De Escalante al Palomar

Don Antonio Mitri

DON ANTONIO MITRI EN LA PLAZA PALOMAS - EL LITORAL

La “Plaza de las Palomas”, o el Palomar, es en realidad la Plaza Colón, erigida luego de la construcción del puerto de Ultramar, cuando Alem y 27 de Febrero dejaron de ser río para transformarse en avenidas. Como tal se la conoce a partir de 1940, bajo la intendencia de Francisco Bobbio, cuando fue remodelada con su característico palomar, con su fuente, bajo la cual se podía ver el mapa de la provincia de Santa Fe mientras las carpas nadaban a la búsqueda de las migas de los niños. En esa plaza hubo un personaje urbano que formó parte de las postales santafesinas, y que con su cámara, retrató a familias, novios, parejas, visitantes de la ciudad.

Don Antonio Mitri fue fotógrafo urbano, de la plaza de las palomas, y su presencia en el lugar formó parte del paisaje santafesino.

En el diario El Litoral, Nicolás Loyarte desarrolló una extensa nota que vale la pena recuperar en Santa Fe mi Barrio para este espacio del Ser Santafesino de Escalante, porque Don Mitri, era vecino del barrio, y con su bicicleta, recorría diariamente el camino hasta Alem y 27 de Febrero para buscar el sustento de su familia, y a la vez, incorporarse a la historia de la ciudad como uno de sus personajes entrañables.

El Litoral, 6 de febrero de 2021

Autor de medio siglo de retratos

Quién fue el fotógrafo del Palomar

Una antigua cámara, un monolito que no se levantó y la amenaza del olvido.

Aquellos vecinos de la ciudad de Santa Fe que tienen más de 30 años lo pueden llegar a recordar, mientras que los más jóvenes quizá escucharon hablar sobre él. Se trata de un hombre con sombrero y anteojos de marcos cuadrados, con un pañuelo al cuello, siempre vestido con mocasines, pantalón y camisa, quien tomaba retratos fotograficos instantáneos a los visitantes de El Palomar, en la plaza Colón.

Don Antonio Mitri apostaba su trípode de un llamativo color naranja —del que colgaba una botella con líquido— que sujetaba una caja del mismo color, cuyo contenido era su cámara fotográfica. Luego acomodaba a su retratado de ocasión, enfocaba y ¡click! Así era como los vecinos de la ciudad u ocasionales visitantes de El Palomar que llegaban de otros sitios, se llevaban para siempre su recuerdo del parque.

Ese ¡click! era un clásico de la ciudad, por lo que es de suponer que muchos deben guardar su retrato tomado por este particular fotógrafo en algún cajón de los recuerdos. Antonio Mitri trabajó en la plaza Colón, donde está el Palomar, de forma ininterrumpida desde el año 1946 hasta el 2002. 

El actor Francis Petrone, el cantor de orquesta Juancito Arena, el músico italiano Nicola Paone, Carlos Monzón (dos veces) y Leo Dan, son algunos de los famosos que posaron para un retrato de Mitri, como tantos otros ciudadanos. Incluso los novios iban a fotografiarse luego de casarse.

FOTO GARIN TAPA REVISTA - EL LITORAL
LA CAMARA DE MITRI - EL LITORAL

Memoria

Hoy su recuerdo lucha contra el olvido como una fotografía a la que parece esfumárcele los rostros. Ni el nuevo placero del Palomar, como tampoco el canillita del kiosco de la esquina de La Rioja y Rivadavia lo conocieron, aunque escucharon hablar de Mitri. Sólo Mario Spilen, propietario de la antigua tienda de ropa Ultramar, que está sobre La Rioja frente a la plaza, mantiene vivo el recuerdo del fotógrafo, pese a que al consultarlo no recordaba ni su nombre.

“Los fotógrafos que trabajaban en El Palomar le pedían permiso a mi padre para guardar sus cámaras fotográficas en la tienda hasta el día siguiente”, recuerda Spilen. “También la guardaban en la peluquería de Elías Choiette y en la de Rafael Galuccio”, recuerda el comerciante. “Pero nunca supe más de él ni de su familia”, dijo en relación a Mitri.

