Barrio Fomento 9 de Julio – Historia

Historia Barrio 9 de Julio

Uno de los primeros barrios en crecer en el entramado de las vías de los ferrocarriles al norte de bulevar Gálvez/Pellegrini fue Barrio 9 de Julio. En sus orígenes, este núcleo poblacional enmarcado hoy por las avenidas Aristóbulo del Valle al este y Facundo Zuviría al oeste, las “cuatro vías” al sur y el puente negro al norte, comenzó a poblarse con las primeras viviendas en el sector conocido como Barrio Oser. Luego, con la pavimentación de las ambas avenidas troncales, Zuviría y Aristóbulo, junto a Pedro Ferré como primera calle transversal este/oeste, nuevas oportunidades se abrieron para los destinatarios de las políticas de bienestar de los 40’ y 50’. Vía créditos hipotecarios, trabajadores asalariados, e independientes, tuvieron posibilidades de construir sus casas, no lejos del centro, pero en lo que era la periferia norte en los primeros años de la década del 20’.

Barrio Oser – Diario Santa Fe 1927
Foto, aparentemente, de la esquina de Colodrero y las vías, al fondo la playa de «Santa Fe Cambios», hoy esa esquina corresponde a Colodrero y Pedro Víttori.

Barrio Oser

La zona este de barrio 9 de Julio comenzó a poblarse con un grupo de casas delimitadas fundamentalmente por Aristóbulo del Valle, Pedro Ferré, las vías del Ferrocarril Santa Fe (hoy Pedro Vittori) y Colodrero. Justamente, este barrio limitaba al norte con el viejo Jardín Botánico (ahora Plaza Monte Líbano). Ese conglomerado dio por llamarse Barrio Oser, por el nombre del loteo de terrenos del señor Andrés Oser, mencionado por el Diario El Orden en mayo de 1928. Así la barriada comenzó a formarse allá por mediados de los años 20’. Es emprendimiento inmobiliario de Oser, con los loteos y la construcción de viviendas destinadas a obreros y trabajadores, principalmente aquellos relacionados al Ferrocarril y la Estación Santa Fe Cambios cercana.

Según recuerdan viejos vecinos, la fisonomía de esta primera barriada al norte de bulevar y cercana a Aristóbulo del Valle no se caracterizaba por ser un plan de viviendas, porque había propiedades de distintos tiempos de construcción y sin ningún parecido entre ellas. Incluso entrada la década del 40’, los pibes del lugar jugaban en las calles de tierra, con cunetas, donde siempre se criaban ranas que eran la delicia de los chicos para cazarlas y cocinarlas. Toda una aventura en la puerta de sus casas en tiempos donde los teleteatros en la radio estaban en pleno auge.

Aristobulo del Valle en 1937 – Diario El Orden
En este caso, el diario refería sobre Aristóbulo cuando no era un bulevar con cantero central como hoy, «Cuando se avanza por Aristóbulo del Valle hacia el norte, el asfalto predispone el ánimo, y piensa uno que se encuentra en un abrrio progresista, donde el esfuerzo de una población obrera ha encontrado expansión, dirigida por un inteligente plan edilicio. Pero nada de ello es asi. En cuanto uno se toma cualquier calle transversal, de inmediato se encuentra uno, con que el mayor de los abandonos real en ese barrio».

Primera Escuela de Barrio Oser – El Orden 1928

Escuela Fiscal de Barrio Oser, con una comisión de vecinos formada en aquellos años para pedir un nuevo edificio acorde al crecimiento del caserío.

Por el lugar, en especial por Aristóbulo, circulaban muchos transportes de tracción a sangre. Así, en carros, se repartía la leche (a veces en tarros), la soda, el hielo para las heladeras (que aún no eran ni eléctricas ni a gas) y hasta las verduras. Por aquellos años estaba en la esquina de Torrent y San Jerónimo el almacén de Don Crivelli, que con su libreta financiaba los comestibles de los vecinos. Otro almacén era el de Don José Pavón, llamado “Barrio Oser” y ubicado en la esquina de Díaz Colodrero contra las vías (hoy Pedro Víttori). Aristóbulo del Valle, por la misma época, era pavimentada, con dos manos separadas por la vía del tranvía número cinco. Por la Avenida pasaban los heladeros de “La Técnica”, fábrica que además de helados producía leche pasteurizada. Todo un adelanto reciente por aquellos años. Según los chicos de entonces, hoy antiguos vecinos, esos vendedores pregonaban sus helados (en vasitos y en palitos) desde un triciclo, que en su parte delantera portaba una caja o cabina adecuada para llevar la preciada golosina fría. En esta fábrica –La Técnica- que se ubicaba más al norte, en calle Chacabuco y San Luís en el llamado “Barrio del Molino”, trabajaban muchos de los vecinos de Oser, primero, y de 9 de Julio, después.

