Caminantes de la Fe
Pocas tradiciones de las comunidades hispanoamericanas tienen tanto arraigo colectivo como las procesiones religiosas de la fe católica. Esparcidas en toda la América de habla hispana, la conquista del territorio tuvo su correlato en la conquista de la fe, en la transformación en hombres y mujeres de Dios de los infieles aborígenes. En muchos casos, aquello de “con la espada y con la cruz” se hizo presente en donde los hombres de esa iglesia conquistaron a la par de los adelantados, los soldados del Rey, en la que la fe fue útil a la dominación de los pueblos originarios.
En otros casos, como con los jesuitas, la evangelización de América tomó otros relieves de reconocimiento de los habitantes del “nuevo mundo” como personas, no como infieles a convertir. Esa relación entre jesuitas y aborígenes germinó en las reducciones jesuíticas, en su organización y crecimiento como comunidades que llegaron a resquebrajar el poder del Rey de España en sus colonias. Así, en 1767, la expulsión de los Jesuitas de América dejó sus obras inconclusas, y su legado presente en el recuerdo y la valoración de los aborígenes por aquellos sacerdotes que los trataron y reconocieron como no lo hicieron luego las órdenes que ocuparon las reducciones, templos. En Santa Fe, Florián Paucke desde la San Javier mocoví, en Santa Fe los jesuitas desde la Iglesia de los Milagros.
Pero de regreso a las procesiones, a la práctica de la comunidad católica movilizada en petición y agradecimiento a una imagen religiosa, la figura de la Virgen María se instala en América con procesiones en toda la geografía. Desde México hasta Tierra del Fuego, en muchos lugares, las procesiones resaltan esa movilización popular anclada a la fe católica, a María. En Argentina resaltan las procesiones de “La Virgen del Valle” (Catamarca), “La Virgen y Señor del Milagro” (Salta), “La Virgen de Luján” y “La Virgen de San Nicolás” (Buenos Aires), “La Virgen de Itatí” (Corrientes), “Virgen del Rosario del Milagro” (Córdoba) y la Virgen de Guadalupe, en Santa Fe.
La devoción por la
Virgen de Guadalupe
Por el lado de los santafesinos la veneración de “Nuestra Señora de Guadalupe” aparece por primera vez en Santa Fe, cuando, a mediados del Siglo XVIII el padre Miguel Sánchez, que era un sacerdote mercedario, encuentra una lámina con la imagen de la virgen en su convento de la Merced (antes iglesia Virgen de Los Milagros de los jesuitas). Así el cura Sánchez decidió colocar esa imagen de la Virgen de Guadalupe en el oratorio de los Setúbal. Esto era antes de la Revolución de Mayo, allá por 1747. Como lo refiere el libro de los barrios realizado por el Museo de la Ciudad en relación con Guadalupe: “…desde ese momento cunde la veneración a la Virgen de Guadalupe por toda la comarca y poblados vecinos”.
Por el lado de la estampa de la virgen, que se conserva en la basílica, el trabajo del municipio cita al historiador Lassaga que apunta: “Revolviendo viejos libros en la Biblioteca del Convento de Mercedarios, el Padre Miguel Sánchez encontró una estampa representando la aparición de la Virgen al indio Diego en Guadalupe de México. Gozoso con el hallazgo y deseando colocar la imagen en un cuadro, cuenta la tradición que salía el buen mercedario hacia la calle, cuando encontrándose en la portería con una mujer desconocida que le ofreció en venta un marco dorado con molduras. Como el objeto le agradase, aceptó ésta, colocó su imagen en el cuadro, y tan bien se ajustó la estampa al marco, que el Padre Sánchez entró alborozado a su convento, contando con admiración a sus compañeros aquel extraño caso. Con permiso de la familia de Setúbal, el mismo Padre Sánchez llevó su imagen de la Virgen al oratorio de la Merced, e improvisando una cátedra con una mesa que rodeó de verdes ramas y guirnaldas de sencillas flores campesinas, hizo el panegírico, oficiando en la misa solemne el doctor Vera y Mugica, cura rector de la Matriz de Santa Fe”. (Ramón Lassaga – “El Santuario de Guadalupe. Apuntes de su fundación” – 1895)
Por su parte, la presencia religiosa de Francisco Javier de la Rosa, “El Ermitaño”, significó para los devotos de la Virgen una guía y un ejemplo. Javier de la Rosa era familiar de los Setúbal y construyó con sus manos el viejo templo de Guadalupe. Era el año 1779 cuando El Ermitaño trabajó como albañil y carpintero para levantar la capilla. También De la Rosa talló el altar en madera y pintó una serie de medallones representando la aparición de la virgen María al indio Juan Diego en México. La tarea de “El Ermitaño” no terminó allí porque además fundió campanas, campanillas y otros objetos para el culto.
