Historia de Nueva Santa Fe

El último barrio de la Nueva Santa Fe

VECINAL NUEVA SANTA FE EN CONSTRUCCION 2022

La historia misma de la ciudad de Santa Fe lleva a la fundación en la zona de Cayastá en 1573 de aquella Santa Fe de la Vera Cruz, la que luego del traslado al actual emplazamiento, se transformó en “Santa Fe la Vieja”, por esta nueva Santa Fe en las tierras de la desembocadura del Salado y el Saladillo. Así, aquella antigua Santa Fe en la costa del río de los Quiloazas quedó paulatinamente en el olvido a partir de 1660, cuando se finalizó la mudanza. Y no fue hasta los descubrimientos de Agustín Zapata Gollán en las barrancas de Cayastá que la vieja Santa Fe volvió a ver la luz del sol en sus muros sepultados.

Así las cosas, de aquella Vieja Santa Fe, a la nueva ciudad de Santa Fe, trajo consigo para el Tercer Milenio un profuso crecimiento de sus barriadas, con distintas denominaciones y sentidos de pertenencia, en función muchas veces de los loteos, de la parroquia, del plan de viviendas. Pero ninguno de los barrios de Santa Fe llevaba ese nombre hasta el nacimiento del vecindario Nueva Santa Fe, en el loteo del mismo nombre, justamente en el límite norte con Monte Vera, y lindante con el viejo Camino Ascochingas, luego devenido como Avenida Aristóbulo del Valle. En una zona de quintas, que por el 2022 mezclaba casas, terrenos y melgas con verduras u hortalizas, este nuevo barrio era a comienzos de la segunda década del siglo XIX una de las zonas de Santa Fe que escribía en el día a día el desarrollo de su historia.

De este modo, la vecinal Nueva Santa Fe tiene por límites de su ámbito institucional a Callejón El Sable, por el sur; Aristóbulo del Valle al este; Facundo Quiroga al norte (límite jurisdiccional con Monte Vera) y Doctor Zavalla al oeste.

A DEL VALLE - LIMITE CIUDAD - 2022
A DEL VALLE - LIMITE CIUDAD - CALLE F QUIROGA - 2022
BALDIO LOTEO - NUEVA SANTA FE - 2022
CALLES - NUEVA SANTA FE - 2022
PLANO 1870
PLANO 1903
PLANO 1935
PLANO 1946

Primeros dueños, con título

Más allá de la presencia de los pueblos originarios en la zona, los registros de los propietarios de esta zona norte de la ciudad se pueden ubicar al mismo momento del traslado de la ciudad al actual emplazamiento, con la distribución de las parcelas que se hizo más allá del caso urbanizado (que en el siglo XVII llegaba hasta calle Juan de Garay). 

Entonces, a la suerte de las zonas de labranza, luego les seguían una suerte de chacras algo más extendidas y zonas de labranza, divididas en los “Pagos de Arriba”, al este del Camino del Medio (luego Facundo Zuviría) y los “Pagos de Abajo”, al oeste del mismo divisor de aguas.

De este modo, y luego de parcelamiento de esas chacras extendidas en sentido este/oeste desde el Camino del Medio hacia ambas costas, a la Laguna o al Salado, la zona comenzó a subdividirse. Como dato indicativo de la zona de Nueva Santa Fe, se puede abrevar en un plano de 1870 en el que aparecen tres propietarios solamente de todo el solar.

Por un lado, extendido sobre el Camino a Ascochingas, al oeste, desde más o menos desde la traza luego de Callejón El Sable hasta Facundo Quiroga, se ubica un gran terreno a nombre de “Guillermo Beckmann”. Al oeste de esta propiedad, se contaban dos chacras, entre lo que sería la extensión de calle Facundo Zuviría, desde El Sable hasta Facundo Quiroga, y al oeste Dr. Zavalla. La división intermedia de ambas propiedades correría aproximadamente por Pasaje Doldán. El campo ubicado al sur estaba a nombre de “Augusto Klotk” y el del norte “Federico Meiners”. 

Como puede visualizarse en los apellidos, ya los dueños de las tierras eran los nuevos inmigrantes que pertenecían en cierta forma a la Colonia Guadalupe, como una extensión hacia el norte de esa zona colonizada en cuanto a la tenencia de la tierra con los recién llegados del otro lado del mar. 