La búsqueda de la historia del fotógrafo del Palomar nos llevó a barrio Guadalupe Oeste, donde vive hoy Miguel Mitri, el hijo de Don Antonio. Él es quien atesora esa cámara que supo retratar a miles de personas, entre palomas y árboles, junto a otras dos que heredó de los fotógrafos amigos de su padre. El artefacto está guardado con mucho cariño y fue expuesto una vez en el espacio cultural de UPCN, ubicado frente al Palomar. Pero ningún heredero de don Antonio Mitri tomó la posta, y la cámara se silenció para siempre con la partida de su dueño, el 28 de febrero de 2003, cuando falleció a los 86 años.

 

Su historia, en un click

Antonio Mitri había llegado a los 16 años a la ciudad de Santa Fe, de la que se enamoró al instante. Su familia se afincó en estas tierras cuando llegó desde la localidad de Bernardo de Irigoyen, ubicada a 82 kilómetros de la capital provincial, en el centro sur provincial.

Antes de descubrir el fascinante mundo de la fotografía, Mitri hizo la conscripción en Diamante (Entre Ríos), yiró en su juventud por aquí y por allá, viajó mucho, fue albañil, trabajó en la Cervecería Santa Fe, como telegrafista del FFCC y probó suerte laboral un par de veces en Buenos Aires. Pero le escapó a la vida de oficina y regresó, porque extrañaba la vida en Santa Fe. Aquí se casó a los 22 años y formó una familia.

Fue a principios de la década del ‘40 cuando, a los 28 años, comenzó a visitar la flamante plaza Colón, donde concurrían nueve fotógrafos de la época, ya que “en el ‘45 el Palomar era muy popular”, le contó Mitri al colega Adrián Aranda en una entrevista publicada por El Litoral en 1996, bajo el título “El artesano de la caja mágica”, en la que se señalaba que “las fotos de don Antonio Mitri son pequeñas obras de arte”.

La plaza con la jaula de las palomas era la atracción de la ciudad. Ubicada en la zona portuaria, recibía la visita tanto de vecinos como de viajeros. “Cuando se inauguró, en 1941, la mayoría de la gente se hacía fotografiar. Yo me instalé en el ‘45 y trabajaba todo el día”, contó Mitri en aquella nota que hubo que rastrear en los archivos de papel del diario para encontrar una pista sobre el personaje.

Desde entonces se dedicó a este arte por el resto de sus días y fue su sustento de vida. “El que me vendió la cámara fue Manuel Casal y trabajaba en la plaza”, le narró para otro artículo hallado en la hemeroteca, a la colega Gabriela Redero. La entrevista fue publicada en 1999 en la revista Nosotros, bajo el título “Retrato de un retratista”. Hoy su hijo, Miguel, aportó otro dato. “La pagó 100 pesos”. Se trata de una cámara alemana Voigtlander Anastigmat-Scodat (1:45 – Foco 15).

Los secretos del revelado

Don Antonio Mitri se pasó más de la mitad del siglo pasado tomando fotografías que revelaba mediante placas con sus manos, manipulando líquidos en cubetas, y obtenía así cada copia en menos de 7 minutos. De allí se desprende el nombre de “minuteros”, que recibó esta generación de fotógrafos.

“Cuando empecé, sacábamos no menos de 25 a 30 piezas por día”, contó Mitri en el ‘96. “Porque la gente no tenía cámaras y había algunas casas de fotografía, muy pocas”, recordó entonces.

Durante sus últimos años de vida, ya comenzado el siglo XXI, el fotógrafo seguía ofreciendo sus servicios en el Palomar. Todos los días recorría sobre su bicicleta las 30 cuadras desde su casa en 1° de Mayo 5134 de barrio Escalante hasta la plaza Colón, buscaba su cámara que guardaba por gentileza en la peluquería sobre calle La Rioja, y se instalaba a retratar a niños y adultos entre las palomas.

Se lo podía ver todos los días entre las 10 y las 12, y de 15 a 17.30, más o menos. Por aquellos primeros años del nuevo siglo confesaba que había “poco trabajo. Saco dos o tres fotos por día, a veces ninguna, pero los fines de semana cerca de 10”. Para ello seguía utilizando las placas de 9 x 14 centímetros, tamaño postal, de papel especial que revelaba en blanco y negro (antes las placas eran de vidrio).

“Siempre estuve en esta plaza, además vivía bien trabajando de esto, porque se ganaba mucho, pero el trabajo mermó con el correr del tiempo”, dijo durante aquella entrevista, en el ‘96.