Luego, en 1794 cuando Javier de la Rosa se ausenta del lugar, la capilla quedó abandonada. Por un lado, el citado historiador Lassaga relata el estado de abandono de la capilla, pero al mismo tiempo Lassaga rescata el respeto de los indios, que llegaban a la puerta misma de la ciudad, incluso hasta cerca de calle Suipacha, provocando a su paso la huida de los pobladores aledaños a la zona de la casa de la Virgen. Sin embargo, y pese a los desmanes de estos malones, los indios en sus incursiones sobre la ciudad nunca tocaron la capilla. Recién cuando el Brigadier Estanislao López pudo poner fronteras a las invasiones, renace en la capilla la devoción no olvidada a la Virgen.
Otra imagen de la virgen que se veneraba en la capilla de Guadalupe por 1880, dicen, era una tallada en madera, presumiblemente de origen español que, según la leyenda y tradición oral, “…fue donada por descendientes de los Setúbal de apellido Del Barco, provenientes de Cuyo”, menciona el trabajo del municipio de 1996.
Para 1877 “Nuestra Señora de Guadalupe” fue declarada Patrona de América, y el 27 de junio de 1899, el Papa León XIII proclamó a la Virgen de Guadalupe, Patrona y Titular de la diócesis de Santa Fe. En ese marco se realizó la primera procesión oficial, por iniciativa del primer obispo de la Diócesis de Santa Fe, Monseñor Juan Boneo. Era el primer año del Siglo XX, cuando Boneo convocó a la primera procesión Diocesana que se realizó el 14 de octubre de 1900.
Cabe mencionar que esta es la primera peregrinación oficial, pero existen datos que hablan de procesiones anteriores, populares, espontáneas. También es importante recordar que por el 1900 Guadalupe quedaba bien lejos del “centro” de la ciudad. Era un lugar de quintas y chacras, que empezaba a ser ocupado por inmigrantes alemanes e italianos.
Un dato curioso que refiere a la fecha de la peregrinación en Santa Fe, y que difiere del día de la celebración litúrgica de “Nuestra Señora de Guadalupe” que es el 12 de diciembre, radica en que como Santa Fe era una diócesis casi totalmente rural, donde la actividad de la gente se centraba en la tarea agrícola/ganadera, y como diciembre era una época de cosechas y mucho trabajo, Monseñor Boneo accedió a proponer la fecha anual de la procesión aproximadamente para abril, unas dos semanas después de la celebración de la Semana Santa.
Sin embargo, el paso del tiempo hizo que la procesión a Guadalupe se transformara en una fiesta que crecía cada año. Así, desde los inicios del siglo pasado la fiesta fue cobrando más popularidad. En su momento, y debido a lo difícil de acceder por caminos a Guadalupe, los ferrocarriles que llegaban a Santa Fe tenía los llamados “trenes peregrinos”. Estas formaciones traían a fieles desde la Colonia y el interior de la provincia. Las formaciones hacían combinaciones y cambios para terminar por llegar, hasta la estación de Guadalupe. Cuando la trocha no lo permitía se hacían trasbordos de pasajeros.
Un acontecimiento puso un punto de inflexión en las procesiones a Guadalupe, fue el 22 de abril de 1928 cuando se coronó la imagen de la Virgen. Recuerdan las crónicas y hasta imágenes fílmicas rescatadas en el Tercer Milenio de la sacristía, que esa peregrinación de 1928 fue una de las más impactantes de la historia de esta fiesta católica.
Sin embargo, la movilización popular de fieles siguió creciendo junto con la población de la ciudad. Por ejemplo, años después, la portada del diario El Orden reflejaba la espectacularidad que en 1935 aglutinaba en Guadalupe a miles de fieles de toda la provincia. El medio titulaba ese lunes 6 de mayo “¡ 30.000 personas en Guadalupe!”.
