Historia Villa Setúbal

Villa Setúbal, el barrio de la Laguna

La historia de Villa Setúbal comienza a marcarse como los campos que quedaban entre el casco de la ciudad de Santa Fe y la Villa de Guadalupe. A fines del siglo XIX, y bien adentrado el XX, el vínculo entre Guadalupe y el centro estaba dado por lo que es hoy la Avenida General Paz. Entre esta vía de comunicación y la Laguna Setúbal, estaban varios terrenos que fueron con el tiempo pasando de mano.

El barrio de Villa Setúbal toma su nombre después de la laguna que baña la costa. Los límites de la vecinal son Alte. Brown al este, Vélez Sarsfield al oeste, Salvador del Carril al sur y JP López al norte. Pero lo que marcó la fisonomía inicial del barrio fueron los planes de viviendas de la época de Perón, en la villa detrás de la Universidad Tecnológica Nacional.

Al comienzo las grandes parcelas de lo que corresponden hoy a Villa Setúbal estaban conformadas, de sur a norte, por Lorenzo Koch, Miguel Yungues y una parte de Juan Blum, allá por 1870. Los grandes predios fueron subdividiéndose, pero no en loteos, dado que la falta de acceso, y el desarrollo inmobiliario creciente de la Villa de Guadalupe, obturó la ocupación de los terrenos de Villa Setúbal hasta la concreción de la apertura de la Avenida Almirante Brown.

En 1889 el predio al norte de lo que hoy es Salvador del Carril, entre la laguna y las vías, era de Celestino Rosas, luego seguía José Koch, y los terrenos de José Gálvez hasta casi la villa de Guadalupe. Para 1913 los terrenos de Gálvez aparecen a nombre de José y de Manuel Gálvez.

En un plano de la ciudad de 1931, los grandes espacios del vecindario cambiaron de propietarios, y redujeron sus dimensiones, pero seguían como grandes terrenos. Otra vez, de sur a norte, aparecen en esa cartografía Benito Freyre, Reinhold y Portinari, y luego Manuel Gálvez, en el límite con Guadalupe.

Pero a los pocos años, en 1935, las representaciones gráficas que siguieron comenzaban a trazar el damero de manzanas, con las calles en sentido este-oeste con números, sin nombre, 25 (luego Ricardo Aldao) y 26 (luego Contancio Larguía, después 17 de Octubre y finalmente Ángel Cassanello) y otras con los nombres actuales. El límite del Distrito María Selva estaba marcado por calle 24 sin nombre (luego Pedro de Vega). Como dato paralelo extraído desde la historia de otro barrio, en una publicidad de venta de lotes en Guadalupe por parte de la inmobiliaria Bobbio, aparecen en la gráfica solo como pavimentadas Cassanello y Salvador del Carril, y toda la zona de Villa Setúbal sin detalles de calles o manzanas, era 1946.

PLANO 1935

Un dato curioso que surge de los planos anteriores a la década del ’40. Aparece marcado un “seminario” en los terrenos delimitados aproximadamente por las calles Almirante Brown, Llerena, Ruperto Godoy y las vías del FFCC. Luego todo el sector es urbanizado y loteado, cuando de ese modo aparece en los siguientes planos de la ciudad.

Aire de la costa, rumor de agua en su ribera, el barrio, entre arboleda, arenas y laguna, Villa Setúbal creció primero como un barrio de trabajadores y cuentapropistas, hasta la urbanización definitiva, la pavimentación de las calles y la llegada de los servicios. Luego, con la construcción de la Facultad Regional Santa Fe de la UTN, y la instalación de otros organismos de investigación científica, como el Instituto Nacional del Agua (INA), que tanto tiene que ver con Santa Fe, la barriada conformó una fisonomía particular que terminó por consolidarse con la nueva costanera, que extendió el paseo por las orillas del espejo de agua.

En palabras de una de sus antiguas vecinas, y presidente de la vecinal Villa Setúbal, Inés Vicent de Serosole, durante una nota en el programa radial “Alma de Barrio” de LT10, que en 2021 recordaba: “Venimos a vivir al barrio en la zona de Ricardo Aldao y lo que es hoy la Avenida Costanera, con mi familia desde el norte, Colonia Silva, del departamento San Justo, ante la falta de colegios secundarios para mí y mi hermano en la colonia. Así que mis padres decidieron cambiar de rumbo y de trabajo y se vinieron para la ciudad”.