Otro de los lugares del primigenio Barrio Oser era el entonces Jardín Botánico (hoy Plaza Monte Líbano en Aristóbulo del Valle y Torrent). A este lugar concurrían a diario los niños del vecindario, y muchas veces eran corridos por los cuidadores por deleitarse con las moras del arbolado. Más amplio que el actual, el Jardín Botánico original tenía en su perímetro sobre la avenida arcadas que servían para sentarse en su parte inferior. El espacio verde contaba con una gran variedad de plantas bien cuidadas. Inclusive, tenía un pequeño laberinto y una fuente con una cabeza de “sapo”, por la que salía agua que descendía hasta la vereda.

9 de Julio

Este primer grupo de casas se fortaleció y creció con la pavimentación de Pedro Ferré, desde Aristóbulo del Valle hasta Facundo Zuviría. Así, el poblamiento de lo que antiguamente se conocía como las “Quintas de Iriondo”, y de Courault, fue paulatino y sostenido. Sobre Ferré se plantaron naranjos amargos –existentes todavía- que muchas vecinas transformaban en dulce de “toronja”, para las meriendas o desayunos con pan casero.

Esta propiedad fue subdivida entre 1925 y 1926 como la sucesión de Mercedes Zavalla de Iriondo, donde el dueño original era su marido Simón de Iriondo, quien fuera el primer intendente de la ciudad de 1861 a 1865. En este parcelamiento estaban incluidos además terrenos pertenecientes a sucesores de Conrado Porta (padre e hijo), Urbano Cullen y Tomasa Iriondo de Cullen. Según el Plano de Catastro Municipal de 1926, en total el loteo abarcaba de Facundo Zuviría al camino de Aristóbulo del Valle, y desde Padilla a hasta el pasaje Larramendi, contra las vías del Ferrocarril Santa Fe en la parte sur. Es más, en este plano aparece una plaza que nunca se construyó, en calle Córdoba entre 9 de Julio y San Jerónimo. Al loteo de parcelas se siguió la apertura de calles, de tierra, y de este modo, sin servicios creció el Barrio 9 de Julio. Vale mencionar que la calle 9 de Julio recorre el corazón del vecindario, de allí el origen de su denominación.

Vale aclarar que la zona norte de la actual vecinal Fomento 9 de Julio estaba formada por terrenos pertenecientes a Wenceslao Escalante, y como tal, este otro grupo de viviendas, con su plaza contra las vías en cercanías del puente negro (Aristóbulo del Valle y Derqui) será desarrollado en otro capítulo como un barrio particular por su dinámica diferente de crecimiento.

De regreso en barrio 9 de julio, según recuerdan los vecinos, Facundo Zuviría era angosta y de tierra al principio, como Aristóbulo del Valle. Luego de su pavimentación llegó el tranvía por Aristóbulo, mientras que por Zuviría –pavimentada como una ruta- era la línea “S” de colectivos la que circularía tiempo después, para terminar siendo en la actualidad la línea “1”. Esos pequeños colectivos era parecidos a los tranvías en cuanto a la forma de subir y bajar de la unidad, por una única puerta lateral en la parte trasera, de donde colgaba un cordel asido a una campanilla para solicitar al conductor la detención en la próxima esquina.

Vale señalar que Facundo Zuviría cambiaba de nombre de calle Presidente Roca hacia el norte, a partir de allí se llama Iriondo (en reconocimiento al propietario de las tierras que dieron origen al barrio). No obstante, la gente llamaba Zuviría a la arteria hasta Don Bosco, por lo que finalmente quedó en toda su extensión con el actual nombre. Como dato ilustrativo se puede mencionar que a principios de la década del 40’ desde Facundo se podía ver pasar el tranvía por Aristóbulo del Valle, por las pocas casas que había entre ambas avenidas.