Así, de aquellos “Pagos de Arriba” de los santafesinos coloniales, pasando por las manos de los patricios y federales del siglo XIX, al final de ese período, la propiedad de los grandes terrenos estaba ya en manos de los inmigrantes.

Un dato más que surge de esta reproducción del damero ciudadano de 1870 es que en el centro del barrio, entre Pasaje Doldán y Damianovich, se ubicaba una gran laguna en uno de los tantos bajos esparcidos por la zona.

Para 1903, en un plano confeccionado por Chaperouge, los parcelamientos del lugar provocaron mayores subdivisiones y terrenos de menores dimensiones. Entre los cambios de titulares aparece “L. Mendieta” como dueño el antes campo de Klokt, mientras que extrañamente el “triángulo” de Guillermo Beckmann figura como propietario “N.N”. Vale decir en defensa de Chaperouge que en su plano menciona como una aclaración la siguiente nota: “Ruego a los Señores propietarios de terreno en cualquier Provincia quieran suministrarme sus datos para el mejor perfeccionamiento de este plano. El Autor”. El otro campo, de Meiners, continuaba bajo su titularidad.

En 1935 y había, como es de suponer, mayores subdivisiones. Por un lodo, Meiners había vendido su campo a Juan Bock, que a su vez había adquirido en la zona sobre el Camino a Monte Vera la mitad de la otrora propiedad de Beckmann, con lo cual sus terrenos abarcaban desde, aproximadamente Espinosa hasta Facundo Quiroga, y en el oeste, por Zavalla, desde Quiroga hasta una cuadra al sur de Doldán, donde a 2022 finaliza el predio de “La Quinta” y sus canchas de fútbol, regenteadas por el Club Unión de Santa Fe. 

Se trata de un plano de 1935 en el que, como una continuidad hacia el norte de Facundo Zuviria, Zavalla se lo denomina como “Camino del Medio”, como aquel camino divisor de las aguas hacia el Salado o la Setúbal y que definía los “Pagos de Abajo” de los “Pagos de Arriba”, respectivamente.

Hacia el sur se destacaban primero sobre Zavalla una parcela de los Sucesores de Clot (Klokt), y luego sobre Callejón El Sable, dos terrenos de los hermanos Mendieta, y luego un retazo del gran campo, todavía propiedad de Beckmann. Finalmente, sobre el triángulo entre El Sable y Aristóbulo, donde hace esa especie de “curva”, terrenos a nombre de Parma y la esquina suroeste parece decir “Pedro Chevalier”. En este plano de mediados de los ’30 no se demarcan ni calles internas ni manzanas trazadas, o sea, nada urbanizado fuera de las calles perimetrales.

En 1946, ya adentrada la década siguiente, toda la zona de Nueva Santa Fe permanecía sin urbanizar, sí con más terrenos subdivididos pero sin nombres, en especial sobre Aristóbulo del Valle, y hasta la altura de calle Facundo Zuviría. En el sector oeste el terreno de Bock estaba a nombre de “Elena Heymo” y los de la sucesión de Clot aparecían a nombre “Rosa de Clott e Hijos”, y sobre El Sable y Zavalla, una parcela propiedad de “Ángel Fagnuco” (parece decir el plano).

CALLES - NUEVA SANTA FE - 2022

Con el tiempo las dos zonas del barrio que comenzaron por urbanizarse fueron al norte, en el límite con Monte Vera, pero que antes se lo conocía como “Colonia Crespo” en esa parte del nuevo distrito, que según testimonios de vecinos del barrio fue el primero en conocerse como “Loteo Nueva Santa Fe”, ubicado sobre Los Nogales, desde Aristóbulo del Valle hasta Dr. Zavalla, y por el sur una cuadra de ancho, hasta Los Nogales.

El segundo grupo de loteos corresponde al que se ubica con calle Espinosa como límite norte, Doldán por el sur, entre Aristóbulo y Freyre (donde comienza el predio de La Quinta). Este sector es que se ubica como el más nuevo, en tanto también alberga a la plaza Nueva Santa Fe y al predio de la vecinal.

PEDRO DE ESPINOSA Y FACUNDO ZUVIRIA - 2022
QUINTA EN NUEVA SANTA FE - 2022

Finalmente, más allá de algunas viviendas y galpones sobre Aristóbulo del Valle, el otro grupo de viviendas corresponde a uno de los barrios de casas construidas en la segunda década del siglo XIX y se encuentra en el sector sur del barrio, en realidad en parte de lo que antes fue la extensa jurisdicción vecinal de Las Delicias, al norte del El Sable. Este último complejo fue usurpado, con ocupación de las viviendas en abril de 2012.

