Asociación Vecinal Santa Marta
La vecinal Santa Marta surge de una primera movilización de vecinos por reclamos de mejoras en septiembre de 1988. Al poco tiempo, y desde sus inicios formales como entidad el 13 de agosto de 1991, se ubicó en un predio sito en Chubut y una calle que por entonces no tenía nombre y luego se llamó Beck Bernard.
Luego la numeración asignada al edificio renovado de la entidad sería Chubut 6200. El espacio ocupa la mitad de una especie de media manzana, con frente principal por Chubut, desde Bernard hasta Vinas.
En septiembre de 2010, en el marco de la inauguración de la remodelación completa del edificio los directivos y vecinos recordaban la historia más reciente de una entidad que había pasado por distintas instancias, con tiempos de inactividad y acefalía hasta la intervención normalizadora de Asuntos Vecinales del municipio.
El Litoral, en 2007 cuando las obras de construcción de la nueva sede, con su amplio salón, rescataba en una nota la palabra de un vecino de Santa Marta protagonista de esa recuperación, Juan Carlos Arolfo.
Decía este reconocido dirigente barrial y social en aquel tiempo que la idea era “Como la vecinal tiene un terreno importante, tenemos previsto llevar a cabo actividades deportivas. Los sábados y domingos, además, tendremos un comedor para los chicos carecientes del barrio que será apadrinado por el señor Carlos Galán». Vale decir que Carlos Galán era el dueño de “Naranpol”, la empresa más importante del barrio ubicada sobre Blas Parera.
Aquella publicación del vespertino de 2007 mencionaba sobre ese presente de la vecinal: “Transcurría el año 2004 cuando los integrantes de la comisión directiva de la asociación vecinal Santa Marta recibieron el primer subsidio proveniente de Desarrollo Social de la Nación para ampliar y reacondicionar su sede de calle Chubut al 6200. Luego, otras ayudas económicas por parte del gobierno provincial y municipal contribuyeron a que las construcciones fueran avanzando y actualmente sean visibles un salón de usos múltiples, un depósito, una cocina, una oficina, dos baños y un albergue para el casero. Aunque el edificio aún no fue inaugurado (por 2007), ya que restan ultimar algunos detalles, los vecinalistas de Santa Marta se enorgullecen en mostrar lo que consiguieron durante el transcurso de tres años. Es que ansían observar el lugar lleno de chicos practicando deportes o realizando diversas actividades”. (El Litoral – 13/11/2007)
La ayuda recibida mediante subsidios se canalizó en la compra de materiales especialmente. El primer apoyo económico lo recibieron en 2004. De esta manera muchos vecinos y miembros de la comisión directiva asumieron el compromiso de realizar las obras y actuaron como albañiles, pintores, plomeros, electricistas en sus momentos libre y en un trabajo solidario por la vecinal.
Así lo recordaba Arolfo en la nota de 2007 para El Litoral: “Para nosotros es muy importante que esto se ponga en funcionamiento porque hay muchos proyectos para hacer en este gran espacio”.
En el repaso de la historia de los inicios de la entidad se puede recuperar lo dicho por el medio cuando refería que “Las 40 manzanas comprendidas entre las calles J. Méndez al sur, Teniente Loza al norte, Blas Parera al este y Beck Bernard al oeste constituyen la jurisdicción de la vecinal Santa Marta que fue fundada el 13 de agosto de 1991. Sin embargo, a poco tiempo de constituirse quedó acéfala hasta el año 2000, cuando fue intervenida”. En ese punto Juan Carlos Arolfo describía: “Cuando nosotros asumimos en el 2000, todo esto era un terreno baldío y sólo había dos habitaciones. Recibimos la entidad en muy malas condiciones. No había nada más que un dibujo”.
A los tres años de aquel 2007 nuevamente El Litoral recalaba en una recorrida por la vecinal de Santa Marta para dar cuenta de los avances y logros obtenidos. Era el mismo Arolfo que daba su testimonio para destacar los progresos, que sin embargo no permitían funcionar a la entidad en su propia sede, por lo que las reuniones en 2010 se hacían en el domicilio del propio Juan Carlos.
