Escuela Combate del Quebracho
La Escuela N° 1336 “Combate del Quebracho” se emplaza en Valentín Alsina 8800, en barrio Liceo Norte. La institución fue inaugurada el 1 de octubre de 1991 y cuenta con nivel primario de la educación pública provincial. Su nombre se debe a la Batalla de Punta Quebracho, ocurrida el 4 de junio de 1846 en el sur de la provincia de Santa Fe contra la armada anglo-francesa. Este combate tuvo lugar meses después de la batalla de la Vuelta de Obligado (20 de noviembre de 1845) y marcó un paso clave en el retiro de las tropas extranjeras y la consolidación de la soberanía nacional.
Mónica Muchiutti, directora del establecimiento para el año 2021, le comentaba a Alma de Barrio LT10 AM 1020, que en un comienzo la escuela contaba con sólo tres turnos: mañana, intermedio (de 10 a 14 horas) y tarde. Esto se debía a la falta de espacio y de un edificio propio. Mónica sostenía que fue a partir del turno intermedio, que por entonces se llamaba “Juan de Garay” y para el 2021 se denominaba “Julio Cabo”, que surgió la idea de crear una escuela por iniciativa de los directivos y de los vecinos del barrio. Así, cuando se creó el edificio propio, la escuela del turno intermedio pasó a conformar la “Combate del Quebracho”.
Mónica le comentaba también a Alma de Barrio que “Los chicos que fueron por primera vez a la escuela pertenecían a Liceo Norte, sino tenían que cruzar la Av. Blas Parera que era bastante peligroso. Cuando la escuela comenzó a funcionar tenía sólo cuatro aulas, la dirección, una cocina chica, los baños y un solo patio y contaba con unos 85 alumnos. Con el correr del tiempo se hicieron muchas más aulas con el esfuerzo de los cooperadores y de la escuela que comenzaron a crear espacios a pocos meses de haberse inaugurado la institución.”
En 2016, la institución celebró su 25° aniversario. En esa oportunidad, el diario UNO sostenía que “la celebración tendrá el mismo tinte que el trabajo diario de la institución: las puertas abiertas a la comunidad”. En ese sentido, la escuela siempre mantuvo a lo largo de su historia una actitud de apertura hacia la comunidad barrial.
De hecho, “creció a la par de los vecinos y se ha consolidado como una referente para todo el barrio. Con el paso de los años, no solo su infraestructura se ha ido incrementando sino también las propuestas que buscan fortalecer la relación con las familias y los vecinos”.
Para ese año, la Escuela N° 1336 contaba con casi seiscientos alumnos en el nivel primario. Belkis Chávez, docente de la institución le comentaba a UNO en esa oportunidad, que «Antes venían maestros que viajaban desde distintos pueblos pero ahora hay muchos que viven en el barrio, así que eligen el barrio y la escuela para quedarse. También tenemos maestras que viven lejos pero decidieron quedarse trabajando en esta institución».
En cuanto a las familias, Chávez sostenía que «Las familias participan mucho de las actividades a lo largo de todo el año. Ahora, con el aniversario, tuvimos mucha colaboración. Las mamás de cooperadora vinieron a trabajar junto a nosotros y se preocuparon por buscar cosas para ayudar a arreglar la escuela». Y no sólo las familias se acercaban a colaborar para los eventos, sino que ayudaban en el equipamiento y la mejora de la escuela (UNO, 30/09/2016).
Para el 2021 la institución contaba con dos turnos, con trece divisiones en cada uno y más de seiscientos alumnos y alumnas. A la escuela concurren niños y niñas de los barrios Liceo Norte, Nueva Esperanza, Los Naranjos, Santa Rita I y II y otros barrios circundantes de la institución educativa.
En cuanto a la infraestructura, la institución se encontraba equipada, para el año 2021, con un gimnasio techado y dos patios amplios, aulas propias para cada especialidad (plástica, música, tecnología), biblioteca y sala de computación.