El barrio consta de una serie de viviendas y terrenos baldíos entrelazados. Sus vecinos, en general jóvenes familias trabajadoras, comenzaron a llegar aproximadamente a fines del siglo pasado. Eran viviendas dispersas, en varios sectores, un grupo en el mencionado loteo Nueva Santa Fe, sobre Facundo Quiroga, otro grupo estaba recostado en la calle Zavalla, al oeste, mientras que un incipiente loteo se comenzaba a desarrollar en la zona central, sobre Espinosa.

Marcos Ducrano, vecinalista y morador en la parte central de Nueva Santa Fe, recordaba para el programa “Alma de Barrio” de LT10 que al llegar la fisonomía del barrio reunía, campo, quintas, y casas dispersas, sin servicios ni posibilidades de acceso, y en especial, con problemas de anegamientos y falta de desagües en el sector de Espinosa. Esa situación de desborde y bajos hacía muy difícil la comunicación del barrio con la vía principal de conectividad, es decir, con Aristóbulo del Valle, por la condición de intransitabilidad de las calles de tierra, que además no tenían mayores mejoras ni mantenimiento.

“El barrio ni nombre tenía –mencionaba Ducrano– se lo conocía por otros nombres o nombres distintos. Uno era ‘Jardín de las Américas’, otro era ‘Las Delicias Norte’ (cuando pertenecía a la jurisdicción de esa vecinal). Contaban los primeros que vinieron a vivir que tenían que tirar cables para tener electricidad en sus viviendas”. (“Alma de Barrio” – LT10 AM 1020 – 24/9/22)

En los espacios no ocupados ni por labranza de quinteros ni por casas el barrio, como todavía tenía para 2022 en algunos sectores, presentaba yuyales, chilcas y predios sin desmalezado ni acceso. Esa condición se evidenciaba al comienzo del vecindario como un aspecto general, con muchos espacios abandonados entre la maleza.

CALLES DE BARRIO - FB VEC NUEVA SANTA FE
INUNDACION BARRIO 2016 - FB VEC NUEVA SANTA FE
VECINAL NUEVA SANTA FE EN CONSTRUCCION 2022
ESPINOSA Y SAN LORENZO - NUEVA SANTA FE - 2022
PLAZA NUEVA SANTA FE 2022
A DEL VALLE - NUEVA SANTA FE - 2022

El otro barrio dentro del barrio

En el sector sur de Nueva Santa Fe, como se menciona en este apartado de Santa Fe mi Barrio, se ubica un grupo de viviendas construidas por el gobierno provincial que en el proceso de finalización de su edificación, y ante algunas demoras para su culminación y entrega a quienes las tenían asignadas a través de los planes de viviendas oficiales, fueron usurpadas por algunas personas y varias familias de pocos recursos. Muchos de los intrusos, que por supuesto no contaban con una vivienda de material, fueron a su vez una oportunidad para que algunas personas “tomaran” por la fuerza varias casas para luego “venderlas” a otras familias necesitadas pero sin los requisitos ni la tramitación por los carriles normales e institucionales. Esta situación particular, entre marginalidad, necesidad y delincuencia en el aprovechamiento de unos pocos, generó problemas con los vecinos de la zona cercana, con las autoridades, y en especial con los finalmente perjudicados, signatarios por derecho y por haberlo tramitado de las viviendas.

En algunos casos, los tomadores de las casas, que no las usurparon para vivir en ellas, cuando no pudieron “venderlas” realizaron destrozos y robos de parte de los materiales.

Esta situación sobre el complejo conocido entonces como “Las Delicias II” comenzó con la toma en abril de 2012, acción de usurpación que también se produjo en otro grupo de casas del Plan Federal de Viviendas en el barrio “Santa Rita II”.

En cuanto al plan de viviendas del sur de Nueva Santa Fe, corresponde al Plan Federal de Viviendas y del Programa habitacional N° 6129 destinado a la ciudad de Santa Fe. Estas construcciones, levantadas en unas seis manzanas se entrelazaban con una serie de callejuelas sin nombres, ni pavimento, ni mantenimiento, en un predio aproximadamente ubicado entre Callejón Roca y Callejón El Sable, y que para el 2022 permanecía aislado de conectividad con la avenida cercana.