Mitri tuvo siempre en claro que “la época de más trabajo fue desde el ‘46 hasta el ‘53, después empezó a decaer, porque empezaron a aparecer muchas máquinas de fotografías, claro que esto sigue siendo de otra calidad”, dijo. Ya en el ‘96, Mitri contaba que eran “20 en todo el país” los que trabajaban con ese tipo de máquinas fotográficas”. Y decía: “Una fábrica no se va a poner a fabricar para unos pocos. Yo lo consigo porque acá una casa lo pide especialmente para mí”.

EL MAGO DINGO EN FAMILIA EN EL PALOMAR - POSTAL TIPICA - BANCO FLORIAN PAUCKE

En sus últimos años, don Antonio Mitri contaba una historia que sirve para sintetizar su espíritu: “Una vez vino un señor y me dijo que yo le había sacado una foto, y que ahora quería que lo fotografiara con su nieto. Esas cosas me emocionan un poco…”.

MAURICIO GARIN MITRI HIJO DE DON MITRI

Una pasión sin herederos…

Ni sus dos hijos, ni sus cuatro nietas siguieron los pasos del fotógrafo. Don Antonio Mitri alzó vuelo final como una de las tantas palomas que retrataba hace 14 años, el 28 de febrero de 2003, a los 86 años, cuando la ciudad se agazapaba para sufrir la peor tragedia de su historia con la inundación del Salado. Poco más de un mes antes había fallecido su esposa y compañera de toda la vida.

Tras su partida, el Concejo Municipal sancionó ese mismo año una Ordenanza (N° 10975) que impuso el emplazamiento de un monolito en homenaje a Mitri en el ámbito de la plaza Colón. 

Pero nunca se levantó y entonces su figura parece esfumarse como en una foto antigua. Y quedan pocos en la zona del Palomar que lo recuerdan.

Su hijo, Miguel Mitri, atesora en su casa la antigua cámara de caja y trípode naranja, con la que don Antonio “capturó el alma” de miles de santafesinos durante la segunda mitad del siglo pasado, mientras esta historia amenaza con perderse para siempre.

Nicolás Loyarte

DON ANTONIO MITRI EN LA PLAZA PALOMAS - EL LITORAL

El reconocimiento que no fue

En 2006, a iniciativa de los concejales Leonardo Simoniello y Jorge Henn, se sancionaba un proyecto de resolución para hacer efectiva una ordenanza de 2003 sobre el emplazamiento en el ámbito de la plaza Colón (o de las Palomas) de un monolito en homenaje al fotógrafo Don Antonio Mitri.

Ese proyecto refería: “Cumpliméntese lo dispuesto por Ordenanza Nº 10.975, referido al emplazamiento en el ámbito de la plaza Colón de un monolito en homenaje al fotógrafo Don Antonio Mitri”. Entre los fundamentos los ediles manifestaban que “Cuando sancionamos la Ordenanza 10795 (07/08/2003) que disponía homenajear al fotógrafo Antonio Mitri, resaltábamos lo siguiente: ‘este hombre común que sin quererlo, dejó un legado de valores asentados en la cultura del trabajo, la humildad el respeto y la perseverancia, que los debemos tener presente’, y el emplazamiento de un monolito en el lugar que trabajo por más de 50 años – Plaza Colón – significa tener presente una parte de la historia contemporánea de la ciudad de Santa Fe”.

En 2006 se Henn y Simoniello expresaban que pese a tener todos los acuerdos de las áreas pertinentes de patrimonio, “…resulta extraño que a la fecha no se haya cumplimentado la disposición, máxime si se tiene en cuenta que los informes de las dependencias están fechados en noviembre de 2003 y junio – julio de 2004”. Finalmente, los concejales aprobaban el proyecto de resolución por unanimidad, que cerraba en su texto con el siguiente mensaje: “En una sociedad como la nuestra – inmersa en una grave crisis de identidad cultural -, resulta imperioso que la ciudad rescate y mantenga viva la imagen de personas como Don Antonio Mitri, que han dejado un legado de valores que históricamente distinguieron a los santafesinos”. (www.simoniello-henn.com.ar/pages/temas/cultypat/cyp0024.html)

Lo cierto es que para 2022 el monolito en recordación de Don Antonio Mitri no fue erigido en la Plaza de las Palomas, donde sí se recorta en la memoria de varios vecinos, su silueta, con su trípode, su cámara y su bicicleta cerca, aquella con la que todos los días iba y venía del Barrio Escalante al centro de la ciudad a ganarse la vida dejando una postal familiar perenne para incontables santafesinos.

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