Mónica Muchiutti, directora de la escuela para el 2021, le comentaba a Alma de Barrio que “La escuela Combate del Quebracho es parte de mi vida, yo tengo 32 años de antigüedad y 30 en esta escuela. Y algo que caracteriza a esta institución es el compromiso de los docentes, los cuales la mayoría son titulares y pertenecen al mismo barrio (Liceo Norte)”. Más adelante, Mónica sostuvo: “Yo soy una ferviente defensora de la escuela pública porque le da oportunidades a todos, yo absorbí la educación pública desde el jardín hasta que me recibí de maestra.”
En lo que respecta a la relación con la comunidad, Mónica agregaba que “Es muy buena la relación con el barrio y con los padres de los alumnos que están muy comprometidos con la escuela. Y con las instituciones del barrio, nosotros nos relacionamos mucho con los que antes se llamaban “los solares” que ahora se llaman “estaciones”, que dependen de la municipalidad y a los cuales los chicos asisten para realizan diversas actividades artísticas, deportivas y de apoyo escolar. Entonces también nos relacionamos también con psicólogas y asistentes sociales de esas estaciones para tratar de solucionar algún problema que surja.”
Una iniciativa muy importante para la comunidad educativa de la “Combate” fue el programa “El Patio”, que funcionó tanto en esta institución como en la Escuela Secundaria N° 508. Así, Belkis Chávez le comentaba a UNO en 2016 que «Muchos chicos de la escuela participan de las propuestas del El Patio, como en el taller de juguetes, pero también las madres se han sumado a los talleres de cocina y a las distintas propuestas que hay. Así se fortalece el vínculo que tenemos con todo el barrio». Este programa “Es una ampliación del espectro educativo formal, puente entre el barrio y la escuela, bisagra entre los niveles escolares, desplegando en sus propuestas un hacer técnico, plástico y lúdico que nos dice que para aprender lo importante no es la edad sino la emoción y las oportunidades. Es un encuentro cotidiano para aprender a hacer, a ser, a convivir”, de acuerdo con el Subportal del Ministerio de Educación de la Provincia.
Además, la escuela sumó una propuesta propia, una biblioteca “para que los papás o los vecinos, aunque no tengan chicos en la escuela, puedan venir y llevarse libros para leer en sus casas. Es una biblioteca abierta a la comunidad para volver a incentivar la lectura. También pueden venir chicos de otras escuelas a buscar libros. La única condición es que los cuiden y los devuelvan», como le comentaba Chávez a UNO (30/09/2016).
Ya al finalizar la entrevista Mónica Muchiutti le dijo a Alma de Barrio: “Tenemos como objetivo principal que las y los alumnos sean buenas personas y que en el futuro puedan pasar a la secundaria sin ningún inconveniente y luego logren conseguir una salida laboral. Sobre todo hacemos hincapié en la parte humana, emocional y afectiva de los chicos sin dejar de lado la currícula oficial de la escuela. Quisiera dejar un agradecimiento a los padres por acompañarnos, por estar siempre presentes, por apoyarnos y un agradecimiento también a los chicos por hacer su esfuerzo para estudiar.”
Lamentablemente, la institución ha sido víctima repetidas veces de hechos de inseguridad y vandalismo en los últimos años.
Estas situaciones han perjudicado el normal desenvolvimiento de la escuela, como así también ha repercutido en la educación de sus alumnos y alumnas. Pese a ello, el personal docente y no docente de la institución, como así también la comunidad barrial, han intentado que no se pierdan días de clase y que los niños y niñas puedan concurrir a aprender con normalidad.
El Combate por la soberanía en Santa Fe
En la lucha por la soberanía nacional se recuerda a la “Vuelta de Obligado” como uno de los principales combates por detener la invasión de una flota extranjera. Sin embargo, en Santa Fe, se dio el último de los combates dentro del territorio argentino para evitar que ingleses y franceses tomaran posiciones y complicaran las ansias de libertad e independencia nacidas en 1810 y 1816, cristalizada luego en la Guerra de la Independencia.
Ese combate fue el que homenajea con su nombre la escuela de Liceo Norte, y que tiene su historia, reflejada por ejemplo en este artículo del sitio Suma Política, bajo la autoría de Silvia Carafa.
