“Puente Palito”
La vinculación física de Alto Verde con la ciudad de Santa Fe fue una necesidad y un anhelo de los vecinos del albardón nacida a los pocos años de su nacimiento. Cruzar el riacho hasta la otra costa representó siempre más que una aventura una dificultad. Lejos de ser una pintoresca postal la de los boteros, los remeros y sus canoas, o con motor, eran antes que nada un servicio público vital.
Por ello, lograr conectarse con la trama urbana fue, y continuó, como un aspecto medular para el desarrollo del barrio. La única alternativa de cruzar sin ir por agua era, y es, a través del camino que lleva a la desembocadura del riacho Santa Fe, el que venía desde Colastiné, a la altura de la Vuelta del Paraguayo, en donde también confluía el final de la laguna Setúbal.
Con el Puente Colgante establecido, el camino por la orilla, pasando los tanques de combustible, se presentaba como el derrotero a seguir. Sin embargo, faltaba cruzar el riacho hasta las inmediaciones del estibo este del Colgante.
Por mucho tiempo fueron noticias las promesas de un puente sobre el riacho, y más veces los pedidos de los vecinos de concretar esa obra. Pero no fue hasta la década de 1960 que ese sueño vital comenzó a hacerse realidad.
Unos años antes el vespertino santafesino proponía usar los restos del puente metálico a Santo Tomé, el antiguo carretero con un tramo levadizo, como parte del nuevo viaducto a Alto Verde. Decía el medio en 1958 en el título que “Un puente sobre el riacho Santa Fe estimularía positivamente el progreso del aislado distrito”, a lo que sumaba que conectar la isla con la Ruta Nacional 168 no era una idea nueva “Desde hace mucho tiempo ha sido sostenida y perfeccionada por vecinos y entidades representativas de las actividades de Alto Verde”.
Allí citaba la nota la referencia a una de las fotos, en la que “se observan los tamos del antiguo puente carretero que unía esta ciudad con Santo Tomé y que se encuentran depositados en terrenos pertenecientes a Vialidad Provincial ubicados en Estanislao Zeballos y camino Nogueras. Estos tramos, que integran la totalidad del viejo puente, pertenecen a Vialidad Nacional y se encuentran como decimos, en estado de total abandono sin que existan indicios de que estén asignados a algún destino”. (El Litoral – 24/6/1958)
Va de suyo que la propuesta del diario era que ambos “organismos viales entraran en acuerdo y dispusieran que algunos de aquellos tramos, especialmente y por natural conveniencia el levadizo, fueran instalados sobre el riacho Santa Fe en el lugar citado”. Claro que esa alternativa reducía costos de la obra, pero igual se requería construir el camino desde el puente hasta el caserío, ubicado bastante más al sur sobre el borde de la isla.
Finalmente, el proyecto del puente comenzó a ejecutarse a inicios de 1960, aunque sin tener en cuenta la propuesta de reutilizar los tramos metálicos del primitivo Carretero. En febrero de ese año el gobierno provincial movilizaba a las orillas del riacho los primeros equipos para comenzar la construcción del ansiado puente. Los trabajos estaban a cargo de Vialidad Provincial a lo que sumaba la nota que “la estructura del puente será de madera y que apenas concluidos los estudios sobre composición del terreno que se están llevando a cabo comenzarán las obras de magnitud”, momento en el que los vecinalistas de Alto Verde recorrían la zona de tareas. (El Litoral – 21/2/1960)
Recién pasados mediados de ese año se evidenciaban avances importantes en la construcción. Así lo hacía saber, con pieza gráfica incluida, El Litoral, cuando publicaba que “En la tarde de ayer se dio comienzo a los trabajos comprendidos en la primera parte del plan de construcción del puente que, salvando el curso del riacho Santa Fe, unirá esta ciudad con el vecino distrito de Alto Verde…”. (El Litoral – 12/8/1960)
Las obras incluían “el hincado de pilotes, los que servirán de base a la construcción de la superestructura del puente. Los mismos alcanzan una profundidad calculada entre los 6 y 8 metros y son de lapacho paraguayo. El número total de pilotes es de 66 midiendo 30 por 30 cms.”.
Otros datos aportados por el medio detallaban que la segunda parte de la construcción comprendería la conformación de la calzada y accesorios, que iba a ser de madera y para ello se licitarían los materiales y la obra misma. “Se recuerda que el puente tendrá un largo de 90 metros, luces de 10, calzada de 3,20 con veredas y una altura sobre el nivel actual de las aguas de 8,70”, concluía el vespertino.
Esta tarea de pilotaje, con el hincado de los postes de madera dura, finalizaba para diciembre de 1960, en menos plazo del previsto. Sobre esos pilotes se debía conformar la estructura.