Allá por los años 50’ todavía sobrevivía una quinta en Zuviría y Colodrero, la de “don Curó”, donde los pibes del barrio a escondidas “se proveían” de batatas para luego asarlas en huecos hechos convenientemente en alguna zanja del barrio y así disfrutar del dulzor de una batata asada “gratis”. También los chicos, y no tanto, de barrio 9 de Julio sacaban “cascarudos” para carnada, y hasta algún “dientudo”, en una laguna ubicada en J. M. Gutierrez, entre San Jerónimo y 9 de Julio. El espejo de agua era el resultado de una antigua cava de hornos de ladrillos que hubo previamente en el barrio. Los terrenos vecinos cercanos a la cava eran de apellido Di Teodoro, Galici y Poccia. La laguna finalmente se rellenó y se loteó, a similitud de lo ocurrido en la mayoría de los barrios del norte. (entrevista a vecinalistas Manuel Schroder – José Chiapara)

Facundo Zuviría se estableció en la ciudad como la “avenida tuerca”, por la presencia de muchos comercios de repuestos del automotor, de camiones, por algunos talleres mecánicos, venta de autos, entre otros rubros. También, la arteria se caracterizó por una industria metalmecánica que fabricó en el barrio herramientas. “La Bahco”, como la mencionan los vecinos, estuvo instalada en la esquina noreste de Facundo y Agustín Delgado. En la planta trabajaban muchos habitantes de la barriada de 9 de Julio. Con el tiempo, la fábrica quedó encerrada entre casas por el crecimiento poblacional, lo que originó su traslado a su actual emplazamiento sobre Ruta Nacional N° 19, en Santo Tomé. Allá por la década del 70’ era característico el ruido de las estampadoras, que con un fuerte golpe moldeaban las piezas de metal para transformarlas en llaves milimétricas o en pulgadas.

Vecinal Fomento 9 de Julio

Los servicios fueron llegando al barrio, no sin la activa participación de los vecinos organizados en la vecinal “Fomento 9 de Julio”, surgida en 1930, durante la intendencia de Abel Furno. Primero fue la luz eléctrica, luego el agua potable, y antes del pavimento las cloacas, y finalmente el gas natural. Ya para los años 70’ casi no quedaban calles sin pavimentar. Hoy el vecindario cuenta con todos los servicios.

Primer Edificio Vecinal Fomento 9 de Julio – El Orden 1938
El matituno destacaba en la edición del martes 2 de agosto de 1938 que uno de los objetivos de la Vecinal Fomento 9 de Julio, en su humilde local original sobre calle de tierra, en 4 de Enero y Centeno, era «dotar al barrio con una biblioteca popular, anexa al local, y de una escuela de manualidades, en cuyas aulas no pocas personas habrán de concurrir para ampliar y perfeccionarsus conocimientos, por lo que su creación vendrá a llenar una sentida necesidad de esta zona, que se ha caracterizado siempre por su afán de progreso y cultura».(El Orden 2/8/1938)

Como entidad principal de Barrio 9 de Julio, la vecinal Fomento nuclea otras instituciones, como la Asociación de Comerciantes, Industriales y Profesionales de la avenida Facundo Zuviría (Acipa), que desde la década del 40’ funciona en el mismo edificio de la vecinal, en Pedro Ferré 2928. Cabe consignar que previamente la entidad funcionó en otro predio cercano, en un local ubicado en 4 de Enero y Pedro Centeno (Diario El Orden 13/7/1945), hasta que luego de iniciadas las obras en octubre de 1941 fue inaugurado a fines de enero de 1942 la actual sede. (Diario El Orden 9/6/1944)

Edificio Vecinal Fomento 9 de Julio – El Orden 1944 | El actual edificio de la vecinal, con la calle Pedro Ferré todavía de tierra.

Biblioteca Mateo Bozz en Diario El Orden de 1947
En ocasión de la celebración de los 17 años de vida de la Vecinal Fomento 9 de Julio, la nota gráfica del Diario El Orden, daba cuenta de la actividad de la biblioteca «Mateo Bozz», fundada por la entidad barrial el 29 de diciembre de 1942.

