estado y sin conservación, este espacio verde fue recuperado en el año 2022 dentro de un programa del municipio que en Pompeya representó la colocación de mobiliario, parquización y arbolado, más la iluminación. Las tereas se desarrollaron con la participación de cooperativas de trabajo. Asimismo, se reforestó el espacio, con timbós y palmeras obtenidos del Jardín Botánico, ubicado en el mismo barrio. 

PLAZA POMPEYA ANTES OBRAS
INAUGURACION PLAZA POMPEYA AGOSTO 2022

El 6 de agosto de 2022 se inauguró la nueva plaza, en una manzana que comparte su espacio con un centro comunitario del Movimiento Los Sin Techo.

Según la comunicación oficial del municipio en la plaza de Nueva Pompeya “…se destaca la ubicación de una canopia urbana, la primera de la capital provincial, una especie de techo de naturaleza recreada, ya que contribuye a filtrar el sol, atenuar los vientos y moderar las temperaturas. Para la confección, se usaron bolsas de residuos recicladas y trenzadas por vecinas y vecinos, que se apoyan sobre 48 columnas”.

En cuanto a las obras se colocaron cuatro columnas de iluminación, se ejecutaron solados de hormigón armado. El playón deportivo fue renovado con un solado nuevo, aros de básquet y red para voley y newcom. También se colocó mobiliario urbano: bancos y juegos para niños y niñas.

Desde el municipio destacaban en 2022 la participación de cooperativas y de entidades en la remodelación de la plaza: “La estructura de la canopia fue fabricada por la cooperativa Casa Base, al igual que los solados y las losetas para el césped. Los bancos fueron confeccionados por la cooperativa Bachi, del barrio Santa Rosa, y la empresa ‘Periolo’, de San Agustín. La reparación del playón estuvo a cargo de la cooperativa Cambiar por la Gente y la pintura fue tarea de los artistas Ricardo Robles y Rodrigo Cicarelli. También participaron el Movimiento Los Sin Techo, las vecinales Nueva Pompeya y Pompeya Oeste, y las asociaciones Caracoles y Amigos del Trapo”. (Municipalidad de Santa Fe – 6/8/2022)

INAUGURACION PLAZA POMPEYA AGOSTO 2022
INAUGURACION PLAZA POMPEYA AGOSTO 2022

Los Sin Techo en Pompeya

JARDIN NUESTRA SEÑORA DE LOS SIN TECHO - POMPEYA
CENTRO DE LOS SIN TECHO EN 2013

Los Sin Techo crearon dos jardines en 1994, el primero en el postergado barrio San Agustín, donde instaló su primera salita maternal, luego en Pompeya, con un crecimiento hasta alcanzar una veintena de salas en distintos barrios. Ambos fueron reconocidos en 2010 por el Ministerio de Educación de la provincia. Puntalmente el Jardín de Infantes Nº 1.491 Nuestra Señora de Los Sin Techo, ubicado en Nueva Pompeya, tiene salas radiales en los barrios San Agustín, Abasto, La Ranita, Las Lomas, Loyola y el barrio Chaqueño. El Jardín se ubica en la esquina suroeste de San Juan y Matheu, en diagonal con el centro comunitario del Movimiento Los Sin Techo de barrio Pompeya.

Historia de Pompeya, Nueva y Oeste

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