CASSANELLO EN VILLA SETUBAL

Luego Inés describía, desde sus recuerdos, la fisonomía del vecindario allá por los ’60, “El barrio Villa Setúbal, por ese entonces, no era el que es actualmente, ya que era muy tranquilo y en él había muy pocas viviendas. La Avenida Costanera no estaba aún abierta y llegaba sólo hasta el faro. Las calles eran todas de arena y la única calle asfaltada era la que es hoy Casanello, por esos años se llamaba ‘la 26’. En esa calle había una bajada, un arenal, que conducía hacia la laguna Setúbal, donde se zambullían los niños durante las vacaciones de verano”.

Para vincularse con el centro de la ciudad los vecinos de Villa Setúbal tenían que dirigirse hasta la única línea de colectivo que iba por General Paz, que era la “R”, a la que los vecinos, según Inés, le decían “madre…”, “porque ¡madre hay una sola! y era la única que andaba por General Paz”.  La otra alternativa, para ir para el centro, era ir para el norte, hasta General Paz y Avenida Galicia, para tomar la línea 4 del tranvía, ese que iba y venía hasta Guadalupe, pero por Aristóbulo del Valle. Por estos motivos, y hasta la pavimentación de Almirante Brown, el traslado de los vecinos hacia el centro de la cuidad era bastante dificultoso por aquellos años.

BAJADA DE CASSANELLO A LA LAGUNA - EL LITORAL 1-1-1933

En un suplemento especial del diario El Litoral se publicaba esta foto de la bajada de calle 26 sin nombre, luego Cassanello, la que al ser pavimentada unía General Paz con la Laguna.
La nota destaca al respecto: «Belleza y comodidad son los motivos que justifican cuanto se haga en favor del balnerario. Hasta ahora la obra particular se ha hecho sentir en forma muy eficiente. El público dispone de un lugar agradable y de acceso absolutamente satisfactorio. La parte de la laguna que baña la cosa comprendida en la zona de Villa María Selva, ofrece a los bañistas el confort que se puede desear. Desde cualquier punto del municipio se puede llegar hasta la plata por caminos asfaltados. La calle 26 Sin Nombre ha sido pavimentada con el fin de ofrecerle a la ciudad una contribución a sus paseos. Y a fe que nada más útil podía ser ideado». (El Litoral 1/1/1933)

Sin embargo, lo mismo que lo “aislaba” al barrio le daba una tranquilidad muy particular, y sumado a las familias que lo elegían para vivir, y de este modo lo rememoraba Inés Vicent de Serosole, “Era un lugar muy familiar y tranquilo, donde aún no existían en las zonas circundantes a los barrios Perón y Policial muchas otras casas, donde desde la Costanera hasta Gral. Paz habrá habido sólo unas catorce casas”.

En cuanto a las escuelas del lugar y dónde iban los más pequeños del barrio, Inés mencionaba que “Los chicos del barrio asistían a la Escuela República del Paraguay, que era muy pequeña, y sino, tenían que acceder a la Escuela Drago”, en la cual Inés terminó su sexto grado de primaria y su hermano el cuarto grado, en Avenida General Paz casi Salvador del Carril.

ESCUELA ALMIRANTE BROWN

Con el tiempo se fundó la Escuela N° 6384 “Guillermo Brown”, con su Director Juan Quirelli y su señora Doña Tita, quien era la que organizaba los festivales, agasajos y fiestas patrias y “era el alma de la escuela”, comentaba Inés por los micrófonos de la radio universitaria. Aún no existían las Asociaciones Cooperadoras en las escuelas, pero estaban los grupos de vecinos que aportaban y participaban. En esa escuela los chicos del barrio empezaron a tener acceso a un establecimiento muy cercano, que con los años fue creciendo.

Inés rescató de la memoria el Almacén de Don Pascasio Díaz, “que era el único que estaba por la zona y se ubicaba en Cassanello al 800”. En la actualidad el barrio conserva para esta antigua vecina, ese aire familiar, donde la mayoría se conoce.

Los progresos en Villa Setúbal

Por el lado de la comunicación del barrio, el transporte comenzó a llegar a Villa Setúbal con las líneas F, R y D, pero por General Paz, es decir, del otro lado de las vías. Por la costanera sólo se podía llegar hasta la zona del faro, donde estaban las vías que cruzaban sobre la laguna. Desde ese punto, en 7 Jefes y Bulevar Muttis, comenzaba la costanera por un sendero irregular de tierra por donde circulaban primero algunos pequeños colectivos que llegaban hasta el Club Ferroviario. Dicen que en ese punto de prolongación de calle Salvador del Carril y la costanera estaba “la posta del Ferroviario” donde había una construcción, que todavía se conservaba para los primeros años del nuevo siglo, y que se integraba en realidad al club.

CALLES DE VILLA SETUBAL

En “Alma de Barrio” se recordaba en 2007 que “Al igual que en otros lugares de la ciudad, estos puestos además de funcionar como parada de colectivos y tranvías, funcionaban también como Mercado Intercomunal de Productores, donde se vendían verduras y hortalizas de las quintas cercanas.