Existen otros aspectos que rodean a la Virgen de Guadalupe de Santa Fe de un halo de misterios, leyendas, historias. Desde aquel hecho de la misteriosa mujer que entrega el marco de madera al sacerdote y que se ajuste perfecto a la estampa fortuitamente encontrada en la Iglesia de Los Milagros, otra historia se relaciona con la imagen venerada. Por un lado, no estaría tan claro cuál fue la imagen frente a la cual se juró aceptando a la Virgen como Patrona de la iglesia de Santa Fe el 14 de octubre de 1900. Los datos publicados en el Boletín Eclesiástico, y en el diario Nueva Época, sólo hablan de la imagen de la Virgen, sin precisar si se trata de la estampa fundadora que había permanecido en el santuario o la que retenía Doña Antonia Godoy en sus aposentos particulares desde el 15 de marzo de 1900.
Al parecer la imagen jurada sería la de la estampa fundadora, o del «cuadrito», como lo señala un informe elevado a Fray J. Zelaya en 1901. Después, en 1938, Clementino Paredes anotaba al final del libro del Padre Alfonso Durán, que «…en octubre de 1900 se hizo una procesión con la Virgen del cuadrito desde la Iglesia del Carmen hasta la Matriz, y en este templo se juró a la Virgen como patrona de la diócesis».
Otra versión sobre la imagen de la Virgen de Guadalupe ante la cual se jura la agrega el diario El Pueblo. Este medio del 1900 publicó varios meses después de la jura, que Monseñor Boneo deseaba hacer el juramento ante la imagen propiedad de Antonia Godoy pero que, en previsión de dificultades, expuso una tela de la Virgen de Guadalupe en manifestación portentosa, la cual, según el cronista, había sido traída del extranjero.
Otro gran misterio, con ribetes de crónica policial, permanece en el tiempo. Se trata del desgraciado hecho acontecido en 1980, cuando de la Casa Parroquial desaparecieron las “joyas” de la Virgen de Guadalupe. La corona, los atributos y la placa de la virgen habían sido realizadas por el orfebre Parascándolo y fueron exhibidas en las vidrieras de la Joyería Escasany, en abril de 1921.
BASILICA Y PEREGRINACION A GUADALUPE 1928
FUENTES BARRIO GUADALUPE ESTE
Diario El Orden – (Hemeroteca de la Provincia)
Diario Santa Fe – (Hemeroteca de la Provincia)
Diario El Litoral
«Alma de Barrio» – Programa de LT10 Radio Universidad de Santa Fe
Banco de Imágenes Florián Paucke (http://gobierno.santafe.gov.ar/archivo_general/florian_paucke/)
http://www.santafe.gov.ar/hemerotecadigital/articulo/portada/
Colección «Historia de los Barrios» II – Guadalupe – Museo de la Ciudad – Municipalidad de Santa Fe – 1996
http://arquisantafe.org.ar/
www.portalarquitectos.com
https://digital.cic.gba.gob.ar/bitstream/handle/11746/1620/T5-05.pdf-PDFA.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Inventario: 200 obras del Patrimonio Arquitectónico de Santa Fe – U.N.L. – F.A.D.U. – Colegio de Arquitectos de Santa Fe – Fundación Centro Comercial. Santa Fe, 1993
https://www.unl.edu.ar/mac/index.php?act=showAutor&id=56
Historia
Nuestra Historia
https://www.facebook.com/Escuela-Nuestra-Se%C3%B1ora-de-Guadalupe-115691730260288/photos
http://www.cehsf.ceride.gov.ar/america_12/articulo-21.html
https://luismaggihistoria.blogspot.com/2020/09/dia-del-maestro-pedro-de-vega-su-vida.html
https://www.santafe.gob.ar/noticias/noticia/266708/
https://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2008/07/05/nosotros/NOS-05.html
www.homimen.org.ar
http://diezendeportes.com.ar/noticia/idnot/195967/noticia_desde_lt10digital.html
http://www.ligasantafesina.com/
http://jardinjuanpabloii.blogspot.com/search?q=HISTORIA
https://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2008/05/17/nosotros/NOS-05.html
http://www.manzanas-solidarias.org/quienes.html
https://www.ucsf.edu.ar/institucional/
https://www.facebook.com/Vecinal-Guadalupe-Noreste-239444043144209/
https://www.facebook.com/El-Quincho-de-Chiquito-194461463928576
https://www.fondodeolla.com/nota/el-quincho-de-chiquito-y-de-carlitos-monzon/
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