Hoy hay unos doscientos comercios sobre esta avenida que recuerda a quien fuera convencional constituyente por Salta en 1853, y que ante su intención de postergar la sanción de la constitución por ausencia de representantes de Buenos Aires, recibiera una dura réplica del joven diputado santafesino Juan Francisco Seguí, viva alocución en el viejo cabildo de Plaza de Mayo que desencadenara finalmente la sanción de la carta magna nacional.

Varias calles de la ciudad, y en particular de Barrio 9 de Julio, homenajean a algunos de los constitucionalistas de 1853: el cordobés Juan del Campillo – el sacerdote catamarqueño Pedro Alejandrino Centeno – el jujeño José de la Quintana – el sanjuanino Salvador María del Carril – el mendocino Agustín Delgado – los correntinos Pedro Díaz Colodrero, Luciano Torrent y Pedro Ferré (diputado por Catamarca) – el porteño Juan María Gutiérrez (diputado por Entre Ríos) – el jujeño Manuel Padilla – el mendocino Martín Zapata – el cordobés Regis Martínez. (calles transversales este/oeste en jurisdicción de la vecinal Fomento 9 de Julio)

Por otro lado, se unen a la vecinal, el Club de Leones de Santa Fe Zona Norte,  el Centro de Jubilados “9 de Julio” y la biblioteca “Mateo Booz”, fundada el martes 29 de diciembre de 1942. Algo que caracterizó a la vecinal fueron –y son- los variados servicios a su comunidad, especialmente actividades culturales, recreativas y sociales. Así, Fomento 9 de julio organizó vueltas ciclísticas y maratones pedestres (por ambas avenidas troncales y calles internas con largada y llegada frente a la vecinal). También realizaba kermeses, en especial en los festejos del Día de la Independencia, con los clásicos juegos de otros tiempos: palo enjabonado, carrera de embolsados. En otras oportunidades, cedió sus instalaciones para la práctica de deportes, como el básquet –tanto masculino como femenino- en la terraza de la entidad, en los 70’ y los 80’ con el entrenador Luis Butarazzi.

Dentro de lo cultural surgen durante la década del 60′, en pleno auge del folklore, peñas en el salón principal, con la actuación de grupos locales y regionales la mayoría de los viernes de los años 63′ y 64’. Hasta Horacio Guarany estuvo cantando en el salón de la vecinal. Otras actividades organizadas por la entidad fueron los grandes corsos de Facundo Zuviría, entre Pedro Ferré y Juan del Campillo.

El sentido solidario no escapó a la entidad de Barrio 9 de Julio. En un material de la vecinal, aportado por Eduardo Miguel, se menciona que “La catástrofe hídrica del Río Salado también dejó sus huellas en nuestra Institución, ya que –solidarios con nuestros hermanos santafesinos inundados, se abrieron las puertas para albergar a más de 200 de ellos por más de 3 meses”.

En otro orden, uno de los sellos distintivos fueron los bailes de Fomento 9 de Julio, recordados por propios y foráneos del barrio. A diferencia de algunos lugares del “centro”, “los bailes de Fomento” eran más populares, casi siempre con la presencia de las orquestas de Ricardo Klein (Moderna: Jazz y Foxtrox) y de Orlando Sorbellini (Típica: tango, vals y milonga). Las actuaciones eran de 45 minutos cada uno, alternándose desde las 22 hasta las dos de la mañana. La despedida de aquellas noches era con la «Marcha de la barra amiga». Eran encuentros danzantes a los que iban las chicas acompañadas por sus madres, o la mamá de una de las amigas que las «cuidaba». «Hasta el año 70 venían con la madre», recuerda Schroder.

Un personaje de los 50’ era Felipe Villareal, alias «Gardelito», que venía desde el oeste de la ciudad. Se trataba de un proxeneta que llegaba son sus chicas al baile, “…y había que pedirle permiso a él para bailar con alguna de las pibas”. El diálogo era corto: «Felipe… ¿puedo sacar..?.», la mirada fija y la voz acentuada sin estridencias en un monosílabo eran toda la respuesta: «Si». Cuando bailaba este personaje de avería «le sacaba viruta al piso con los tangos», recordaban quienes eran poco más que pibes, y que recién habían dejado los pantalones cortos y se animaban a pisar los bailes de la vecinal, allá por el 57′. Y si el baile pasaba a otra situación de mayor intimidad, lógicamente en un lugar retirado, el galán debía abonar lo correspondiente por el «servicio». Todo era reservado y sin ostentaciones, lo que no oculta el vil comercio que antes -como ahora- se esconde detrás de la prostitución y la trata de personas.