Punta Quebracho: la batalla por la soberanía que pocos recuerdan
Barranca y vegetación. Es invierno y hace frío, sólo los pájaros rasgan la quietud. Es mediodía y una flota con banderas extranjeras baja por el Paraná. Entre matorrales, los criollos miden sus 17 trajinados cañones con los modernos perfiles de las proas que se acercan. ¡Viva la soberana independencia argentina!, grita Mansilla. Cuatro horas después, los anglo franceses son derrotados. Fue el 4 de junio de 1846, en Punta Quebracho, Puerto General San Martín, batalla que en suelo santafesino selló el intento extranjero de mercar a su antojo en el espacio fluvial argentino.
Una gesta que a pesar de su importancia pasa casi desapercibida en los pliegues de la historia. Hoy la recuerda una cruz y tuvo fotos en la prensa porque en agosto de 2020, allí se firmó un acuerdo federal por la Hidrovía.
“Punta Quebracho fue la batalla más importante en la Guerra del Paraná”, afirmó el historiador y ensayista santafesino Gustavo Battistoni. Un conflicto de casi un año, que enfrentó a las fuerzas criollas de la Confederación con la flota anglo francesa. El asedio extranjero tuvo dos momentos claves: las batallas de la Vuelta de Obligado (San Pedro, provincia Buenos Aires), el 20 de noviembre de 1845, y la que se libró en lo que hoy es Puerto General San Martín, Santa Fe, y que logró terminar con la pretensión de usar los ríos internos argentinos como aguas internacionales.
Para Battistoni, la importancia de ese arco cronológico la dio el propio general San Martín cuando lo equiparó a la Independencia nacional. Dos batallas libradas por protagonistas que provenían de los sectores populares, que sostuvieron el patriotismo con sus cuerpos, y a las que aún se les adeuda reconocimiento. Deuda que es más evidente hacia Punta Quebracho a pesar de haber sido la decisiva. “Siempre me llamó la atención la elección del 20 de noviembre de 1845, y no el 4 de junio de 1846, para conmemorar el Día de la Soberanía Nacional”, enfatizó. Y dio razones de su mirada.
“El 20 de noviembre recuerda una derrota, un heroico fracaso, pero derrota al fin, mientras que la batalla de Punta Quebracho expresa la victoria decisiva de las fuerzas de la Confederación Argentina sobre los piratas anglo-franceses; con los años comprendí que como en otros casos, la narración de nuestra historia es porteñocéntrica”, enfatizó. Y dijo que quizás sea por aquello que Raúl Scalabrini Ortiz llamaba la sabia organización de la ignorancia, cuando todo un aparato cultural y pedagógico escamotea los centros de gravitación que mueven conciencia.
Punta Quebracho
“La batalla de Punta Quebracho sintetiza la pelea contra las dos flotas que en ese momento eran las más importantes del mundo”, relató. Y dio el contexto que dimensiona el valor de esa lucha en suelo santafesino, a 35 kilómetros de Rosario. En la flota venía el “Gorgon”, uno de los primeros buques a vapor en aquel momento e insignia de la flota y que terminó averiado. Pero no solo la escuadra era moderna, también el armamento era la mejor tecnología de entonces, incluidos los cohetes Congreves.
“Todo era muy superior a los cañones del ejército que comandaba Lucio Norberto Mansilla, con gauchos y soldados, algunos de los cuales habían estado en la Independencia”, comentó. Pero el contraluz de la situación fue la estrategia. En el lugar elegido para dar batalla, que también se lo conoce como Angostura, las barrancas son más altas, lo que permitió emplazar los cañones para que pasaran inadvertidos entre la vegetación.
“Hubo una cantidad de disparos impresionante pero la resistencia de la tropas de la Confederación, compuesta sobre todo por santafesinos, que resistieron y derrotaron a los piratas en lo que fue la victoria final, por eso digo que debería ser el día de conmemoración de la soberanía”, sostiene Battistoni.
Según las crónicas sobre la batalla santafesina, fue el propio capitán del “Gorgon”, Charles Hotham, quien dimensionó el hecho: “Los buques han sufrido mucho, escapar con la mayor velocidad posible se convirtió en el único objetivo”. Para Battistoni es necesario destacar la acción de Mansilla, “un patriota menospreciado”, que después de haber sido herido en la Vuelta de Obligado, durante ocho meses armaba baterías como y donde podía, con lugareños y en los sitios que la geografía le jugaba a favor, donde el curso del Paraná se volvía sinuoso, permitiendo hostigar al enemigo que lo superaba en fuerza.