Más al norte, sobre la calle 26 sin número, al comienzo la hoy calle Cassanello era angosta, pero pavimentada para los inicios de los ’60. Recordaban viejos vecinos que en ese tramo de la calle, desde la costanera sin avenida todavía pavimentada hasta las vías antes de General Paz, se plantaron en sus veredas árboles de naranja amarga cada seis metros, árboles más conocidos como toronjas.

En Villa Setúbal hubo varias pistas de baile, bares y muchos clubes, algunos de los cuales sobrevivieron en el tiempo. Uno de los primeros clubes fue el Club Central Costanera, que estaba en los terrenos ocupados luego por la Universidad Tecnológica Nacional, con su Facultad Regional Santa Fe. Los dos clubes que perduran sobre la costanera son el tradicional Law Tennis y el Club Ferroviario, ambos tratados en el apartado de los clubes.

Pero lo dicho, en la zona del otrora “Barrio Presidente Perón”, y luego Villa Setúbal, hubo varias canchas de fútbol de clubes que tenían su sede en otros sitios, como por ejemplo el Club Liverpool, que tenía la cancha en Gorostiaga y las vías. El espacio radial mencionado rescataba de la memoria urbana al respecto: “Los vecinos más viejos del barrio recuerdan que los fines de semana mucha gente venía a Villa Setúbal a jugar a la pelota en esas canchas. Además, una vez que el Club Central Costanera desapareció, el predio donde su ubica la tecnológica lo ocupó el Club DKW – Auto unión, formado por obreros de la fábrica instalada en Sauce Viejo. Cabe recordar que este club estaba frente al barrio Perón, donde muchos de estos trabajadores vivían.

También en Villa Setúbal estuvo el Club Pucará. La primera sede se ubicaba sobre calle Antonia Godoy. Otra institución que nació en el barrio fue Villa Dora, más precisamente en Ruperto Godoy y Dorrego. Y en calle Avellaneda, entre Lavaise y Llerena, está lo que queda del Provincial Club, que nació como club de bochas y hoy solo conserva la sede social y un buffet.

Al repasar la historia de los clubes de Villa Setúbal, podemos recordar que en la esquina de calle Hernandarias y Río Bamba estuvo el Club Siambretta, al que solo entraban quienes poseían esta motocicleta, construida por SIAM entre 1954 y 1966 en Argentina bajo licencia de la empresa italiana ‘Innocenti’. Era una especie de motoclub pero exclusivo para propietarios de Siambrettas.

CASAS BARRIO PRESIDENTE PERON
CASAS BARRIO PRESIDENTE PERON

También nació, y permanece ya al norte de la jurisdicción de Villa Setúbal, el Prado Español. Sólo que antes el campo del Prado iba desde la Avenida Gral. Paz hasta la costanera. Dicen que el predio estaba cubierto de árboles, pero poco a poco, el terreno se fue loteando y se redujo a como se encuentra hoy. Los memoriosos recuerdan las romerías españolas que se hacían en el Prado Español con carruajes, vestimenta antigua y comidas típicas. El recorrido de la romería era desde el Centro Gallego hasta el Prado.

Uno de los clubes que desapareció fue el Club Armonía, entidad deportiva y lúdica que nació en el Bar Armonía del señor de apellido Ré, ubicado en Gral. Paz y Cassanello. Enfrente estaba la competencia, que era el Bar de Molina, donde los parroquianos tomaban cerveza, no liso, y jugaban a la carambola y el casín en las mesas de villar.

En cada club había una pista de baile, y en cada pista de baile, se conocieron muchas parejas que hoy forman las familias del barrio. En la vecinal Villa Setúbal, se hicieron bailes y más de un vecino del barrio Perón conoció a su mujer mientras bailaban con la típica o la moderna.

Pero para terminar con la larga y rica historia del barrio Villa Setúbal, podemos mencionar que en Cassanello y Vélez Sarsfield, es decir al este de las vías del ferrocarril, estaba la pista de baile de Don Mario Millán Medina. Al lugar iban a bailar la paisanada de las quintas, pero también los muchachos del barrio”. (Alma de Barrio – LT10 – 27/10/2007)

Historia Villa Setúbal

4 comentarios en «Historia Villa Setúbal»

  1. El almacén de Don Pascacio Diaz estaba en Ricardo Aldao al 800 (ex calle 25), a pocos metros de Tacuarí, vereda norte, y no en Angel Casanello (ex calle 26). Yo lo conocí, y mi papá tiene anécdotas con el. Ya no está mas su casa. El club Pucará y su cancha también fueron un hito del barrio. Desaparecidos del barrio también.

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