No obstante esta anécdota, que en nada desvaloriza a los bailes de Fomento 9 de Julio, vale resaltar que se trataban de encuentros que eran de la clase trabajadora, del barrio, a diferencia de otro nivel social y económico en los encuentros danzantes del oeste. Acaso como marca distintiva, dos mundos diferentes y cercanos, el bajo mundo y el que se pretendía estar un peldaño más arriba en la escalera social, a veces se cruzaban, como las calles en una esquina de barrio. Tanto ayer como hoy.

De regreso en los bailables de Fomento 9 de Julio, la costumbre era el hombre «ir a la mesa con respeto, por más ‘vagos’ que fueran, y decir: ‘…permiso señora buenas noches… (hablándole a la mamá) ¿puedo bailar con la señorita…?'». Ya para la década del 60′, con el clásico «cabezazo», alcanzaba para que la dama saliera a bailar, sin mediar palabra. Es más, la vecinal -allá por los 60′- tenía para el verano la pista de baile en la terraza del edificio, sobre el salón. Había hasta un pequeño escenario donde tocaban en vivo las orquestas, pero por razones de seguridad, frente al millar de personas que se daban cita para bailar, se decidió no usar más la terraza con estos fines. (entrevista a vecinalistas Manuel Schroder – José Chiapara)

Mago Dingo en Vecinal Fomento 9 de Julio – Circa 1948 (Banco de Imágenes Florián Paucke)
Se llamaba Luis Squeff, pero los santafesinos lo conocían como el «Mago Dingo». Sus funciones fuerom disfrutadas por grandes y chicos por muchos años, donde Dingo mezclaba la magia, la alegría y la sorpresa. Por su espíritu llevó la magia y la ilusión «no solo a los chicos de los hospitales, sino también a los internados en los reformatorios, cárceles, patios de comisarías y todos aquellos lugares donde las personas estuvieren recluídas por el motivo que fuere. Sus manos sensibles y hábiles, transformaban dados en coloridos pañuelos, rústicos lápices convertidos en varita mágica, lo ayudaban a hacer desaparecer alianzas matrimoniales, que luego aparecían en el bolsillo de los propios espectadores. Estos y otros efectos formaban parte de su acerbo mágico, realizado con elementos simples y cotidianos».
Recuerdan que cuando era reconocido, en plena calle, complacía a los niños que lo rodeaban para deleitarse con alguno de sus trucos. Dicen que «Ya mayor, Dingo solía hacer sus pases y rutinas en las calles céntricas de Santa Fe, ante los paseantes de la peatonal». (http://historiaycuriosidadesdelilusionismo.blogspot.com.ar)

 

Club Sporting

En la década del 50’ el básquet era uno de los deportes que contaba con apoyo oficial. Como lo mencionara Tomás Rodríguez, en una publicación del diario El Litoral, ese apoyo posibilitó que “en una notable labor”, en 1954 el seleccionado de la Federación Santafesina se adjudicara “en forma brillante la primera edición del Campeonato Argentino de Básquetbol de la categoría Cadetes” (El Litoral, Sábado 19 de diciembre de 2009).

Junto con el fútbol, los barrios se identificaban con sus equipos, surgidos de clubes o entidades como vecinales, asociaciones y hasta gremios de trabajadores. En particular, en Barrio 9 de Julio existió el Club Sporting, con su sede en la esquina noroeste de Facundo Zuviría y Pedro Ferré. Más allá de otras actividades sociales, y de las canchas de bochas, Sporting era sinónimo de básquetbol. La cancha estaba ubicada en esa misma esquina, donde ahora existe una estación de servicio, terreno que fuera vendido en la década del 70’ ante el descenso de actividades del club.