Para Battistoni, la jornada épica de Punta Quebracho “es la clave de bóveda para entender el acontecimiento soberano más importante de nuestra historia”. Y dijo que así lo considera “el excelente libro de Juan Manuel Peña y José Luis Alonso La Vuelta de Obligado y la victoria de la campaña del Paraná, que relata con documentación y amenidad el conflicto”. Texto en el que se lee: los aliados se van convencidos, no sólo de sus pérdidas considerables en materia de mercancías, sino de una realidad: por más armados que estuviesen, la navegación de los ríos de la Confederación Argentina les estaba vedada. Tras una lucha sin cuartel, habían perdido siete veleros, además de los numerosos barcos que estaban averiados.”
A partir de ese momento hubo una serie de tratados, hasta que en 1850 las fuerzas británicas evacuaron la isla Martín García, devolvieron los barcos argentinos capturados ilegalmente y rindieron homenaje a la bandera de la Confederación, a modo de desagravio, con 21 cañonazos.
El valor olvidado y las heroínas
Entre la derrota y la victoria, de 1845 a 1846, hubo combates menores pero no menos cruentos como la llamada Segunda Batalla de San Lorenzo, que defendió la división al mando de Martín Santa Coloma, formada por 350 soldados —más 200 santafesinos—, de la que participó el sargento José Agustín Fernández, “un comprovinciano cuyo nombre no recuerda ninguna calle”. En ese momento Santa Fe, gobernada por Pascual Echagüe, integraba la Confederación Argentina, una alianza de provincias autónomas vigente entre 1831 y 1861.
En los combates por la soberanía, los sectores populares tuvieron un rol muy importante, evoca Battistoni, como ciudadanos comunes que “fueron a poner el cuerpo, como apoyo logístico”. Así, entre los 500 criollos muertos en la derrota de Obligado, “hay muchísimas mujeres, que asistían con alimentos y con agua a sus hijos y esposos. Son verdaderas heroínas de las que no habla la historia ni otros grupos, eran mujeres de sectores muy humildes. Me parece que es hora de darle la importancia que tuvo este sector social, de personas humildes y que olvidamos”, enfatizó. Y dijo que fue el propio Mansilla quien en el informe final escribió: “el valor del pueblo es la muralla con la cual chocaron los piratas”.
“Son personajes que a la gente no le suenan, no se hace conocer mucho, hay que pensar que los países que reivindican a sus héroes tienen una conciencia poderosa porque la primera forma de colonización es la cultural, después viene la económica, pero primero entran con los valores, y cuando estás con la guardia o con la cabeza hueca, ahí vienen los mercaderes a negociar”, sostuvo el historiador oriundo de Firmat, que lleva varios libros editados sobre la construcción económica, social y política de la provincia, en el pasado mediato. En 1973 se declaró el 20 de noviembre como Día de la Soberanía Nacional. La ley, anulada por la última dictadura militar, fue restablecida en 2010.
Reconocimientos
En Puerto General San Martín, una cruz evoca la batalla en un predio que fue declarado Lugar Histórico Nacional; el sitio exacto de la batalla quedó dentro de un área privatizada. La localidad también le rinde homenaje con un Centro Cultural que lleva el nombre de Batalla Punta Quebracho, sitio donde se está construyendo el Museo del Río Paraná. En una visita al lugar el ministro de Cultura Jorge Llonch dijo que la intención de su cartera es “incorporar a Punta Quebracho y ponerlo en valor junto al Convento de San Lorenzo y al Museo del Brigadier Estanislao López, hilvanando un recorrido histórico, para que los públicos puedan visitar esta trilogía de museos y pueda articularse la historia del general Lucio Norberto Mansilla, con las del Libertador José de San Martín y el Brigadier López, patriotas contemporáneos que dieron todo por la Patria”.
Suma Política – Silvia Carafa -18 de noviembre de 2021