La Acería del Barrio
Acería debe su nombre a la industria metalúrgica que se instaló a fines de los años ’50 y que se mantuvo por 20 años. En la historia del lugar se podría decir que debería ser más gravitante en la memoria urbana la presencia de la Estación Las Flores del Ferrocarril Santa Fe. Sin embargo, por la proximidad en el tiempo de la mayor expansión del barrio, pero en particular por la característica industrial de esta empresa, el recuerdo sobre esos galpones de laminado de acero quedó impregnado, acaso como el olor de los hornos donde el metal era calentado hasta el punto de la maleabilidad necesaria.
En términos de su ubicación, la proximidad de las vías férreas y un acceso hacia Blas Parera consolidado como camino hacia Esperanza y San Justo, el lugar elegido tampoco es antojadizo. Otrora un espacio de la ciudad sin ocupar, donde ya existían de manera cercana hospitales, frigorífico, algunas industrias y empresas sobre Blas Parera, más la Cárcel de Las Flores, junto con el Reformatorio de Menores (luego Liceo General Manuel Belgrano y después Hospital Sayago), pensar en una metalúrgica para esa zona no estaba lejos del destino que para alguna época se pensaba este sector de la ciudad.
De hecho, dada la generación de humo y gases producto de los hornos de calentamiento y/o fundición, con los vientos predominantes en el clima santafesino mayoritariamente de componente este, sureste, noreste, la “pluma” de ese humo debería ir hacia el descampado del Salado y más allá, a Empalme San Carlos, sin población importante a la vista.
Dalla Fontana en su libro sobre Piquete y sus barrios menciona que esos terrenos donde se asentó la acería fueron primero de la fábrica “Aceros Santa Fe”, luego de la firma de construcciones “Oliva S.A.C.I.”, y finalmente en manos del Estado destinados para establecer ya en el nuevo milenio el “Alero Sportivo Cultural Acería”.
Puntualmente la industria en cuestión se afincó en un predio de forma irregular delimitado por las calles Roca al sur, Caferatta al oeste, Beruti al norte y las vías del ferrocarril al este, luego calle Santa Fe. Así las cosas, casi como un triángulo, las dependencias de esta empresa comenzaron su instalación pasada la mitad de la década de 1950.
Cuando la empresa estaba en construcción, con montaje de la maquinaria necesaria para el laminado del acero y el resto de los trabajos metalúrgicos, el diario El Litoral se acercaba hasta la zona “del viejo matadero”, donde en Beruti y Caferatta se asentaban los galpones de la “Acería Santa Fe”.
El vespertino reproducía en la pluma del ocasional cronista que según decía “recibiendo una impresión favorable sobre la marcha de los trabajos en esta nueva e importante industrial local que, según se nos dijo, entrará en funcionamiento dentro de muy poco tiempo. Sobre un amplio terreno de noventa y cinco mil metros cuadrados se ha construido un galpón donde se está instalando la planta de laminado”. (El Litoral – 4/7/1956)
Luego menciona el artículo: “El Sr. Reinaldo Gervasini, miembro del directorio de la empresa, que nos acompañó en nuestra visita, explica que el sitio de emplazamiento fue elegido teniendo en cuenta la dirección de los vientos en la zona, para que los residuos de la combustión en el horno de recalentamiento sean llevados hacia el campo abierto y no sobre la ciudad. Asimismo, explica que se contempló la ampliación del volumen del galpón, elevándose a una mayor altura sobre los cimientos que la proyectada originalmente, para lograr mejores condiciones de salubridad en el interior”.
En aquel 1956 se describía la actividad previa al inicio de la producción: “Actualmente se está trabajando en la base del tren de laminación y en el horno de recalentamiento, cuya construcción entra en la etapa final con el revestimiento de material refractario, habiéndose instalado ya la bomba de inyección que suministrará el combustible”. Los trabajos de montaje estaban bajo la tutela del ingeniero Niemtzoff, con un equipo de “técnicos argentinos junto a los especialistas europeos llegados al país desde 1942”, y citaba las palabras del especialista: “Podemos decir con orgullo que el 95 por ciento de las laminaciones de pequeña y mediana producción instaladas en la Argentina, están dirigidas por ingenieros y técnicos argentinos”.
Niemtzoff luego describía con detalles el proceso de aquella acería que empezó sus labores en 1957: “La Acería Santa Fe está montando actualmente una planta que, dentro de las instalaciones de mediana producción, estará dotada de los elementos necesarios para llegar a un alto rendimiento y en una gran diversificación de los productos laminados. La palanquilla de hierro –continúa diciendo– es la materia prima que se utiliza. Cortada a la longitud conveniente, se introduce en el horno de recalentamiento continuo por medio de un empujador hidráulico y se desliza sobre rieles refrigerados con agua, hasta llegar a una temperatura óptima de 1170 grados centígrados, cerca de la puerta de descarga. Al ser extraída la palanquilla cae sobre un transportador a rodillos que lleva hasta la primera de las cuatro jaulas que forman el tren de laminación –accionado por un motor de 430 caballos de fuerza– y los cilindros ranurados le dan la forma deseada”.
