La estanzuela de Pascual Echagüe
La zona noreste de la ciudad, más allá de Guadalupe, y antes de ser Monte Vera y Ángel Gallardo, tiene un espacio de quintas, campos y hacia la margen de la Laguna Setúbal, una fisonomía de esteros y bajíos, con arenales extensos.
Este lugar tuvo sus propietarios, en tanto se los denominaba como “Los Pagos de Arriba”, allá en el siglo XVII y XVIII.
En la publicación sobre Guadalupe del municipio de 1996 se expone un texto del arquitecto Luis María Calvo, que describe el espacio, su historia, hasta llegar a la construcción que perdura como testigo de ese tiempo, la Estanzuela de Pascual Echagüe.
Menciona Calvo que luego del traslado de la ciudad desde “Santa Fe la Vieja” en Cayasta al actual emplazamiento, “Durante los dos siglos siguientes las Chacras, agrupadas en los Pagos de Arriba (hacia la Laguna de Guadalupe) y de Abajo (hacia el Salado), comenzaban inmediatamente al norte del límite señalado para el ejido urbano (hoy bulevares Pellegrini y Gálvez), y llegaban hasta lo que se llamó Monte de Vera”.
Allí entonces, en lo que fue la propiedad de Juan Francisco de Larrechea y Antonia Fernández de Therán, la chacra, como tal, tenía “…25 cuerdas de frente a la laguna y sus fondos llegaban hasta el <<Camino del medio>> (hoy Aristóbulo del Valle)”.
Dice el arquitecto Calvo que “Esa chacra poblada con <<casa de teja y monte de árboles frutales>> había sido comprada en 1777 por el mismo Juan Francisco de Larrechea a los herederos de Francisco Manso y de Da. Atanasia de Aguirre, lo que permitiría suponer que la referida construcción (por la actual estanzuela) ya podría haber existido, aunque las fuentes documentales no permitan afirmarlo”.
Aparece en la historia del lugar el Brigadier Pascual Echagüe, que compra el terreno de la chacra el 16 de octubre de 1843. Refiere Calvo que “En la escritura respectiva se hace referencia a ‘una quinta’ de 23 ½ cuerdas de frente a la Laguna con su fondo hacia el camino de Ascochingas, en esos terrenos se levantaba la construcción que nos ocupa, descripta como ‘una casa ruinosa’”.
Echagüe, vinculado políticamente con Juan Manuel de Rosas, siguió el destino del “restaurador” en su exilio hacia Inglaterra, momento en el que la Estanzuela fue embargada. En ese contexto, y al tiempo, refiere el escrito de Calvo que pernoctaron en la casona algunos inmigrantes que había llegado a la zona para fundar la Colonia Esperanza.
Para 1857 la propiedad fue regresada a Pascual Echagüe, la que heredaron luego sus descendientes de apellido Funes. Así lo atestiguan los planos de la época. Dice Calvo que cuando la Estanzuela fue declarara Monumento Histórico Nacional en 1942 los descendientes de Echagüe “…dieron testimonio a la Comisión Nacional de Monumentos Históricos de que en proximidades de la casa principal se levantaban algunos ranchos para alojar la guardia; hasta allí se llegaba casi todos los sábados, mientras Echagüe fue Gobernador, el Batallón de Cívicos, llamado <<Guardia de la Federación>> con caracteres de conscripción periódica”.
Para 1857 la propiedad fue regresada a Pascual Echagüe, la que heredaron luego sus descendientes de apellido Funes. Así lo atestiguan los planos de la época. Dice Calvo que cuando la Estanzuela fue declarara Monumento Histórico Nacional en 1942 los descendientes de Echagüe “…dieron testimonio a la Comisión Nacional de Monumentos Históricos de que en proximidades de la casa principal se levantaban algunos ranchos para alojar la guardia; hasta allí se llegaba casi todos los sábados, mientras Echagüe fue Gobernador, el Batallón de Cívicos, llamado <<Guardia de la Federación>> con caracteres de conscripción periódica”.
En sí misma, la casa parece datar del tiempo de Larrechea, afirma Calvo, en un lugar estratégico para la visión de la laguna y de la zona del norte, por donde sabían ingresar los malones en sus incursiones sobre la ciudad.
En la descripción de la construcción el arquitecto abunda: “Totalmente rodeada por galerías, los pies derechos y zapatos de madera dura sostienen los pesados faldones que descienden desde la cumbrera, siendo de destacar los parapetos de perfil recortado que rematan los lados cortos del norte y sur. Respecto de la reducida altura de las galerías, según el Dr. José María Funes, la razón obedecía a la necesidad de impedir que un asaltante montado a caballo, mediante ancazos, pudiera violentar las puertas de acceso”. La casa posee tres habitaciones interiores, todas con ventanas a hacia las galerías que la rodean.
Hasta 1996 la Estanzuela había sido restaurada entre 1947 y 1948 por Ernesto Pastrana, arquitecto que se enfocó en los detalles de las aberturas y rejas, “…cuya media hoja puede abrirse hacia el exterior: en este caso el motivo habría sido el de brindar a los ocupantes de la casa la posibilidad de abandonarla rápidamente en caso de que hubiera sido tomada por atraco”.
Pascual Echagüe nació el 16 de mayo de 1797. Estuvo enrolado en el ejército, y como otros grandes hombres de la historia local, fueron protagonistas de su tiempo desde lo militar pero también desde lo político.
Así, fue gobernador de Entre Ríos en marzo de 1832, y de Santa Fe en 1842, cuando fue reelecto como gobernador santafesino. Además, fue senador por Santa Fe, y también por Catamarca. Como Diputado participó de la convención del año 1860, en este caso por la provincia de La Rioja, y fue ministro interino de la Confederación Argentina.
La construcción, prototípica y testigo de un modelo de vivienda de campaña, atestigua no sólo su pasado, sino que además se forjó como un mojón de ubicación para noreste de la ciudad, con su “Camino a la Estanzuela”, que terminó por transformarse en la Avenida General Paz. Entre el oratorio de la virgen de Guadalupe y la Estanzuela de Echagüe se anclan los primeros recuerdos de los pobladores de esta parte de la ciudad.
Excelente relato, tengo muy presente el tipo de casa, con sus anchas paredes, y amplias galerías. Hace muchos años que no recorro todo ese rincon de Santa Fe.
Hasta los 17, viví en la calle Echagüe al 7900, así que, desde muy pequeño, tenía la pasión de descubrir cada pliegue de ese terreno solitario y lleno de historias, en compañía de mí perro Terry. Desde Javier de la Rosa hasta el Monte Zapatero, y desde la General Paz hasta la Laguna Setúbal, me quedaba chico todo.
Muchas veces con Mis Amigos, todos de Guadalupe, hoy «Los Históricos» José, Miguel, Eduardo, Ricardo, Rovi, Hugo y yo, compartimos varias expediciones, largas caminatas al Monte Zapatero, al Segundo Monte.
Alguna vez, supimos adoptar un par de mascotas (Lisita y Manchita) que bautizamos por el color de sus pelajes.
Nuestra niñez fue muy libre y a campo abierto, la pesca, la caza, siempre atrás de alguna inquietud. Bichos, culebras el canto de los pájaros, y los peligros eran parte de nuestro entorno. Las «bicis»; balsas, canoas, y hasta «cámaras» de automóviles, eran algunos de nuestros medios de transporte.
Luis que buenos recuerdos para compartir en nuestro Santa Fe mi Barrio. Esperamos nuevos aportes y si tenés fotos antiguas te invitamos a pasarlas a nuestro mail santafemibarrio@gmail.com. Muchas gracias!