CASAS BARRIO USURPADO - EL LITORAL 6-10-22 - FERNANDO NICOLA

Eran 84 casas, casi listas para estrenar, cuando fuero usurpadas en una toma colectiva en la mañana del 5 de abril de 2012. En esa oportunidad, un grupo de personas, entre ellas algunas familias en situación de calle, o con una condición de habitacional más que precaria, tomaron las unidades. Lo dicho, en algunos casos, personas organizadas usurpaban la vivienda y luego la “vendían” por un monto irrisorio para el valor real del inmueble que había sido levantado con fondos públicos. En ocasión de un aniversario de la toma, en 2016, El Litoral dedicaba una amplia nota en la cual no sólo daba cuenta de la situación irregular de los moradores, sino también de algunos de sus testimonios, porque finalmente los que quedaron viviendo en las casas fueron aquellas familias que no “aprovecharon” la situación para meterse en la vivienda y luego venderla a alguien necesitado de una morada para sus hijos.

Algunos de esos testimonios, como el de Laura, detallaba en 2016, “Hace cuatro años que estoy acá, con cuatro hijos. Tengo una casa yo y una cada uno de ellos. Pagué $ 30.000 por las primeras y $ 70.000 por la última. Se las compré a la gente que las había agarrado. Antes vendí la casa en la que vivíamos todos, atrás de la cárcel de Las Flores. Allá era feo, acá es lindo. Nos conocemos todos, tenemos entrada por la avenida, no estamos rodeados de otros barrios feos. A mi casa le hice un garaje y un comedor. Ahora como no tengo material para cerrar el frente le voy a poner ligustro. Estoy terminando la entrada para el auto, hace dos meses que me lo entregaron y no puedo sacarlo de la concesionaria porque no puedo entrarlo. Acá todos estamos dispuestos a pagar, además no tengo adónde ir, toda la plata que tenía la puse acá. En una época tuve una plata ahorrada y me quise comprar un terreno por acá, pero me fue imposible”. (El Litoral – 9/5/2016)

Otras palabras de los vecinos en situación de usurpación daban cuenta casi de la misma situación, de haber “comprado” esas casas, y luego de vivir muchos años en ellas, realizarles ampliaciones, mejoras en algunos casos, con una apropiación del inmueble más allá de no contar con una documentación que los acredite como legítimos propietarios.

BARRIO USURPADO - EL LITORAL 6-10-22 - FERNANDO NICOLA

La toma, compartida para la misma época de 2012 con lo acontecido en unas 180 casas de Santa Rita II, llevó a un reclamo de la Dirección Provincial de Vivienda ante la justicia. Esa denuncia produjo la resolución de una orden de desalojo dictada por la jueza Sandra Valenti, a cargo del Juzgado Correccional Nº 6, a fines de abril de 2012. No obstante, esa orden en “Las Delicias II” nunca pudo ejecutarse, y la condición de usurpación se perpetuó en el tiempo, al menos hasta el 2022 cuando se habían cumplido diez años de la toma.

La medida judicial de 2012 tuvo resultado positivo en Santa Rita II luego de dos años, cuando fueron paulatinamente desocupadas las viviendas y los desalojados reubicados en otras áreas de la ciudad. Cabe consignar que la orden judicial no prescribía el desalojo compulsivo y por la fuerza, sino que previamente debían “…agotarse todas las medidas que fuesen necesarias para realizarlo en forma pacífica. Una de esas condiciones implica que la Secretaría de Hábitat de la provincia realice un relevamiento para determinar la situación social y habitacional de cada familia ocupante”, así lo rezaba la nota del vespertino local.

Lo cierto es que en 2014 dos veces las autoridades intentaron realizar ese relevamiento de las condiciones de cada familia para facilitar su reubicación, pero los vecinos se negaron sistemáticamente. Es más, se produjeron hechos de violencia, con balaceras para con los agentes de que intentaban realizar el relevamiento.