El detalle de la explicación en esta cita da cuenta de la complejidad de la empresa instalada en el barrio y de la necesidad de que esa producción luego fuera un insumo para las industrias metalmecánicas que Santa Fe y la región tenía por aquellos años. A modo de ejemplo se puede recordar en la ciudad a la Fábrica Varese de carrocerías de colectivos, en la “Boca del Tigre”, a la Bahco en Fomento 9 de Julio, a la Sideral y sus tornos en Don Bosco, o las industrias automotrices instaladas en Santo Tomé y en Sauce Viejo.
La expectativa de los empresarios era grande: “En un principio se fabricará el hierro redondo para bulonería. Luego se pasará a las diversas planchuelas y por último a ciertos perfiles. Aspiramos a fabricar también, en un futuro inmediato, aceros especiales, para lo cual se piensa en instalar hornos eléctricos. Por el momento hemos proyectado la instalación de un tren de gran velocidad para fabricar las medidas más finas dentro del renglón”. (El Litoral – 4/7/1956)
En la tarde del 12 de junio de 1957 el vespertino local publicaba la nota “Comenzó su producción esta mañana el tren de laminado de la Acería Santa Fe”. En esa crónica, abonada con piezas gráficas, se mencionaba: “Como estaba anunciado, esta mañana inició sus actividades fabriles la Acería Santa Fe, en su planta industrial ubicada en Las Flores, en las inmediaciones del viejo Matadero Municipal”. Luego puntualizaba el diario que en las ampliaciones previstas se pretendía realizar el “laminado de hierro para producir barras redondas y cuadradas calibradas para herrería, perfiles especiales y hierro redondo para hormigón armado”, a lo que se sumaba, “La capacidad de producción, en condiciones normales, es de 25 toneladas en cada jornada de 8 horas”. (El Litoral 12/6/1957)
Las palanquillas se calentaban en un horno de tres quemadores de “diésel-oil” que podía procesar hasta 50 toneladas en ocho horas, “al rojo blanco”, para luego entrar al tren de laminado. La planta contaba con una línea eléctrica proveniente de la “central Calchines de Agua y Energía Eléctrica”, pero además contaba con una “sub-usina” propia. En la primera etapa de producción, para calibrar la planta, se producía allá por 1957 solo barras de hierro redondo de 18 milímetros para el uso en armaduras de hormigón.
Con respecto al personal, el medio destacaba que había sido capacitado dentro de la misma industria, más allá de los conocimientos previos en la materia. Asimismo, informaba El Litoral que “Trabajan en la misma 26 obreros y capataz general de laminación con la jefatura del ingeniero Alberto Rodríguez Nielsen. Actúa como consultor el ingeniero Elías Niemtzoff”. Finalmente, se detallaba que “la materia prima utilizada, palanquilla, es importada, y que su provisión está asegurada”. (El Litoral 12/6/1957)
El destino de la Acería Santa Fe fue el mismo que el de la mayoría de la industria metalmecánica de Santa Fe surgida en la década de 1950 y 1960. Las políticas económicas de la convulsionada vida nacional de fines de los años sesenta e inicio de los setenta, con las interrupciones de los procesos democráticos de Frondizzi primero e Illia años después, llevaron a una dinámica de desindustrialización que tuvo su punto culminante con los lineamientos neoliberales aplicados en el marco de la Dictadura Cívico-Militar iniciada en 1976. Sin embargo, para la Acería Santa Fe, el tiempo del cierre definitivo y abandono de las instalaciones devino años antes, en 1971, cuando la fábrica cerró sus puertas.
Los galpones de la acería quedaron como mudo testigo de aquel pasado que impregnó en la memoria urbana de los vecinos hasta darle nombre al barrio. Ya en el tercer milenio, parte de aquel predio fue reconvertido como un centro cultural y deportivo, pero esa es otra historia, en la que al menos aquel espacio de trabajo metalúrgico y expectativa de progreso se transformó en un espacio público de arte, cultura y deporte para los pibes de Acería, con honor al nombre de la empresa que le dio origen allá a fines de los ’50.
FUENTES BARRIO ACERIA
Diario Santa Fe – (Hemeroteca de la Provincia)
«Alma de Barrio» – Programa de LT10 Radio Universidad de Santa Fe
Diario El Litoral
Diario Uno Santa Fe
Diario El Orden – (Hemeroteca de la Provincia)
Banco de Imágenes Florián Paucke (http://gobierno.santafe.gov.ar/archivo_general/florian_paucke/)
http://www.santafe.gov.ar/hemerotecadigital/articulo/portada/
Diario Santa Fe – (Hemeroteca de la Provincia)
«Ciudad invisible. Piquete Las Flores y sus barrios» – Miguel Ángel Dalla Fontana – 2022
«Atlas Histórico de la Ciudad de Santa Fe 1887 – 1945» – Adriana Collado / Ma. Laura Bertuzzi / Ma. Elena Del Barco – 2019
“El ferrocarril, lo que el tiempo no borró” – Andrés Andreis – Ediciones UNL – 2003
https://agenciafe.com/nota/300739-Centro-de-salud-de-barrio-Juventud-del-Norte-
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“Agustín Zapata Gollán, la vigencia de su obra” por Luis María Calvo, Sumario Revista América N° 18, Centro de Estudios Hispanoamericanos: http://www.cehsf.ceride.gov.ar/america_18/01-calvo_homenaje.html
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