Sporting durante muchos años desarrolló la práctica del básquet, incluso dentro de la liga santafesina. Como dato se puede destacar que Carlos Brignone, surgido de la entidad, formó parte de  la selección de Cadetes que obtuvo el referido campeonato Argentino del 54’. Según Rodríguez, pero en este caso de los equipos femeninos, “En el norte, eran apasionantes los enfrentamientos entre Sporting (azulgrana)-Wenceslao Escalante (blanquiverdes), por el orgullo del barrio de Fomento 9 de Julio”. También se destacaba el interbarrial de mujeres entre Sporting y Unión y Trabajo (de Villa María Selva). (El Litoral, Sábado 19 de diciembre de 2009)

Con el tiempo la institución relegó las actividades deportivas y quedó con una pequeña sede social en Pedro Ferré y 4 de Enero. Tras la acefalía de la comisión directiva, el Club Sporting desapareció ya adentrados los 80’. El predio fue asignado por el Estado Provincial a la Escuela Bolivia, que se ubica a metros del lugar sobre Facundo Zuviría. Hoy solo queda en los vecinos memoriosos el recuerdo de los partidos de baloncesto de Sporting de Barrio 9 Julio.

Bar el Gringo Negro

En Barrio 9 de Julio, como en cada vecindario, los comercios ocupan un lugar importante. Mayor presencia en la memoria tienen todavía aquellos sitios de socialización, de compartir, especialmente bares y fondas. En esta parte de la ciudad se recuerdan sobre Facundo Zuviría, entre Domingo Silva u Juan del Campillo a la pizzería “Mi Casa”, de Aquiles “Guinche” Fertonani; y también al bar “Berlín” de Pedro Centeno y Facundo.

Uno de esos lugares, que ya no existe al igual que las nombradas pizzerías, fue el bar de José Cámpoli “El Gringo Negro”, en Zuviría al 4600. Cámpoli, era un inmigrante italiano que se había instalado originalmente con un bar a la vuelta del mercado de Abasto, en Barrio Roma. Luego, 1945, José con su familia se trasladó a Barrio 9 de Julio, más precisamente al entonces Club de Bochas “4 de Junio”. Así, en Facundo Zuviría 4041 pone nuevamente el bar con el mismo nombre. Cuentan que don Cámpoli tiraba entre dos y tres barriles diarios de chopp, cantidad que se incrementaba a diez o doce barriles los fines de semana.

En las tardes agradables, las mesitas con su mantel de hule adornaban la vereda oeste de Facundo, con las clásicas sillas de chapa plegadas apoyadas en la pared que esperaban a los parroquianos. Los vecinos se acercaban a tomar cerveza y comer papitas con ajo y perejil, o cueritos de jamón, como ingredientes del “liso”. En tanto ferviente peronista, sobre el mostrador de chapa estañada Cámpoli afiliaba al Justicialismo a todos los vecinos del barrio que podía.

Del mismo modo, por su condición de militante, pasaron por “El Gringo negro” Jauretche, Ongaro, Rucci, Norma Kennedy y la hija del Gral. Valle, fusilado en 1956 por el gobierno de facto de Aramburu. Justamente, con esa autoproclamada “Revolución Libertadora” llegó la proscripción del peronismo. Por ello, según la clientela era la cara del cuadro que adornaba una de las paredes del bar. Si los comensales eran desconocidos el cuadro mostraba al “Zorzal Criollo” Carlos Gardel. Pero cuando a la noche quedaban sólo los militantes y gremialistas el cuadro era dado vuelta y exhibía del otro lado a Perón y Evita. En esos años duros, y después también, muchos estudiantes peronistas se refugiaron más de una vez en el barde Cámpoli para escapar de las razias de la policía.

Casi como un bar temático de hoy, esta cantina de Zuviría al 4000 se poblaba de estudiantes, obreros, gremialistas y dirigentes universitarios. Dicen que hasta 1960 las mujeres casi no iban al bar, pero después, también se sumaron a las guitarreadas y los infaltables debates políticos. En los convulsionados 70´ las discusiones sobre política algunas veces terminaban a las piñas y con sillas volando. Es que “eran muchachos con ideales y se estaban jugando la vida por lo que pensaban” recordaba Susana Cámpoli, la hija del dueño. (Suplemento “Santa Fe, rastros y memorias” – El Litoral – 2000) – (“Alma de Barrio” – LT 10 Radio Universidad – 2003)

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2 comentarios en «Barrio Fomento 9 de Julio – Historia»