Para 2016, el entonces director provincial de Vivienda y Urbanismo, Lucas Crivelli, explicaba a El Litoral la situación: “La gente que compró esas viviendas sabía que eran usurpadas. Es un acto de mala fe de ambas partes, más allá de que entendemos la necesidad de tener una vivienda, la recuperación se va a hacer de manera integral. De lo contrario estaríamos generando derechos sobre personas que no lo tenían y eso perjudica el derecho de otro santafesino que respeta el procedimiento legal, el tiempo de un sorteo”. Acto seguido la nota daba cuenta de que “La gran mayoría de las familias que hoy ocupan Las Delicias no son las que efectivamente lo usurparon. Proceden de distintos barrios de la ciudad en donde vivían en el hacinamiento, con otros familiares o en sectores vulnerables. Es así que la usurpación del plan de viviendas muestra un trasfondo claro y problemático: el déficit habitacional en la ciudad capital”. (El Litoral – 9/5/2016)

En este punto, más allá de la invalidez de la toma, surge la necesidad de viviendas para las familias más pobres de la ciudad, una tarea que organizaciones sociales, como el Movimiento Los sin Techo, ha logrado trocar ranchos por viviendas humildes, pero de material, dignas y con títulos registrables de propiedad.

Al respecto, vale la pena citar parte de una nota realizada por el periodista santafesino Sergio Ferreyra para el periódico independiente “Pausa”, que además tiene su edición digital. En este artículo de 2012, bajo el título “Viviendas, desalojos y Procrear” se describía que en ese momento “En la provincia de Santa Fe hay alrededor de 195 mil casas deshabitadas, 65 mil más que la demanda habitacional, estimada en 130 mil. La llamativa cifra se conoció casi en el final de un año signado por los conflictos surgidos por el déficit habitacional. En la ciudad, los casos emblemáticos fueron los de Santa Rita II, Las Delicias y Acería, a los que se suman los históricos de Bajo Judiciales y Playa Norte. Ninguno de los conflictos que nacieron tras la toma de Santa Rita II o Las Delicias, en abril, encontró solución total hasta ahora”.

Para entonces, rescataba Ferreyra, según el censo 2010 había en la provincia 285.000 hogares “habitados por familias bajo contratos de alquiler, préstamos o tomas ilegales. Son el 30% del total de viviendas particulares en Santa Fe y se trata de casas habitadas por familias o personas que no tienen resuelta la necesidad de un hogar”. (Pausa – 29/12/2012)

Como una muestra de esa lucha de pobres contra pobres, en las que ciertas personas inescrupulosas pueden hacer una diferencia mediante maniobras reñidas con la ley, y frente muchas veces a los vacíos dejados por el Estado en todos sus niveles, las oportunidades de transformar un espacio de la ciudad con una inversión pública con viviendas para familias que pueden pagar un plan acorde, y ocuparlas, se transforma en un proceso judicial y una situación de casas no terminadas, o finalizadas de hecho por sus tenedores ilegales, donde luego no se completan las mejoras de infraestructura comunitaria previstas y realizadas en otros complejos habitacionales. Así, las casas usurpadas, además de la judicialización de las tomas, provoca que no se cuenten con servicios como agua, luz, cloacas, calles y espacios públicos acordes.

De esta descripción de época, las casitas de “Las Delicias II” en la zona sur de Nueva Santa Fe, parecen ser una muestra acabada de un síntoma de época, sin soluciones para los legítimos titulares de esas casas, ni para los usurpadores y su necesidad de una vivienda digna a la cual no pueden acceder mediante planes debido a la informalidad y precariedad de su economía y empleo familiar. Vecinos de Santa Fe sumidos en una marginalidad, e ilegalidad, sin soluciones, al menos hasta el 2022.

A DEL VALLE - LIMITE CIUDAD - CALLE F QUIROGA - 2022

Escribiendo la historia

Muchos de los barrios de Santa Fe, si bien continúan su desarrollo como un tejido urbano dinámico de la ciudad, tienen en general su historia anclada en la memoria del pasado, donde se puede suplantar un inmueble por otro, donde ya todos los terrenos fueron loteados y ocupados. Acaso, algún espacio en manos del Estado pueda transformarse con otro destino en virtud de un cambio en su destino, como por ejemplo las estaciones de trenes del Mitre, el Belgrano, o hasta la propia Redonda y el Parque Federal.

Sin embargo, en una ciudad en crecimiento, con espacios vacantes para la segunda década del Tercer Milenio, otros vecindarios escribían su historia de manera cotidiana, con el cambio del paisaje, nuevas calles, nuevas casas, más servicios, desarrollo de la infraestructura urbana. No sin contradicciones, avances y retrocesos, militancia vecinal y comunitaria como parte de esa historia contemporánea, en el hoy cotidiano, en el Barrio Nueva Santa Fe, el pasado del mañana se escribía día a día, al menos por el 2022.

PLAZA 2018 - FB VEC NUEVA SANTA FE
Historia de Nueva Santa Fe

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