En ese contexto faltaba colocar el piso del salón de usos múltiples y ventiladores de techo, sin embargo, el presidente destacaba que “Todo esto es producto de nuestro trabajo. Nosotros levantamos tapiales, pintamos paredes… Hoy en día seguimos haciendo cosas con mucho esfuerzo, porque faltan algunos detalles. Nos gustaría colocar el piso en el salón principal, pero en estos momentos es inalcanzable para nosotros porque es muy costoso”. (El Litoral – 21/6/2010)
Y además sumaba sobre las actividades que ya habían recuperado en aquel 2010, luego de diez años de trabajar por la vecinal: “Tenemos una escuela de fútbol, de karate y karate chino para la gente mayor que tiene problemas de articulaciones. Para más adelante tenemos previsto incorporar un comedor y un centro de jubilados. Además, en el marco de un convenio entre la Nación y Mesas de Trabajo, en esta vecinal se canjean lámparas incandescentes por las de bajo consumo”.
Dentro de algunas iniciativas pudieron concretar la conformación de una cuadrilla de trabajos en territorio, que denominaron “Los Canarios”, compuesta por vecinos del lugar que con aportes municipales desarrollaban tareas de corte de pasto, limpieza de desagües, tanto en Santa Marta como en otros barrios cercanos.
Ese apoyo se redujo en 2021 por lo que la cuadrilla de trabajo de la vecinal, como una cooperativa, tenía menos actividad, según Flavia Rodríguez, vice presidenta de la entidad, con el deterioro del barrio en cuanto al estado de la zona. (Canal / Portal Río Noticias – 29/6/2021)
Por ese tiempo también sostenían una copa de leche, para los pibes del barrio, casi sin apoyo estatal. La idea de iniciar el comedor comunitario en la vecinal estaba presente, pero la falta de un sostenimiento con aportes perdurables en el tiempo, hacía inviable su puesta en marcha, pese a las necesidades de alimento para las familias más pobres del barrio.
La vecinal logró avanzar y concretar aquellas ideas de superación. Lamentablemente, para su familia y para la entidad, Juan Carlos Arolfo falleció en abril de 2021 en el marco de la pandemia COVID pero su desaparición física no borró su huella en Santa Marta, ni en la vecinal. Flavia Rodríguez, cuidadora de ancianos que comenzó a trabajar en la vecinal convocada por Arolfo tomó la posta entonces, junto al grupo de vecinos.
Juan Carlos fue militante en todos los órdenes de la vida, también como partícipe de luchas de sexo disidentes de Santa Fe por su condición de homosexual. Ese recuerdo sembrado en Santa Marta prosperó en recuperar la vecinal y luego en proyectarla hacia el futuro más allá de su existencia física. La solidaridad y el trabajo por los demás trascendió esa frontera de la materialidad en el caso de Arolfo, que dejó su legado en los vecinos del barrio.
A modo de resumen pueden recuperarse las palabras del mismo Juan Carlos cuando ya habían pasado diez años de trabajo desde que ese grupo de vecinos había comenzado a recuperar la vecinal en 2020 “Asumí como presidente de la vecinal en el año 2000. Dos habitaciones precarias, un árbol de moras y un libro de actas era lo único que había por entonces; encima, los socios que había optaron por irse porque pensaban que no íbamos a hacer nada. Diez años después la situación es otra: tenemos 200 socios, que por el solo hecho de serlo tienen derecho a utilizar las instalaciones para festejar un cumpleaños o lo que quieran y a hacer varias actividades con profesores”.
Para el 2023 la vecinal Santa Marta contaba con una escuela de fútbol y otra de karate, entre otras actividades que se llevan adelante en sus dependencias, las que incluso alquilaba para fiestas familiares en su salón de usos múltiples.