A ese buen avance inicial le siguió un tortuoso desarrollo de la construcción del puente de madera. El apelativo de “Palito” no era antojadiza, dado que todo el puente, sus pilotes, travesaños, tablero, calzada, barandas, todo era de madera. Recién para enero de 1962 el viaducto mostraba su calzada casi terminada, tanto así que hasta pequeños camiones pasaban por el puente, autos y personas caminando, o en bicicleta, hasta en motos, y todavía no estaba ni terminado y menos habilitado. La empresa constructora fue Bruzzone e Hijos, y la propuesta de hacerlo de madera de lapacho, encontró escollos en conseguir la madera adecuada en calidad y cantidad, lo que retrasó las tareas. El puente tenía un ancho de 3,20 metros, lo suficiente para que pase un solo vehículo por vez, lejos del posterior puente de hormigón “Héroes de Malvinas”, con un carril por mano. (El Litoral – 22/1/1962)
Para la inauguración del puente asistió al acontecimiento el entonces gobernador Carlos Sylvestre Begnis, que impulsó el barrio con obras y mejoras, entre ellas el ansiado vínculo físico con la ciudad.
Con el puente terminado sobrevino el tiempo de conformar los terraplenes de acceso y también del camino por la orilla del riacho hasta la zona poblada. Estos trabajos, adjudicados por Vialidad Provincial a la empresa Minetti y Minervini, comprendían el movimiento de suelo y la conformación de la calzada, sobre un terraplén de tres metros de alto y casi 1.500 metros de alto.
En cuanto al terraplén de acceso al puente, carecía de protección en sus bordes y pendientes, tampoco tenía barandas, por lo que era peligroso para transitar, en especial por la altura a la que llegaba para alcanzar la rasante del puente de madera, notablemente sobre elevado. (El Litoral – 19/6/1962)
Lo cierto es que más allá de contar con el “Puente Palito”, por varios años, y en especial reiterativamente cuando había crecientes y erosiones, el terraplén que comunicaba al barrio con el puente era intransitable.
Así lo denotaba en 1964 el vespertino local con un puente que era más útil para los vecinos de La Vuelta del Paraguayo que para los de Alto Verde, que debían optar por el cruce en lanchas y botes para llegar a la ciudad. ¿un servicio de transporte público de pasajeros por colectivos?, imposible entonces. (El Litoral – 12/5/1964)
El puente “Palito” prestó servicios hasta 1995 cuando finalmente el nuevo puente “Héroes de Malvinas”, paralelo, entró en servicio.
Había comenzado a funcionar, de manera informal primero y luego habilitado oficialmente, en 1962.
En un artículo de 2022, Gonzalo Zentner recuperaba la nota de 1995 cuando el nuevo viaducto fue habilitado. Era marzo de 1995 “cuando las autoridades de aquel entonces dejaron inaugurados el ‘Héroes de Malvinas’”, decía la publicación.
En aquella ocasión además se explicaba que el nuevo puente “se encuentra a poco más de 18 metros del ‘Palito’ y se accede por el mismo camino, que pasa por debajo del puente Oroño. En el lado sur se proyectó una curva un poco más amplia, para que coincida el final con la continuidad del camino a Alto Verde”. (El Litoral – 8/5/2022)
Según rescata Zentner el mote de “Palito” devino de Luis María Barletta, ingeniero a cargo desde Vialidad Nacional de la construcción del Viaducto Oroño, y que llegó a ser Jefe del 7º Distrito Santa Fe de Vialidad Nacional y Administrador General del organismo.
Al parecer, “Según recuerdan los memoriosos, y El Litoral se encargó de darle entidad fue el ingeniero Luis Barletta quien le puso el apodo. ‘Esto, más que un puente parece un palito’ dijo quien años más tarde encabezó la megaobra del puente Oroño”.
Lo dicho, en 1995, con la habilitación del nuevo puente de hormigón que comunicó a Alto Verde con la ciudad, el viaducto de material “Héroes de Malvinas”, el Puente “Palito”, quedó en desuso.
Con el tiempo, el abandono y la falta de conservación hicieron que el viejo puente de madera quedara en ruinas con la prohibición de su uso peatonal, dado que el acceso a la estructura que colapsó en varios tramos. Para el 2025 los vecinos antiguos de Alto Verde añoraban que se recuperara para el paso peatonal y como testigo de la historia del distrito.
Alto Verde en canciones
Probablemente Alto Verde sea uno de los barrios de Santa Fe que más canciones tiene compuestas en su nombre, incluso muchas de ellas por propios vecinos del albardón costero.
Tal vez sea por su condición de ser un barrio en una isla, por la raigambre de su gente, por la vida dura de trabajo, por las crecidas e inundaciones, por ver la ciudad desde la otra orilla (literal) desde todos los aspectos.
Por cada una de estas razones, por otras más, y de seguro, por varias ignoradas, solo conocida por sus creadores, este apartado de Santa Fe mi Barrio sobre el Ser Santafesino de Alto Verde, se canta, en varios ritmos y formas. Todas, santafesinas.