  1. Estimados buenas noches. Nací en la Casa de mi Abuelo paterno, San Martín casi esquina Luciano Torrens, y luego nos trasladamos a San Martín y P.D. Colodrero. La primera de las mencionadas aún existe, algo modificada. La construyó mi Abuelo alrededor de 1925. Era una de las pocas existentes entre la Escuela Mitre ( A. Brown y el Puente Negro ). Mi padre contaba que siendo él chico, observaba el paredón del Cementerio desde la puerta de la Casa, y que cuando el Club Gimnasia y Esgrima construyó su Tribuna de cemento, «tapó » a esa vista…
    Otro de los recuerdos mencionados por mi padre, comentaba que en la zona de Facundo Zuviría – Martín Zapata – 9 de Julio , había un Bosque añoso, donde estaba instalado un Campamento casi permanente de Gitanos.
    Por otra parte, las formaciones del Regimiento 12 de Infantería , pasaba por dicho lugar rumbo al Norte para realizar sus maniobras de tiro y desplazamientos…
    Tengo Fotos de todo tipo de la zona, entre otros de Clubes de Bochas que no fueron mencionados , y sobre todo Fotos del Jardín Botánico.
    El Club «Chanta al chico » , hoy en calle 9 de Julio entre L. Torrens y Colodrero, uno de los fundadores fue mi padre, estaba a los fondos de la casa que mencioné inicialmente, frente por San Martín a lo largo por L. Torrens hacia A. del Valle.
    El otro Club «olvidado» es el Club de Bochas » Santa Fé Cambios», fundado circa de 1943. Quienes fueron los padrinos de esa Fundación : Pedro Candioti y mi Abuela paterna.
    La Feria que se realizaba por la mañana los Martes y Viernes, con puestos fijos en A. del Valle entre Luciano Torrens y Pedro Ferré…
    En A. del Valle, entre L. Torrens y Pedro Centeno se realizó un Corso para unos Carnavales…
    El barrio tenía una Fábrica de Mosaicos líder en Santa Fe y la región » Pío y Yozzía» , en A. del Valle al 4.550 . Daba trabajo a muchos operarios del barrio , estimo que no menos de 40 eran los que trabajan allí.
    Había dos Fundiciones : la de los Hnos García, y la de pernos de pistón mas reciente conocida » Albronite » , ambas sobre Calle San Gerónimo.
    La Fabrica de sillas y sillones de Playa de los Hnos Brasca , sobre Pedro Ferré, y junto a Fomento 9 de Julio, esquina 1ro de Mayo , una Fabrica de accesorios de Hormigón para la construcción.
    La cancha de Fútbol de » Juventud» , donde íbamos a jugar . Los fines de semana no exagero, éramos mas de 100 . Ubicada en San Gerónimo y Pedro Centeno – Frente a ella el Almacén de don » Israelevich » .
    Se debe conocer la importancia que tenía la zona ferroviaria llamada » Santa Fe Cambios «, donde se preparaban las formaciones del FFCC Belgrano
    Un detalle , en el escrito donde se menciona al Tranvía, al cual conocí y viajé en él, no era el Nº 5 sino el Nº 4…. La zona de cambios para el paso de uno y otro tranvía, el que circula de Norte a Sur y el de Sur al Norte , se ubicaba en A. del Valle ente Colodrero y Luciano Torrens…
    Respecto al Almacén de Crivelli, iba a comprar allí , y no anotaba en Libretas lo que se llevaba, sino en tiras de papel de unos 20 cm de largo por 15 de ancho , y las agrupaba por el apellido de la Familia , a todas las sujetaba con un Broche de madera… Tenía un Teléfono, el único de la zona y lo administraba como un teléfono público, cobraba cada llamada su Sra . Doña Catalina, la cual tomaba el tiempo…
    Se debe mencionar la Escuela » Sargento Bustamante » , con frente sobre Pedro Centeno y San Martín…, algo de ella se conserva en las Casas que hoy ocupan su lugar.
    Hubieron todo tipo de otros negocios, pero por cuestiones de espacio no los señalé.
    Muchas cosas las conocí , y otras me las contó mi padre, él estaba escribiendo las memorias del Barrio, pero lamentablemente quedó ciego… De todas maneras las Fotos , y tal vez algunos vecinos aún con vida, no me dejan mentir.

    1. Adrián que memoría y cuántos aportes de tu parte para rescatar la historia del barrio 9 de Julio, de Oser y la zona. Por favor comunicate con nosotros a nuestro mail santafemibarrio@gmail.com para sumar estos recuerdos y alguna de las fotos que nos puedas brindar para darles difusión. Gran abrazo santafesino y gracias por sumarte!

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